Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que pasa cuando no duermes. por mitsui-chan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que os guste!!!


Estaba sentado en el sillón de su hermosa torre con un baso de whiskey en su mano, escuchando el ruiditos que hacían los hielos al chocar entre ellos o con el fino cristal del vaso.

A pesar de demostrarse siempre tan frío y duro con el resto de los Vengadores (Loki incluido, pues se había unido a ellos ya que era un excelente espía. Y un perfecto detector de mentiras, como un polígrafo que no costaba nada.) la verdad es que por dentro cada día se sentía más solo y más adolorido.

Y no precisamente por culpa de la metralla.

Todo el mundo parecía estar enamorado: Steve con Thor y su hija, Loki y Legolas parecía que vivían una relación de ensueño (con sus manías, porque ambos tenían bastantes), Natasha con aquel agente nuevo, el ruso, y el Doctor… bueno, el Doctor era el Doctor.

Y punto.

No podía permitirse pensar en él. O al menos, no de aquel modo.

Desde que el Banner se había mudado a la torre para tener el laboratorio más cerca, los sentimientos del Iron Man se habían visto más que agitados, revueltos y cualquier otra palabra similar. Además, era bastante claro que la relación que mantenía con su secretaria se iba a pique. Y no solamente por sus constantes rechazos a la hora de intimar, sino porque era bastante obvio que esa se estaba viendo con Happy.

¡Y lo peor es que no le afectaba!

Se llevó el vaso a los labios y dejó que el sabor amargo y fuerte de la bebida le inundara los sentidos, que lo embriagara, que se lo llevara lejos de ahí, que parara aquella confusión, aquel dolor en su pecho. Los hielos ya casi disueltos rozaron sus labios y el frío atenuó un poco aquel dolor, pero solo un poco. No era suficiente. Nunca lo era.

Su lengua se asomó dentro de la copa y buscó más de aquel delicioso elixir, solo para descubrir que ya no quedaba nada. Soltó un bufido y se levantó para llenarlo otra vez.

-Deja el vaso, Tony.- dijo una voz, grave, apacible desde el otro lado de la habitación.

-Doctor.- saludó antes de llevarse el recipiente a la boca.

-Anthony. Deja el vaso.- repitió el hombre, acercándose a él con pasos rápidos y arrebatándoselo, tirando el contenido en el fregadero.

-¿Pero qué mierda crees que haces?- gritó el otro, cogiéndole por el cuello de la camisa a lo que Bruce se soltó sin inmutarse.

-Intentar evitar que no te vuelvas un alcohólico sin remedio.- contestó con el ceño fruncido.- Vete a dormir ahora mismo.- le ordenó.

-No eres nadie para decirme qué hacer o qué no.- gruñó, levantándose y tambaleándose con fuerza.

Con pasos seguros, Banner cogió el hombre en brazos y lo levantó con facilidad, como si fuera una pluma de lo más ligera, a pesar de los golpes que el mayor lanzaba al aire.

-¡Bájame! ¡Que me bajases te digo!- gritó el multimillonario antes de verse tirado en su cama.- ¿Qué te crees que haces?- dijo sentándose en el colchón.

-Mira Stark,- dijo con un tono serio y duro que no le pegaba para nada.- me da igual si eres un ricachón prepotente, me da igual si te crees que estás en la cima del mundo, así que ahora te duermes y te callas.

-Tú no eres nadie para decidir si debo dormir o no.- replicó una vez más.

-Soy doctor así que creo que sé suficiente sobre cuando alguien necesita dormir y dejar de beber.- dijo antes de darle un empujón, haciendo que se cayera, le echó las cobijas por encima con un gesto brusco.- Y por eso, si yo te digo que te vayas a dormir, vas. Y punto. A menos que quieras que Hullk te obligue, ¿he sido claro?- pero el otro moreno no dijo nada de nada.- ¿He sido claro?

-Sí Bruce.- musitó sumisamente el hombre de acero.- Solo… solo quédate, por favor.- le pidió. Y lo primero que pensó Bruce fue que Stark era bipolar.- Por favor. Me siento muy solo.- musitó.

Sin pensarlo mucho se acostó a su lado, dejando la cabeza caer hacia atrás, cerrando los ojos para descansarlos, sus brazos cayeron como pesos muertos a los lados de su cuerpo, sus músculos se relajaron totalmente antes de crisparse levemente al sentir como el otro, más dormido que despierto, posaba su cabeza en su pecho.

-Sí vas a dormir, ponte una de mis camisetas y sácate esa camisa.- balbuceó Tony.

