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Promesa eterna por Suzaku_koi

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CAPITULO 14: NEGRO

Todos estaban reunidos, mirándole fijamente. El parecido, sencillamente, increíble. Eran como dos gotas de agua. Hasta el más mínimo detalle copiado… pero en color negro, claro está. El traje era el mismo, la forma como se arreglaba el cabello, los gestos cuando estaba asustado o furioso… todo igual. Hasta Mika había sugerido quitarle la ropa para comprobar que tenía el mismo lunar en… ajummm… bueno. Dónde sólo una hermana que ha vivido toda una vida con su hermanito menor… sabría xD. El parecido era tan exacto, que había conmocionado a conocidos y extraños. Pero esto no se trataba de un concurso: quién es el verdadero príncipe del reino del norte. No, de ninguna manera (eso, y que el verdadero se encontraba en las habitaciones de arriba, siendo tratado xP), sino de saber quién era ese sujeto. Obviamente, todas las posibles conclusiones fueron sacadas: desde la infidelidad del rey, hasta un posible caso de hermanoperdidoporfatalidadyolvidadoporotrosdos xDD. Por lo pronto, el muchacho permanecía callado, mirando a todos, maldiciéndose internamente por haber sido agarrado de forma tan descuidada… constantemente mirando hacia fuera, chequeando que el sol no hubiese salido aún.

Tohma por su parte, miraba intrigado el comportamiento del joven. Al parecer, buscaba algo afuera, en las estrellas… quizás una respuesta? O esperaba acaso que le rescataran? El mundo era un mar de posibilidades de cualquier forma, pero también le pareció curiosa la forma como su amigo miraba al extraño, era… como si parte de él hubiera regresado, como si le conociera e intentaba recordar sin llegar a lograrlo. Karl seguía llenando de preguntas sin respuesta, la corte era un bullicio total. Esto no estaba llegando a ningún lado. Por otra parte, no quería utilizar la fuerza con alguien que tenía tanta semejanza con Yuki. Antes muerto.

- “Por tropocientoava vez… quién demonios eres!!” –preguntaba peligrosamente Karl desenvainando la espada al ser que no dejaba de mirar el cielo. Todos estaban perdiendo la paciencia, y cierto rubio, el control. Y como veía que la espada no mancillaba en nada el carácter del de cabellos oscuros, optó por la táctica más cruel y perversa que se le pudo haber ocurrido… aquella que tantos resultados le había dado en antaño y todos satisfactorios… le pisó la punta del dedo chiquito del pie. El joven se volvió casi de inmediato… primero un auuuuuuuuuuuuuu que fue disminuyendo conforme el tiempo, luego tomando el pie su mano, como si con ello pudiese apaciguar el dolor para después mirar con rabia a su verdugo. Entonces notó todas las miradas dirigidas hacia él y no pudo evitar sentirse nervioso. Pero al menos, ya habían captado su atención. Y eso lo aprovechó el rey cuando los ojos de ambos se encontraron en cierto punto… lugar y espacio: alegres ojos verdes contra curiosos ojos azabaches.
- “Quién eres… al menos, dinos tu nombre”.
- “Shuichi… está bien?” – comenzó a hablar finalmente, con algo de dolor xDDD
- “Dinos tu nombre, y podrás comprobarlo con tus mismo ojos…” – el de cabellos de noche no sabía que hacer. Recorrió con sus vista toda la habitación, encontrándose con los gemelos que tanto se había jurado defender… y fallado. Nunca, nunca en la vida, se había imaginado que estaba allí. Había buscado en tantas partes… excepto en el palacio del rey sonriente claro está. No podía decir su verdadero nombre… es más no podía decir quién era. No era el momento apropiado!!! Aparte que esos humanos no le parecían de fiar.
