Aquí estoy. Muy pronto, estaré ahí afuera dando el concierto que me traerá fama y me volverá un artista, como el líder de la banda Taka, que irá de gira. Ya hemos grabado nuestro primer sencillo, y fue un éxito.
—Algún día seremos estrellas, Sasuke —era lo que me decías con una sonrisa.
—Pues, tal vez —yo siempre respondía. En realidad, no creí que fuera posible, pero no quería desanimarte, tú eras muy importante para mí.
No puedo creer que Taka se esté volviendo una banda famosa. Nuestro video musical es de los más vistos, y el dinero sigue viniendo, aunque en realidad no lo necesite o use. Esta banda es mi vida, y puedo decir que también la tuya. Sé que lo es.
—Tocaré en la banda hasta que ya no pueda sostener esta guitarra —decías.
—Ese es el espíritu, Naruto.
Eres quien realmente me conoce. Recuerdo cuando nos conocimos en la escuela primaria. Tú eras el payaso de la clase y yo chico frío y serio. Todos se reían de tus bromas menos yo. Supongo que eso te hizo querer hacerme reír. Eras el compañero de clase más molesto que ha habido, pero te volviste mi mejor amigo, pues eras el único tan cercano a mí como para conocerme. Aquel día que hiciste una de tus bromas y yo reí, estabas tan emocionado.
—¡Sí! ¡Te reíste!
—P-por supuesto que no. —Traté de decir eso con una voz indiferente, pero quería reír, nunca había visto a la directora Tsunade tan molesta. Te suspendieron y si de no haber sido por mí ayudándote a estudiar no habrías pasado el año.
Miro a la guitarra que estoy sosteniendo y reviso una vez más que esté afinada y las cuerdas estén en buenas condiciones. Es una Les Paul naranja con golpeador negro. Claro que yo no escogí la guitarra, no son mis colores, y aún no sé como encontraste una Les Paul como esta.
Tú fuiste también quien me apoyó cuando mis padres y mi hermano murieron en aquel accidente.
—Sasuke… —Entraste en mi habitación, estaba oscuro. Estaba tirado en mi cama y no quería abrir las cortinas o ver la luz del sol. Yo no respondí—. Entiendo que no quieras hablar. —Te sentaste junto a mí en la cama—. Pero voy a estar contigo hasta que te sientas mejor.
Y eso hiciste, te quedaste allí y me abrazaste hasta que me sentí mejor. Estuviste ahí por días, incluso cocinaste para mí y me hiciste comer aunque yo quería morir de hambre. Debió ser entonces cuando me di cuenta de que me gustabas, no, de que te amaba.
—Sasuke, ya casi es hora, vamos —dice Suigetsu, el tecladista de la banda.
—Sí, ya voy. —Paso la correa de la guitarra por mi hombro, y camino al escenario. Detrás del teclado está Suigetsu, Juugo en la batería, y Karin con el bajo. Yo, con la guitarra y voz, completo la banda. Desearía que estuvieras aquí.
Amarías esto, finalmente volvernos famosos, pero tú, el quinto miembro de Taka, no estás aquí.
—¿Están listos? —pregunto a la banda que yo formé, y todos asienten.
Pienso en cuando te uniste a la banda.
—¿Tienes una banda? —Dijiste sorprendido, no te había contado, ya que no nos habíamos estado viendo seguido.
—Sí, tocamos algo entre hard rock y speed metal.
—¡Quiero entrar!
—Dobe, no sabes tocar ningún instrumento y tu canto es horrible.
Pero eso no te detuvo, y un día lo lograste.
—¡Sasuke! —Llegaste corriendo.
—¿Qué?
—Esto. —Me pasaste un papel, decía, «banda busca guitarrista». Esa banda era la mía, ya que nuestro guitarrista había renunciado.
—Sí, ¿y?
—Mira esto. —Sacaste una guitarra que no noté que habías traído, era la misma que estoy sosteniendo ahora. Tocaste de una manera increíble.
—¿Cómo es que-?
—Aprendí para poder tocar contigo.
Una de las cosas que me gustan de ti, nunca rendirse. Te dije que no podías y pudiste. Igual que cuando éramos niños y no podías hacerme reír. Igual que siempre.
—¡Vamos a tocar! —dijo a la vez que el concierto inicia. La canción que tocamos es la única canción que escribiste, y la canción que nos está haciendo famosos. Siempre encuentro esta canción difícil de tocar. No puedo compararme con tus habilidades en la guitarra. Esto es lo mejor que podías tocar.
El concierto termina, todo es increíble. Rápidamente dejo el lugar antes que todos y corro sin ser visto. Llego a un lugar y paso por unas rejas. Lentamente me muevo hacia un lugar en el que he estado tantas veces que podría llegar ahí con los ojos cerrados. Me detengo frente a una tumba en el cementerio. En la lápida se lee «Naruto Uzumaki». Es tu tumba, venir a este lugar siempre me trae recuerdos de aquel día.
—¿Y? ¿Te gusta? —me preguntaste, me habías mostrado la primer canción que habías escrito.
—Naruto… fue increíble, ¿la escribiste por ti mismo?
—Me alegra que te guste. —Me abrazaste. Para entonces yo ya sabía que me gustabas, mas no sabía cómo decírtelo. Iba a decirlo entonces, pero tú me sorprendiste.
—S-Sasuke, hay algo que quiero decirte. Pero primero debes de prometer que nuestra amistad nunca terminará. —Estabas sonrojado cuando dijiste eso. Te veías tan lindo.
Sonreí.
—He hecho esa promesa incontables veces y la volveré a hacer. Prometo que seremos amigos por siempre.
—S-sasuke —Te estabas esforzando por terminar esa oración.
—¿Si?
—M-me gustas.
Te veías asustado, como si tuvieras miedo de lo que yo diría, pero mi respuesta te hizo calmar rápidamente.
—También me gustas. —Entonces te besé. Era mi primer beso, y el tuyo también. Fue profundo y largo, para celebrar aquella amistad que estaba terminando para convertirse en algo mayor.
Salimos a la calle. Había un banco siendo atracado del otro lado de la acera, antes de que lo notara, había balas volando en todas direcciones. Entonces, te oí gritar. Eso es algo que aún no puedo olvidar.
—¡Naruto! —exclamé sosteniéndote en mis brazos.
—Sa…Sasuke. —Tosiste, escupiendo sangre. —Este es el final.
—No. Sé que vas a vivir. —Las lágrimas se deslizaban por mi rostro.
—Es… muy tarde. —Tosiste de nuevo y más sangre salió de tu boca. —Te… amo.
—También te amo. ¡Por favor, no mueras!
Sonreíste.
—Adiós… Sasuke. —Cerraste los ojos para no abrirlos más, y sentí como dejabas de respirar.
Ahora, luego de alcanzar el éxito, viendo tu tumba, con lágrimas saliendo de mis ojos, puedo finalmente decir.
—Lo logramos.