-Hm.- con cuidado se levantó y se acercó al armario, sacando una camiseta.- Jarvis, el pijama del Sr. Stark, por favor, ¿dónde está?- le pidió a la máquina.

-Segundo cajón a la izquierda, Sr. Banner.- le contestó.

-Gracias. Y Jarvis… que nadie interrumpa. Ni una llamada ni nada. Ni la señorita Potts, ni Natasha… Nadie. Tony necesita descansar en condiciones.- le dijo.

-Y usted también.- replicó.

Y el científico no lo negó.

Después de cambiarse la camiseta y de sacarse los pantalones cambió rápidamente al otro hombre y se volvió a acostar, notando como segundos después, el superhéroe de hierro se volvía a acostar sobre él.

Con un brazo le rodeó la espalda y cerró los ojos, pensando en todo lo que le ocupaba la mente. Desde que se había mudado a la Torre, había tenido la oportunidad de acercarse más al Stark. Tanto, que al final terminó enamorándose de aquel hombre arrogante. Pero este salía con su secretaria, así que no había caso de hacer nada.

Suspiró y cerró los ojos, sumergiéndose en el mundo de los sueños.

Cuando Tony despertó, lo primero que cruzó por su mente fue que su almohada había cambiado de tamaño y textura, pero para bien. Fue entonces cuando reparó en aquel suave olor a colonia masculina.

Una que no era la que él usaba.

Abrió los ojos perezosamente y lo primerio que visualizó fueron unos dedos al lado de su rostro. Entonces los recuerdos empezaron a llegar a él: la discusión, cuando le dijo que se quedara… incluso las manos del otro poniéndole el pijama.

-Oh Dios…- se llevó una mano a la cara y notó sus calientes mejillas.- ¡Mierda!- exclamó en un susurro.

¡Él no se sonrojaba! ¡Nunca!

Lentamente subió la mirada hasta que pudo observar el tranquilo rostro del doctor: los rizos que cubrían su frente, las pestañas espesas, la piel sonrojada, posiblemente por el calor de verano, el mentón pronunciado. Levantó una mano hasta que pudo acariciarle la cara, sintiendo la aspereza de la barba matutina.

Todo él era perfecto. Con o sin Hulk.

Sin ser muy consciente de lo que hacía, hechizado por aquella belleza descendió hasta que sus labios se rozaron con los del otro. Quedamente empezó a mover los labios, intentando abrir los contrarios.

Un gemido le hizo despertar de aquel hechizo.

Al darse cuenta de lo que había hecho, se levantó de la cama a toda prisa, abriendo la puerta de golpe, encerrándose en uno de los baños.

-¿Sir? ¿Está usted bien?- preguntó Jarvis.

-Sí. Sí.- dijo negando con la cabeza.- Jarvis, esto no se lo puedes contar a nadie.

-De acuerdo señor.- contestó.

Y de ahí en adelante, Tony se dedicó a evitar a Bruce a todas horas. Tanto, que cambió su horario: dormía de día, trabajaba de noche.

Y Bruce… no sabía como sentirse. Un día le dice que duerma con él y al siguiente no le habla. No sabía si era porque había dicho o hecho algo comprometedor mientras estaba durmiendo, pero quería que Tony volviera a hablarle. Bastante imposible si tenemos en cuenta que Tony era capaz de coger las escaleras para no ir con él en el ascensor.

Aquel día, Loki tenía que ir pues estaban trabajando los tres en un proyecto, cuando llegó, junto con Clint, se dirigieron al laboratorio.

-Te vendré a buscar a la hora de comer.- le dijo el rubio rodeando el cuello del más alto con sus brazos.- Beso.- musitó, sonriendo.

-Todos los que quieras.- le contestó antes de besarle con pasión.- ¿Irás con Natasha?

-Ajá.- asintió.- Te amo.- le dijo a lo que Loki solo dejó un beso en su nariz.

-Hoy comeremos fuera.- le anunció antes de separarse de él.- Adiós pajarito.

-Adiós.- dicho esto salió del edificio, sintiendo la mirada del moreno clavada en su trasero.

El de ojos verdes entró al laboratorio y fue en aquel momento que vio que algo andaba mal, mas no preguntó nada.

-Diría buenos días, pero con las caras que traéis mejor no digo nada.- se acercó al lado de Tony y cogió uno de los dulces antes de acercarse al ordenador y abrir un par de documentos.

