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Razbliuto por Himawari

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Notas del fanfic:

Razbliuto es una palabra rusa que se usa para definir esa sensación de vacío que se siente por alguien que una vez se amó, pero no se ama más.

Notas del capitulo:

El fic se me vino a la mente después de escuchar una canción de Joaquín Sabina: Y sin embargo.
Pondría el link pero no sé cómo ponerlo bien xD

Sungmin sabes de sobra que te amo, que no hay nadie más como tú. No puedo, no soy capaz de pensar en un futuro en el que no estés a mi lado.

Sin embargo sabes a lo que te metiste cuando dijiste que querías ser mío… cuando aclaraste que yo no sería tuyo. Me da miedo pensar en el momento en que te vayas y sin embargo no me dolió la primera vez que estuve con él porque sabía que al regresar estarías en casa para hacerme la compañía que necesitaba después del trabajo.
Déjame vivir en las nubes por unos segundos, para comprender que es lo que tanto te gusta de ahí y porque no sales de tu mente, quiero entender porqué yo no fui capaz de calar en tu fantasía. Perdóname por ser tan distraído y permíteme que te lo regrese con amor, un amor que tal vez está manchado, envenado y que es desgraciado pero es lo único que tengo pero por favor, no dudes que no sea sincero. No te pido que me ames para siempre pero sí que lo hagas en estos momentos, cuando te tengo a mi lado y puedo sentir tu fragancia en mi nariz, cuando puedo besarte todo el tiempo que sea necesario, solo así sé que te amo más y me prometo no volver a engañarte… pero sabemos que es una mentira. Y sin embargo tener en cuenta que no son tus labios los que disfrutan de los míos, ya hubo alguien antes no me hace sentir culpable, no me arrepiento pero te amo, te sigo amando. Pasé noches enteras con personas distintas pero en mi corazón siempre estabas tú. Sigo pensando solo en ti.

Tú que me enseñaste lo que es ser devoto, lo siento, no pude contenerme. Aún cuando él me guiñaba el ojo, iba a un hotel con otro o abrazaba a aquel yo pensaba en ti pero no sentía esa necesidad de estar a tu lado, al menos no en ese instante. Por las noches mientras otro me abrazaba mi mente desbordaba por ti, en la oscuridad podía recrear todos esos momentos pequeños que tuvimos. No importa a donde vaya puedo encontrarme a alguien que me atraiga y será una nueva recaída lo sé, pero cuando estoy con él siempre pienso en ti, pienso en ti en el momento en que ordenamos la cena, cuando pedimos una habitación para el hotel, pienso en ti para hacerte saber que no hay nadie más que tú en mi corazón.

Y sin embargo te engañaría con cualquiera. Cada beso que daba en otros labios era un pecado pero era emocionante, solo unos cuantos por noche para evitar que me borrasen tu rastro que estaba impregnado en mis roces. Solo era difícil cuando tú me negabas tus besos. Me refugiaba en otras caricias… ¿está bien decirte esto? Esas caricias eran nuevas, electrizantes pero nunca eran tuyas. Las camas de los hoteles siempre son heladas, mi calidez siempre estaba contigo y nunca conmigo, por eso llegaba con más ansias a casa, porque sabía que solo así podía llegar a la vida.

 

Definitivamente su humor estaba mucho mejor que los días pasados, pero de igual manera algo no dejaba de estar mal. Había gastado la esperanza entre nosotros, empañé la fidelidad de lunes a domingo, metí espinas dolorosas en tu cuerpo y no me preocupé por sacarlas, simplemente permaneciste inerte, llorando sin saber que pasaba por mi mente, pero me esperaste porque confiabas en mí y yo no recogí las piezas rotas de tu corazón que se me atravesaron.

 

 