- “Yo… yo me llamo… yo…” – empezó a mirar por toda la sala. Qué podía decirles para calmar su curiosidad? “A ustat… a ustat… a ustat… a ustat” que diablos pasaba… por qué estaba tan nervioso? Qué tan difícil puede ser decir: A usted no le importa? xDD pero sus labios, los sentía dormidos, su cuerpo no podía evitar temblar y cuando por fin tomó aire para decir la oración, Karl, con voz victoriosa, se refirió a toda la corte.
- “Es elemental mi rey. Ya tengo la respuesta a la pregunta.” Tohma levantó la ceja, mirando fijamente a su mejor soldado. Todas la atención ahora sobre el rubio, que se movía triunfante por todo el trono. “En mi vasta experiencia, he tendido que toparme con toda clase de gente. Es obvio que es un extranjero, y no comprende muy bien nuestra lengua… solo algunas partes.
- “Ah sii??” dijo el rey en voz alta. ‘Ah shii??’ pensó el muchacho mientras le miraba sorprendido.
- “En la parte más sur del continente, en el polo sur para ser exactos, vive unos seres etéreos o sombras… no sabría como expresarme mejor para esta clase, que no posee cuerpo propio”.
- “Ah sii??”Tohma cada vez más emocionado con la conclusión de Karl. ‘Ah sii??’ repetía en pensamientos el muchacho.
- “Claro, y es por ello, que raro no debe ser la apariencia. Una copia exacta, pero negra. Esta gente del sur… tiene la particularidad, habla al revés, por lo que su nombre, obviamente es Tatsuha. Si nota, su majestad, le permito recordarle que dijo tres veces Austat… que al revés, sería Tatsuha. Eso explicaría su nerviosismo, y el hecho que se mostrara tan confundido cuando le habláramos.
- “Interesante” concluyó el rey satisfecho
- “Wow” no pudo menos que decir el ahora llamado, Tatsuha. Existe esa clase de seres en este mundo? Y cuando menos lo pensó todos en la corte aplaudían asombrados ante el vasto conocimiento del general de las fuerzas de su majestad. Hasta el mismo Tohma aplaudía complacido. Que sagacidad… que desempeño… sin duda alguna, no se había equivocado en darle ese nivel. Entonces, al final, todos fueron a descansar complacidos… el misterio estaba resuelto, el extraño tenía un nombre, y pertenecía a la gente del polo sur, a las sombras. Si Karl no estaba asustado con su presencia, nadie debiera estarlo. Poco a poco en trono estuvo desocupado. Sólo tres personas permanecía aún allí: Tohma, Ryuichi y ‘Tatsuha’.
Tohma despidió a su amigo para que fuera a descansar, pero era obvio que Ryuichi no le quitaba la mirada encima. Al final, Tohma decidió tomar a Tatsuha y a Ryuichi de la mano, y llevárselos arrastrados hasta el bosque improvisado que tenían en la parte atrás del palacio.

- “Pero… y Shuichi… tu prometiste que me dejarías verlo… oye… mira que es urgente… debo ver a Shuichi!!!”


~~~ o.o ~~~


Hiro dormitaba profundamente en la habitación. Estaba realmente cansado. En serio!!. Todo el día, pensando en la princesa del reino Polar, la damisela de la luz… y para más INRI… con prometido… eh? Pero… qué estaba pensando!!! …l, él no era así!!! Además, fijarse en una persona del reino polar… es como… como… fijarse en la hermana… no? Bueno, técnicamente hablando… verdad? Pero al recordar esa sonrisa… esa mirada tan cálida y tan gentil… vestida de blanco… rodeada de flores…

‘Hiro kun… soy tan feliz…’

…l a la entrada del gran templo. Todos sonriéndole… ah… ahí está Shuichi, a su lado, dándole apoyo mientras le ve caminar… cánticos… risas…

‘Hiro kun… quiero estar contigo… para siempre…’

Si… yo también Ayaka… yo te amo… yo… eres la más hermosa criatura que ha tocado esta tierra. Yo… soy tan feliz. El hecho que me miraras… siendo lo que soy… prometo hacer cada día de tu vida, una nueva aventura, prometo darte a conocer, toda la magia y el color en este mundo… prometo… prometo…

Una sonrisita pequeña, sus manos tocando las suyas, fundidos en un tierno beso, mientras todos gritaban extasiados. Abrió los ojos y se incorporó hacia delante. Una pesadilla, una cruel y terrible pesadilla. Su boca se encontraba seca. Miró hacia su ventana. Había luna llena y se encontraba en la parte más alta del cielo. Qué… cómo es posible que aún no amaneciera? Se recostó otra vez cansado u.u. Por qué no podía sacársela de la cabeza? Acababa de conocerla!!! Es que… acaso, lo que le dio a Shuichi era contagioso? Por qué Hiroshi no es de aquellos elfos que precisamente crean en el amor a primera vista.

