Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

malteada de vainilla por cutebeast64

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Kuroko no Basket es una serie creada por el mangaka Fujimaki-sama, todos los debidos derechos de autor a él, esta historia sin embargo, es toda mía, al igual que su precuela.

Notas del capitulo:

¡Lo siento! Hasta ahora estoy leyendo el manga de Kuroko no basket y realmente no sé donde vive kagami, así que simplemente escribí un lugar ficticio a partir de lo que he leído en otro fics y visto en algunos doujinshi, espero me disculpen, cuando lo haya leído prometo arreglarlo. A parte de eso, todo está bien (creo) espero les guste, por cierto, abrazo a Ale, quien me pidió esta secuela ¡Gracias por tu review!

Malteada de Vainilla

Sabía que no era buena idea aceptar el reto de Aomine y llevarle comida al partido como si fuese su novia; aún así lo había hecho. Y por eso ahora estaba sufriendo de las consecuencias. Como si fuera poco que Imayoshi lo hubiese llamado la novia de Aomine, que este lo hubiera besado y que Momoi los hubiese visto, ahora Kuroko (que se había enterado de todo incluso sin que él le dijera nada) estaba celoso…

Celoso porque Kagami jamás había llevado comida a los partidos y en cambio, le había llevado semejante postre de medio tiempo al moreno… Aomine incluso había dicho que era lo más delicioso que había probado y se rehusó a compartirlo con sus compañeros, quienes se vieron condenados a probar la comida de la peli-rosada… Celoso porque según él, lo menos que se podía esperar, siendo que eran compañeros de equipo, es que Kagami le hubiese dado algo delicioso de comer… Y era en esos momentos que Kagami sentía que estaba tratando con un niño caprichoso, que no jugaría con él apropiadamente, le tiraría balones a la cabeza “accidentalmente”, preferiría hacer pases a otros compañeros durante los entrenamientos, antes que pasarle el balón a él y en el peor de los casos, le perseguiría con No. 2 alzado en brazos por todas partes.

Fue por eso que finalmente se rindió y prometió hacerle a Kuroko una malteada de vainilla casera, con toques de limón, fresa y algunas cosas más, con lo que consiguió que el chico volviese a su estado normal... sin embargo, sus problemas estaban lejos de haber finalizado…

Un martes después de clases, cuando los sempai tenían un examen ineludible (eso contaba a la entrenadora) y por tanto, les habían permitido regresar directamente a sus casas. Kagami y Kuroko acordaron ir juntos a la casa del pelirrojo, para que este preparara la malteada y se la diera, zanjeando así el problema de manera definitiva.

La caminata a casa fue bastante pacífica y silenciosa, Kagami hablaba de varias cosas y Kuroko asentía en silencio, siguiéndole con pasos cortos y casi sin sonido… Al ir a pasar una de las calles, el semáforo se puso en rojo sin que el pelirrojo lo notara y Kuroko se vio obligado a sujetarlo de la mano, arrastrándolo así lejos de peligro…

-          ¡Thank you, Kuroko!- Sonrió el pelirrojo al ver como un camión pasaba rápidamente frente a sus ojos y el peliazul sacudió la cabeza de un lado a otro, sonriendo con malicia, como diciendo “Bakagami, eres un idiota sin remedio”

Sin embargo lo que Aomine vio en ese momento, desde el otro lado de la acera, no fue más que a Kagami y Kuroko tomados de la mano, compartiendo sonrisas mientras esperaban a que el semáforo se pusiera en verde de nuevo. Si Aomine no sabía lo que eran los celos, comprendió perfectamente su significado en ese momento, mientras buscaba la manera de pasar al otro lado para detener eso.

Después de lo que había pasado, hablar con Kagami se había vuelto casi imposible, ya porque a veces no sabía muy bien como hablarle o porque el pelirrojo huía de él con verlo. No habían jugado 1 a 1 desde entonces y la primera noticia que escuchó de él desde que eso había pasado, había sido hacía cuatro días, cuando Kuroko le envió un mensaje a su celular, diciéndole que Kagami le prepararía una malteada de vainilla en su casa ese martes. En ese momento había nacido en su pecho un sentimiento que no lograba entender muy bien y que era la razón por la que había llegado hasta allí, buscando con las indicaciones de Kuroko la casa de Kagami, sin saber muy bien que esperar.