Por la madrugada Sungmin pensaba en ir a cortarse el cabello, comprar algo de ropa o conseguir una mascota para animarse pero simplemente no conseguía salir de la cama. No veía algo que pudiera hacer una vez que se levantase y por eso no lo hacía. Seguía necesitando tiempo para aclarar su mente y situarse personalmente en el lugar correcto pero todavía no lo conseguía. Sin él se moría lentamente pero ya no podía confiar en él, aún si le hubiese dado una segunda oportunidad inmediatamente se hubiera arrepentido porque las dudas no hubiesen tardado en atacarle y se llenaría de desconfianza pero en principio no era su culpa, sino del otro que se arriesgó en traicionarle en su propio apartamento, en la cama donde habían pasado las noches por los últimos dos años sin haber pensado en las consecuencias. No fueron más que dos besos ‘tontos’ que prácticamente le habían destruido, en un principio. No tenía la intención de lastimarse solo porque sí. Soñó que él llegaba por la noche y se metía en la cama para abrazarle, el aroma era tan real, los besos se le antojaron bastante lejanos pero le sentía a su lado. Cuando despertó la habitación le daba vueltas, estaba llorando y supo que ese día le vería al menos una vez más. La piel le ardía, recordaba a la perfección cada detalle de esa relación y le caía una culpa con la que tenía que cargar, la traición y desconfianza ya le habían marcado lo suficiente. Vino… quería mantenerse sobrio, trataba de ser más fuerte que esa tentación pero si lo hubiese sabido antes ese último día le hubiera besado como nunca, con tanto amor y paz para engañarse asegurándose que no había nadie más que él, que era él su único amor. Como necesitaba tenerlo a su lado para besarlo por una última vez y así poder resignarse a perderlo, aunque sabía que no pudo perder algo que nunca fue suyo, su corazón entonces, le dolía un poco más…
Se encontraba sobrio de compañía, con un cuerpo atestado de recuerdos esperando a cerrar los ojos y dejar que la mañana pasara una vez más, esperando a que esa fracción de segundo que separa la vigilia con el sueño llegara y así no tener que seguir repasando sus recuerdos. Porque ignorar esa etapa de su vida era completamente inasible, insípido e imposible. “Cuando la calidez que me dejaste se esfume, yo te buscaré hasta encontrarte” pensó antes de dormir por completo.

 

 

 

En la sección de ciencia ficción, Sungmin no dejaba de revisar los estantes en busca de un libro interesante para comprar pero todavía no encontraba algo que le llamase la atención pero hasta las sinopsis le parecían absurdas. Removió el cabello oscuro de su frente y retrocedió sin mirar para ir a otra sección, sin embargo sus pies se encontraron con un par de zapatos y un hombre con cierta mirada molesta. Los primeros segundos se dedicó a mirarlo detenidamente, era más alto, mejor vestido, unos ojos indescriptibles, muy agradable para la vista y se encontraba limpiando la marca de tierra que había dejado en sus zapatos.

—¡Lo siento mucho! —Se disculpó Sungmin finalmente— ¿Te he hecho daño?

—Sí —Le respondió la víctima que seguidamente soltó unas carcajadas, se veía maravilloso—. Es broma, pero deberías tener cuidado por donde caminas.

—Ah, supongo que realmente estaba distraído. De verdad lo siento.

—¿Encontraste algo de tu interés?

—La verdad es que no. Hoy no ha sido un buen día.

—Claro que sí. Me has conocido y eso es bueno. Ven que te invito a tomar algo y así nos conocemos mejor.

—¿Estás planeando hacer algo conmigo?  —Preguntó Sungmin con una risilla tonta.

—Sí, conocerte.

Una vez que encontraron una mesa más apartada de las demás se sentaron y comenzaron a beber en silencio.

—Creo que deberíamos presentarnos. Mi nombre es Lee Sungmin ¿y el tuyo?

—Cho Kyuhyun, es un placer conocerte.

—Igualmente. ¿Y tu edad?

—Solo veinticuatro años.

—Mmh

—¿Ese ‘mmh’ es bueno o malo?

—Bueno Kyuhyun tenemos la misma edad —Contestó feliz ante eso tan simple.

—¿En serio? —Kyuhyun enarcó una ceja—, juraría que eres mayor que yo.

—¡Por supuesto que no!

—Está bien. Y dime Sungmin ¿A qué te dedicas? —Se acercó lo suficiente a su rostro como para que el otro percibiese el aroma de café que desprendía de su boca, se le antojaba más de lo que tenía entre sus manos.

—Soy… —Buscó en su mente la palabra correcta pero estaba en blanco—, soy gerente general en un banco.

—¿En serio? ¿No eres muy joven para trabajar ahí?

—No, empecé hace cinco años. Sé muy bien lo que hago —Agregó con una sonrisita que hacía que sus ojos sus ojos más pequeños y llamativos. Brillaban por completo.

—Pues vale, gerente a ver qué día me das un crédito.

—Cuando quieras —Sonrió—. ¿Y tú de qué trabajas?

—La semana que viene comienzo a trabajar como profesor de canto.

—¿A qué cantas? —Sungmin se inclinó hacia delante, con emoción—, a ver cuando me enseñas a cantar —Le guiñó el ojo derecho.

—Cuando quieras —Le contestó Kyuhyun paseando sus dedos sobre la mano de Sungmin.