Ninguno de los dos respondió al saludo del Dios. Al cabo de casi cinco horas de intentar establecer conversación, el moreno más oscuro sacó el móvil, llamó a su hermano y sin darle tiempo a contestar, empezó a hablar en un idioma que los otros dos no habían oído nunca antes por lo que ambos fruncieron el ceño. Luego llamó a Natasha y le dijo algo en ruso.

Un momento… ¿Desde cuando Loki hablaba ruso?

-Me voy un momento, Thor me vendrá a llevar algo.- dijo saliendo del laboratorio. Cuando subió arriba, su novio, su hermano, su cuñado y la espía ya le estaban esperando.- Eso fue rápido.- dijo acercándose a su rubio y besándole suavemente los labios.

-¿Qué ocurre hermano?- preguntó Thor, preocupado.

-Pasa que esos dos no se hablan y me están sacando de quicio.- dijo tirándose en el sofá, llevándose consigo a Barton, que se acomodó en su pecho, como siempre solía hacer en la intimidad de su casa.- Así que les voy a encerrar en un cuarto, pero necesito que alguien se quede conmigo para vigilarlos.- les contó.- Sé que Jarvis siempre termina cediendo y no estoy dispuesto a trabajar en un ambiente como aquel.- se levantó y les miró seriamente.- ¿Me ayudaran?

-Sí es para joder a Stark yo me apunto.- dijo la pelirroja, chocando los cinco con el moreno, con quien se había llevado de maravilla después de que este se disculpara con ella por todo lo que le dijo en la nave. Eso sí, amenazado por su novio con no tener sexo por tres meses.

-Bueno, nosotros nos iremos turnando para estar con Peggy.- dijo Steve, cogiendo de la mano a su rubio esposo.

-Yo me quedo primero.- dijo Thor, a la vez que le pasaba una bolsa a su hermano.- Aquí está lo que me pediste. ¿Estás seguro de que es una buena idea?- le preguntó preocupado.

-Thor, ¿cómo crees que supe que salías con el Capitán? Heimdal no me lo dijo.- le contestó antes de sentarse correctamente en el sofá y sacar un botecito con un liquido azul pitufo y abrirlo para tragárselo toda de una.

-¿Qué quieres decir?- preguntó un sonrojado Dios del trueno al darse cuenta de que su hermano, lo había visto todo.

-Silencio.- dijo Loki antes de cerrar los ojos y desplomarse sobre un aterrorizado Clint.

-¡Amor!- exclamó.- ¿Thor…?- se giró hacia al mayor de los asgardianos.

-No te preocupes, volverá en cinco minutos, aunque no creo que se encuentre muy bien, así que mejor os vais a vuestro cuarto o algo para que descanse.- le explicó, poniendo una mano sobre su hombro, tranquilizándole.

-Hum.- asintió no muy convencido, acariciando el cuello del mayor, resiguiendo el tatuaje que llevaba.

-No sabía que Loki tenía un tatuaje.- acotó Natasha.- ¿Qué significa?- dijo al ver dos líneas entrelazadas, una verde y otra violeta, aunque el gesto que hizo el arquero de tocarse la muñeca le dio la respuesta a la espía. O al menos una pista.

Nadie dijo nada más en aquellos eternos y angustiantes minutos.

-Bien… Tony besó a Bruce y desde entonces lo evita.- dijo Loki.- Están dormidos abajo, id a buscarles y encerradles en el cuarto de Bruce, que seguro está más ordenado. Y bloquéalo con el Mjonlir, Thor.- y se desvaneció.

-A ver, Thor, Steve, id a buscar a los científicos locos y encerradlos en el cuarto de Bruce. Clint y yo llevaremos a Loki a otro cuarto.- dijo cogiendo al moreno en brazos.- Venga Clinton.- le instó la mujer. Una vez tumbaron al otro, la rusa se giró hacia el rubio y le miró sonriendo de una forma casi diabólica.- Habla.

-¿Qué?- conocía a la chica desde hacía muchos años y sabía que aquello no acabaría bien, para él.

-El tatuaje.- le cogió la muñeca y le subió la manga, viendo uno exactamente igual que el de Loki.- ¿Y bien?

-Pues…- empezó a hablar.

-Ya está.- dijeron los dos rubios entrando al cuarto, salvando al otro del interrogatorio.

Y mientras el resto seguían hablando, Loki durmiendo y siendo mimado por su novio los otros dos empezaron a despertar.

El primero fue el doctor, que se llevó una mano a la sien, masajeándola. Miró a ambos lados y pudo reconocer su cuarto, la pregunta era ¿cómo había llegado ahí arriba?