Giró hacia un lado… unos momentos duró ahí… nada. Probó otra posición… tampoco. Giró hacia otro lado… menos. Tomó su almohada, colocándola encima de su cabeza. De nuevo esa risita. Es que… hasta soñaba despierto? T.T Esto si que era el colmo del descaro. Despertó completamente. Pasaría esa noche en vela, sin lugar a duda. Se quitó con rabia la cobija que tanto calor le daba. Tomó su flauta y salió directo donde Shu cantaba todas las mañanas. El plan, quedarse ahí hasta que el pelirrosa le despertara – si es que lograba conciliar el sueño al menos ahí – mientras intentaba alejar imágenes que no debieran ser. Se sentía tan frustrado “Y todo por culpa de esa chica” pero cuando giró imperceptiblemente hacia atrás, notó alguien le seguía.

Si claro… pobre Shuichi. Mínimo con la algarabía que hizo despertó al pequeño, y ahora este se encontraba preocupado por su amigo. Llevó su puño cerrado a su corazón mientras suspiraba hondamente. Qué había hecho para merecerse un amigo tan especial como Shu?? Sniff sniff… tanta amistad le conmovía hasta el fondo del alma… sniff sniff. Y bueno. Lo único que podía hacer por él, era mostrarle que no estaba tan mal como pensaba: si bueno, tenía cara de zombi, caminaba como zombi, pensar zombi era también @.@... bueno. Así que usando un truco elfo antiguo, desapareció ante su atónita mirada. Empezó a caminar hasta donde se supone, estaba hasta unos momentos el elfo. Dónde se habría metido. Hiro, viendo a la presa justo donde tenía que estar, se lanza y ambos comienzan a girar montaña abajo entre sonrisas xP. Al final, Hiro termina con su cabeza encima del pecho de su compañero… encima de un suave y mullido pecho… momento… suave? Mullido? Dios >..
- “Discúlpeme… yo pensé, pero es que… y además” Hiro estaba aturdidísimo. Sólo un pensamiento en mente: trágame tierra, mientras buscaba por el sombrero de la princesa. “Yo no sabía… merezco la muerte _-_. No se preocupe, no tiene que manchar sus propias manos… Yo mismo puedo hacerlo >.- “Yo… te buscaba a ti. No se como expresarlo, pero tu esencia me ha cautivado… y quisiera compartir mi vida contigo” –inserte sonrisa awwww xDD- suficiente para dejarlo frío… frío y cansado… frío + cansancio = desmayo xD. Sentía como alguien impedía darse un golpe en la cabeza, mientras su rostro no podía dejar la mirada de perfecto idiota… idiotamente enamorado.


