Un chico rubio caminaba solo por las calles de una ciudad de nombre Konoha. Era esbelto, de ojos azules como el cielo, tez algo bronceada y tres peculiares marquitas en cada mejilla que parecían bigotes; su nombre era Uzumaki Naruto. Tenía un aura de depresión y tristeza. Seguía caminando sin rumbo y pronto una lágrima escurrió por su mejilla derecha. Lo que le ocurría a ese hermoso chico de 17 años era que su "mejor amigo" lo usaba como juguete sexual cada que él quería, pero eso no era lo malo, sino que él mismo lo permitía. Se sentía agotado de esa rutina de ser "mejores amigos", luego su "amigo" lo llamaba diciéndole que quería sexo con él y él accedía sin pensar; pero lo hacía porque estaba profundamente enamorado de "él" su "amigo".
- Sasuke... - Susurró al viento mientras más lágrimas adornaban su rostro.
Naruto llegó a un parque donde se dejó caer al suelo lleno de pasto a llorar y sacar su frustración y tristeza sin que alguien pudiera observarlo. Se desahogó lo más que pudo, siempre lo hacía, ya estaba acostumbrado a hacerlo. Hace unas cuantas horas Sasuke lo había hecho de nuevo y él lo había dejado.
Después de casi dos horas de estar llorando en el suelo decidió levantarse e irse a su hogar. Eran las 2 de la madrugada y aún así no le importaba porque sabía que nadie lo estaría esperando en su casa. Al pararse comenzó a sacudir su ropa que estaba llena de pasto y tierra. Cuando estaba a punto de comenzar a caminar directo a su vivienda escuchó a alguien dirigirse a él, al voltear se sorprendió al ver a un chico de cabello rojo y ojos color agua. Esa persona se le hacía conocida y hasta que lo divisó completamente bien lo reconoció.
- ¡Gaara!
- ¿Naruto? ¿Qué haces aquí a estas horas?
- Ehh... pues yo... veamos... Yo... - Decía Naruto intentando pensar en una buena excusa para no decirle la verdad.
- Es por Sasuke, ¿Cierto?
- Ehh... pues... - Naruto bajó la mirada al suelo tratando de disimular su vergüenza y su tristeza.
- Lo sabía. ¿Qué te ha hecho ahora? - Exclamaba molesto y gritando el pelirrojo.
- ¡¿Eh?! Nada... él no me hace nada... todo es mi culpa. Yo dejo que me haga lo que quiera. Sé que soy un idiota por permitirlo, pero... pero... ¿Estoy completamente enamorado de él! - Al finalizar sus palabras, el rubio comenzó a llorar de nuevo como si fuera a morir si no lo hacía.
- Naruto... - Musitó el mayor - No sabía que tanto amaras al Uchiha como para acceder a ser su juguete sexual.
- Lo lamento, Gaara, sé que después de esto no me verás como antes. Soy un estúpido al aceptar eso. - Manifestó Naruto sin dejar de llorar.
- No, no digas eso Naruto. El único idiota en esto es el bastardo del Uchiha por hacerte eso sabiendo tus sentimientos.
Gaara abrazó a Naruto y pronto se tranquilizó. El mayor acariciaba su alborotada cabellera rubia mientras lo sostenía con cariño.
- Vamos, Naruto. Te acompañaré a tu casa.
- No, no es necesario, Gaara, ya has hecho mucho por mí. No quiero causarte más molestias.
- No es una molestia. Anda, vamos.
Naruto accedió a la propuesta de Gaara y caminaron hasta su hogar.
- Bien. Yo me voy, Naruto. Cuídate y descansa bien. Mañana te llamaré.
- Espera, Gaara. ¿No quieres quedarte esta noche?
- No, no quiero provocarte problemas, nos vemos.
- No me causas ningún problema, al contrario, me has ayudado mucho. Quédate, ya es muy tarde.
- ¿Seguro?
- Si, seguro.
Naruto hizo que Gaara pasara a su departamento, que aunque era pequeño no estaba desordenado y estaba limpio.
- Gaara, tú puedes dormir en mi cama, yo dormiré en la sala.
- No, por supuesto que no. Tú duerme en tu cama. Tienes que descanasar.
- No, no dejaré que un invitado duerma en la sala. Anda, toma mi cama.