 

 

 

Era un espacio cerrado y silencioso pero era perfecto, nadie entraba seguido ni lo hacía en compañía de alguien, eran entradas y salidas rápidas, por eso era el lugar perfecto. Incluso antes de empezar podía sentirse el calor que llenaba la estancia. Se metieron al último habitáculo y se besaron, el primer beso fue largo, lleno de desesperación y cierto toque de lujuria. Sus labios encajaban en el acto y se sincronizaban, cada vez que se tocaban más sus latidos se aceleraban, parecía haber una conexión más intensa entre sus caricias. Sus mundos parecían colapsar en esos instantes. El cuerpo de Kyuhyun estaba pegado en el rincón de plástico y la pared helada y el de Sungmin haciendo presión contra el suyo, era difícil de respirar pero no importaba, al contrario, les gustaba quedarse sin aliento. El más bajo movía sus caderas sensualmente, con delicadeza para provocar hasta el punto en que Kyuhyun le rogase por más, no podía apartar su mirada de aquellos ojos que brillaban de emoción, era algo que le desbordaba. Bajó su mano hasta el centro de aquellos pantalones y le gustaba lo que sentía, comenzó a acariciarlo más hasta que se decidió por bajar el cierre y dejar escapar esa firmeza que se le antojaba.
Sungmin se colocó de rodillas, casi nunca se comportaba de esa manera ni mucho menos hacía felaciones a la primera pero esa vez era distinto, su libido era mucho más poderoso que su raciocinio. Quería hacerlo lento y primero lamía la erección con cierto desinterés pero pronto cambió en cuanto se le volvió irresistible, al final fue prácticamente penetrado por la boca y no podía quejarse de lo bien que se sentía.

El calor de su excitación era sorprendente, sus pantalones iban a reventar se seguían aprisionando a su erección, le palpitaba todo el cuerpo y no solo a él, por supuesto. Kyuhyun lo puso de pie rápidamente, movió su cuerpo lo más que pudo dentro de ese habitáculo de baño pequeño le permitiese sin que chocara directamente con el retrete, bajó los pantalones de Sungmin al igual que su ropa interior y le preparó por unos escasos segundos mientras que el otro se agarraba con fuerza de la orilla de la pared de plástico, cualquiera que se metiese al otro cubículo podía ver sus dedos agarrarse con fuerza. Las penetraciones comenzaron lentamente pero conforme el calor crecía, las caricias se volvían más intensas, el sudor de sus cuerpos era más evidente; las penetraciones fueron más profusas y llenas de frenesí sexual.  Ambos trataban de reprimir sus gemidos pero no lo conseguían del todo.

—Bésame —Pidió Sungmin. Solo porqué sí, para enmarañar su mente un poco más, para liar y contaminar sus cuerpos en ese lugar.

—Quiero que te toques —Kyuhyun susurró al oído de Sungmin tan pronto tuvo una oportunidad de poder sacar algo de voz, se asfixiaba de placer.

Sungmin no dudó en hacerlo, comenzó con sencillas caricias en su base y después no resistió acelerar el vaivén con sus dedos. Entre su masturbación, el placer que le daba Kyuhyun entrando y saliendo de su cuerpo y la adrenalina de que en cualquier momento entrara alguien y pudiera descubrirlos, le hacía gemir incluso más.
Antes de que llegaran al clímax, Kyuhyun tomó el cuerpo de Sungmin y se sentó en el retrete, en un principio no era muy cómodo pero tener a Sungmin a horcajadas, gimiendo y moviéndose al compás contrario que el suyo le hacía olvidar lo raro que se sentía él. Bajó sus manos hasta su trasero, era verdaderamente exquisito. Un feroz hilo de electricidad se apoderó de sus cuerpos, Kyuhyun tapó su boca para callarse y Sungmin prefirió atrapar con sus uñas la espalda de Kyuhyun.

Hubo un silencio y luego desapareció con sus respiraciones que trataban de acompasar una vez más.  ¿Qué pasaría después de eso? Kyuhyun levantó la vista al ver que el otro le entregaba el resto de su ropa y luego terminaba de arreglarse. Sungmin abrió la puerta y salió para remojarse el rostro y salir de ahí sin mirar atrás. No se dio cuenta, pero ese día fue el principio de todo. Su secreto se había vuelto realidad y la sangre que circulaba por sus venas comenzó a tener una razón para hacerlo, más allá de las imperfecciones que no podía ver, más allá de su efímera existencia. Había encontrado una respuesta. Al salir de la tienda se moría de ganas por saber si ese desconocido se había quedado en aquél lugar o si estaba fuera, observándole. Una vez más evitó mirar por su hombro y solo esperó unos segundos para que sus manos se enlazaran de una manera distinta.

 

 

 

 

Por la tarde se relajó mirando de tanto en tanto la televisión pero en realidad no se concentraba en lo que veía. El timbre de la puerta sonó repetidas veces y al abrirla estaba frente a él, se le paralizó la sangre e hizo un ademán para dejarle pasar, una mezcla de sentimientos encontrados se apoderaron de su estómago.

