Sólo un minuto. por NeekoElric

Capítulo 1: Un te amo y una lágrima.

[-¡Oishi, Yo te amo!]
‘-¡Oi Eiji, espera, Eiji, Eijiiii!’
     Y eso es lo último que él habrá escuchado de mi. Estoy tan arrepentido, con tanta bronca y culpa de haberme negado así a él.
    Desde hace dos semanas no hago más que velar y rezar por la vida de mi Neko, de Eiji, mi niño travieso… Que de repente dejó de sonreír para pasar a una facción seria, tranquila y levemente lastimada, con raspones, moretones y con su bandita pero esta vez puesta con motivos.
    No dejo de pensar en ese momento y de cómo ahora Eiji podría estar sonriendo para mi…

Incluso ahora...
[Oishi… ]
Siento su voz…
[Oishi…]
Llamándome…

-¡Oishi, por favor despierta! –Siento como la mamá de Eiji me sacude, otra vez- Deberías volver a tu casa, todos estamos preocupados por ti, yo…
-No señora, yo no puedo dejarlo, se que si despierta podría enojarse conmigo otra vez al no verme con él –Suspiré y me levanté a darle el asiento a la madre de Eiji, a quien le caían lágrimas hasta su mentón, que luego humedecían las finas sábanas-
-Dime Oishi, ¿Qué sucedió entre ustedes? Aún no –su voz se notaba entrecortada por el llanto- no lo entiendo…
-Yo… -No, no podía en un momento así decirle a ella ‘Tu hijo se me declaró’, simplemente no podía, tenía que buscar una escusa rápida y que sea mi culpa- Yo discutí con él, y luego se me fue de las manos el asunto y lastimé a Eiji, por lo que salió corriendo y yo traté de alcanzarlo, pero no pude hacer nada –Lágrimas caen por mis mejillas-
-¿Porqué?, ¿Tan fuerte fue? Me cuesta asimilarlo… Ustedes –Tomó la mano de su hijo menor y comenzó a llorar devuelta, verla llorar me hacía sentir peor.-
-Disculpe señora, me retiro –Me costó decir esas últimas palabras- No merezco el amor de Eiji –No, se me escapó de los labios, eso podría tomarlo mal- Digo, la amistad y el cariño… Bueno, me retiro –Abrí la puerta pero la voz de ella me frenó-
-Prometo llamarte en la noche, se lo que Eiji significa para ti –Me sonrió de manera cálida mientras lágrimas corrían por su rostro, no soportaba ver esa imagen-

“-¡Oishi, Yo te amo!” –Resonaban esas palabras en mi cabeza y me agarre el pecho, que mal me sentía.

    Pasó otra semana, y yo recibiendo llamadas de parte la Familia Kikumaru, y visitas de Tezuka con la Tarea, aunque ese año con Eiji ya lo teníamos perdido, pero en este momento lo que menos hago es pensar en algún futuro, todo depende de la evolución de Eiji.
    ...
   Luego de las prácticas saludé a todos, y como siempre fui casi uno de los últimos en ir a los vestidores, encaminado a las duchas veo un colorado bastante impaciente.
– ¡Oishi! ¿Por qué siempre tardas tanto~nya? – Me lo dijo notablemente frustrado e incluso nervioso, que lo ocultaba, pero no nos dicen ‘Golden Pair’ por nada.
-¡Haha! Lo siento Eiji –Sonreí y fui a las duchas, al salir, me miraba fijamente, tanto que llegó a asustarme – E-eiji, ¿Qué sucede?
-Yo… Tengo que decirte algo –Seguía en su postura
-Anda Eiji, no me asustes – Suspiré y traté de buscar una respuesta según su cara- ¿Quieres en dormir en casa? O, ¿Te pago otro helado? Ah, Quizás quieras jugar dobles con otro…
-No Oishi –Me interrumpió- Yo… Yo… ¡Oishi yo te amo! –Y vi como en cámara lenta sus ojos azules se iban enaguando, a lo que reaccione luego de un rato-
-¿Co-Cómo que me amas Eiji? Fíjate bien las cosas que dices –Acaricié con ternura su cabeza, tratando de volver a nuestra aura natural, pero este quitó su cabeza bruscamente-
-¡Siempre me tratas como a un niño! ¡Que sea imprudente no quiere decir que haya cosas que no sepa, Oishi! Luego de un tiempo me di cuenta de que te amo, además sabes que tanta sincronización no es normal –Hizo pucherito enojado, parecía un niño convenciendo a sus padres de comprarle un juguete, o en su caso un helado-
-Eiji mira, yo si te tengo mucho aprecio, pero… ¿Amor? ¿Enserio, Eiji? –Hasta yo me hubiera juzgado por esa contestación tan crédula, tan… Asquerosa podría decirse.
-Amor… Si, ¡No te creas que para mi es fácil decirlo! –Maulló por lo bajo, estaba sonrojado… Que bonito se veía, pero, ¿Eso no sería ser gay? – Creí que sentías lo mismo, Oishi –Sollozó.
-No soy gay, Eiji… -Listo, me faltaba decir esa estupidez para jalar el gatillo y pegarme un balazo, pero ver su expresión de dolor mezclada con rabia fueron como tres balazos seguidos-
-¿Gay? Yo soy gay por quererte como algo más, dejo mi orgullo por decirte te amo, ¿Y me rechazas así? ¿Qué clase de espíritu maternal tienes? Baaaka-Oishi! –Salió corriendo y yo iba por detrás gritándole cuanto lo sentía y disculpándome con la gente que Eiji chocaba.

    Al llegar él al semáforo estaba en verde, Eiji paró a tomar aire, a unos pocos pasos pude gritarle devuelta, a lo que me miró con rabia y corrió… Con el semáforo en verde… Lo último que habrá escuchado de mi parte fue…

-Eiji espera, Eiji, ¡EIJIII! –Me levanté bruscamente de la cama al haber gritado su nombre como tantas noches, cada noche recuerdo ese accidente, recuerdo sus gemidos de dolor, es una tortuta de mi subconsciente. Me dirigí al baño a lavarme la cara sudada y con lágrimas. –Te extraño- llegué a susurrar.