- No, definitivamente no.
Se la pasaron discutiendo sobre quién tendría la cama hasta que Naruto dijo.
- Ya, está bien, ambos dormiremos en la cama.
- Qué buena idea.
Naruto y Gaara durmieron juntos en la cómoda cama del rubio.
Pasaron los días y Naruto comenzaba a juntarse más con Gaara que con nadie. Se hicieron muy buenos amigos y eso le ayudaba a olvidarse de Sasuke y los malos ratos que lo hizo pasar. Salían a menudo y en la escuela siempre hacían las tareas y los trabajos juntos. Llevaban casi 3 meses de haber comenzado una amistad tan grande. Lo que no sabía Naruto es que en Gaara crecía un sentimiento más allá de la amistad.
Un día que Gaara no pudo ir a la escuela porque se sentía enfermo, Naruto estaba vagando solo por la escuela, se dirigió a la biblioteca para hacer su tarea y luego retirarse a su casa. De camino a la salida del colegio, Sasuke vio a Naruto solo y aprovechó para acercársele.
- Hey, Naruto.
Naruto al oír que lo llamaban volteó alterado porque era imposible no reconocer esa voz que lo nombró desde atrás de él.
- Sa-Sasuke.
- ¿Qué haces tan solo el día de hoy? ¿Por qué no estás con tu noviecito el mapache?
- ¡¿Qué dijiste?! - Gritó enfurecido Naruto. - Gaara no es ningún mapache y además no es mi novio, él es mi mejor amigo.
Sasuke quedó atónito ante las últimas palabras del pequeño: "Es mi mejor amigo"... esa frase retumbaba en la cabeza del pelinegro haciendolo rabiar. Sin pensarlo tomó a Naruto de su muñeca derecha y comenzó a caminar hasta el estacionamiento de la escuela.
- ¡¡¿Qué haces?!! ¡Suéltame! ¡Me lastimas! - Gritaba Naruto intentando zafarse del fuerte agarre del ojinegro.
- ¡Cállate!
Sasuke abrió la puerta de su lujoso auto y aventó al rubio dentro de este. Sasuke era de familia multimillonaria, ya que sus padres eran dueños de las empresas Uchiha y él era el heredero.
Dentro del coche empezó a besar al ojiazul salvajemente sin dejarlo ir.
- ¡¡Déjame!! ¡¡Suéltame!! - Naruto seguía forcejeando sin lograr su objetivo.
- ¡No te dejaré! ¡Tú eres mío y de nadie más! ¿Entiendes?
- No. Yo no soy tuyo ni de nadie. ¡No soy una puta a la que puedes tener cuando quieras! - Después de decirle eso, Naruto comenzó a llorar.
- ¡Yo no te trato como un juguete! ¡Pero eres mío! ¡¡Entiéndelo de una maldita vez!!
- ¡¡No quiero!! - Gritó el menor y luego le dio un puñetazo en la mejilla izquierda.
Sasuke se enojó demasiado y arrancó el auto en dirección a su departamento. Al llegar tomó a Naruto por el cabello y lo metió a la fuerza hasta su cuarto.
- ¡¡Duele!! ¡¡Suéltame!!
- No te dejaré ir, no lo haré porque eres mío. ¿Entendiste? ¡¡MÍO!!
Pronto el ojinegro arrancó toda la ropa de Naruto y le amarró las manos con su propia corbata. Estaba perdiendo el control de sí mismo por toda la furia que sentía al pensar que Naruto era novio de Gaara y se lo ocultaba, y no sólo eso, sino que estaba siendo reemplazado por ese idiota pelirrojo.
- ¡¡Basta, Sasuke!! ¡Por favor! - Naruto estaba llorando en exceso, sentía un miedo terrible al ver a Sasuke tan descontrolado.
Sasuke golpeó al pequeño en la cara por tanta desesperación y enojo juntos en su interior, haciéndolo sangrar del labio. Después abrió sus piernas y sin preparación alguna iba a meter su miembro ya erecto en el menor, pero vio su rostro asustado, sus ojos azules aterrorizados por su culpa, su hermosa carita llena de lagrimas y su labio morado y con sangre escurriendo de él. Y fue en ese instante cuando reaccionó.
