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¡¿Disfunción eréctil?! por monica misan

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Notas del capitulo:

Hola mis amabas, bellas y PACIENTES lectoras.

Mis disculpas sinceras y mi amor verdadero por haber leído mi fic. :'D

Gracias a todas aquellas personitas que me dejaron un Rw.

Me motivaron y me dieron aliento para no dejar esto inconcluso.

Bellas personas, lo amo.

Les dejo su LEMON y el final.

¡A leer!

-Mañana es viernes Misaki así que, ¿Por qué no te lo tomas?-

-Imposible, dime ya ¿A dónde vamos?-

-A un lugar magnifico que hace mucho no visito, está dentro de Tokio no te preocupes.-

Misaki no quiso seguir llevándole la contraria, solo se aseguraba que no salieran de Tokio. Además de que estaba analizando la posibilidad de no ir a la Universidad, sobre todo porque sus exámenes más importantes ya habían pasado, no estaba mal si faltaba un día ¿no? Además la ocasión lo ameritaba.

Entraron a una zona totalmente residencial y exclusiva, se podían divisar enormes mansiones, pero Misaki no notaba ningún hotel. El deportivo atravesó la enorme calle y llego hasta el final de la misma donde había unas enormes bardas de más 4 metros de altura cubiertas de enredaderas, la cochera eléctrica se abrió, dando paso al bello jardín de una enorme mansión completamente cristalizada. Misaki boqueo de la impresión.

-Usagi san… esta casa es hermosa… ¿de quién es?­­- pregunto totalmente asombrado mientras el auto se estacionaba.

-Es mía, me la heredaron, pero digamos que no la quiero.-dijo como sí nada el niño rico.

-¡wow! ¿Por qué? Si está muy linda.- Misaki aún seguía muy admirado por el lujo del lugar.

-Digamos que su historia no lo es tanto.-pues el pequeño secretito era que Haruhiko la había diseñado creyendo que se la heredarían, más nunca pensó que el dueño fuera a ser el escritor.

-¿Desde hace cuanto que no la habitan?-pregunto el menor, pues la casa aunque era lujosa denotaba que estaba sola desde hacía mucho tiempo.

-mmm… creo que desde hace cinco años, pienso venderla.-para el rico escritor no era la gran cosa.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!-estaba impactado ante las palabras de su novio rico pues a leguas se veía que nunca en su vida le había faltado nada material.

-Bueno, tú constantemente me estás diciendo que cuide mi economía y pues darle mantenimiento no es nada barato, por eso.-Ante esto el menor se quedo callado, era cierto, él le había dicho muchas veces que cuidara su dinero, pero de verdad le daba un poco de tristeza que Usagi quisiera ponerla en venta pues de verdad la propiedad era única.

El mayor abrió la puerta principal, los interiores eran aun más hermosos, pues tenía una espaciosa e iluminada sala, los muebles muy blancos y elegantes, tenía múltiples pasillos, observo unas escaleras de cristal, que a su parecer le parecía frágil, miro cada rincón de la enorme casa y atravesaron un corredor que los llevo a la sorprendente piscina que era el centro de la casa, no había forma de que ningún vecino la viera, solo los que habitaban la casa, pues esta era totalmente de cristal y el reflejo del agua iluminaba magníficamente cada uno de los cristales, haciendo que la luz rebotara por todas partes.

-Usagi san… ¿de verdad piensas venderla?- dijo con cierto aire de tristeza. Una idea magnifica se le ocurrió al otro.

-Bueno, sí quieres este podría ser nuestro nidito de amor.- le susurro mientras lo abrazaba melosamente. Un escalofrío sorprendió al menor, tan solo se libero pero no objeto nada, ya que la idea no era tan mala y al menos así, Akihiko ya no la vendería. –Puedo interpretar tu silencio como un sí.- insistió el mayor.

-Sí… ¡digo no!... ¡ay no sé!- dijo el menor mientras descubría que a orillas del otro lado de la piscina debajo de la sombra habían un par de columpios. –Usagi san porque no me dijiste de los columpios ¡vamos!- arrastro al mayor hacia dicho lugar olvidando su vergüenza de hace segundos.