-          Kagami-kun- Murmuró Kagami una vez hubieron pasado la calle, ya sueltos otra vez y caminando lado a lado por la acera

-          ¿Qué pasa Kuroko?- preguntó el pelirrojo volteando a verlo

-          ¿Qué piensas de Aomine-kun?- Cuestionó el chico en voz neutral

-          ¿Q-qué pienso?- Respondió con una pregunta, mirando con los desorbitados ojos carmesí al chico, cuyo rostro sin embargo, no reflejaba emoción alguna- Pues, es un buen jugador y eso…

-          No me refiero a eso, Kagami-kun- Replicó algo molesto- Te pregunto si Aomine-kun te gusta o te disgusta

-          ¿G-gustar?- Gritó el pelirrojo, el sonrojo en sus mejillas había llegado hasta sus orejas

Aomine, que les seguía a unos cuantos metros de distancia alcanzó a escuchar perfectamente aquella palabra y apretando los dientes, sintió como aquel confuso sentimiento en su pecho se hacía más fuerte.

-          Será mejor que te decidas pronto, o alguien con pechos podría quitártelo- Fue la respuesta de Kuroko, haciendo que el pelirrojo se sonrojara aún más y alterado, se encontrara incapaz de decir nada- Es decir, puede que le gustes ahora, pero si sigues huyendo simplemente se cansará y se ira

-          ¿D-de que hablas?- Preguntó nervioso, tratando de evadir lo más posible aquella conversación

-          No te hagas el idiota, Kagami-kun- Respondió el peliazul sin dejar de caminar, fijando sus ojos en el chico- Él fue tu primer beso ¿no?

-          ¡E-eso no tiene nada que…! ¿Cómo diablos sabes eso?- cuestionó alarmado, a su alrededor las personas parecían saber más de él que él mismo

-          No intentes desviar la conversación Kagami-kun- Dijo Kuroko evadiendo la pregunta que le acababa de hacer- La pregunta es ¿Correspondes a los sentimientos de Aomine-kun o no?

Aomine ya se estaba acercando a ellos, dispuesto a separarlos de una vez por todas y llevarse a Kagami a un lugar aparte, cuando Momoi apareció en su camino, mirándole con un gesto iracundo al verlo

-          ¡Daiki!- Lo llamó furiosa

-          ¿Satsuki?- Dijo el sorprendido, frenando en seco y buscando la manera de zafarse de la chica cuanto antes

-          ¡Y yo pensando a dónde te habías ido en día de práctica!- Gritó furiosa. No parecía dispuesta a dejarlo ir- ¡Vas a ir ahora mismo y me acompañas a llevar las bebidas para los sempais!

-          Oye… la verdad tengo algo que…-

-          ¿Algo que hacer? ¡No me vengas con esas mentiras! Tú nunca haces nada, eres un perezoso, ni siquiera vas a los entrenamientos y nunca me escuchas cuando te digo como jugar…- Comenzó a recriminarlo, mientras Kagami y Kuroko desaparecían en el siguiente recodo

Entre la frustración del momento y los celos que llenaban su corazón, Aomine intentó pensar en una manera de distraer a la chica para poder alcanzarlos… Ya había decidido que Kagami era suyo y no dejaría que alguien más se lo quitara.

-          ¡E-e-eso no es de tu… incumbencia!- Fue la respuesta tartamudeada por el pelirrojo, cuyo rostro estaba ardiendo en un intenso color rojo mientras avanzaba rápidamente, tratando de llegar cuando antes a su casa- Mira, ya casi llegamos

-          Kagami-kun, deberías ser más sincero- Dijo Kuroko al ver como evadía la pregunta, siguiéndolo sin embargo por la promesa de malteada de vainilla

-          La verdad ya la tengo casi lista- Continuó el pelirrojo sin prestarle atención, subiendo en el ascensor cuyas puertas estaban abiertas como si les esperara- solo toca sacarla del congelador y batirla otra vez…-

Al pensar en lo deliciosa que sonaba la preparación de la malteada, Kuroko también dejó de hablar, limitándose a escuchar al pelirrojo y seguirlo. Y fue exactamente Kuroko lo que consiguió que Aomine escapara de Momoi, solo decirle que Tetsuya estaba en la casa de Kagami fue suficiente para que la chica dejase de recriminarle y con una sonrisa en el rostro, le siguiera a la casa del pelirrojo… El ascensor al parecer estaba en el 6 piso, así que as de Touou se apresuró a las escaleras, subiéndolas en saltos bestiales que Momoi se rehusó a seguir (menos con todas las bebidas que llevaba) por lo que se limitó a esperar en el recibidor a que volviera el ascensor.

Algo agitado por la subida, Aomine rebuscó en sus bolsillos el papel donde estaba anotado el número del apartamento de Kagami y tras encontrar la puerta, correspondiente, intentó primero abrirla (en caso de que no la hubiesen cerrado desde adentro) y luego empezó a golpearla.

-          ¡Ya voy!- Escuchó la voz de Kagami y apretó los puños furioso, conteniendo aquel incómodo sentimiento en su pecho todo lo que le era posible… Sacaría a Tetsu de allí y luego marcaría definitivamente a Kagami como su propiedad.

