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Rain por YuukiPhantomhive

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Notas del fanfic:

Es la primera vez que publico algo. Esto de seleccionar categorias (etc) se me complica, espero poder modificarlo después ¿se puede verdad? xD. El título surgió xq estaba escuchando Rain  de SID al subir esto (yo no soy buena para poner nombres) asi que si algún día me inspiro en el título, lo cambiaré.

 

La verdad es que soy muy floja para escribir (aunq las ideas ronden en mi cabeza). Este fic lo pensé cuando había acabado el colegio...y actualmente, acabo de terminar la universidad. Imagínense!! q tal pereza!! xD Bueno, pondré mucho esfuerzo. Gracias por leer!

Notas del capitulo:

Mira lo que originan el yaoi y la vagancia xD. Este es un crossover...eh utilizado personajes de diferentes animes, a algunos les he cambiado algunas características (entiéndase apellido, situación familiar, etc) para ajustarlos a la historia.

 

Bueno, aquí es donde debo decir que cada uno de los personajes pertenecen a sus respectivos autores (que como son muchos, me canso al ponerles cada nombre xD).

 

Gracias.

CAPÍTULO I

Do you remember me?

 

 

– Papi, mejor quiero la de princesas…

 

– Está bien, mi amor. – dijo el hombre a su pequeña hija. Luego, dirigiéndose a un chico rubio que le atendía. –  Dame la película de “las princesas” por favor. Siento tanto que mi hija sea tan indecisa – acotó con algo de pena, hacia media hora que su hija aun no escogía la película que quería.

 

– No se preocupe señor - sonrió –  yo también tengo un hermano menor…

 

– ¡Papi, ahora mejor quiero el del león!! – interrumpió la pequeña.

– ¿Sabes? Mejor alquilaré ambas películas – dijo el hombre, más apenado.

 

– Aquí tiene – el muchacho le alcanzó su pedido – Muchas gracias y regrese pronto.

 

– Gracias y perdón por las molestias – dijo el señor antes de salir por la puerta del local tomando la mano  de su hija.

 

¡Qué celos sentía! ¡Tener a un padre que te engría tanto es tan maravilloso! Sin duda, los momentos más felices que había tenido en su vida fueron  cuando su familia estaba completa. Cuando su padre aún seguía con vida. Antes de ese fatal accidente aéreo. Hacia tanto tiempo ya de ello, la única vez que vio llorar a su hermano mayor.

 

Dentro de unos días iban a  visitar su tumba, pues se cumplía un año  más desde que los había dejado. Lo que le recordaba que tenía que pedir permiso en su trabajo. El cielo ya estaba oscuro y una que otra estrella se hacía visible. Su turno había terminado y pronto cerrarían. Tenía que  aprovechar para hablar con su jefe. Pero de improviso, ante que siquiera se moviera, un nuevo cliente había ingresado al local y se dirigió hacia él. Su ropa parecía desordenada y su caminar dudoso ¿Estaba borracho? Sí, exactamente eso era. Bueno, no podía ser descortés.

 

– Bienvenido a Movieclub. ¿En qué puedo servirle?

 

– ¿Tú? – dijo el recién llegado apoyándose en el mostrador e inclinándose hacia él, acercándosele mucho. Era joven, a pesar de llevar ropa de vestir, ese hombre no podía tener más edad que el mayor  de sus  hermanos. – Oye ¿tienes alguna película…ya sabes…“interesante”?

 

– Bueno ¿qué género le gustaría ver?

 

– Ya te dije, algo…bueno…que tenga mucha acción…

 

– Vera…esta es la sección  infantil. Las películas de acción están al frente, señor. – Ok, presentía algo malo y ese tipo ya comenzaba a  dar miedo.

 

– Tsk – Parecía molesto. Sus rostros estaban tan cerca, que sentía con claridad el hedor a licor. – “acción”…pero acción en la cama… me entiendes ¿no?

 

Palideció de pronto. Tratar con pervertido era de lo peor. – Lo siento, pero aquí no vendemos ese tipo de películas, señor, por favor retírese. – dijo lo más serio cortante posible para que el sujeto ese se fuera de una buena vez. Más nunca imaginó escuchar lo siguiente.

 

– Umnn…ya veo. Entonces… - comenzó a decir el hombre, sujetando su brazo derecho de improviso. –… ¿quisieras tener un poco de esa “acción” conmigo, lindura? Prometo que te trataré bien…

Eso era tolerar suficiente y sin pensarlo dos veces gritó con todas sus fuerzas para pedir ayuda. – ¡Sr. Soriano, un depravado me está molestando!!

 

Al instante, sus demás compañeros de trabajo, el guardia de seguridad (que regresaba de comprar una gaseosa) y su jefe; ya estaban rodeando al sujeto, quien lo había soltado y alejado debido a  la sorpresa. El guardia lo sacó del local y este no opuso resistencia.

 

Segundos después, todo regresaba a la normalidad y sus compañeros le hacían señales de victoria.

 

– Peque, creo que es mejor que ya te vayas a tu casa, ya se está haciendo tarde. – Le dijo su jefe con tono paternal – ¡Qué bueno que no sucedió nada grave! ¿Eh?

 

– Por favor, no le comente de esto a mis hermanos o no me dejarán trabajar más.

 

– No te preocupes, ni loco les diría algo así, sobre todo a Ranmaru. – respondió comenzando a reír.

 

– Eh…Sr. Soriano, quisiera hablar de algo con usted…

 

– Claro, Kurapika. Dime, ¿de qué se trata?