#^.^# /

Yuki sólo podía observarle dormir. Por alguna extraña razón, trozos estaban perdidos. No podía evitar sentirse inquieto, pero más le preocupaba la figura dormida a su lado. Su rostro contraído. Sentía dolor? Pero por qué? Y por qué se encontraba en el palacio de Tohma? Acaso, no estaba siendo atacado por Ragnarok?. Es cierto. Se encontraba en el caballo. Había llegado al bosque del silencio. Desenvainó su espada y entró. La oscuridad de la noche no ayudaba mucho a ver siquiera sus propios pies. Y más de una vez se cayó, pero eso no importaba, debía salvar a Shuichi a como diera lugar. Ni siquiera le importó corroborar la información. Y era en esos momentos… media hora después que comenzaba a contemplar todas las posibilidades. Mínimo algún desocupado, algún chistoso, o alguien le estaba probando. Obviamente, cuando escuchó el alarido del animal no pudo evitar alarmarse y pensar en correr… pero a esas horas de la vida, no alarido… no bestia a la vista. Para ese entonces, volvía a encontrarse en el centro del bosque. Aquél lugar mágico… dónde se había enamorado. Y vio el lago, tan hermoso como le recordaba. La luna reflejándose justo en el centro, dándole un aspecto, exótico y ensoñador. Se sentó cansado, enterrando la espada a su lado. Bueno, pero no hay mal que por bien no venga, pensó. Después de todo, había quedado de encontrarse con Shuichi al día siguiente, no? Bueno… podía quedarse a dormir ahí, y darle una sorpresa al pelirrosa. Sonrió ante el pensamiento. Lo único que le preocupaba era Tohma… bah, si él era el que más acostumbrado estaba de sus ‘inesperados retiros’.

Acababa de levantarse, cuando escuchó su nombre, volteó y le pareció ver a… Tohma? Que diablos hacía Tohma ahí. “Corre, corre!!!” le parecía escucharle. Correr? De quién? Que pasa? Y entonces, otra vez ese alarido. La bestia seguía a Tohma!!! Ya luego le preguntaría, que hacía en ese lugar… pero aunque Tohma corriera como si alguien le estuviera siguiendo… aunque podía escuchar las pisadas aproximarse, y los gruñidos… no veía nada… absolutamente nada… y entonces, algo le golpeó. Antes de perderse en la inconciencia, escuchó su nombre… y luego… nada. Su corazón se sentía acongojado… algo no estaba bien… algo estaba pasando… acaso, le habían sacado del palacio… por alguna razón? Dios… por favor… que no le pase nada a Shuichi… y ese fue su deseo… por ese día. Cuando abrió sus ojos, lo primero que vio fue la mirada amatista que tanto le gustaba… y su cuerpo sólo reaccionó a la orden de abrazarle. No le había pasado nada… seguía ahí. Quería comprobar que estaba bien. Pero no era cierto. Algo le había pasado… la orden de Tohma de tratarlos… pero por qué? Qué había pasado? No… qué les había pasado? Se acercó un poco más al cuerpo del elfo. Con cuidado, retiró la manta que le protegía del frío. Estaba completamente ataviado de vendas. Frunció el seño, cada vez más confundido. Luego, comenzó a acariciar aquel cuerpo maltrecho, subiendo hasta alcanzar su rostro… algunos moretones dejándose ver. Su mente llenándose de rabia… quién le hubiese hecho eso a su amado… podía despedirse de ese mundo… de eso se encargaría. Pero más rabia le daba no haber estado para él. Le había prometido que le cuidaría cielo santo!! Y claro… él… él… Tomó fuertemente su cabeza. Sabía el dolor de una promesa rota. Había llorado cuando se sintió sucio y utilizado… había cerrado su corazón ante ello!!! Y ahora su pelirrosa, el amor de su vida… no… no!!! De qué le servía tanta fuerza, tanto poder, si no podía defender a quien en verdad le interesaba? En desespero, abrazó aquel cuerpecito malherido. Un susurro lastimero escapando de sus pequeños labios. Yuki abrió los ojos asustado, y acercó más su cabeza para seguir vigilando a su amado. No había cambio alguno… definitivamente… ese miserable… probaría el filo de su espada… Al menos, Tohma había sido muy cuidadoso en dar las órdenes. Ambos se encontraban en la misma habitación… por no especificar, misma cama. Se preguntaba si acaso el rey ya sabía del gran amor que le profesaba al pelirrosa. Bueno, al menos agradecía, hubiese dejado de lado la rabia hacia los elfos, y le hubiese ayudado.

