- No me ve…- se dijo así mismo mientras reposaba sentado sobre el sofá de su sala
- ¿Amo?- preguntó curioso el pequeño robot al escuchar la voz de Zim
- No salió como planeaba, pero de todos modos salgo beneficiado- hablaba sin prestar atención a su ayudante
- uhh~
- Si el mono Dib no me reconoce, como parece ser el caso, eso significa que no me estorbará en mi misión de llevar este planeta a su ruina
- ¿Mary no sabe quien es el amo?
- ¡Así es GIR! ¡Mi plan no fue del todo un fracaso! Pero debo asegurar mis sospechas, no permitiré ningún otro contratiempo, ¿sabes lo que eso significa?
- ¿Irá a comprar tacos?
- ¡No, GIR! Debo volver a ese lugar donde tienen al Dib y comprobar que se ha olvidado de Zim- se paró súbitamente del sofá y tomó de nuevo su disfraz. La vida le estaba dando una buena oportunidad, y no planeaba fracasar.
En el hospital…
- Ha tenido un buen progreso hoy, joven Dib- una amable enfermera lo ayudaba a acomodarse sobre su cama.
- Gracias, creo que ya puedo usar mejor las muletas
La enfermera le sonrió tiernamente y se acercó a la puerta- Ya es hora de que descanse, mañana temprano lo recogerán
- Si
Una vez más, las luces se apagaron, y se acomodó lo mejor que pudo sobre la cama de tal forma que su mirada se mantuviera sobre la ventana de la habitación.
- Tiene que venir, porque puede que a partir de mañana no lo vuelva a ver- se dijo así mismo
Las horas volaban y con el paso de cada minuto el mantener los ojos abiertos se le hacía más y más difícil. Ya era medianoche y se sentía tonto por esperar con tantas ansias a alguien a quien ni siquiera estaba seguro de conocer, incluso se emocionaba cada vez que veía algo pasar, lo que resultaba no ser nada más que una que otra sombra.
- Tal vez si estoy loco…- dijo en un susurro mientras recordaba algunos pasajes de su vida donde había recibido tanta humillación- aahh porque recuerdo esos momentos tan desagradables y no puedo recordar a ese chico, eso es injusto- hizo un pequeño mohín y se dejó envolver por un profundo sueño.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
TAP, TAP, TAP
Corría a través de un largo pasillo
- D-donde estoy…
Seguía corriendo y solo se escuchaba el eco de sus pasos y su agitada respiración. De pronto, sobre las paredes del estrecho pasillo se empezaron a deslizar miles de cuadros con pasajes de su vida. Se detuvo en seco observando a su alrededor.
- ¿Qué es esto?
Algunas imágenes eran claras, pero habían otras que se encontraban borrosas, oscurecidas o con los rostros borrados. Era tétrico y sintió un fuerte mareo. Se encontraba muy confundido, avanzaba dando pasos torpes mientras que las escenas cambiaban cronológicamente, cada vez más rápido y más confuso aun.
- ¡Ya no quiero recordar! ¡Me duele!
De nuevo empezó a correr para escapar de todo eso, pero de pronto una enorme pared negra se levantó frente a él. Sobre ella había un extraño símbolo triangular con unos círculos que parecían ser sus ojos, además se veía acompañada de una especie de ¿sonrisa? Se sintió atraído, debía tocarlo, presentía que era importante…
*DIB*
- ¿Ah?
Una voz resonaba
*¡DIB!*
- ¿Quién me llama?
*¡DESPIERTA, TONTO HUMANO!*
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
- ¡AHH!
Se sentó de inmediato. Su respiración estaba agitada y sudaba frío, pero rápidamente pudo distinguir un par de ojos violeta claros que lo miraban con curiosidad.
- Ya era hora de que despertaras, y ya guarda silencio…
- T-tu… viniste
Zim se encontraba parado junto a la cama, mantenía su mirada fija sobre el humano inspeccionando cada una de sus reacciones, se veía asustado al comienzo, pero poco a poco se calmaba y tenía una ligera sonrisa en su rostro.
- uhmm estas raro, larva Dib
- ¿larva?- dijo algo indignado
- ehh si
- Tú me conoces, ¿verdad? De otro modo no sabrías mi nombre ni me pondrías un apodo
- Si te conozco
- Como me gustaría recordarte, pero mi mente está muy confusa ahora ¿Cómo te llamas?
Lo miró con algo de desconfianza- Soy Zim
- Wao… ahora que me doy cuenta… tienes la piel verde, tampoco tienes nariz ni orejas y…
- ¡ES UNA RARA ENFERMEDAD DE LA PIEL!- se exaltó. Dib podía haber perdido la memoria, pero no había perdido esa curiosidad que lo caracterizaba. Debía ser precavido, la primera vez que se conocieron rápidamente descubrió que era un extraterrestre.
- Y-ya, tranquilo, lamento si te molestó…
- Olvídalo, mira, tú no recuerdas a Zim ¿verdad?