—¿A qué has venido? —Preguntó Sungmin poco seguro de sí mismo.

—Perdón… he venido a pedirte perdón otra vez.

—No —Respondió inmediatamente, la respuesta escapó de sus labios por cuenta propia, no se arrepintió de haberlo dicho pero sintió un gran alivio que iba acompañado de cierta tristeza.

—¿Por qué no? ¿Aún después de lo que pasó hoy entre nosotros?

—Kyuhyun es que no puedo volver a confiar en ti, por mucho tiempo que pase yo no puedo confiar en ti. No te voy a pedir que seamos amigos porque sé que esas cosas no suelen salir bien pero solo quiero que tengas en cuenta que todavía te quiero mucho, más de lo que puedes pensar. Ahora por favor vete.
Se hizo a un lado de la puerta dejándole el espacio libre para que saliera pero no hubo resultado.

—No me voy, si todavía me quieres como dices algo podemos hacer para resolver esto —su voz comenzó a quebrarse, no quería que dos años de relación terminasen de esa manera —. Podemos hacer terapia y…

—No te engañes Kyuhyun, sabes que eso no funciona. ¡Estoy cansado! Cansado de tener que pretender que no me mata tener ese recuerdo en mi mente. Cuándo yo te pregunté ‘¿Me fuiste infiel sí o no?’ ¿Qué respondiste?

—Que sí.

—¿Crees que fue fácil para mí verte con otro? ¿Crees que puedo decir ‘Ya voy a olvidar todo esto’ y listo? No, desgraciadamente no puedo, porque cada vez que cierro los ojos puedo retener esa imagen otra vez. Yo sé que quieres regresar para ser felices pero yo solo te haré infeliz. No dejo de pensar… —Lágrimas comenzaron a caer sin detenerse, trató de ahogar su llanto se había esforzado en reprimirlo pero al final no pudo evitar derrumbarse—. No dejo de torturarme, sé que algo hice mal y no me di cuenta en qué fallé…

—Mi amor no hiciste nada malo —Dijo Kyuhyun abrazándole para calmar su llanto, sabía lo mucho que Sungmin detestaba llorar y le partía el alma verlo en ese estado, ni el día en que le confesó su infidelidad le vio llorar. Sabía que tenía razón y eso le dolía aún más.

—¿Cómo puedes estar seguro de eso? Cuando fuiste a satisfacerte con alguien más, tal vez yo fallé en algo y no supe arreglarlo.

—¿Podemos sentarnos y hablar tranquilamente? —Sungmin solo asintió tragando seco, sabía que era inútil.

Una vez que lo hicieron Kyuhyun habló:
—¿Recuerdas esas fantasías que teníamos en un principio? Sexo en lugares públicos… Creo que de cierta forma estuvo bien ¿no?

—Porque en ese entonces teníamos un ‘para siempre’ —Contestó Sungmin.

—Sungmin, por favor mírame, sigo siendo yo, te sigo amando, por favor regresa conmigo, te extraño… no puedo estar sin ti.

—¿Por costumbre? Prefieres hacerme creer que me amas para no quedarte solo por las noches ¿no es así? Nunca te ha gustado estar solo; pero yo ya me acostumbré a estar sin ti —Mintió con firmeza, los lagrimones seguían cayendo hasta hacer un camino que llegaba a su cuello—, ya es hora de que te vayas.

—Sungmin tienes que comprender lo que hice, sé que es algo por lo que uno debería estar orgulloso pero pasó y ya está, no importa que yo esté con alguien más si yo te amo a ti, …

—Me enamoré de ti a pesar de que eras inalcanzable, a pesar de que nadie lograba conquistarte, comenzamos como algo fortuito, en una situación en la que nadie apostaría por un futuro que de alguna forma tú y yo lo logramos y eso me hacía más feliz. No quiero pensar en nosotros, finjamos que tú y yo jamás existimos, que yo nunca suspiré por ti. Finjamos que la falta de tu calidez no me hace añorarte aún más, finjamos que yo nunca estuve a tu lado en ningún momento. Finjamos… que estos dos años fueron una fantasía que se nos fue de las manos, que jamás nos amamos. No puedo aferrarme a ti. Por favor.

—No me pidas eso, eres demasiado importante para mí. Eres lo mejor que me ha pasado y estaré dispuesto a esperarte el tiempo que sea necesario. Estoy vacío sin ti.

 

Antes de que se diera cuenta ya estaba solo en el departamento, tenía frío, temblaba pero era libre, esperaría con calma el día siguiente y viviría tranquilamente. Se despidió en silencio de ese amor, dijo su nombre una última vez y cerró la puerta. Lloró hasta que su interior terminara de quemarse.

Notas finales:

Gracias por leer ^^

Twitter: @lilyheebum


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