I. Prisionero
La figura de un joven se adentraba lentamente entre los pasillos lúgubres de aquella cárcel, la cual resguardaba celosamente a su único prisionero
Cada paso que daba es como si una daga se clavara tortuosamente sobre su pecho sintiendo la dolorosa opresión de toda la tensión que guardaba desde la última vez que lo vio a los ojos, nuevamente era atormentado por los dolorosos recuerdos del pasado golpeándolo abruptamente contra su realidad.
Finalmente había llegado frente a la puerta de acero reforzado la cual lo separaba de su enemigo y a la vez su única esperanza; el ruido estruendoso de la puerta abriéndose se dejo oír mientras que su mirada trataba de enfocar al prisionero que reposaba en el rincón de la celda, a penas podía percibirlo con la vista ya que la pequeña flama del candil a penas iluminaba el cuarto.
-No esperaba su visita gran Avatar… y menos a estas horas- dijo el prisionero en total calma, permaneciendo acostado sobre la paja que cubría parte del suelo de su celda.
-¿Cómo sabes que es tarde?- aunque en un principio cuando el joven Avatar dio el primer paso dentro de la celda con todas su emociones a flor de piel y con la ira aumentando al estar nuevamente frente al maestro de fuego, en su cabeza no paso desapercibido la ultima frase dicha por el prisionero
-Realmente no estoy seguro si es de día o de noche, por si no lo has notado en este lugar no alcanzan a traspasar los rayos del sol, ya que estamos bajo tierra- susurro en tono burlón - simplemente adivine- un suspiro dejo escapar de sus labios fríos -pero supongo que el gran Avatar no vino hasta aquí para perder su tiempo en trivialidades como estas, así que dígame a que debo tal honor-
Ahora Aang se sentía como un completo idiota al haber preguntado algo tan absurdo –Sabias que actualmente eres el único que puede hacer fuego-control- su comentario no lo dijo con maldad o burla; pero al parecer Zuko no se lo había tomado tan bien, ya que inmediatamente se levanto de su lugar para pararse frente al Avatar.
-Así que ya terminaste de quitarle a todos los maestro-fuego de mi pueblo sus poderes como lo hiciste con mi padre y mi hermana- el joven Avatar podía sentir el aire caliente que emanaba el maestro -fuego tras chocar su aliento contra su cara estando tan cerca
-Es verdad… Zuko- pronunciar su nombre nuevamente le costo mas trabajo que haber hecho por primera vez tierra-control
-Parece que te tomo mucho tiempo encontrarlos a todos-
-Fue un trabajo tedioso, pero no imposible- Aang al estar tan cerca del ex príncipe pudo ver el entrecejo fruncido del otro causado por su comentario.
-Entonces que esperas, hazlo de una vez y quítame mis poderes… de todas formas no me sirve hacer en este lugar fuego-control estando encerrado en esta prisión sub-terronera-
-No viene a quitarte tu habilidad, a menos que así tu lo decidas-
-¿De que diablos estas hablando Avatar? Te estas burlando de mi-
-Yo nunca bromearía con ese tipo de asuntos-
-Solo falta que me digas que me dejaras libre jajaja-
-Esa es tan solo una parte del trato- ante tal noticia, Zuko simplemente callo toda burla para escuchar lo que el Avatar diría- Puedes salir de esta prisión, mantener tus poderes intactos y tomar el trono como nuevo señor del Fuego con la única condición de seguir al pie de la letra todas mis ordenes, pue…-
-Jajaja- la voz del Avatar fue interrumpida por la estridente risa del prisionero –ya decía que tantos beneficios otorgados tendrán un alto costo-
-Puedes aceptarlo o simplemente rechazarlo y permanecer en esta celda hasta el fin de tus días- dándose media vuelta para retirarse, al parecer había sido una mala idea, pero antes de salir por completo del cuarto la sucia mano del prisionero jalo su túnica
-Debes estar loco, no puedo creerte ¿Cuál es el truco?- al parecer Zuko se había vuelto mas suspicaz y desconfiado con el pasar de los días encerrado
-Ningún truco- La voz del Avatar sonó neutral sin embargo sabia que no podía contarle aun toda la verdad al ex príncipe si es que quería la cooperación del otro
-Aunque me propongas tal locura, como puedes confiar en mi… podría traicionarte y escaparme o atacarte-
-No lo harías-
-Como estas tan seguro-
-Desde que traspase esa puerta me prepare para recibir cualquier ataque de tu parte, pero nunca llego ni siquiera un golpe es por eso que decidí proponerte esto- y no como Azula quien a pesar de ya no poseer su fuego-control le dio la bienvenida con unos certeros golpes para tratar de escapar pensó Aang -y en este momento que tengo la puerta abierta, no has intento huir- tenia que tratar de alabar su pasividad por el momento si quería tenerlo de su parte –te estoy dando una ultima oportunidad y se que necesitas pensarlo, es por eso que mañana en la tarde vendré nuevamente para saber tu respuesta-