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Tácticas para criar a un hijo en este Nuevo Mundo por Stavros

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Notas del capitulo:

Hola

Espero que le guste esta historia que escribi hace bastante. La puse en la pagina, pero no la habia terminado, asi que he decidido retomarla debido a que me gusta mucho la trama y en el lugar en el que estaba cuando la escribi.

Por supuesto, mis disculpas a las chicas porque las acabo de desaparecer a todas en la historia haha

En fin, a leer


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PRIMERA ENTREGA.

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Hola. Estoy embarazado.

Empezar a contar mi historia no tendría sentido si primero no cuento la historia de la civilización en la que yo y todos los demás humanos vivimos ahora.

No me preguntes cómo, no me preguntes por qué, pero en un futuro algo lejano para ti y no tan lejano para tus tataranietos, el hombre, a través de alteración genética, llegará a desarrollar la capacidad de procrear. Una bolsa embrionaria localizada arriba de la próstata le dará la habilidad de albergar un embrión humano por los nueve meses que este demora en desarrollarse completamente. El proceso de alumbramiento, que es evidentemente mediante cesárea, es en mi tiempo tan común como la respiración. Para este tiempo, las mujeres, seres que nunca llegué a conocer, están extintas de la faz de la tierra, por lo que los únicos seres dominantes somos los hombres.

Puedo darte muchas explicaciones acerca de lo diferente que el desarrollo de un bebe es en un hombre a lo que es en una mujer, o puedo decirte números de contracciones o procesos médicos, pero nada de esto tendría siquiera importancia.

Debido a los cambios que los organismos de los humanos sufrieron, muchas nuevas ideologías fueron nacidas, y muchas otras desaparecieron, o fueron eliminadas también. El cristianismo ya no es más una religión de masas, salvo por aquellos pocos que aún se aferran a las palabras de un libro "inspirado por Dios" pero finalmente escrito por hombres llamado Biblia. Viven en pequeños pueblos sin mucho que comer, en la vida rudimentaria, lejos de la civilización que les dio la espalda, y negándose a procrear porque para ellos es pecado y abominación.

La gente normal, la común y corriente, vive en las grandes ciudades. Aquí no rigen ni religiones ni dogmas. Yo soy una de esas personas. No podemos pertenecer a alguna religión, pero de hecho creemos en lo divino, sin embargo no creemos que sea una fuerza castigadora y a la que se deba temer, lo cual se diferencia a todas las religiones que alguna vez sobre poblaron el mundo. Los seres humanos (o la mayoría) al fin maduró mentalmente y ya no necesita de una institución que dicte reglas.

Pero no todos los hombres podemos tener hijos. O sea que, al final, si se diferencian unos de otros. Se hace un pequeño estudio a la hora que el niño nace, y, una vez que se ha comprobado que en definitiva puede procrear, se le pone una marca totalmente imborrable en la nuca, la marca del espejo de Venus, marca que alguna vez se uso para identificar el género femenino. Claro que no puede quedar embarazado hasta que no haya desarrollado por completo estas habilidades, que por lo general alcanzan su plenitud a los dieciséis años.

Y esa es la única información que, por el momento, se necesita saber para que se entienda con claridad mi historia.

Y aquí es donde comienzo yo. Soy Namizake Minato. Tengo dieciocho años, vivo en Nuevo Tokio con Uchiha Itachi, mi compañero de cuarto. Ambos vamos a la Universidad de Nuevo Tokio y estudiamos la misma carrera, Medicina Humana, por lo que nos vemos con bastante frecuencia.

Itachi es de la clase de chico que gusta de las fiestas, del trago y de la diversión. Yo, por otra parte, gusto de estar en el departamento y ver televisión (siempre y cuando no estoy estudiando). Él tiene un novio, Sasori, que vive a unos veinte minutos de nosotros. Yo no tengo ningún enamorado aun, no tengo tiempo para ellos y, ya lo dije, no salgo mucho de casa, por lo que no es mucha la gente que conozco. Itachi ha insistido reiteradas veces en que él me podría presentar a gente que estaría dispuesta a tener citas conmigo, pero yo solo me sigo rehusando.