 

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¡Rayos! ¡Qué coraje sentía! ¿Cómo ese hombre pudo haberle dicho semejante  estupidez? ¿Llevárselo a la cama? ¡Pero si él es un chico! ¿No se da cuenta o está ciego? Ese tipo arruinó lo que podría haber  sido un día comúnmente perfecto. En la escuela sacó altas calificaciones, como siempre, en sus últimos proyectos. Para el almuerzo, su hermano Kazuki le había hecho su postre favorito: Cheesecake de maracuyá. Y había sido un día común, casi aburrido, en su trabajo de medio tiempo. Hasta que ÉL apareció, ese maldito pervertido que lo había agredido psicológicamente. Sí, su indecorosa proposición daba vueltas una y otra vez en su mente.

 

Por alguna razón, por más que tratara, no  podía olvidar aquel bochornoso suceso; y tampoco ayudaba mucho que el resto de sus compañeros se le acercaran a preguntar todo cuanto había sucedido con lujos y detalles. ¡Qué vergüenza! Ni en el último de sus días les habría de contar aquel capítulo de su vida. Jamás. Primero muerto antes que admitir eso. Y lo más seguro es que al día siguiente le seguirían preguntando, e incluso harían su propia versión de los hechos solo para tener algo de qué hablar; allí no ocurrían cosa muy interesantes. Ya tendría toda la noche para pensar en alguna idea para que lo dejaran en paz. Toda la noche, imaginando… “¡Argh, deja de pensar en esas cosas!”, se recriminó a sí mismo. Se sentía sucio, violado, con solo imaginar a ese sujeto tocándolo. Y pensar que ese tipo de episodios sólo pasaban en las telenovelas que su vecina, Sakura,  veía. Y él se burlaba de esas situaciones, él que  siempre fue perfectamente capaz de manejar sus emociones y reacciones a su antojo. Esto era realmente irónico.

 

El cielo comenzó a soltar ligeras gotas de agua, pronto la lluvia sería más fuerte. Después de todo, era invierno. Kurapika apresuró el paso para llegar a su casa. “Solo era un borracho insolente que jamás volverá a ver en su vida” se dijo, como una sentencia para lograr calmarse. Sí, eso era, jamás lo volvería a ver y asunto terminado. Todo su mundo regresaría a la normalidad.

 

Abrió la pequeña reja que separaba la calle de su jardín, y  llegando rápidamente a la puerta, se puso a buscar las llaves en su mochila; cuando de pronto, su hermano menor le abrió la puerta.

 

– Entra ya o te enfermarás. – le dijo acercándole una toalla para que se seque. En efecto, la lluvia había empeorado y no era para sorprenderse si algunos truenos aparecían en el cielo.

 

– Gracias. – respondió tomando la toalla. Soltó su  mochila a un lado del recibidor y comenzó a secar su cabello. – ¿Qué hay para cenar?

 

– Las sobras del almuerzo – contestó – Escondí algo de postre para ti en el refrigerador, para que no se lo comiera la visita. – Y cargando la mochila de su hermano añadió – Llevaré tus cosas a la habitación.

 

– ¿Visita? ¿Quién vino? – preguntó, y de pronto sintió un leve escalofríos.

 

– No sé, un antiguo amigo de Ranmaru. Se encontró con él en la calle y lo trajo a casa. – subió las escaleras hacia el segundo piso.

 

¿Quién podría ser? Se acercó lentamente hacia la sala y alcanzó a oír los  comentarios de su hermano.

 

– ¡Tú, realmente estás demente! En lugar de venir a visitar a los viejos amigos, te pones a beber en el bar del hotel con una total desconocida, que ingratitud. –Decía con aire falsamente ofendido – ¿…Y al menos era simpática?

 

– ¡Ranmaru! –  le reprochó su otro hermano. – Leorio, será mejor que te quedes aquí esta noche, la lluvia realmente está muy fuerte.

 

– Gracias, chicos. Nunca volveré a tomar tanto ¡lo juro!...no me acuerdo nada de lo que hice, todo es tan borroso…– dijo el aludido.

 

De pronto un trueno partió el monótono sonido de la lluvia. Esa voz, no podía ser él. ¿Acaso lo estaba persiguiendo? ¿Era realmente un acosador? Pero entonces, ¿Por qué sus hermanos lo trataban con tanta familiaridad? Debía advertirles sobre ese tipo. Un segundo trueno surcó los cielos.

 

– Ah, Kurapika, ya llegaste, estaba preocupado. – Le dijo su segundo hermano al percatarse de su presencia. – Mandé a Ranmaru a que te  recogiera y mira  a quién trajo, es Leorio ¿lo recuerdas? Nuestro amigo de la infancia.

 

Estaba en shock. Algunas imágenes iban y venían de su cabeza. Todas desagradables, en donde era víctima de bromas pesadas, apodos sosos o cuando era aislado de los juegos grupales. En todas estaba su imagen. Su coraje se convirtió en odio. Una sensación muy amarga. Si las miradas matasen, Leorio no tendría escapatoria.

 

Leorio, que estaba sentado de espaldas hacia el recibidor, se dio vuelta para fijar su vista en Kurapika y le sonrió  como si nada. – Hola, come libros. – No recibió respuesta.

 

Kurapika se marchó de la sala sin decir nada, con la ira a flor de piel. Tenía que guardar la poca cordura que le quedaba y no estallar en el momento.

 

– Vaya, creo que sí se acuerda de mí. – comentó Leorio animadamente a  sus dos amigos que aún estaban a su lado, más que extrañados por la reciente actitud de su hermano menor.

 

 

*Continuará…*

 

Notas finales:

Gracias por leer! espero que sea de su agrado. Apenas me arme de fuerzas y valor para publicar el segundo capítulo, lo haré xD (cierra los ojos y hace clic para publicar).

 


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