Feliz cumpleaños Taicho por Yoshita

Renji se levantó confundido. 
"Que demonios, me quedé dormido..... Pero que es esto?"- pensó, cogiendo la manta con la que Byakuya lo había arropado- "Mierda! La fiesta!"- y salió corriendo. Ya era noche y seguro que la fiesta había comenzado. 
Renji corría hacia la mansión Kuchiki cuando cayó en cuenta de algo. 
-El regalo- dijo en voz alta. Ahora este tenía mas importancia al ser para la persona a quien amaba. Corrió a su habitación intentando buscar algo que pudiera darle a su amado capitán. No encontró nada por mas que buscara. 
-Que mas da- se dijo, pero cuando iba saliendo vio la caja de pastelitos que Ururu le había mandado, eran unos pequeños muffins con decorado, pero Renji sabia que había uno perfecto para su capitán, y cogió el pastel con el decorado de sakura. 
Esta vez no podía correr, porque el pequeño pastelillo se estropearía. 
Cuando iba directo a la mansión, vio a Kira y a Hisagi en un tierno abrazo, después se fijó que el moreno le levantó la cara al rubio para poder depositar sus labios en los del teniente del Tercer Escuadrón. 
"No te impacientes, Renji"- se dijo-"enamoraras a tu Taichō"- pero eso le preocupó, estaba tan preocupado por entender sus sentimientos que olvidó los de su capitán- "y si no me quiere? Y si, cuando le diga, me odie mas de lo que ahora hace y me aparte de su lado como teniente? Yo.... No quiero apartarme de su lado"- dijo preocupado, pero después añadió-"no me apartaré del lado de Byakuya"- dijo decidido. 
Después de correr tanto y con cuidado, Renji llegó a la mansión, pero ya era muy tarde y la fiesta se había acabado. 
"No puede ser"- pensó preocupado, y se subió al techo del muro que rodeaba la mansión, intentando buscar al objeto de su amor desesperadamente. 
Vio a Byakuya en el pasillo exterior de la mansión que daba al jardín de cerezos, aun en su uniforme de shinigami, y pensó en llegarle por detrás, al parecer el capitán estaba extrañamente distraído, así que Renji decidió probar su suerte: se bajó del techo y, silenciosamente, se acercó a su capitán, quien le estaba dando la espalda y, con un poco de determinación mezclada con indecisión, abrazó a su Taichō, le puso los brazos en los hombros y lo rodeó suavemente, para susurrarle al oído. 
-Feliz cumpleaños Taichō. 
-Gracias Renji- y subió sus manos para sostener el abrazo de su teniente.
Renji estaba sorprendido, pero estaba seguro de lo que sentía. Deshizo el abrazo de Byakuya y lo giró para que estuvieran frente a frente. 
-Toma- le dijo, entregándole el pastelillo con decorado de sakura- yo... No sabia que darte y..... Me quedé dormido y....- Renji se rascaba detrás de su cabeza mientras pensaba en que decir, sentía que de un momento a otro tendría que irse, así que, haciendo acopio de todo su valor, agachó su cabeza y depositó un beso en los labios de su capitán. Estaba listo para el golpe que vendría, incluso para el Bankai, pero nunca llegaron, en su lugar, la mano libre de Byakuya se posó en el pecho de Renji y el capitán se acercó mas a su teniente, correspondiendo el beso. Renji se sorprendió mucho, no esperaba eso de su capitán, pero agradeció profundamente que le correspondiera a sus sentimientos, así que lo abrazó y lo pegó a su cuerpo, con una mano en la cintura de su capitán y la otra recorriendo el sedoso pelo negro de la persona a la que amaba. 
Renji detuvo el beso para susurrarle a su capitán de nuevo en el oído. 
-Te amo Taichō y feliz cumpleaños nuevamente. 
-Yo....- y Renji separó sus labios de la oreja de Byakuya para ver como se sonrojaba su capitán, estaba tan rojo como su propio pelo- yo también te amo Renji- y Byakuya ocultó su rostro en el pecho de su teniente, rojo de la vergüenza de lo que le acababa de decir al pelirrojo, quien solo lo abrazaba. 
-Aunque quieras ocultar tu vergüenza, tu reiatsu te delata- le susurró Renji al oído. 
-Calla y déjame disfrutar este momento Renji- le dijo un enojado pero tierno Byakuya. 
-Jaja, claro que si- y pensó las siguientes palabras que iba a decir, esperando la reacción del hombre que tenia en sus brazos- amor mío.
La reacción fue tal cual la esperaba Renji: Byakuya se separó de el y lo miró con los ojos encendidos en vergüenza y el rostro completamente rojo. 
-T~t~te dije que te callaras!- dijo con voz entrecortada por la pena- si vuelves a decir algo...- y no terminó la frase porque unos tiernos labios se posaron en los suyos y lo hicieron perder el hilo de lo que estaba diciendo. 
Y así, con los labios unidos, Byakuya celebró lo que para el era su mejor cumpleaños, junto a la persona a la que amaba.