Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Last_bouquet por Tananlobo

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aquí estoy con la prometida segunda parte. Recomiendo leer la primera para poder entender esta.

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=63735

Aquí se centra en UruhaxRui y DiexAoi sin dejar de lado la resolución de los conflictos que quedaron abiertos en la primera parte de KyoxRuki, ReitaxManabu y KaoruxByo.

¡Espero que os guste!

—¿Por qué siempre fumas después de hacerlo?—preguntó Kai inocentemente al ver a su amante encenderse un cigarro.

—Porque él siempre lo hacía —respondió el castaño con una amarga sonrisa.

Suspiró sonoramente, sus ojos se perdieron más allá de lo que su vista podía alcanzar. Otra vez pensaba en él, siempre pensaba en él. ¿Acaso no podía olvidarlo ni cuando estaba con su amante? Cerró los ojos cansado y le dio una extensa calada a su cigarro.

—Ni si quiera puedes olvidarte de él en estos momentos. Sé que es imposible, porque sé que no me quieres como te quiero yo a ti, pero trata de considerar un poco mis sentimientos —se quejó el castaño alto, cansado ya de la situación.

—Lo siento, Kai. —se disculpó Ruki a la vez que apagaba su cigarro a medio fumar en el cenicero. Entonces se giró y le dedicó una triste sonrisa—. Intentaré pensar más en ti.

—Te recuerdo que fuiste tú quien acabó aquella relación, ha pasado ya casi un año y aún no puedes olvidarlo —le reprochó Kai de mala gana.

El tranquilo batería tenía un punto débil, solo un punto débil pero eso le colmaba la paciencia y lo convertía en otra persona. Ya no era el cálido y amable Kai de siempre, se convertía en una persona fría e hiriente. No soportaba que la gente se compadeciera de él.

—Entonces, ¿para qué estás conmigo? —preguntó Kai mientras se levantaba de la cama y miraba fijamente al castaño.

Ruki apartó la mirada de los ojos enfurecidos de su amante. Sabía que eso era lo que más le molestaba a Kai, pero no podía hacer nada. Simplemente era una persona débil, que dependía de los otros, dependía de las caricias y los buenos sentimientos de Kai. Lo que más había temido, lo que estropeó su anterior relación estaba volviendo a apoderarse de él. De tan solo pensarlo Ruki se asustó enormemente, sus labios temblaron y entrecerró los ojos. Entonces Kai lo zarandeó por los hombros, haciendo que Ruki volviera en si. Abrió los ojos lentamente y vio como los ojos del batería lo miraban curioso.

—Lo siento, Kai. No puedo darte una respuesta. Ni yo mismo lo sé. Perdóname —susurró apenas con un hilo de voz el pequeño castaño.

Kai suspiró de nuevo. Tomó su ropa y rápidamente se vistió, marchándose de aquel lugar frío y oscuro que había perdido la calidez que tenía antes. No lo soportaba más.

Ruki se quedó solo en su piso y todos los temores del pasado volvieron a él. Lo único que quería el pequeño vocalista era convertirse en una persona independiente, capaz de valerse por sí misma. Y muy a su pesar, aunque le doliera estar con Kai, lo necesitaba. Tenía una insana dependencia hacia él. Ruki aún seguía enamorado de su anterior pareja, pero Kai se le declaró y él, necesitado de alguien en quien apoyarse, no lo rechazó. Sin embargo, con su actitud lo único que hacía era herir a Kai y no quería porque él apreciaba mucho al batería. Poco a poco y cansado por todos esos pensamientos confusos, Ruki fue quedándose dormido. Mañana sería otro día y trataría de arreglar las cosas con Kai.

 

Kai deambulaba por las calles oscuras de la cuidad, solo por distraerse, por no pensar en Ruki. Le dolía mucho lo que Ruki le estaba haciendo, pero no podía reprocharle nada ya que fue decisión suya declararse y empezar una relación con el pequeño vocalista sabiendo que Ruki aún estaba enamorado de otra persona, pero lo vio tan débil y tan inseguro que lo único que quiso fue protegerlo y ayudarlo. Cansado de deambular por las calles, entró en un bar musical de la zona que pese a ser ya más de medianoche aún seguía abierto.

Nada más entrar el ruido ensordecedor de la música y las fuertes luces lo hicieron estremecer. No estaba acostumbrado a ese tipo de lugares. Había mucha gente bailando y un ambiente muy animado en aquel lugar. Sin saber si quiera que hacía ahí se acercó a la barra y se pidió un cubata. Entonces se giró y se apoyó de espaldas a la barra para así poder ver a la gente que bailaba y estaba por allí para tratar de distraerse, pero una cara más que familiar se le cruzó. Sorprendido se acercó a donde estaba esa persona.