En cuanto el cerrojo de la puerta se soltó, Aomine entró intempestivamente, tirando a Kagami contra la pared y avanzando con pasos fuertes hacia el interior… Al principio el pelirrojo intentó gritarle algo, pero al ver quien era se quedó sin palabras. Seguramente preguntándose qué hacía Aomine allí o cómo había logrado saber en donde vivía.

-          ¡Tetsu!- Gritó tirando los zapatos en el vestíbulo y avanzando hacia el interior. Kuroko estaba sentado junto a la mesa, esperando por la malteada de vainilla que Kagami había dejado a medio terminar sobre el mesón

-          Kagami-kun, termina la malteada- Murmuró el chico ansiosamente. Kagami aprovechó entonces para ignorar al violento pelinegro y escurrirse hacia la cocina, donde terminó de batir y agregó algunos trozos de fruta, probando el sabor

-          Sabe bien, mira ten- Dijo tendiéndosela al peliazul que sentado en la mesa la recibió con ojos ilusionados

-          ¡Tetsu!- Volvió a gritar Aomine- No me ignores ¡Y lárgate de una vez!

-          Baja la voz Aomine-kun, molestas a los vecinos- Respondió el chico poniéndose un dedo frente a sus labios en un gesto de silencio

-          No te permito estar en esta casa- Repitió Aomine saltando hacia Kuroko y sujetándolo con fuerza de la muñeca para obligarlo a pararse

-          ¡Ahomine!- gritó Kagami deteniéndolo- ¡Esta no es tu casa, es mía!

-          ¿Estás diciendo que Kuroko es mejor para ti qué yo?- Preguntó fieramente

-          ¿Eh? ¿De qué hablas?- preguntó el pelirrojo visiblemente confundido

-          ¡Trayéndolo a tu casa e incluso haciéndole una malteada, cuando no has vuelto a hablar conmigo desde hace más de dos semanas!- se quejó el moreno sin que por eso Kagami dejara de estar confundido… al contrario, ahora se sentía más perdido que al principio

-          Kuroko dijo que…- Iba a responder algo, pero antes de que pudiera hacerlo, Aomine le sujetó con fuerza de la muñeca y arrastrándolo hacia él, le robó un beso

Más violento que el primer beso que habían tenido, el moreno mordió los labios del pelirrojo que intentaba alejarse sin conseguir gran cosa, su cadera apresada por la mano derecha del moreno y su nuca apresada con la otra mano. Las cálidas manos de Aomine, acariciaron su cadera y se enredaron en su cabello, mientras su lengua ingresaba una y otra vez a su boca, registrando cada lugar que hubiera, marcándolo como de su propiedad una y otra vez, quitándole el aliento en cada nueva ocasión, hasta un punto en que Kagami dejó de resistirse y con el rostro sonrojado, empezó a seguir aquel agresivo juego, en el que Aomine había estado liderando desde el principio, dominándolo lentamente… Tenía un tenue sabor a dulce; la malteada de vainilla que había probado se sentía en su boca…

-          Aahhh- Gimió al soltarse el beso, desplomándose contra una de las paredes casi sin fuerzas y Aomine le sujetó con fuerza de la mano, mirando desafiante a Kuroko, que seguía sentado en la mesa sin expresión alguna, tomando su malteada

-          ¿Lo ves? ¡Es mío!- Dijo en tono triunfante

-          Yo nunca pensé negar eso, Aomine-kun- Fue la respuesta del chico- Solo quería una malteada de vainilla hecha por Kagami-kun, después de todo, puede que sea tu novio, pero sigue siendo mi luz

-          ¿Qué has dicho?- Espetó Aomine con un gesto dominante

-          ¡K-Kuroko!- Dijo el pelirrojo avergonzado por la respuesta que había dicho el chico- ¡Y-yo Aomine… nosotros… n-no tenemos esa clase de re-rela…!

Antes de que pudiera terminar la frase, Aomine ya se había lanzando nuevamente sobre él, y pegando su cuerpo al suyo, le besaba de manera dominante, mordiéndole de vez en cuando y jugando con su lengua, pegándole contra la pared para besarlo todavía un poco más, para robar todo lo que quedara de malteada de vainilla en su boca, a lo que Kagami ni siquiera pensó en negarse, aferrando sus manos a la espalda del moreno al sentir el agresivo ataque…

-          ¡Tetsuya!- se escuchó la voz de Momoi que acababa de entrar a la casa y Kagami, como en un acto reflejo empujó al moreno lejos de sí mismo, huyendo hacia la cocina como un animalito asustado- ¡Te encontré!