Yo soy capaz de tener hijos. Tengo esa desagradable marca en la nuca, que no es tan grande pero que prefiero cubrir con maquillaje, debido a que la gente nos trata diferente, nos trata "mejor", si es que así lo ponen. Pero a mí me gusta que me traten de forma normal, no "mejor", por lo cual prefiero taparla.

Y aquí comienza la parte interesante. Hace aproximadamente un mes Itachi y yo fuimos invitados a la fiesta en honor a "El evento", que se da la primera semana de Octubre. No solo se celebra en la universidad, que es a donde nosotros íbamos a ir, sino en todas las partes del mundo, ya que es la celebración del nacimiento del primer hombre con la habilidad de procrear, ya hace decenas de cientos de años. Para ese entonces Itachi y su novio se habían peleado, estaban teniendo algunas discusiones por lo que Itachi no le aviso que iría a la fiesta conmigo. Yo por mi parte ni tenía ganas, pero el Uchiha me había insistido tanto que me apiade de él y le dije que sí.

Debo mencionar que no soy para nada un aficionado al alcohol. Lo tomo cada vez que es necesario, que es generalmente en las reuniones o, en este caso, en las fiestas. Me ofrecieron un poco de vodka y no me pude negar. Pero luego otra persona me ofreció más, y una vez más, por educación y principios, no me pude negar. No sabía por dónde se había perdido Itachi, lo buscaba como podía, pero no podía encontrarlo. Y seguía tomando, de poco en poco, con el vaso en la mano.

Apareció Itachi, me dijo que había estado en el baño por solo cinco minutos. Pero eso era imposible, porque yo lo había estado buscando por mucho más tiempo que ese. "Estas mareado", me dijo, a lo cual respondí con una afirmación, porque, en efecto, todo se movía a mi alrededor, y me sentía gracioso, y también valiente.

Y vi que Itachi también empezaba a tomar. Ambos estábamos llevándonos vasos llenos de whisky y vodka y todos los demás tragos a la boca. El poco sentido común que aun estaba latente en mi cabeza me decía que lo más prudente era parar. Pero la otra parte, la cual era dominante en ese momento, me decía que siempre era así, sensato, y que por una vez debía dejarme llevar y divertirme. Era la primera vez que esto me pasaba, ya que anteriormente nunca había llegado a tal punto etílico que no podía ni pararme derecho.

Era increíble como acabe. Ahora que lo cuento me da vergüenza, pero en el momento del acontecimiento me sentía como el rey del mundo. Y bailaba mucho, tanto como nunca lo había hecho y por primera vez la gente empezó a pensar que era divertido y no el chico estudioso que veían a diario en la universidad. Me reí de la nada y grité y empecé a corear las canciones que pasaban. Y una vez más busque a Itachi con la mirada, y me di con la sorpresa que estaba a mi lado.

Y nos besamos.

En ese momento que iba a pensar lo que estoy pensando ahora. En ese momento fue excitante, fue una cosa espontánea. Ahora me doy cuenta que hice que Itachi fuera infiel, y me siento como el "otro", un sentimiento nada confortable.

Y luego no nos despegamos durante toda la noche. Los demás chicos solo miraban, divertidos, porque por lo general Itachi y yo somos como hermanos, nos apoyamos y nos peleamos también, pero nunca habíamos dado iniciativa a otra cosa. No solo fue culpa mía, fue culpa de ambos, porque ambos éramos los que estábamos tomados de la mano.

Tomamos un taxi, luego de todo. Dimos indicación de nuestra dirección como pudimos. Nos reíamos de la nada, mientras yo posaba mi cabeza en su hombro. Los pensamientos que en ese momento pasaban por mi cabeza no los recuerdo. No recuerdo mucho, solo me acuerdo que el taxista también se reía de nuestro estado, sabiendo que era lo que venía luego de esto.