Por otra parte, cada minuto que pasaba sentía como su fuerza volvía. Extraño… sencillamente extraño. Se quedó un momento más al lado de Shuichi, vigilando su sueño, acariciando sus cabellos, besando su frente cada vez que parecía, tenía un mal sueño, o sentía dolor. Y era entonces cuando pensaba, hubiera sido de maravilla, haber proseguido con esos cursos de hechicería. Por supuesto… sabía algunos… ejem… recordaba algunos. Pero hacía mucho tiempo que utilizaba magia… es más… utilizaba… le recordaba a él… él!!! Dueño de sus desgracias, de sus pesadillas, de su muerte como persona. Pero Shuichi le había vuelto a la vida!!! Era lo único que podría hacer por él. Se lo debía!!! No estaba muy seguro de cómo hacerlo… estaba ‘oxidado’ al respecto. Pero si podía ayudarle al elfo, con gusto lo haría. Se arrodilló a su lado y cerrando los ojos, comenzó a decir palabras que entre si, iban tomando forma de hechizo. Sólo se concentró en el gran amor que sentía por el ser que se encontraba delante de él… por la seguridad que quería brindarle, y ante todo, por que fuese feliz… y el dolor desapareciera… tanto en cuerpo como en alma. Mientras el hechizo tomaba forma, una esfera de luz aparecía una delicada y efímera luz que comenzó a irradiar el pequeño y lastimado cuerpo.

La luna poco a poco iba bajando… indicando que dentro de algunas horas, un nuevo día nacería. Yuki se encontraba terriblemente agobiado. Definitivamente, si se encontraba muy oxidado >.
En otro lugar, en esa misma noche, dos personas miraban extrañadas hacia la parte donde se encontraba Yuki y Shuichi. Un elfo y ‘una sombra’ como esa misma noche declararía Karl. De una energía maravillosa y cálida, pasó a una maldad infinita… y eso les confundía y por qué no decirlo, asustaba. Tohma, por otro lado, miraba divertido como ambos reaccionaban casi de la misma forma, y siempre al mismo tiempo. Muy extraño. Obvio, no acababa de comerse el cuento de las sombras. Sabía que había una explicación mejor para ello. Su instinto se lo decía. Y no iba a dejar ir al extraño de nombre Tatsuha así nada más, hasta recibirla.

- “Ya estamos solos y no es necesario que mientas más. Dime, quién eres, y por qué tienes la forma de Yuki?” Tatsuha miró confundido a Tohma. Recordó el parlamento que hubiese dicho Karl momentos antes.
- “Pertenezco a la gente del polo sur… soy una sombra que está perdida… y por cuestiones de la vida” se detuvo al sentir la rabia de Tohma creciendo hasta niveles insospechados.
- “Mira… acepté esa estúpida excusa porque mi trono se estaba convirtiendo en un circo… pero aquí… aquí ya estamos solos… y si no me dices nada, te juro por lo que más quieras, que encontraré los medios necesarios para que lo digas”. Y por extraño que suene, le creyó. Tohma era diferente a ese que llamaban Karl. No era sincero… siempre escondiendo sus sentimientos detrás de ese rostro de risas. Miró nuevamente a Ryuichi… aún no era el tiempo, pero también podía sentir la impaciencia de Tohma creciendo poco… a poco. Miró el cielo… quedaba poco tiempo. Pero… qué podía hacer?
- “Me hablas como si hubiese cometido un delito… y no hay tal. Crees que tomé esta forma porque pensaba lastimarle cuando en tus propias narices, otros le envían a una trampa”. Tohma quedó perplejo. Era exactamente lo que pasaba por su mente. “Ese tipo, el de cabellos largos, no estaba perdido después de todo. Necesitaba una forma humana para poder entrar a tu castillo y salvar a mi amigo… y todo hubiese salido a las mil maravillas de no ser porque me tropecé contigo”.
