Eran nuestros últimos ensayos antes del esperado debut, y es que la competencia afuera estaba difícil, con tanta boy band nueva .. y buena por cierto .. era difícil lograr un espacio importante entre las fans, y el nuestro debía ser el número 1.
Los miembros son algunos más alocados que otros, pero a nuestro Lider no lo supera nadie .. su nombre artístico será G-DRAGON y debo confesar que siento una gran admiración hacia él ..
Es la ultima noche de nuestras vidas como desconocidos y decidimos compartir un poco de vino espumoso para celebrar que seríamos Rockstars y que no habría nadie en el mundo que no supiera nuestros nombres.
Soñando con el momento, uno a uno, los miembros se fueron a dormir y yo me quedé con el Lider, G-DRAGON , la gran promesa del k-pop.
Seguimos bebiendo los dos solos hasta que perdí el sentido. Solo sé que me dormí y un par de horas mas tarde sentía que alguien me tapaba. Para saber quien velaba mis sueños y poder agradecerlo de la misma forma, logré semi abrir un ojo y me di cuenta que era G-DRAGON – mi cara de asombro se hubiese notado, de no ser por el sueño que tenía – le vi cubrirme con una manta y luego me besó la frente, como lo hacia mi mamá de pequeño.
Un par de horas después me levanté y vi que en el sofá de frente al que dormía yo estaba el líder, había ido mas allá cuidando mis sueños y se había quedado durmiendo cerca, y destapado, por lo que cogí la misma manta que antes había usado el para taparme y lo arropé.
Creo que debí hacer algún ruido o dejarle caer muy pesada la manta encima, pero mientras me retiraba al baño, siento que coge mi mano, impidiéndome seguir. Me devuelvo para mirarlo, atento a su requerimiento y me pide que me quede con él, que masajee su cabeza porque siente dolor y no logra descansar.
Accedo de buenas – es el líder – no podría haberme negado, a pesar de tener muchas ganas de orinar. Me siento y tomo su cabeza para acomodarla en mis muslos y comienzo a masajearle.
El hace gestos de bienestar, y algo dentro de mi se enciende, cuando veo su rostro de frente al mio – ganas de besarlo..? – no, creo que el cansancio juega malas pasadas, muy malas.
Sigo masajeando su cabeza, para aliviar su dolor y un gemido un poco mas placentero remece mi interior – debo dejar de pensar – me recuesto para dejar de mirar sus labios carnosos y provocativos, y tal vez con la intención de seguir durmiendo y llega otro gemido, aun mas fuerte, aun mas placentero que los anteriores y enciende mi rostro colorado y acalorado.
Intento ya sacar mis manos de su cabeza y retirarme, para poder despejar mis pensamientos, pero en cuanto nota que voy a abandonarlo, vuelve a coger mi mano y me pide que me quede. Siento tanto calor dentro, que mi ropa interior ha comenzado a sentirse ajustada.
No logro entender bien qué pasa, porqué me siento excitado y acalorado, si solo me ha pedido que le masajee la cabeza – un gemido peor que los anteriores – me saca de mis pensamientos y confirma que hay vida debajo de mis pantalones.
Me pongo de pie, antes de que con su propia cabeza note lo que me ha pasado – que por el color de mis mejillas – ya es difícil de disimular.
Vuelve otra vez a tomar mi mano y me coge en un abrazo, firme, cálido – demasiado provocativo – y pasa su mano por mi pelo de la misma forma que lo he hecho yo hasta hace un rato, generando en mi estremecimiento y un gemido que también indica placer – con su mano aun en mi cabeza, acerca mi oído hacia su boca y me susurra que lo tome.
No lograba entender si lo que había escuchado era cierto, o si el susurro, por su tono de voz, había indicado otra cosa, y me aparté, como para tratar de entender mejor, y en sus ojos solo encontré certeza y seguridad ante tales palabras.
se me acercó un poco más, me preguntó si estaba nervioso –y a mi con su cercanía ya me costaba respirar- que sí, respondí, que el debut debía ser perfecto y que él debía de estar tranquilo, porque todos daríamos lo mejor de nosotros porque así fuera.
Cierto es, que habíamos bebido, pero considero que no ha sido en exceso como para no negarme cuando ha vuelto a tomarme por la cintura. Siento que mi respiración se entrecorta y vuelve a susúrrarme al oído, si es que lo quiero tomar –a qué se refiere exactamente..? Porqué se comporta así cuando estamos solos ..? Y lo peor, es porqué simplemente dejo que me abrace y me provoque de esa forma..? – luego de notar mi silencio y nerviosismo, se acerca un poco mas y muerde el lóbulo de mi oreja, haciéndome estremecer.
Lo siento cerca, demasiado cerca, como para no haber notado que mi forma de mirarlo ya había cambiado. ¿Cómo podía transformarse de un segundo al otro en un hombre tan sexy?
Se acercó aun más, yo lo miraba con los ojos muy abiertos, como si no quisiera perder detalle sobre el. De pronto siento que posa sus labios sobre los mios – cálidos, húmedos – la sensación fue increíble, pero lo fue aún mas cuando llegué a notar el ritmo de su acelerada respiración que me embriagó. En cuanto pude respondí a su beso - jalando mi cabello – logró un pequeño gemido, con el que dí paso a su lengua sabrosa y aun mas caliente, ávida de explorar mi boca. Comenzamos una lucha de dominio entre ambas lenguas, una quería salir y la otra succionaba con fuerza, impidiendo soltarnos.