Misaki se sentó emocionado y comenzó a balancearse con fuerza, el escritor lo observaba con curiosidad, sin duda su novio todavía seguía siendo un niño, al cual no le vendría nada mal una pequeña broma…

-¡Idiota! ¡Ayuda no sé nadar!- grito desesperado el menor mientras inútilmente agitaba sus brazos. Akihiko se lanzó al agua en su rescate.

-¡¿Misaki estas bien?!­- Interrogo con suma preocupación cerciorándose de que pudiera respirar una vez que estuvieron fuera del agua. El menor parecía un gato irritado recién bañado.

-¡Como se te ocurre lanzarme al agua! ¡Ni siquiera alcance a tomar aire!- en verdad el castaño fue empujado con tanta fuerza y velocidad que basto menos de un segundo para sentir como era impulsado del columpio y salía disparado al agua, cayendo justamente en la parte más profunda de la piscina.

-Perdón Misaki sólo era una pequeña broma…- dijo totalmente arrepentido mientras le daba besos por toda la cara.

-Qué clase de bromas son esas… te perdono… ¡ahora trae algo para secarme!- exigió.

La mente pervertida de Usagi regreso, por un momento olvido el verdadero motivo por el que se encontraban en esa casa y de sus enormes ganas de volver a revivir la llama de la pasión con su pequeño aparecieron.

-Misaki… casi olvido algo…- susurro con tono sugerente.

-¿Qué?- pregunto indiferente.

-El verdadero motivo del porqué estamos aquí…- poco a poco fue envolviendo sus brazos alrededor del menor tocando su delgada figura, sus ropas estaban mojadas y se adherían muy bien a la delicada piel.

-¡Espera, espera, espera! ¡No tiene ni diez minutos que llegamos y tú ya quieres tomarme!- segundo después se dio cuenta del impacto de su palabras, acto reflejo se llevó sus manos a la boca.

-Interesante confesión Misaki…- con su sonrisa de medio lado ataco al menor con uno de sus mejores besos. Se divirtió con su lengua tímida, mordió sus labios a placer, mientras sus manos se ocupaban de despojarlo de la empapada playera.

El castaño se estremeció y no precisamente por su ropa mojada, sino por la entrometida mano de Akihiko que ahora estaba dentro de su pantalón masajeándole el trasero.

-¿Qué haces?...quiero quitarme esta ropa mojada, tengo frío...- susurro entrecortadamente en el beso.

-No te preocupes yo te ayudo- dijo ahora intentando quitar los pesados pantalones de su uke. Dejándolo sin opción de protestar.

Poco a poco su boca fue bajando por el cuello sin marcas hasta ahora, depósitos muchos besos al mismo tiempo que succionaba su piel. Sus diestras manos ya habían arrojado el mojado pantalón a alguna parte. El castaño solo se dejaba hacer, se limitaba a cerrar los ojos y disfrutar, pues la verdad era que no quería protestar ni ponerse difícil.

A este punto el mayor ya iba por los pezones de Misaki, los cuales succionaba con infinito  empeño y lujuria, en verdad que había extrañado a su amante, basto para alzar la mirada y darse cuenta que el otro tenia lo ojos cerrados, su cara estaba roja y mordía su labio inferior para no dejar escapar sonido alguno, tomo eso como un reto, él haría que Misaki no se pudiera controlar y empezara a gemir y suspirar.

Volvió a atacar la boca del universitario, mientras hábilmente lo recostaba cerca del borde de la piscina. Su beso era intenso, inconscientemente o no, el menor acercaba más la cara del superior, sus dedos estaban enredados en el plateado cabello y su lengua estaba muy cooperativa. Las manos de Usagi no perdían el tiempo y ya habían quitado la última prenda del cuerpo contrario, dejándolo desnudo, como quería desde un inicio.

Su boca rápidamente descendió hasta el vientre de Misaki, no sin antes haberle provocado unas extrañas cosquillas al otro con besos en sus costillas. Las manos del joven estaban masajeando los hombros del otro y las manos de éste estrujaban los muslos del joven.