- “De… de qué estás hablando? Cómo en mis narices?”
- “Shuichi es más importante de lo que imaginas, y si no lo llevo para que cante como cada mañana, volverá a ocurrir lo mismo que le pasó a tu amigo… esperando que no suceda lo peor.” –decía mientras señalaba a Ryuichi. Ambos se miraron sin comprender. Uno recordando el pasado, otro porque precisamente no lo podía recordar. “Si tanto estás empecinado en culpar a quien se merecen, de tener suerte, podrás encontrarlos en las mazmorras, aún inconcientes. Dale el castigo que se merecen, pero entrégame a Shuichi de vuelta. Ya casi no hay tiempo.” Concluyó Tatsuha.
- “Tu… como sabes tanto… tu… quién le tendió la trampa a Eiri. Si lo dices te prometo que puedes llevarte al elfo en este mismo momento. Nadie te detendrá”
- “Aquél que responde al nombre de Aizawa” terminó. Podía notar la perplejidad del rubio. Volvió a mirar hacia el cielo, viendo horrorizado cómo la luna se ponía, mientras que los rayos del sol no aparecían… mala señal… muy mala señal. Pero si la dama fortuna estaba de su lado, aún tendrían tiempo, y la catástrofe podía ser evitada.

Tohma solo corrió hacia el palacio, su voz retumbando por todos los salones. El eco expandiéndose por todos sus rincones. Cómo… cómo fue que no lo vio antes? Sabía que Aizawa no era de fiar. Pero le era útil. Mika se lo había advertido muchas veces, pero no había querido escucharle. Lo menos que merecían, era la muerte, aunque eso significara el inicio de una nueva guerra, con la diferencia que ahora el grifo estaba muerto. El miedo llenó su corazón. Sabía de la maldición, pero no sabía que fuese tan… terrible. Esperaba con todas sus fuerzas, que Eiri no recordara nada… no, por el momento, debía encargarse de ese malandrín. “Guardias… GUARDIAS!!! A las mazmorras… aprendan a los elfos negros… AHORA!!!”

Y el palacio, todo el palacio de nueva cuenta, volvió a levantarse. Ahora con las pisadas de gente corriendo confundida. A una localización debían llegar. Por lo menos, era lo que entendían de los rugidos del rey Tohma. Se sentían asustados, ya que le conocían furioso.

Tatsuha había cumplido su parte, y se disponía a retirarse, cuando alguien tomó su mano. No… no es posible… no ahora!!!. Se volteó asustado. Su mano, era sujetada por Ryuichi, quien ahora le sonreía. Sus ojos, recobrando ese brillo amatista antes de la tragedia. Tatsuha creyó morir… acaso… por fin… le habría recordado? Ryuichi abría y cerraba sus labios, como queriendo decir algo… pero no estaba completamente seguro. No soltaba por nada la mano de Tatsuha, mirándole con ojos anhelantes. Lo que había perdido… si… lo que había perdido. Hacía tanto tiempo, no se sentía completo… y ahora, estaba delante suyo… al alcance de la mano. Palabras formándose en su mente… sólo era cuestión de decirlas y todo habría acabado. Se encontraba tan excitado!!!. Entonces, la palabra estuvo completa. Abrió aún más los ojos con sorpresa y se lanzó a un abrazo que el otro no esperaba por lo que perdió por segunda vez en el día el equilibrio cayendo al suelo.

- “No puede ser… si eres tu!!! Lo que faltaba… lo que tanto añoraba y soñaba!!! Ahora lo puedo ver todo claramente!!!”

Tatsuha sólo miraba expectante sin saber que hacer o decir. Sabía que tenía poco tiempo. Maldición, ya casi no quedaba nada!!! Pero no podía moverse. Se sentía intrigado e inquieto. Porque al fin, después de tanto tiempo, le había encontrado. Y por primera vez en mucho tiempo se dijo: que diablos, lo demás puede esperar.

