Miro atrás ya no había salvación, su mundo, o aquel que, debido a los actuales acontecimientos, fue su mundo, se desintegro, como si jamas hubiese existido. ¿Alguien llego a notar su existencia? ¿Donde podrá ir ahora que ya no tiene un hogar, una familia?
Se teletransportó. Algún lugar desconocido, allí llegara, pues en su mente no conoce otro que aquel donde siempre vivió. Intentar aparecerse en un mundo del cual no se sabia nada, era un riesgo, pues jugar con el espacio-tiempo no era cosa fácil como se creía se debía enfocar el lugar al que se deseaba ir, memorizarlo, mantener una imagen clara. Pero al no saber donde ir, su mente vislumbro un lugar con el que siempre soñó, una ciudad llena de gente, lejos de las crisis y guerras donde se crió lejos de toda la maldad que lo rodeó, de la que nunca se supo parte, la que nunca entendió, siempre fue un Outsider; un lugar donde conseguir amigos, gente con la que relacionarse. Él sabía que algo así existía, siempre lo supo, solo que se lo ocultaron, evitando así que escapara.
Ahora era tiempo de buscarlo, encontrar la vida que debió corresponderle y jamas, hasta ahora, tuvo oportunidad de buscar.
Seoul-2012.
Verano.
El día era soleado, sin una nube. Los edificios generaban algunas sombras donde varias personas se ocultaban del sol a la espera de algo o alguien. Calor, un insoportable calor los abrazaba, los shopping y otros negocios con aire acondicionado estaban repletos; un día perfecto para ir de compras, al cine o una confitería aunque él se encontraba ajeno a todo, solo.
Siempre fue así un solitario, viendo la vida pasar ante sus ojos, observando la de otros, las insatisfacciones y quejas o por el contrario, lo bien que estaban otros. Le resultaba injusto pues en su vida no había nada mas que un gris, un gris neutro, ni mas blanco ni mas negro, simplemente un gris, un intermedio. No podía sentir, no podía amar, se había resignado.
Estaba aburrido de si mismo, quería tener de que quejarse o de que alegrarse o al menos algo que lo hiciera sentirse de alguna forma, daba igual de cual. Su camisa negra definitivamente había sido mala elección Estaba transpirando pero no se oculto de los rayos del sol. Tenia esa sensación de que algo iba a ocurrir, no sabia cuando, pero estaba seguro que ese era el lugar correcto y estaba dispuesto a esperar. ¿Estaba mal esperar por algo que no sabia que era con tal de que su vida cambiara de alguna forma? Él creía que no.
La gente empezaba a mirarlo raro, no era muy común ver a alguien parado, sin moverse, durante horas. Miradas de sospecha era lo único que veía desde hace algunas horas. ¿Lo creían un loco acaso?¿De que tipo?
01.30. Las estrellas brillaban en el cielo, las calles estaba desiertas, su corazón se acelero, ¿era la hora correcta?, ¿qué lo esperaba? Ante sus pies, una intensa luz empezaba a tomar forma, una humana. ¿pestañear? jamas lo hizo, no quería perderse nada de ese espectáculo.
Minutos después la luz dejo de brillar, todo había terminado. Era hermoso. Quiso hablar, decir algo, pero las palabras simplemente no le salían. Era su momento, lo sabia, lo estaba desperdiciando por un estúpido shock.
-¿Te asuste?-El sujeto no recibió respuesta alguna. No debe ser normal aquí aparecerse- ¿ Podrías decirme donde me encuentro? Otra vez ese silencio, ¿que le ocurría a ese joven? Decidió averiguar por si mismo. Camino hacia el oeste, esperando encontrarse a alguien o algún indicio de su ubicación actual.