La chica saltó hacia la mesa, abrazando a Kuroko con todas sus fuerzas sin que el chico reaccionara en lo más mínimo, disfrutando tranquilamente de su helado

-          ¡Ah, Tetsu-kun, no tienes que avergonzarte!- Dijo en tono meloso pegándose más a él- Daiki dijo que quería pasar algo de tiempo a ~so~las con Taiga-kun, así que es mejor que nos vayamos ¿ne?

Y con esto levantó a Kuroko de la mesa, arrastrándolo hacia afuera, despidiéndose en su camino al exterior tanto de Daiki como de “su lindo novio” como llamó al pelirrojo antes de cerrar definitivamente la puerta. Esa última aseveración hizo que el rostro de Kagami se pusiera como un bombillo de navidad, brillando en un intenso rojo…

-          Kagami… déjame decirte esto bien- Dijo Aomine seriamente, mirándolo con aquellos penetrantes ojos oscuros que le pertenecían- Me gustas y creo que estás perfectamente consciente de en qué sentido lo digo. Por eso he decidido que de ahora en adelante me perteneces. Supongo que estás de acuerdo.

-          ¡¿C-cómo podría?!- se quejó el pelirrojo sacando una sartén al ver que el moreno se acercaba con intención de atacarlo-

-          ¿Me odias?- preguntó quedándose a una distancia segura

-          C-claro que no- Tartamudeó bajando un poco la sartén

-          ¿Te molesta estar conmigo?- Prosiguió acercándose un poco más a él

-          N…no- Respondió bajándola un poco más, completamente sonrojado

-          ¿Entonces te desagrada que te bese?- cuestionó acercándose un poco más

-          M…- Murmuró entre dientes

-          ¿Qué dijiste?- Dijo sujetando la mano en la que Kagami sostenía la sartén antes de salir herido

-          ¡No me…de-desagrada!- Gritó cerrando los ojos y con el rostro todo sonrojado, soltando finalmente su arma para que los dedos del moreno se enlazaran con los suyos- Pero…

-          ¿Pero?-

-          Esto es raro… No importa lo que haga, no puedo dejar de pensar en ti, y cuando te veo mi corazón empieza a saltar descontrolado en mi pecho… Y cuando escucho tu voz siento un calor recorriendo todo mi cuerpo y… cuando veo que estás con alguien más mi pecho empieza a dolerme mucho…- Sus mejillas estaban completamente sonrojadas y por la expresión de su rostro, era cierto que estaba confundido, incluso en sus ojos alcanzaba a asomar unas lágrimas inocentes- No sé qué me pasa, Aomine… ¿Será que estoy mal?

“Demasiado adorable” no importa como lo viera, esa era la confesión más adorable que jamás se le hubiese podido ocurrir al moreno

-          No importa- Murmuró acercándose al pelirrojo, que retrocedió un poco, temblando y respirando agitado- Yo siento lo mismo por ti…

-          ¿Eh?- Cuando Kagami levantó la mirada para asegurarse de que Aomine no le estuviese mintiendo, este aprovechó para darle un beso tierno en los labios

-          Cuando te vi con Tetsu… solo podía pensar en alejarte de él- solo porque era Kagami quien estaba frente a él, completamente vulnerable tras haberle abierto su corazón, que era capaz de decir algo como eso- Porque decidí que nadie puede tenerte excepto yo…

-          Aho…- Dijo sonriendo tiernamente, al tiempo que se adelantaba un poco para darle un beso en la mejilla- Kuroko me obligó a hacerle una malteada eso es todo… yo, esta sensación en mi pecho… solo la tengo cuando estoy contigo

Y aquella hermosa sonrisa, cálida, dulce e inocente que mostró el pelirrojo en ese momento, fue suficiente para que Aomine también quedase eternamente encadenado a ese amor. El primer amor de ambos… Se besaron nuevamente, kagami sujetándose de la espalda del moreno y este afianzando sus manos en la cadera del chico. Con sus pechos juntos, podían sentir el resonar de los acelerados latidos de sus corazones… En la boca de Kagami aún quedaba algo de sabor de malteada de vainilla…

-          Creo que podría volverme adicto a la Malteada de vainilla- Murmuró Aomine en voz baja contra los labios del pelirrojo, que solo atinó a sonreírle despistado

-          ¿Tú también? Bueno, igual quedo algo de malteada en la nevera ¿Quieres que traiga un poco?-

-          Baka…- Y le volvió a besar tiernamente

Notas finales:

espero les haya gustado. Dedicado a Ale, que me pidió continuación de Limón y Miel para navidad, espero te haya gustado la secuela y feliz navidad, jo, jo, jo. Gracias por haberme dejado review, y a todos los que lean, si les gustó no olviden comentar por el bien del Aokaga. ¡El AoKaga dominará el mundo!

Cutebeast64 se despide


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).