Se levantó lentamente y fue entonces cuando reparó en el peso que tenía sobre del estómago, bajó la mirada y vio el corto y moreno pelo de su genio. Con cuidado de no despertarlo lo tumbó y empezó a acariciarle el rostro con los dedos. Con lentitud empezó a descender hasta unir sus labios en un suave beso.

Beso que sorprendentemente fue correspondido. Los brazos de Iron Man rodearon su cuello y lo atrajeron a él.

-¿Tony?- musitó el hombre de los lentes.

Y el otro le miró asustado, buscando una pista que le dijera que el otro estaba jugando, de que había descubierto su secreto.

-¿P-por qué?- preguntó, desviando la mirada.

¡Mierda! ¿Qué le pasaba? El que se apenaba era el doctor y no él.

-Me gustas… me encantas. Y me duele que me hayas apartado así sin más de tu lado. Es decir, no me mude aquí exactamente por estar más cerca del laboratorio, más bien por estar cerca del dueño del laboratorio.- le dijo acariciándole la mejillas.- ¿Por qué Tony?

-Yo… Me gustas. O te amo.- sus mejillas se sonrojaron con fuerza al recordar aquello.- Yo te besé aquella vez que dormimos juntos. No sabía como mirarte, como actuar frente ti. Me sentía tan apenado…- se cubrió el rostro con una mano.- Por cierto… ¿cómo he llegado aquí?- dijo mirando a todos lados.

-No lo sé, pero algo me dice que Loki y Thor han tenido algo que ver.- dijo abrazándole.- Entonces… ¿me amas?

-¿Desde cuando nos hemos cambiado los roles?- le preguntó, haciendo un puchero pero sin contestarle la pregunta.

-Desde que yo lo he decidido.- dijo Bruce antes de besarle con pasión, enmarcando su rostro entre sus manos. Mismas que viajaron hasta las caderas y lo acercaron más a él segundos después al oír como gemía en sus labios.

Entre besos, Bruce le desnudó y le sonrió antes de dejar caer su frente en la contraria.

-¿Ocurre algo?- le preguntó.

-Nada, es solo que me gusta como hueles.- le contestó antes de besarle con hambre y de desnudarse él mismo.

De repente Tony cambió las posiciones quedando sobre él y con una gran sonrisa empezó a moverse, rozando sus miembros erectos, lanzando gemidos y jadeos al aire a la vez.

El doctor sonrió ante la vista que tenía y llevó una de sus manos a los pezones del moreno que le sonrió.

-No importa cuanto lo intentes, no va a pasar nada, el imán los insensibilizo.- le contó.

-Que pena.- se sentó en la cama y lo abrazó para así poder lamer el contorno de dicho imán, causando un estremecimiento en el cuerpo del playboy.- Quizás tus pezones no, pero creo que esto sí reacciona a mi tacto.

-Ngh…- gimió.- N-no sé que coño has hecho… pero hazlo otra vez.- le pidió, desordenando su cabello cosa que el mayor hizo inmediatamente.- Joder… Tanto tiempo haciéndome pajas y sin haber descubierto esto.

La grave risa inundó el cuarto, una risa relajada natural. Tony le sonrió antes de besarle sensualmente, a un ritmo lento. Con cuidado cambiaron posiciones y mientras el de pelo arrizado se dedicaba a acariciarle el imán a la vez que le masturbaba le preparó.

-Relájate Tony.- le pidió, con ojos suplicantes al ver que hacía fuerza.- No quiero hacerte daño.

-Claro, como no eres tú al que le van a meter algo por el trasero.- soltó con un bufido.

-Por favor. Relájate.- subió hasta sus omoplatos y los besó con suavidad.
Cuando consiguió su cometido le preparó a consciencia, arrancando suaves gemidos de los labios de Stark: -Hn, Bru-Bruce…- le acarició el pelo de color grisáceo.- E-entra ya.

-¿Seguro?

-Sí, sí.- asintió con la cabeza y cerró los ojos esperando para recibir al otro.

Después de unirse en uno, Tony, quien había estado cabalgando a Bruce, se dejó caer sobre el fuerte pecho del otro, que respiraba agitadamente y le acariciaba el húmedo pelo.

-¿Bruce?- le miró con las cejas fruncidas ante la pregunta que le había venido a la mente .- ¿No se supone que Hulk aparece cuando tu velocidad cardíaca aumenta?

Los ojos del hombre se abrieron de golpe al darse cuenta de aquello.