- N-no, lo siento
- Está bien
Zim se encaminó de nuevo a la ventana y se apoyó sobre el borde
- ¡Espera! ¿Te vas? ¿Por qué tan rápido? ¿No sería mejor que vinieses en el horario de visita? ¿Cómo haces para no hacerte daño al bajar?- preguntaba mientras se sentaba mejor en un intento de ponerse de pie
- Guarda silencio, Dib humano, si que sigues siendo molesto- Zim se había sentado en la ventana con medio cuerpo afuera, ya había comprobado lo que quería, así que no tenía nada más que hacer.
- ¡Es normal que haga estas preguntas!, no se quien eres ni porque me vienes a visitar de esta forma, es algo extraño, además la primera vez que apareciste dijiste “vine terminar lo que empecé”, no entiendo…- había empujado la frazada que aun cubría sus piernas, puso sus pies en el suelo, pero al intentar pararse para detener al chico verde sintió como una descarga recorría su pierna izquierda que aun no estaba recuperada. Perdió el equilibrio y se preparó para recibir el golpe.
Unos pasos rápidos se escucharon antes de sentir como una calidez envolvía su cuerpo. Sus manos ahora estaban apoyadas sobre el pecho de Zim mientras que el lo sostenía tomándolo por su cintura para evitar el golpe.
- ¡De que te sirve esa enorme cabeza tuya!- había empezado a correr por puro instinto para luego gritarle.
Dib se sonrojó por la torpeza que había cometido y el regaño que había recibido por Zim.
- Gracias…- miró hacia un costado para no mostrarle su vergüenza.
- Tienes suerte de que el asombroso Zim aun haya estado aquí, tonto humano cabezón
- Lo siento
- Claro que no lo sientes, si te hubiese dejado caer ahí si que lo hubieses sentido
- Si si, ya te agradecí y disculpa por haber sido tan torpe ¿feliz?
- No
- ahh… olvídalo, mejor ayúdame a volver a la cama
- ¿Por qué Zim debe ayudarte?
- ¿Es que acaso quieres seguir abrazado a mí?- Dib sonrió burlonamente aun manteniendo ese tono carmesí en sus mejillas
Zim abrió los ojos como platos, había olvidado por un momento la posición en la que estaban. Estaba ocupado disfrutando de la pequeña discusión con el humano, era algo de rutina, su entretenimiento personal.
- gghhh- Zim lo sostuvo del brazo sano y lo ayudó a sentarse, el Dib podía arreglárselas solo después.
Dib se volvió a acomodar sobre el colchón y apoyó su cabeza sobre la almohada. Sin poder evitarlo, una pequeña risa se escapó de sus labios.
- ¿Qué es lo que te divierte tanto?
- jeje no estoy seguro, pero se sintió como si discutir contigo fuera algo habitual, fue… fue agradable
“¡Me está recordando!” pensó Zim
- ¡Será mejor que me vaya!
- ¡No! ¡Espera!
- Ya perdí bastante tiempo ¡adiós!
Rápidamente atravesó la habitación y ágilmente saltó a través de la ventana.
- Se fue… ahh… así que Zim…
No había nada más que hacer, el extraño chico ya se había ido y no había dejado nada más que muchas preguntas dentro de él. Cerró los ojos y trató de dormir, ya iba a ser la una de la mañana y lo recogerían temprano.
Unas horas después…
- Cuídate Dib, te estaré esperando pronto para revisar tu progreso, sigue las indicaciones y evita lastimarte ¿de acuerdo?
- Esta bien Dr. Hook, gracias
Padre e hijo subieron al auto y se fueron en dirección a su hogar. Una vez que llegaron, entraron a la casa y pudo ver que Gaz se encontraba jugando uno de sus videojuegos en la sala y no se volteaba a verlo. No le importó, después de todo, Gaz no era el tipo de hermana cariñosa. Pasó de frente hasta las escaleras con su padre al lado, pero justo antes de pisar el primer escalón escuchó el sonido de “GAME OVER” de la consola de su hermana. Gaz había volteado a verlo sin que éste se diera cuenta, y en ese descuido un escuadrón de cerdos vampiro había acabado con su guerrero, pero claro, eso era algo que ella nunca admitiría. Dib sonrió disimuladamente con tan solo considerar esa posibilidad.
Una vez que llegaron a la habitación, se sentó sobre su cama y puso sus muletas aun lado.
- Bien hijo, me tengo que ir al laboratorio, no salgas de la habitación, es peligroso, subiré algo de comida por si luego tienes hambre.
- Gracias, papá
El profesor Membrana salió de la habitación y Dib se acostó sobre su cama.
- Eso significa que me quedaré encerrado un buen tiempo… además, no creo que Gaz me ayude en nada, papá seguirá tan ocupado como siempre y yo… ahh-suspiró profundamente- te odio quien sea que me hayas hecho esto- refunfuñó bajito para luego recuperar el sueño perdido. Estar así no iba a ser divertido…