Nuestras respiraciones aun mas agitadas acompañaron nuestros besos hasta oír un gemido de su parte – fue trastornado mi mundo – me dejé perder el control.
Me aparté un segundo de nuestro beso en guerra de dominios y lo lancé contra el piso, se dejó hacer, e hizo un espacio entre sus piernas, lo que permitió el roce de nuestras hombrías. Seguí besándolo, cogiéndolo de la cabeza, mientras sentía sus manos en mi espalda – bajo mi polera – y como quemaba su calor, al mínimo roce, era electricidad que hacía crecer mi erección, y por el roce de nuestras hombrías, notaba que la de él también.
Sentí que una de sus manos bajaba a mis jeans, al mismo tiempo que bajaba mi cierre, y de vuelta yo luchaba por quitarle la camiseta. Sus pezones se veían sabrosos, comencé a lamer toda la extensión de su cuello, deslizándome por su pecho perfecto mordisqueando uno de sus pezones. Oírlo gemir solo lograba que encenderme aún mas, quería seguir probando de esa piel que esperaba por mi.
Logré separarme un poco de G, lo suficiente como para desvestirlo hasta dejar sólo sus boxers, se veía tan apetecible, tan jodidamente sexy. Volví a lanzarme sobre él, sin dejarle espacio para que respirara. De vuelta sentía sus manos en mi espalda mientras jalaba de mi polera y en un poco más estábamos los dos solo en boxers. Siguió besando mi cuello, chupando y mordiendo, dejando marcas que sin dudas debería esconder a la mañana siguiente.
No podía detenerme, menos si lo oía gemir y retorcerse debajo de mi. Guié mi mano hasta su sexo, el cual acaricié suavemente. Sus gemidos se intensificaron y en un momento su ropa ya empezaba a estorbar. Le quité los molestos boxers y acaricié toda su extensión suavemente para luego intensificar. La cara de G era un poema, tenía los ojos fuertemente cerrados y la boca entreabierta, dejando salir graves gemidos. Cómo me encendía verlo así, saber que le provocaba ese placer.
Quería ya embestirlo con fuerza, por lo que acerqué tres dedos a su boca. Entendiendo que serían para su preparación, comenzó a lamerlos y logró encenderme aun más, pensando que sería otra parte de mi anatomía en ese húmedo, cálido y exquisito lugar que era su boca. Quité mis dedos y los acerqué a su entrada. G estaba tenso, y para distraerlo, con mi otra mano comencé un suave vaivén en su miembro. Cuando lo escuché gemir nuevamente de placer, introduje el primer dedo en ese estrecho y cálido lugar. G dio un pequeño gemido de dolor, pero me dijo que siguiera, comencé a moverlo dentro de él, mientras lo masturbaba, luego introduje un segundo dedo, era tan estrecho que de solo imaginarlo, sentí que me vendría sin siquiera tocarme, ya quería embestirlo de forma bestial, por lo que apuré mi faena.
Los dedos que ya tenia dentro de G, comencé a moverlos en forma de tijera, para prepararlo e introduje el tercero. Estaba extasiado observando a G, sus gemidos y su cara tan llena de placer. Solo quería entrar en él.
- Seung ya.. ahh.. estoy .. listo… te quie.. ahh te quiero dentro ..
Esa frase me quitó el poco auto-control que me quedaba, retiré mis dedos de la entrada de G y dirigí mi propia erección hacia ella. Restregué la punta de mi miembro en su entrada.. ohh .. era tan estrecho, tan cálido que pensé que me correría en ese instante. No podía terminar ahí. Tomé aire y seguí en mi faena. G tenía los ojos sumamente apretados y lágrimas cayendo por sus mejillas. Lo besé para distraerlo del dolor, mientras tomaba su miembro con mi mano y lo masturbaba.
Cuando lo oí gemir y pareció calmarse, entré de golpe en él, una estocada certera que logro un gemido de dolor y más lágrimas en sus mejillas. Volví a retomar mi tarea en distraerlo, pero era difícil sentirme dentro de él, sin sentir la necesidad de moverme. Quería embestirlo tan fuerte que se rompiera y quedara arruinado para cualquier otro.
De pronto, sentí las caderas de G moverse lentamente, se sentía tan bien.. Retomé un suave vaivén dentro de él, y una vez que se acostumbró, comencé a oís sus gemidos rogando por más y ya no pude contenerme.
Tras sus ruegos, que me habían exitado aun más y su mirada lujuriosa, lo penetraba desenfrenadamente, era tan exquisito que no podía parar, una estocada tras otra , G gemía y yo también, mientras el único otro sonido que se oía, era el de nuestros cuerpos chocando. G enterraba sus uñas en mi espalda y eso solo lograba hacerme encender más e intentar llegar aun más adentro de él, poseerlo como mío y marcarlo para siempre.
- Ahh….. aHHHHH….. seung ….. yo ……yo no dura ahhh re mucho mas … ah
- Yo mm… yo .. tampoco gi…. Vamos a …aHH a terminar juntos….
Comencé a masturbarlo con mas fuerza sacando gemidos más altos por parte de G, sentía que quedaba poco, ya no aguantaría mucho mas, de pronto escuche un gemido mas alto que los anteriores y su esencia en mi mano, no dure mucho mas y dejé mi semilla dentro de G.
Con las pocas fuerzas que me quedaban me retire de él lo mas suavemente posible, G dio un respingo y un gemido de incomodidad, me lance al espacio que quedaba a su lado y lo abracé mientras intentábamos recuperar el ritmo de nuestras respiraciones.