Sin preámbulos dirigió sus labios a la pelvis del ajeno y con la punta de su lengua iba lentamente acercándose a la base del miembro, un leve toque de su mejilla en la punta de este órgano basto para que su uke gimiera de vergüenza y necesidad, discretamente sonrió ante esta reacción, se acomodo mejor entre aquellas temblorosas piernas, puso los muslos en sus hombros, relamió sus labios y tomo el glande con ellos.

Acto reflejo Misaki gimió agudamente y su pecho se elevo, sus manos tampoco pudieron evitar quedarse quietas y fueron a la cabeza del escritor, quién a este punto ya había metido por completo el miembro del castaño y buscaba sacarle más sonidos eróticos entre otras cosas…

La imagen reflejada en la piscina era sumamente erótica. Ante un ritmo frenético y una succión poderosa Misaki se corrió en la boca de Usagi, al mismo tiempo que los dedos de sus pies de enroscaron y un sonido de satisfacción salía de su boca, su mente estaba totalmente en blanco.

El renovado Seme se sintió con más fuerzas que nunca, en su pene, claro, y aprovechando que Misaki estaba un poco perdido en su orgasmo rápidamente lo tomo en brazos y se dirigió a la habitación principal.

Cuando tuvo conciencia de lo sucedido un fuerte sonrojo de vergüenza apareció en su cara, mas no protesto. El mayor lo deposito en una gran cama y volvió a besarlo con más necesidad que la anterior y su cuerpo volvió a encenderse al sentir una saludable y potente erección contra su trasero, lástima que todavía estaba oculta en los pantalones. Sus manos urgentemente quitaban la camisa del mayor, pues no quería ser el único desnudo en esa habitación.

-Vaya Misaki ¿Por qué tan cooperativo? ¿Me extrañaste? Yo sí, demasiado y te lo voy a hacer sentir- hablo sin siquiera darle oportunidad de respuesta y él mismo agilizo la tarea de desvestirse, el de abajo solo observaba ansioso.

En ambas condiciones, excitados y desnudos volvieron a devorarse en un beso, Misaki se sentía demasiado pervertido pero no era el momento de detenerse, en cambio decidió que era momento de demostrar que sí, que efectivamente había extrañado el sexo con su novio.

Enrosco firmemente sus piernas y brazos en el otro mientras movía sus caderas en busca del contacto más íntimo, el otro reacciono e hizo lo mismo e inconscientemente se clavo en el cálido interior.

-¡AH! ¡Dolió!- gimió ante la acción inesperada.

-Perdón Misaki, no quería lastimarte, voy a salir…-

-¡No!- apretó aun más fuerte con sus piernas al escritor para que no lo hiciera. –Solo deja que me acostumbre…-

El ahora potente escritor dirigió su mano al miembro de su pasivo para distraerlo del dolor y así sus deseos regresaran, mientras su lengua se daba a la tarea de recorrer su piel. Misaki había extrañado la sensación de tenerlo dentro, por eso sentía fuertemente como el dolor se combinaba con el placer.

Dolor, pues no había sido dilatado y sus paredes internas estaban apretadas. Placer, porque Usagi estaba más duro que nunca y podía jurar que lo sentía más grande.

-Usagi-san…mmm…te extrañe…- susurro moviendo sus caderas y dándole un beso en la mejilla. El atónito seme sentía explotar su corazón de la felicidad que sentía el saber que también lo había extrañado.

Prácticamente se abalanzo sobre su boca, lamiéndola toda y mordiéndole los labios, posterior empezó con un movimiento profundo y morboso. Misaki solo gemía y se dejaba arrastrar por el placer que sentía en su trasero y todo el cuerpo, mientras como un gato cayendo a un precipicio arañaba la espalda del mayor.

-Misaki casi olvidaba tu excitante estreches… eres tan delicioso…- gruñía mientras embestía con fuerza y precisión.

Literal, Misaki quería que lo partieran, pues con sus talones puestos en el trasero de Usagi tomaba impulso para mover frenéticamente su cadera y profundizar los movimientos, no se preocupaba por los gemidos que emitía, ni por el ruido escandaloso que la cama causaba, sólo se limitaba a escuchar los gruñidos de su seme y eso le bastaba para continuar entregándose.