—¡Uruha!—gritó para llamar la atención de su compañero a la vez que lo tomaba del hombro.

—¿Qué haces aquí, Kai? —preguntó Uruha curioso nada más darse la vuelta y descubrir quien lo llamaba. Miró alrededor de Kai pero no vio a nadie más—. Pensaba que estabas con Ruki —dijo sin pensar. Kai lo miró con una mueca de disgusto.

—Vayamos a sentarnos allí, aquí no se puede hablar tranquilo. —Kai señaló unas mesas vacías que había en un rincón del local.

Uruha asintió con la cabeza y ambos se dirigieron allí. Nada más sentarse el camarero llegó para tomarles nota. Kai aún no se había terminado su cubata por lo que de momento no pidió nada, pero el castaño se pidió otra copa. Cuando ambos ya estaban acomodados, Kai se dispuso a hablar.

—Perdón por sacarte de la pista de baile, pero necesito alguien que me escuche —se disculpó el batería. En los ojos de Kai se podía vislumbrar un deje de tristeza y melancolía. Uruha le acarició la pierna para tranquilizarlo.

—No importa. Había venido a ver si encontraba a alguien de mi agrado pero no he visto a nadie interesante —respondió Uruha con calma mientras echaba una rápida mirada a su alrededor.

Kai le sonrió en respuesta y bebió un trago de su vaso.

—¿Qué querías decirme?—preguntó el guitarrista.

—¡Es que no lo soporto! Cada vez que intimamos saca el tema de él. No le olvida, lo intento de todas las maneras posibles pero sigue estando muy presente —Kai miró a los ojos a su interlocutor y Uruha asintió, ya sabía a lo que se refería, todos conocían ese tema—. Estoy muy cabreado, no me está saliendo bien el plan.

—Kai, cargas demasiado peso sobre tus hombros —soltó Uruha dejando escapar un suspiro segundos después—. Eres una persona adulta y responsable. Si la relación con Ruki solo te trae problemas ¿por qué sigues con él?—Realmente en la banda ya estaban algo cansados de la actitud siempre melancólica y pesimista del cantante y de las constantes peleas entre Ruki y Kai.

—Porque lo quiero, Uruha. Sé que él no me quiere a mí como yo le quiero a él y me da muchísima rabia que este conmigo solo por pena pero…—No pudo continuar ya que su amigo lo cortó.

—Si estuviera contigo solo por pena no estaría contigo—dijo convencido de sí mismo.

—¿Cómo?—Eso había sorprendido a Kai.

—Ruki busca algo más en ti, no solo quiere complacerse y complacerte, porque es evidente que ninguno de los dos estáis satisfechos con esa relación, pero Ruki necesita algo de ti —agregó sin dilación ni duda en su tono de voz.

—Por eso no quiero dejarlo, si puedo ayudarle, por poco que sea, quiero estar ahí para hacer todo lo posible por él, quiero protegerlo —argumentó el batería también muy seguro de sus sentimientos.

—Kai, es una situación muy complicada pero debéis resolverla entre los dos. Desgraciadamente, sabes que Ruki no va a cambiar —intentó animar el mayor al otro chico.

Uruha mantenía su vista fija en el vaso delante de él. En su cara se podían leer diversas muecas que iban cambiando a medida que iba hablando.

—Lo sé. Gracias, Uruha. Estar contigo siempre me reconforta —agradeció Kai con una hermosa sonrisa en el rostro y realmente reconfortado de tratar con alguien ese problema.

—Para eso están los amigos —sentenció el castaño devolviéndole la sonrisa.

 

Se quedaron un rato en silencio, terminando lo que quedaba de sus respectivas bebidas.

—¿Nos vamos ya?—preguntó Kai. Realmente estaba cansado, había sido un día duro.

 —Sí—contestó el otro algo adormecido.

Y ambos se marcharon del local, dirigiéndose cada uno a su casa para descansar y afrontar el día de mañana.

 

A la mañana siguiente, todos los chicos de Dir en Grey estaban en el estudio esperando la llegada de su guitarrista para poder empezar a trabajar que ya llevaban un considerable atraso por culpa de Die. Tras unos minutos, Die apareció por la puerta con grandes ojeras y cara de cansado.

—Buenos días, chicos —saludó sin ánimos.

—¿Otra vez saliste anoche?—se quejó Kaoru de sus constantes salidas nocturnas que afectaban el ritmo de trabajo del grupo.