Entramos tambaleándonos uno sobre el otro, y de frente nos dirigimos a la cama, a su cama. No daré muchos detalles porque la cara se me cae cada vez que esa noche vuelve a mi mente. Solo diré que lo hicimos. Tuvimos sexo, algo placentero para él, seguro, pero algo bastante doloroso para mí. Eso sí recuerdo con lucidez, que estaba bastante adolorido y que al siguiente día no podía ni sentarme muy bien.

Todo ya pasó hace un mes y no he podido olvidarlo. Y todo ha sido extraño entre Itachi y yo. Ambos fingimos que no recordamos nada de lo que pasó, pero vaya que nos acordamos.

No fue hasta este momento que recién empiezo a recordar que el día que estuve con Itachi no usamos protección. Y últimamente he tenido ciertos dolores en la espalda y en la cabeza. La paranoia y el hecho que los acontecimientos de esa noche sigan pendientes en mi cabeza me hace pensar lo peor. Voy al médico, haciéndome la idea en el camino que lo que tengo no es más que el estrés de la universidad. Pero estos dolores nunca los he tenido, ni siquiera cuando he estado lo mas estresado posible debido a los estudios.

Llego y me examina. Me dice que esos síntomas son muy comunes en muchas enfermedades, por lo que tendrán que hacerme algunos exámenes y que los resultados serán visibles recién mañana. Genial, la agonía y las interrogantes aumentan con cada minuto. Una vez que me ha quitado la sangre y la orina requerida, vuelvo al siguiente día. Mis piernas temblaron literalmente cuando me comunica que llevaba aproximadamente cuatro semanas de embarazo. Es algo extraordinario la cantidad de pensamientos que llegaron a mí una vez que el doctor me comunicó eso. Vi mis pocos años de universidad arruinados. Oí a mis dos padres, donde sea que se encuentren, reprochándome que sabían que nunca llegaría a ser nada y que fallaría, razón por la cual me abandonaron de pequeño en la casa de un anciano que con el tiempo llamé abuelo. Y vi a mi abuelo en su tumba, llorando que arruiné mi futuro y que todos los esfuerzos para dejarme el dinero para que pagara la carrera fueron en vano.

Salí del consultorio con las piernas aun temblándome. Y no supe a dónde dirigirme. Sabía que en nuestro apartamento estaba Itachi, seguro con Sasori ya que una semana después de que nos acostamos ellos se reconciliaron (no se entero de lo de nosotros, claro está). Pienso en ir a la anterior casa de mi abuelo, pero solo está lleno de las fotos y cuadros de él, y se me haría como que todas ellas me observan de forma culposa por lo que recién me acaban de informar.

Ahora siento con más claridad el dolor de cabeza. Me toco el vientre, pensando en lo milagroso y a la vez espantoso que es que un ser ya esté creciendo dentro de mí debido a mi insensatez. Yo, el más sensato de todos, fui insensato una vez. Debí haberme quedado en donde estaba. Debí haber mantenido el status quo de la situación y no tratar de hacerme el social tomando alcohol de mas. Me miro a mi mismo y me da vergüenza. Recibí lo que me merezco.

Me fui a la biblioteca, a leer la constitución y averiguar si el aborto es ilegal. Ya sé que lo es, sin embargo tenía que verlo escrito en un libro para recién descartar por completo aquella opción.

Qué ironía. Pienso en que quizás mi padre biológico pudo haber tenido esta misma situación y para quitarse toda responsabilidad me dejó.

Una vez fuera de la biblioteca ya no podía evadir el ir directo al apartamento, la noche ya había llegado y con ella la oscuridad y el frio.

