Me senté en la cama tratando de despertarme. Me desperece, bostece, me refregué los ojos. Hay un extraño dormido en la cama. Lo mire por unos segundos asegurándome que aun no seguía durmiendo. Estaba con su estomago sobre la cama y su carita hacia mí. Tuve que cerrar los ojos y pasarme las manos por el pelo, pensar se me hacia una tarea heroica mientras mi cabeza palpitaba de esa forma.Mis ojos captaron un destello. ¿Brillos? ¿Porque tenia glitter en el cuerpo? Y también la cama, y el chico a mi lado y...toda la habitación prácticamente.
Arrugue la nariz percatándome también de lo mal que olía. Era como si no me hubiese bañado en semanas, olor a cerveza, tabaco, sudor y sexo.
«sexo. Sexo. Sexo». Se repitió en mi cabeza mientras sentía mi culo palpitar de la misma forma que mi cabeza.
—Estoy jodido—murmuré para mi mismo—. Y nunca mas literal.
Miré al rubio que dormía a mi lado totalmente ajeno al caos de mi mente. Bueno, aun borracho tenia buen gusto, era una preciosura con carita de ángel. Piel dorada, algunas pecas y...¿eso era un moretón o un chupón? Sacudí la cabeza teniendo algunos fugaces recuerdos de la noche anterior. Besos, caricias, gemidos. Sin orden ni sentido.
Bueno, no es que hubiese esperado que haber jugado al ajedrez con él. Obviamente había tenido una noche movidita, la mejor noche de mi vida a juzgar por tremenda resaca no solo de alcohol. « Maldición».
Me levante caminando como un pato recogiendo mi ropa. genial. Los botones de mi camisa rasgados. —Alguien es un poquito agresivo—dije mirando al rubio, el cual se giro, aun dormido como un tronco, sin darse por aludido.
Mire por la ventana. El sol estaba en lo alto. Y cuando mi vista bajo, me hubiese gustado reír pero estaba muy ocupado manteniendo mi quijada desencajada. Flamencos, muy rosados, en la piscina. ¿Qué demonios sucedió por aquí?
Salí de la habitación y entrando en la sala camine bordeando la arana que estaba en el piso. ¿Me sorprendía? Ya no.
Entre en la cocina por un café o un vaso de agua o lo que fuese que apagase la sed que había provocado todo el alcohol consumido la noche anterior, pero apenas cruzar el umbral de la puerta me quede estático, viendo a alguien allí. Un hombre, relativamente joven, de cabello castaño y alto como un jugador de basquet. Al escuchar ruido se giro hacia mi y me sonrió. Y yo ahí, mirándolo como tonto.«Ojala todos los días me despertara con tipos guapos a mi alrededor»
—Ya has despertado—afirmo—. ¿Café?- me ofreció haciendo señas a la tasa de me acabo de dar cuenta tenia en la mano. Estaba en bóxer, mostrando un paquete de seis y sus piernas de ciclista, por supuesto no iba a reparar en cualquier otra cosa.
—Por favor—respondí luego de darme cuenta que había divagado por su cuerpo un buen rato. El se giro a prepararlo y yo me senté sobre la encimera a un par de pasos de el.
—Como llegue aquí?—pregunte algo confuso. Recordaba vagas cosas en mi cabeza, su rostro y el del ángel rubio entre ellas. También Mucho alcohol y una fiesta loca.
—No recuerdas nada?—me miro curioso, se acerco frente a mi, parándose entre mis piernas, dejando la tasa de café en mis manos y su rostro a centímetros del mio
—Se que Bailamos en sobre a mesa, y bebimos muchos tragos. Creo que nos besamos pero lo olvide.-respondí mientras olía el café y levantaba la vista a sus ojos. «mmm»
Vi de soslayo al chico rubio entrar a la cocina, con sus ondas desordenadas, carita de sueño y una camisa que le cubría hasta la mitad de sus tersos muslos dorados «La del sexy moreno que me preparo el café».
Llego hasta nosotros, puso su mano en la parte alta de mi muslo y se impulso para darle un beso en los labios al gran sexy aun entre mis piernas. Murmuro un «Buenos días» cerca de nuestros rostros que no supe a quien había sido dirigido antes de contarme.—Si, y llegamos al máximo nuestras tarjetas de crédito. Y nos echaron del bar. Así que llegamos a la calle.
Los mire con ojos interrogantes y más perdido que cuando me había despertado. Estábamos los tres apretados y sentía sus alientos rozar mis labios mientras me hablaban.
—Estuvimos corriendo desnudos en el parque, Bañándonos en la oscuridad. Después tuvimos un Ménage à trois—me sonrió sugestivamente gran moreno sexy.
Baje mi rostro que seguramente debía lucir tan rojo como acalorado me sentía. Una pequeña sonrisa traviesa se me escapo de los labios y no pude evitar decirlo.
—Hagamoslo todo otra vez—susurré atrapándolos a ambos con mis piernas mientras intentaba volver a quitarme mi desgarrada camisa.
El cansancio que sentía valía totalmente la pena, y no quería gastar actual mi buen humor en una siesta. Así que luego de bañarme, me prepare un café el cual esta vez si pensaba beber y me senté frente a mi computadora. Entre a facebook abriendo mi cuenta y leyendo un par de notificaciones. Clickie uno de mi jefe el cual me llamo la atención.
«Espero una buena explicación» junto con el link de las fotos de anoche. Bebí un trago de mi café y suspire.
Gracias a Dios es viernes.