Die asintió con la cabeza mientras bebía un poco de agua para tratar de aclarar sus ideas y es que tenía la cabeza muy espesa.

—Esta vida de excesos te va a matar —le regañó Kaoru y entonces se fijó en el cuello de Die —¿Y esa marca en el cuello?—preguntó curioso, aunque realmente valía más la pena no conocer la respuesta.

—Ah… debe ser de anoche. La verdad es que no me acuerdo muy bien que pasó —Die soltó una risa tonta mientras se tapaba la zona marcada  del cuello con la mano y evitaba la severa mirada de su compañero.

—Die, creo que esta vida no te hace bien. Creo que ya debes haberte ligado a medio Japón —comentó el bajista, siguiendo con el tema.

—No exageres, Toshiya. Tú no me entiendes —se quejó el guitarrista.

Toshiya lo miró con una ceja levantada y expresión desafiante. Por supuesto que no lo entendía, no era lo más divertido del mundo salir casi cada día y cazar una presa diferente en cada ocasión. Die debía tener el hígado destrozado.

—Tu tienes a Shinya y ves el amor de otra manera —argumentó el moreno algo molesto con el sermón que le estaban dando sus colegas.

—¿Y eso que tiene que ver? —le reprochó el bajista molesto.

Decidido a molestar a Toshiya se giró hacia el callado batería.

—Shinya, yo no sé que es lo que te gusta de este palurdo —dijo mientras señalaba a Toshiya.

Shinya lo miró sorprendido, Die se estaba pasando.

—Eh, Die ya basta —se quejó, bastante molesto y con razón, el alto bajista.

—En serio, ¿cómo te pudiste enamorar de él?—Die siguió con el tema y lo único que recibió fue una mirada de desaprobación por parte de todos los miembros de la banda.

—Porque yo sé como conquistarlo y si te da envidia que yo tenga a Shinya como pareja estable no tienes ningún derecho a meterte con él y conmigo —le regañó Toshiya severamente enfadado. Nadie se metía con Shinya.

Al ver que con Toshiya ya no tenía más que hablar, dirigió su vista a Kyo, quien estaba sentado allí sin prestar mucha atención a lo que ocurría y con una triste expresión.

—Yo al menos sé divertirme y no me paso el día deprimido —Esta vez la victima de sus acusaciones era el rubio cantante.

Kyo lo miró con ojos asesinos, se levantó enfurecido y se plantó delante de Die con un semblante amenazador.

—No me mires así, Kyo, desde que te dejó…—Die no pudo continuar.

—No vuelvas a mencionar ese tema en mi presencia —lo cortó Kyo con un tono convincente y bastante autoritario.

Ya estaba muy cansado de que sus compañeros y sobretodo Die se metieran con él.

—Se acabó la cháchara, vamos a trabajar ya —Kaoru cortó el tema de forma eficaz y concluyente, bastante tiempo habían perdido ya en tonterías.

Así el tema quedó zanjado por el momento.

 

Esa misma mañana el ensayo de Gazette había salido perfectamente. Habían comido todos juntos y  estaban fuera del local dispuestos a despedirse.

—Bueno chicos, hasta mañana —se despidió Reita y se fue en dirección a su casa.

—Yo me iré a dar una vuelta por los grandes almacenes. ¿Vienes, Aoi? —preguntó Uruha.

—Lo siento, pero ya he quedado esta tarde con Manabu. Adiós chicos —se despidió el otro guitarrista y se dio media vuelta para marcharse.

—Bueno, yo me marcho ya — anunció Uruha.

—¿Te apetece dar una vuelta? —le propuso Kai a Ruki.

Durante el ensayo apenas se habían hablado más  de lo estrictamente necesario y profesional. Esta era la oportunidad perfecta para pedirle disculpas a Ruki por su comportamiento. Fueron a dar un paso por unos jardines cercanos, muy solitarios a esas horas y agradables por la cantidad de árboles que había.

 

—Ruki, yo …—empezó a balbucear Kai sin mirar directamente al más bajito a los ojos.

—Lo siento —se disculpó el pequeño, quedando frente a Kai.

—Ruki, perdóname por lo de ayer —pidió el batería mientras le acariciaba tiernamente un brazo.

—No te preocupes, Kai. Yo también tengo parte de culpa —agregó Ruki con una sonrisa.

Kai le devolvió la sonrisa y siguió caminando. Ruki no se sentía seguro de seguir, quería pedirle a Kai que lo cuidara, que se quedara con él, que lo necesitaba, pero no quería volverse de nuevo dependiente. Cerró los ojos, suspiró y abrió la boca dispuesto a hablar.