Tal como lo predije, Sasori e Itachi estaban ambos tocándose el uno al otro en el sofá de la sala. Notan mi llegada y se sientan normales, como si no estuviera pasando nada. No está pasando nada a comparación de lo que pasará. Pido, de forma muy amable, si Sasori se puede retirar. Ambos se sorprenden con mi pedido, pero digo que solo quiero discutir con Itachi acerca de la renta del apartamento y otras cosas como los días en que a cada uno nos toca la limpieza. Sasori entiende, se despide y se retira.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué haces que mi novio se vaya? - pregunta con irritación.

Me quedo callado porque no sé cómo decir lo que estoy a punto de. Tengo que contárselo, tengo que decírselo a alguien, y ya que él es una de las pocas personas que tengo cerca, además de ser el otro padre, tengo que revelarle la noticia. Descarto en mi mente una y otra forma de hacerlo, y llego a la conclusión de que es mejor decirlo tal y como es, al grano y sin rodeos.

- Estoy embarazado.

Me mira y parece no entender bien. No he hablado en ruso, se entiende con claridad lo dicho. Debe creer que bromeo.

- ¿Y por qué me lo dices? - pregunta con frescura.

- Tú eres el otro padre, Itachi.

Entonces recién entendió, lo sé por la expresión cambiante en su rostro, de la normalidad al susto.

- Eso es imposible - dice, pero sabe que no es así.

- No usaste protección, y ninguno de los dos quería hablar del tema. Eventualmente lo olvidé pero me estaba doliendo demasiado el cuerpo. Fui al médico y me dio los resultados que mostraban que estaba preñado.

Y para que me crea por completo, saco el papel que tengo en el bolsillo con la palabra "positivo" sellado. Lo revisa, sabiendo que mis palabras eran todo menos broma. Pero lo que dice a continuación si suena como una.

- ¿Estás seguro que soy el padre? - pregunta aun nervioso.

- Por supuesto que sí - contesto a su pregunta estúpida.

- ¿Estás seguro que no te has estado revolcando con otros muchachos?

Es inevitable no sentirse ofendido por sus palabras.

- Sabes que no soy esa clase de chico, itachi - respondo, tratando de guardar calma, uno de los dos debe tenerla, y no será él, eso es seguro. - Además el tiempo que me ha calculado de embarazo es un mes. Y exactamente hace un mes hicimos... Bueno, tú sabes.

Se quedo callado otra vez. Sabía que decía la verdad, yo no era uno de esos que van por ahí y se acuestan con cualquiera, el hecho que no haya tomado un anticonceptivo al día siguiente decía mucho de mi falta de experiencia en el sexo y en la protección.

Tapa su cara mientras parece mirar al suelo, pensando.

- No puede enterarse Sasori – fue su primera frase.

Quiere a Sasori. Lo quiere mucho. Y al parecer, nunca adivino que a mí me gustaba bastante él. No es el más hábil de todos, nunca se dio cuenta que acepté mudarme con él porque sentía algo. Nunca siquiera se le pasó por la cabeza que lo hice con la esperanza de que algo entre nosotros ocurriera. No tiene idea que cada vez que lo veo con Sasori es una estaca más clavada en el pecho, y callo y finjo con profesionalismo teatral. Y me da lástima ahora que la primera cosa que me diga una vez que le cuento que estoy esperando un hijo suyo es que su novio no se puede enterar.

- Debes abortarlo.

Esa frase me hace sentir aun peor.

- Y no te preocupes, yo pagaré todo lo que cueste el procedimiento. Tengo algunos amigos en la universidad que deben conocer algún lugar seguro para hacerlo.

Esa no es una opción. El aborto iría contra todo lo que creo. Estudiamos Medicina, maldita sea. Es increíble que Itachi me diga esto y no piense en la vida que será terminada. Claro, como dentro de él no es donde el bebe está creciendo, soltar esas palabras es fácil.

- No puedo - digo, haciendo que me mire - Itachi, ¿cómo puedes...? No, no lo haré.

- ¿Y qué quieres? ¿Tenerlo? - me dice ya alterado - ¡sabes que no puedo! Sasori me dejaría, mis dos padres me matarían. Yo soy también el padre, y no quiero tenerlo.