¿Qué estaba a punto de hacer? ¿Iba a dañar a mi hermoso rubio más de lo que ya lo he hecho? -Pensaba Sasuke pasmado por su reciente descubrimiento.
- ¡Naruto! ¡Perdóname! ¡Perdóname! ¡Lo lamento mucho! - Diciendo esto desató al ojiazul y lo cubrió con las sábanas de su cama. - Perdón, perdón. Yo no quería hacerte daño. No sé qué me sucedió. Me descontrolé.
- Sasuke ¿Por qué?
- Perdón. Te dejaré descansar. Me iré a la sala. Si necesitas algo sólo pídelo.
- No... Sasuke... Yo... necesito saber el por qué de esto. Explícamelo por favor.
Sasuke quedó anonadado ante ese comentario. Naruto le pedía una explicación del por qué había hecho eso, ¿acaso no lo sabía? ¿No sabía que se estaba muriendo de celos, rabia y desesperación al verlo con Gaara? ¿No sabía que estaba así porque dejo de verlo desde hace 3 meses?
- ¿Qué es lo que quieres saber, Naruto?
- Pues eso... ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué estás tan enfurecido de que me junte con Gaara?
- ¿En verdad no tienes ni una idea de por qué me puse así?
- Claro que no, sino no estuviera cuestionándote.
- En verdad eres un dobe.
- ¡No me digas dobe, temee!
- Porque te amo.
- ¿Eh? - Naruto creyó escuchar mal - ¿Qué dijiste?
- Porque te amo, te he amado desde que me confesaste tus sentimientos.
- Eso... Eso no puede ser verdad. Siempre que quieres sexo me llamas y luego me ignoras como si nada hubiera pasado. Eso no es amor, sólo te interesa tener sexo conmigo. Si sólo quieres sexo busca a alguien más. Muchas y muchos desearían poder hacer lo que haces conmigo. Pero yo no soy un juguete. - Ya sé que no eres un juguete. Pero creí que habías comprendido todo.
- ¿Comprender el qué?
- Cuando confesaste tus sentimientos por mí yo te besé y te abracé. Desde ese momento eres mío, desde ese momento comenzamos a salir. No decía nada delante de los demás porque pensé que te gustaría más ser discreto. Además nunca te dije que te amo porque no soy muy sentimental y abierto de sentimientos, tú bien lo sabes.
- Eso no tiene sentido. Ni siquiera demostrabas quererme.
- Ya te dije que no soy esa clase de persona. Y lo lamento, lamento en verdad que nunca te lo hubiera demostrado antes. Yo te amo, en verdad lo hago y es por eso que me puse tan celoso del mapache ese. Un día sólo dejaste de venir a verme, ya no contestabas mis llamadas y de repente comenzaste a juntarte con ese idiota que me está reemplazando.
- Ey... Gaara no es un mapache ni un idiota... el idiota eres tú. - Sasuke alzó una ceja al oír eso. - Y yo también soy un idiota... Si los dos hubieramos dejado en claro todo, esto no habría pasado. Perdón, Sasuke. La culpa fue de los dos.
- Claro, mi pequeño kitsune. Te perdono, ahora perdóname tú a mí por tratarte tan mal.
- Sí, Sasuke. Te amo.
Después de eso Sasuke abrazó a Naruto por la cintura y lo besó muy tiernamente. El menor correspondió el beso y se dejaron llevar por su amor, teniendo una noche de amor, pasión y lujuria.
**********************************UNA SEMANA DESPUÉS**********************************
Naruto permanecía sentado en una de las muchas bancas de la escuela que estaban en el jardín trasero cuando escuchó a alguien dirigirse a él.
- Hola, Naruto. - Saludó la persona que llegaba en ese momento.
- Gaara... Hola. - Respondió algo nervioso.
- ¿Sucede algo?
- ¿Ehhh? No, claro que no. ¿Necesitabas algo?
- Sí. Quiero hablar contigo.
- Bien... podemos hablar ahora, ya que estoy en una hora libre y al parecer tú también.
- Por supuesto. - Afirmó el chico de cabellera roja. - Bueno... ¿Cómo decirlo?... Naruto tú... me-me gustas.
- ¿Eh? - Naruto quedó estupefacto al escuchar a su amigo. - ¿Qué dijiste?