-Pues sí… Pero no sé como…- estaba realmente confundido, y no solo por aquello, sino porque había puesto en peligro al genio.- Lo… lo siento Tony.

-¿Eh? ¿Por qué? ¿Te arrepientes?- preguntó con los ojos abiertos, preocupado.

-¿Qué? No, claro que no.- le besó la frente con devoción.- Por supuesto que no.

-¿Entonces?- se abrazó a él y le miró fijamente.

-Te he puesto en peligro, Tony. No podría perdonarme si te hiciera daño.- le estrechó con fuerza entre sus brazos, como si temiera que se fuera.- Si el Hulk apareciera…

-No más.- dijo Loki con cara de agotamiento entrando a la habitación apoyado en su novio que le sujetaba con fuerza.- Tapaos, por favor.- rápidamente lo hicieron al ver que detrás de ellos entraban los otros tres: Thor con una gran sonrisa en los labios, el Capitán sonrojado fuertemente y la Viuda negra solamente sonreía de forma pícara.

-¿A qué te refieres, Loki?- preguntaron ambos a la vez.

-Hum… ¿os acordáis de aquella explosión de hará unas tres semanas?- les preguntó y ambos científicos asintieron.- No fue una explosión accidental, la provoqué yo pues quería hacer algo con dos hechizos permanentes que os hice a ambos, pero solo uno a cada uno: a Banner le di control total de Hulk, por lo tanto ahora te puedes convertir cuando quieras en Hulk y lo podrás controlar igual que controlas este cuerpo. Contigo Stark fue mucho más complicado, sacar toda la metralla de tu organismo sin cortarte ni una vena ni una arteria ni nada fue difícil, pero resultó.

-Un momento, un momento, un momento. ¿Nos estás diciendo que nos usaste de conejillos de indias?- preguntó un más que furioso Tony.

-Claro que no.- se defendió, claramente ofendido.- Ya lo había hecho antes… con animales de Asgard.- le contó.- Además, sino hubiese funcionado no habría pasado nada, todo habría sido como siempre y vosotros ni siquiera os habríais ni enterado. Consideradlo mi regalo para que vuestra relación sea más llevadera. Voy a por un zumo.- y dicho esto abandonó el cuarto seguido de Clint.

-¿Alguien sabía de todo esto?- preguntó Bruce, que se cubrió aun más con las sábanas.

-Yo.- dijo Steve con una pequeña sonrisa.

-¿Tú?- dijeron todos sorprendidos, sobretodo Thor, pues la relación entre el Capitán y Loki no era la mejor.

-Yo fui el primero con quien empezó a hacer experimentos. A petición mía, antes de que digáis nada.- se adelantó.

-¿Qué le pediste?- dijo un preocupado dios del trueno, mirando a su esposo y haciendo una nota mental de hablar con su hermano.

-Nada malo, no te preocupes cariño.- respiró hondo y les sonrió.- Le pedí que me quitara los efectos secundarios que el suero del superhombre había creado en mí como el no poder emborracharme y cosas de esas.

-¿Por qué no me lo dijiste?- cuestionó el asgardiano.

-Porque no me hubieras dejado.- dijo con simpleza antes de besarle.

Natasha solo negó con la cabeza antes de salir, empujando a los dos rubios.

-Ah, y chicos, sean menos ruidosos, por favor.- y cerró la puerta, estallando en carcajadas una vez en el pasillo.

Dentro de cuarto, los dos hombres se acostaron, Tony sobre Bruce que miraba pensativos el techo.

-¿En qué esas pensando?- preguntó Tony.

-En el hecho de que ya no tendré que volver a preocuparme por poder dañar a alguien.- le sonrió, apacible, como era él.- ¿Por qué crees que lo habrá hecho?

No contestó en seguida pues él mismo se lo había estado preguntando.

-No lo sé. Quizás es su forma de pedir disculpas por lo que hizo.- le respondió antes de besarle.- T-t-te amo.- tartamudeó.

-Y yo a ti.- le abrazó y le beso el puente de la nariz antes de cerrar los ojos y dormirse casi al instante, siendo seguido por el otro científico.

Notas finales:

No es mi mejor lemon, lo sé, pero es que no andaba muy inspirada el día que lo hice. Igualmente espero que os haya gustado, aunque solo un poquito.

Dejad un review, ¿sí? Sé que esta pareja no es muy conocida ni está muy consolidada, pero me senti con la necesidad de escribirla.

Besos a todo el mundo! (Dos a quien haya dejado un review ^^)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).