Maldito. Pero ese día si no se quejó. Ambos somos los que tenemos la culpa, pero que lástima que yo sea el que tiene que pagar. Pero me aseguraré que no sea así, que él también pague y que no se salga de esto tan fácilmente.

- No lo haré – digo, firme.

- Pues yo no pienso pagar nada de ese chiquillo.

- No me amenaces, Itachi, sabes que puedo decirle al señor Fugaku y él me creerá a mí. Él sabe que tu eres un descuidado, también sabe que el chico con el que compartes el cuarto es uno de los mas aplicados en la universidad. No me retes.

Se asusta de mis palabras porque sabe que son ciertas. Su padre es bastante estricto con él porque no es tan responsable como debería.

- Escucha, Minato - me dice, cambiando de tono de voz a uno más relajado y calmado - no me hagas esto. Somos amigos. En serio amo a Sasori, y si él se entera de que te tiré se enojará mucho y terminará conmigo. Si lo abortas, no tendrás tú tampoco que preocuparte del niño. Podrás seguir estudiando. ¿Acaso crees que, con el chiquillo cerca, podrás ir a las clases con normalidad? No. Por favor, reflexiona.

No había nada que reflexionar, no lo iba a abortar porque simplemente no puedo.

- ¿Te imaginas si mis padres alguna vez hubieran pensado como tú? Yo no existiría...

- Ya empiezas otra vez - me interrumpe.

- ¡Sí, empiezo otra vez! ¿Crees que es fácil, verdad? ¡No tener padres!

Ve que me altero con el tema y prefiere no seguir. Yo también prefiero no seguir, que podría acabar tirando algunos puñetes.

Okay - dice - veremos cómo va esto. Me has dicho que recién tienes un mes. Aun no se nota, por lo que tenemos algún tiempo para decidir qué hacer con el bebé. Ya me lo has dicho, no quieres abortarlo, y trataré de entenderte, pero tú también trata de entenderme a mí. Debes considerar adopción.

Después de eso ya no quise hablar más del tema y decidí comer algo. Debo hacerlo, ahora tengo un ser humano dentro de mí.

 

****

He leído algunos libros de cuando existían las mujeres y ellas eran las que tenían en sus manos la función procreadora. Deben haber sido buenos tiempos. Leí que la normalidad era que un hombre saliera con una mujer. Para mí eso se me hace muy extraño, o no sé, no me lo imaginaría. Maldito el momento en que las mujeres dejaron de existir en la tierra. Quisiera saber cómo pasó. Preguntas de ciencia...

 

****

La empatía que siento con la criatura que crece dentro de mi es inmensa. Y también la empatía que siento con mis padres biológicos. Desde pequeño los odie por haberme abandonado alguna vez, aunque mi abuelo siempre me decía que no lo hiciera, era algo inevitable.

Ahora estoy en casa. Itachi ha ido a visitar a la casa de sus padres ya que su otro padre, Madara, acaba de dar a luz. Quien iba a pensar que tan mayores y aun podían tener un hijo mas. Itachi me había contado (antes de que toda esta situación se diera y nuestra conversación transcurría de forma normal) que pensaban ponerle "Sasuke" de nombre. Bastante original, le dije, no he escuchado a ninguna persona llamarse así.

Llega a mi cabeza buscar el nombre de mi bebé. Sé que será como cuando encuentras a un perrito por la calle: Si le pones nombre te encariñaras con él. Pienso, mientras como Ramen que ordené del restaurante, que aun es muy temprano para buscarle un nombre. Mientras tanto, juego con los palillos, moviendo un naruto que esta flotando en la sopa…

Notas finales:

Espero que les haya gustado mucho. Ya tengo el segundo episodio preparado y tambien el tercero, pero siempre son bienvenidas las ideas que ustedes puedan tener

Muchas gracias por leer! Hasta la proxima! Y no se olviden de pasar por mis otras historias


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