-¡Ah! Usa…usagi… ¡ah! ¡Más! ¡Más rápido! ¡Ah!- imploraba fuera de sí.

-Parecemos…mmm…nuevos… ¡ah! Date la vuelta- ordeno excitado el seme.

Misaki se dio la vuelta, se agarró firmemente de la cabecera de la cama, mientras curvaba su espalda levantando el trasero para que Akihiko pudiera entrar con facilidad en él nuevamente. De manera rápida le dio un mordisco y una nalgada en el trasero al menor y dirigió su erección a su lugar favorito, el otro solo gimoteaba del placer y cerraba sus ojos con fuerzas limitándose sólo a sentir lo rico de las embestidas.

Con sus manos grandes tomo la estrecha cintura y se apoyaba para enterrarse más fuerte y más hondo y cada vez más rápido hasta que…

-¡Ah! ¡Mmm! ¡Ahí! ¡Ahí! ¡Justo así! ¡Más duro! ¡De nuevo!- grito cuando sintió como su punto interior más sensible era tocado por el miembro erecto.

-Como ordenes…- murmuro el escritor mientras arremetía con más empeño y puntería.

De manera inconsciente Misaki dirigió una de sus manos a sus pezones para pellizcárselos, el otro al ver esto, estimulo con su mano el miembro de su adoración. Las sensaciones se multiplicaron por mil, ambos sentían que explotarían en cualquier momento. En un movimiento brusco Akihiko cambio de posición, sentando a Misaki sobre su dura erección lo cual los desquicio por completo. El seme marcaba con mordidas y besos el cuello de su entregado uke.

El final estaba cerca, el miembro del castaño era estimulado por el otro de manera rápida y firme, mientras las embestidas no paraban. En esa habitación de paredes transparentes gemían los dos anunciando la culminación de su acto.

-Usagi…san…yo…me vengooo… ¡Ah!­- y en ese fuerte gemido fue el primero en correrse. Su nuca se apoyo en el hombro de su seme, quién al sentir como su miembro era apretado mas fuerte también se corrió. En la punta de su orgasmo Akihiko mordió el hombro de Misaki.

Trataban de regular sus respiraciones, sus pechos se movían en busca de aire. Misaki trato de pararse para que fuera liberado pero sus piernas no les respondían correctamente. El otro capto rápidamente las intenciones ajenas y lo ayudo a colocarse correctamente sobre la cama.

Sonrojado, el menor se cubrió con las sabanas mientras se colocaba boca abajo, pero aun así era inútil no sentir como el semen se escurría entre sus piernas. El otro como buen seme se coloco a su lado imitándolo pero atrayéndolo en un abrazo. Beso la cabellera castaña no sin antes recordarle lo mucho que lo amaba.

-Yo también te quiero Usagi san- murmuro antes de caer profundamente dormido sintiendo el calor de su amante.

Un sonido de lo más molesto se escucho en la tranquilidad de aquella habitación, donde un castaño reposaba sobre el pecho de un peliplata, quién al percatarse del sonido de su celular decidió ignorarlo y apresar más a su amante, pero quién sea que estuviera del otro lado de la línea era muy insistente pues el aparato seguía sonando sin cesar. Irritado se paró de la cama no sin antes depositar un besito en la mejilla del bello durmiente.

-Diga, espero que sea importante- contesto fríamente.

-¡Oh! Pero por supuesto que lo es… dime hermanito… ¿Ya te curaste? O… ¿Tendré que ser yo el que satisfaga a Misaki-kun?- respondieron maliciosamente.

Akihiko se quedo totalmente paralizado al saber quién era la persona al otro lado del teléfono. Una mezcla se sentimientos se apoderaron de él mientras se quedaba en shock.

-Usagi san, ¿Te encuentras bien?- interrogo con preocupación un castaño mientras se abrazaba mas ese pecho fuerte.

-Sí, es sólo que tuve un mal sueño, pero nada más.- dijo mientras depositaba un beso en su coronilla y ambos intentaban conciliar el sueño de nuevo.

Notas finales:

¿Les gusto? ¿Sí? ¿No?

Díganme. Gracias por leer, los amo.

 

Nos leemos en la actualizacion de LA REVISTA XXX.


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