Todos corrían presurosos. Ya faltaba poco… muy poco. Nubes de tormenta comenzaron a arremolinarse alrededor del castillo del rey sonriente. Los aldeanos salían curiosos de la seguridad de sus casas. Esto no es normal… de una noche tranquila, el cielo se estaba nublando. Dos personas que sonreían a la claridad de la luna llena, ahora miraban asustadas en el horizonte. Claro. Hiro ya le parecía extraño tanta oscuridad. Acaso habría hoy eclipse? Que raro, lo hubiese sabido. Giró su rostro hacia la princesa viendo que una extraña palidez en ella. Sus manos en el pecho, sólo miraba expectante hacia el palacio. Y por primera vez en su vida… Hiro no supo lo que estaba pasando… y le molestó.

Tohma fue el último en llegar a la mazmorra… o bueno… siquiera llegar abajo… ya que sus propios soldados le impedían el paso. Con mucha dificultad, se hizo paso entre ellos. Maldición, como es que estuviera rodeado de tanta ineptitud? Ya llegando a los calabozos, se encontró con Karl… y este… se encontraba tieso… si tieso, estático, stop xD…

Tohma sentía que su interior ardía (y no precisamente de pasión xP). Lo hizo a un lado, comprendiendo que era lo que le mantenía inmovilizado. No pudo más que abrir sus labios y de ellos escapó una exclamación: Eiri…

Shuichi dormía tranquilamente. Se sentía como en un sueño, un hermoso sueño llamado amor. Un hermoso y raro sueño de amor. Había comenzado a soñar cosas muy extrañas, pero nada que le inquietara, es más, ahora esta más seguro del amor que Yuki le profesaba. Todo era negro, y temblaba… pero la cálida luz llegó hacia él. Entonces, nuevamente se encontraba en la colinita donde todos los días debía elevar su voz a la gente de polaris… por darles color a su vida. Detrás de él, se encontraba Ayaka, mirándole embelesadamente. Pero a su lado, otra persona. Ayaka, lucía tan enamorada… y por un instante, Shuichi pensó en lo peor. ‘No puedo amar, aquello que no puede amarme…’ decía la mujer ‘aunque le ame tanto, y halla soñado con él siempre, él ama a otra persona’. Shuichi sólo miraba sin comprender, escuchaba sin entender, pero su corazón daba vuelcos de alegría. Ayaka se acercó lo suficiente, para tomar las manos entre las suyas mientras le miraba complacida: ‘veo amor en tus ojos pequeño… vi amor en los de él… yo, les deseo la mayor de las alegrías, porque contigo, Eiri se ha permitido volver a soñar…’. Despertó entre aún dormido y despierto. Se sentía extrañamente feliz. No podía recordar con claridad, que había pasado antes, pero esa calidez seguía embargándolo, casi haciéndolo gritar de la emoción. Si que estaba emocionado realmente. Miró con detenimiento dónde se encontraba. Estaba cuidadosamente envuelto en sábanas. Rodeado de paredes de ladrillo. Un deja vu pasando por su mente… la impresión de que ya había visto esto antes… nahh no podría ser cierto. Finalmente salió de la cama directo hacia la ventana. Qué extraño… aún era de noche, y él ya no tenía sueño. De pronto, unos golpes desesperados en la puerta de aquella extraña habitación, llena de olores que no conocía, pero para nada le gustaba. Le hacían sentir… enfermo xP.

