Me encontraba mirando por la ventana, retraído en mis pensamientos, completamente idiotizado ante la idea de estar entre tus brazos, de oler tu cabello, besar tus labios… Ante la lejana visión de tus torneadas piernas, de tu perfecto abdomen. Pensando en como acariciaría tu piel, y como me pegaría tanto a ti de una manera casi insoportable.
- Como si eso fuese posible…
Me dije en un suspiro.
Aunque realmente lo deseaba con locura y no dejaba de pensar en las posibilidades. De pensar una y otra vez como sería, y por momentos mi mente divagaba a otros lugares de tu anatomía… Por ejemplo, en como sería tener tu sexo entre mis manos, tocarlo, sentir su textura, olerlo, lamerlo e incluso besarlo.
No dejaba de pensar en como sería introducirlo en mi boca y succionarlo, en la manera en que se trastornaría tu cara debido al placer… Como acariciarías mi cuerpo, como empujarías mi cabeza hacia abajo, como la levantarías para besarme como nadie lo ha hecho. No dejaba de pensar en la manera en la que tocarías mis glúteos desnudos e introducirías un dedo dentro de mí, luego dos e incluso tres.
No dejaba de tocarme lascivamente mientras pensaba en como introducirías tu miembro en mí, causando olas de placer en todo mi cuerpo, haciendo que muerda mis labios intentando contener mis irrespetuosos gemidos pero que al final soltaría como un lobo aullando, en como soltaría una retahíla de balbuceos y maldiciones al infinito debido a tus deliciosas estocadas dentro de mi.
Empecé a masturbarme a un ritmo inhumano al pensar en como me harías gritar como un poseso, como empezarías a follarme dulcemente y besarías mi espalda, mis omoplatos y mi cuello, como morderías suavemente mi piel, en como girarías mi cabeza para besarme y luego irías mas rápido y mucho mas duro, como arañarías la piel de mi espalda aunque intentases ser dulce y cuidadoso, y yo tampoco pondría resistencia a tus violentas muestras de cariño y de lujuria.
Empecé a gemir demasiado fuerte y temí en alertar a los vecinos mientras pensaba en como pararías un momento para acostarme en la cama, besarme suavemente e intentar calmarte para luego volver a la carga. En como levantarías mis piernas y las colocarías en tus hombros y volverías a atacarme con tus feroces estocadas. Empecé a imaginar lo dulce y maravilloso que sería para mi ser desvirgado por ti, en como volverías a besar mis hambrientos labios mientras arrasabas en mi interior.
Casi podía sentir la textura de tu piel, el contacto de tus muslos contra mis glúteos, el relieve de tu abdomen, tu pecho. Casi podía sentir tu aliento en mi cuello, tus palabras dulces y empalagosas cargadas de lujuria y doble interpretación en mi oído, casi podía sentir tus manos explorar mi cuerpo y tus labios contra los míos.
Un gemido feroz y desgarrador escapó de mi interior al mismo tiempo que me corría ferozmente sobre mi abdomen y pecho, llegando a parar algunas gotas a mis sonrojadas mejillas, todo esto ocurrió debido a la imagen de verte correr dentro de mi, en como cerrarías tus ojos y dejarías escapar un dulce gemido señal de que lo habías disfrutado y entonces yo estaría satisfecho.
Cerré los ojos recordando cada una de las imágenes en mi mente y no pude evitar soltar una lágrima ya que recordé que solo era una fantasía…
Abracé la almohada y allí descargué todo mi pesar.
De mi pervertida mente, para ti.