- Que me gustas. Me gustas mucho, Naruto. Estos meses que he estado a tu lado, en mí comenzó a nacer algo más que amistad por ti.
Naruto se sentía nervioso puesto que no quería herir a su amigo y tenía que pensar en algo rápido para no lastimarlo, ya que había quedado con Sasuke y en cualquier momento llegaría y no quería pensar en lo que podría pasar.
- Etto... bien... yo... Gaara... No sé qué decir.
- No importa, no me lo tienes que decir ahora. Sé que aún estás herido por lo que te hizo el bastardo del Uchiha, pero piénsalo bien. Yo puedo ayudarte a olvidarlo.
- No creo que lo quiera olvidar. - Se escuchó una voz desde atrás de un árbol.
- ¡Sa-Sasuke! - Exclamó Naruto preocupado por no saber qué hacer o decir.
- ¿Tú qué sabes, Uchiha? Ni siquiera sabes lo que siente Naruto al ser utilizado por ti.
- Etto... Gaara. Basta. - Decía Naruto mientras se ponía rojo por la vergüenza.
- No, Naruto. No callaré. Vamos, dile cómo te has sentido gracias a sus estupideces.
- Gaara. No entiendes. Él y yo...
- Somos novios. - Terminó de decir Sasuke.
- ¿Cómo? - Gaara estaba realmente confundido. - No digas tonterías, Uchiha. Naruto, explícale lo que me has dicho a mí.
- Ehmm... Bueno... Gaara... Sasuke y yo en verdad somos novios.
- ¡¿Qué?! ¡Esto no puede ser! ¡Hace a penas una semana estabas sufriendo por este imbécil! ¡¡¿Y ahora resulta que son pareja?!!
- Bueno, sí. Realmente todo fue un malentendido por parte de los dos. Ambos estábamos mal y no nos dábamos cuenta. Pero lo arreglamos y ahora estamos en una relación. Lo... Lo lamento, Gaara.
Gaara estaba a punto de llorar por la rabia y lo único que atinó a hacer fue irse encima de Sasuke para golpearlo, pero éste se dio cuenta de sus intenciones antes y evadió sus golpes con rapidez y maestría. Naruto se levantó instantaneamente al ver que las cosas se estaban poniendo difíciles y sostuvó a Gaara por detrás para que no siguiera en su lucha por intentar golpear al de cabello oscuro.
- ¡Es suficienta. Gaara! ¡Basta ya! ¡¡Detente!! - Naruto gritaba mientras intentaba mantener quieto al chico pelirrojo.
- Naruto ¿Por qué? ¿Por qué permites que un idiota como él te trate así?
- Gaara, entiende. Sasuke y yo no teníamos idea de cómo se sentía el otro y fue un malentendido. Es por eso que ahora estamos bien. Por favor, basta.
Gaara dejó de moverse y el rubio le soltó las manos. Se acercó a Sasuke y en voz baja le dijo algo que sólo ellos dos pudieron escuchar.
- Si lastimas a Naruto, te juro que no dudaré en alejarte de él.
El de ojos oscuros como la noche sólo soltó una sonrisa burlona ya típica en él y le respondió de igual forma.
- No te preocupes. Naruto me AMA y yo a él. - Dijo socarronamente el pelinegro haciendo énfasis en decir que su amor es mutuo.
Gaara se retiró del lugar y dejó a los, ahora novios, a solas.
- Sasuke...
- Shh... no digas nada. No te preocupes. Sé que esto no fue tu culpa.
- Pero...
- No importa que le hayas dicho sobre lo nuestro, con alguien tenías que desahogarte.
- Gracias, Sasuke. Te amo.
Se besaron tiernamente mientras el mayor tomaba al rubio por la cintura para acercarlo completamente a él y Naruto tomaba la nuca y el cabello de Sasuke para tener un beso mejor y más profundo, en el cual demostraran todo el amor y cariño que sentían el uno por el otro.
- Yo también te amo, kitsune hermoso. Ahora vámonos, te llevaré a pasear a un lugar.
- ¿Eh? Pero tdavía tengo clases.
- No te preocupes por cosas sin importancia. Luego repones tus clases, por ahora ven conmigo.
- Está bien, pero ¿A dónde vamos?
- Es una sorpresa...
♥FIN♥