- “Eiri… Eiri… estás ahí? Eiri… respóndeme!!!” – Eiri… esa voz llamaba insistentemente a alguien llamado Eiri… pero quién sería? Entonces recordó. ‘ Llámame Eiri… no… Yuki Eiri’. Ahhh era Yuki!!! Buscaban a Yuki!!! Caminó hacia la puerta y la abrió. Una asustada mujer entrando inmediatamente. “Eiri, levántate, debemos irnos de aquí cuanto antes. Eiri… EIRI!!!” la mujer buscaba tramo a tramo del cuarto. Finalmente, pareció notar la presencia del pequeño que le miraba confundido. “Dónde está Eiri!!! Dímelo pequeño!!” más como una petición, era una exigencia, lo cuál molestó al pelirrosa. Pero por otra parte, no pudo evitar sentir que sus mejillas se teñían de un rojo carmesí. Obviamente, en esa extraña habitación, había notado UNA sola cama xP. Y el resto… el resto se los dejo a sus inocentes mentecillas xD. “RESPONDEME MALDICI”N!!” Al sentir el zarandeo, despertó de su sueño.
- “Como puede ver, ya no está aquí” dijo lo más calmado que pudo, aunque en verdad le estaba empezando a molestar la actitud de esa dama… pero qué se creía.
- “Cómo que no está aquí!!! Estaba lastimado cielos santo!!! Dónde se habrá ido!!!” La joven estaba al punto de la histeria. Pero Shuichi pudo entonces sentir el origen de tanta sensibilidad femenina xD. Porque el miedo no era por ella sola… el miedo era por su hermano desaparecido… y por la criatura que llevaba en su vientre. Tomó como pudo sus manos e hizo que ambas miradas se enfocaran. Debía tranquilizarla, antes de que algo malo pasara al bebé. Era lo menos que podía hacer por su cuñada (JO! xD). Que bueno que los elfos tuviesen la habilidad de leer mentes.
- “Tranquilícese… todo está bien. Yuki no está aquí, pero podemos ir a buscarlo… le parece?” Mika se sintió aturdida. De pronto, una calma la envolvía. La sonrisa y los ojos del muchacho, le daban una tranquilidad, y no pudo evitar sentir mientras sonreía aliviada. Shuichi tomó las manos que lo estaban zarandeando momentos atrás y las tomó entre las suyas. Pero justo antes cuando iban a salir de la habitación, todo el castillo comenzó a temblar. “Pero qué está pasando aquí?” se preguntaba Shuichi. Todo se encontraba tan oscuro, pero sabía que no podía soltar la mano de la doncella. Ese lugar se estaba poniendo peligroso, lo mejor era buscar a Yuki y salir corriendo de allí. Para ese entonces, la luna estaba a punto de esconderse en el horizonte, sumiendo al mundo en una completa oscuridad, oscuridad, que sólo era irrumpida por los continuos relámpagos. Shuichi sabía que no podía darse el lujo de sentir miedo. Había dejado en trance a Mika precisamente, porque una mujer calmada era 10 veces más manejable que una histérica. Los temblores eran cada vez más y de mayor intensidad. Podía sentir como el castillo comenzaba a ceder ante el sismo. Pero que baka era… por supuesto!!! Si necesitaban luz, él podía crearla. Concentró algo de su poder en la mano, y de ella, luz blanca y pura comenzó a salir. Ahora podía ver con claridad el camino hacia las escaleras.

Despacio… siempre despacio. No había prisa. Y curiosamente, no había nadie que les impidiera salir rápidamente de allí. Ya estaban a punto de salir… sólo un poco más, cuando un poco de tierra cayó en los ojos del elfo.

- “Kuso” dijo mientras soltaba la mano de la mujer, para intentar retirar la suciedad que molestaba sus ojos. Al escuchar el grito desesperado de la mujer, cayó en cuenta de su error. Y cuando pensaba volver a tomar su mano, vio con terror, que la planta alta del castillo caía sobre sus cabezas… ‘YUKI!!’ fue lo único que pudo pensar en ese momento

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Ambos se encontraban en el suelo. Nada pasaba a su alrededor. Estaba hechizado por esos ojos violetas que le cautivaron por primera vez, y Ryuichi por su parte, le miraba extasiado. Todo era perfecto… todo era tranquilo, todo era quietud…

“Por fin te encontré… mi amado Kumagoro”



… Continuará??? xDD???

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