—Sé que quizás no soy la persona más adecuada para decirte esto, pero ¿te quedarás conmigo?—empezó a decir Ruki tras un rato de silencio.

Kai lo miró curioso pero dejó que continuara, sabía que no había acabado.

—En estos momentos no puedo ofrecerte más que mi cariño, que aunque no sea amor, es un afecto sincero. Sé que soy muy egoísta y que te hago sufrir, pero te necesito a mi lado. Quizás ahora no te ame, pero con el tiempo, a lo mejor…—Ruki no sabía como expresar sus sentimientos y todos los pensamientos que surcaban su mente en ese momento.

—No te fuerces, Ruki. Estaré a tu lado para ayudarte —ofreció Kai con una sincera sonrisa.

—Gracias, Kai. Te necesito a mi lado —Finalmente Ruki se dejó llevar por esas amables palabras y en un acto un tanto osado abrazó a Kai.

En ese momento, unos ojos oscuros de mirada penetrante rompieron en mil pedazos la falsa estabilidad que tanto le había costado conseguir a Ruki.

 

El castaño enseguida apartó la mirada de esos ojos profundos, no quería verse atrapado por ellos nuevamente. Kai notó el extraño gesto de su pareja y se separó del abrazo.

—¿Qué pasa?

—Nada, me ha parecido ver a alguien que conozco pero me debo haber equivocado —se excusó el menor.

Se quedaron un rato en silencio, paseando por un pequeño parque. Ruki estaba muy sumido en sus pensamientos así que apenas escuchaba a Kai.

—¡Ruki! —chilló un tanto exasperado.

—¿Qué… qué decías? Lo siento, Kai —se disculpó tras devolver su vista hacia el amable rostro del castaño.

—Que si quieres que vayamos al cine —respondió señalando el edificio que estaba al otro lado de la calle.

—Sí, está bien —accedió sin muchas ganas realmente.

Enseguida fueron al cine y escogieron una película para ver. Sin embargo, Ruki tenía la cabeza en otro sitio  muy lejos de su asiento en el cine, y no le prestaba atención a nada. Pasaron las dos horas que duraba la película y ambos salieron del local.

—¿Te ha gustado la película? —preguntó Kai cansado de la poca atención que el menor le brindaba.

—Sí, bueno… —respondió ido.

Kai se paró frente a él y le zarandeó por los hombros haciendo que lo mirara.

—¿Qué pasa, Ruki? —cuestionó dolido y cansado por esa actitud del cantante.

—Nada, no es nada, Kai —contestó mientras intentaba zafarse del agarre del otro y desviaba la mirada al suelo.

Estuvieron unos segundos en silencio y finalmente Kai se separó de él con un sonoro suspiro. Bajó los brazos en señal de derrota. Pensó que conocía perfectamente a Ruki, pensó que sería capaz de llevarlo por su juego y de enamorarlo. Pero la realidad era muy distinta, cuando Ruki se encerraba en sí mismo de esa manera nada ni nadie podía adivinar en qué pensaba.

—Lo siento, Kai.

—Estoy un poco cansado de tus disculpas —se quejó en un tono que le salió más duro de lo que quería, se reprochó mentalmente luego por eso y se rascó la cabeza incómodo con la situación.

—Será mejor que me vaya. Adiós, Kai. Nos vemos mañana —se despidió finalmente el menor.

Cada uno se marchó a su casa sin decir nada más.

 

Ruki llegó a su casa algo cansado. Sentía un incipiente dolor en el pecho y notaba como la respiración se le aceleraba. Cerró la puerta de un golpe fuerte y se sentó el suelo. Alcanzó una bolsa de plástico que estaba tirada por ahí y se la puso en la boca para respirara. Tenía un incipiente ataque de ansiedad y si no lo paraba hiperventilaría. Intentó calmarse pero parecía que no tenía mucho efecto y grandes lágrimas rodaban por sus blancas mejillas.

—Kyo… —Lo nombró entre sollozos.

Era increíble como un cruce de miradas de tan solo unas milésimas de segundo provocó todo eso en él.

“Me siento miserable… hice todo esto por tu bien pero no he conseguido lo que te prometí…simplemente me he ido envenenando con esa herida que nunca cerraré…soy lo peor..no hago más que hacer sufrir a todo el mundo…solo quería ser independiente pero cada vez dependo más de los otros…”

Ruki se reprendió a sí mismo mentalmente. Todo por lo que había estado luchando el año anterior se vino abajo en tan poco tiempo. Lo amaba, lo amaba, nunca dejó de hacerlo. Y ahora su recuerdo estaba más vivo que nunca.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer.

Espero que os haya gustado y dejeis comentarios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).