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Un amor que llevó a la locura. por YewoookLover

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Notas del capitulo:

Disfrútenlo 3: costó escribirlo y está algo raro(?). Pero gonito.♥

Era temprano por la mañana y Lee SungMin seguía dormido a pesar de que sabía que tenía que levantarse para hacer sus pendientes antes de que empezara la hora de tener que irse a trabajar. Aunque el despertador sonara una y otra vez el rubio lo apagaba, haciendo que volviera a sonar más fuerte, según él.

-KyuHyun apaga el despertador... -Murmuró, sin obtener respuesta. Suspiró y se sentó en la cama, apagando correctamente el aparato. Frotó las manos contra su cara y bostezó, levantándose para estirar sus músculos. Caminó al baño y prendió la ducha, alegrándose que esta estuviera caliente.- Supongo que Hyunnie guardó el agua caliente para mí. -Sonrío y se desvistió metiéndose a la ducha.

 

Salió al rato y caminó a la habitación que compartía con su novio, esperando verlo aún dormido. Llegó y no vio a nadie, por lo que hizo un puchero.

-Supongo que fue a trabajar temprano...-Suspiró y miró el reloj- ¡Dios es tardísimo! -Corrió a vestirse y a arreglar las cosas de su trabajo, dándose cuenta que estas no estaban hechas.- Dios Lee SungMin eres un desastre. -Susurró para sí mismo y guardó todo en la mochila, corriendo a la puerta. Salió del departamento y vio a su vecino quién estaba hecho un desorden con las cosas de su hija.- ¡HyukJae! ¿Por qué tantos juguetes, eh?

-Son de mi pequeña, hyung. DongHae piensa que para que se desarrolle bien no le debe faltar nada. -El menor hizo un puchero. El otro sonrió.

-Opino lo mismo, y no le lleves la contraria a DongHae, está en la etapa post-parto, no sería nada bueno que se altere.

-Gracias por decírselo, hyung. -Intervino DongHae, quien llegaba con unas tostadas.

-De nada. -El mayor sonrió y tomó una de las tostadas - Por el favor de cuidarte a la niña. -Rió y salió corriendo a una parada de buses, dónde justo estaba el que él necesitaba para irse al trabajo. Corrió tras él y logró subir, buscó un asiento y se sentó, organizando sus cabellos los cuales se habían desordenado luego de correr por todo el edificio donde vivía. Y entonces se dio cuenta que tenía la tostada en la boca. Rió y la tomó, comenzando a comerla mientras llegaba a su destino. Mientras tanto abrió su carpeta y la revisó, puesto que hoy tenía que dar su conferencia sobre el hombre homosexual y la libertad que se merecía; la abrió y se dio cuenta que tenía una nota "Yah, pequeño conejito ¿Tarde de nuevo, no? keke. Supongo que debí despertarte... Perdón pero tuve que salir de la ciudad por unos asuntos del trabajo. ¿Me perdonarás? Claro que si ¿Verdad? Te extrañaré, espero me extrañes también, te amo.

 

Vio por la ventana y se dio cuenta que ya había llegado a su destino, por lo que bajó y comenzó a caminar a su trabajo, pensando en cómo recibiría a su novio cuando volviera de su viaje. Llegó al lugar dónde daría la conferencia y vio a su amigo.

-¡Oh, Wookie!

-¡Hyung! ¿Vienes a tu conferencia? -Sonrío el pequeño.

-Así es Ryeowookie. Espero que lleguen muchas personas, de esta dependerá si sigo con las conferencias.

-De seguro se llenará, hyung. ¡Fighting! -Ambos rieron.

-Gracias~ -Suspiró.

-¿Uh? ¿Le pasa algo, hyung? -El rubio asintió.

-No veré a Kyuhyunnie por quién sabe cuánto tiempo. -El otro se quedó perplejo.

-P-pero...

-Pero eso no significa que te podrás triste, menos en el día de tu tan esperada conferencia, ¿no? -Habló el recién llegado.

-¡Heechul hyung! -Sonrío el rubio- No esperaba verte, pensé que estabas ocupado.

-Y lo estoy, pero hice tiempo por uno de mis dongsaengs favoritos~

-Gracias hyung~ En verdad espero que esta conferencia me salga bien, estoy muy nervioso. -El menor de todos seguía perplejo y miró a Heechul.

-Hyung -Habló el pequeño- Acaso Kyuhyun no-...

-¡Cállate! -El pelinegro lo miró con molestia- Oye creo que Yesung te habló, ¿por qué no vas?

-¿Sunnie? -El eternal maknae caminó en dirección al pasillo, mientras el rubio miraba a su hyung confundido.

-Hyung... ¿Qué hay con KyuHyun?

-¿Uhm? Nada. -Sonrió el pelinegro- Sabes que Wook-...

-No hyung, dímelo. -Lo interrumpió- Algo pasa y quiero saberlo. -El otro suspiró.

-KyuHyun te está preparando una sorpresa y lo estamos ayudando... Obviamente no quería que supieras... -El conejo sonrió ampliamente.

-¡No te preocupes, haré como si no sé nada!

-¿Lee SungMin? -Se escuchó una voz proveniente del pasillo-

-Debo irme hyung, ya es hora de la conferencia. -Le sonrió al mayor y caminó al pasillo. Su hyung lo observó mientras se iba y suspiró al ver que su pequeño dongsaeng seguía viviendo en su monótono mundo.

El rubio entró a la sala y se entristeció un poco al no ver ni la mitad de la sala llena de oyentes. Suspiró y caminó al podio, dando comienzo a su conferencia.

-Buenos días. Mi nombre es Lee SungMin y la conferencia de este día data de los homosexuales y la libertad que deberían de tener. -Sonrío y buscó por el público, dando en la esquina más obscura con una silueta de una cabeza muy parecida a la de su hermoso novio. Sonrió amplio y siguió con la conferencia. Pensando que su amado estaba presente en su conferencia.

Terminó y corrió la vista a la esquina dónde vio la silueta, dándose cuenta que ya no estaba nadie. Le pareció extraño por lo que se apresuró en arreglar sus papeles y en salir para buscarlo. Salió y se encontró con el EunHae quienes lo esperaban con su bebita en brazos.

-¡Hyung! -Dijeron al unísono y rieron.

-Hola chicos -Dijo sin mirarles, buscando con la mirada a su novio.

-Hyung, al menos míranos. -Dijo el menor de todos.

-Lo siento, ¿Han visto a Kyuhyunnie? Me pareció verlo en la conferencia. ¿No lo vieron en la sala?

-No hyung. -Dijo DongHae, suspirando levemente- No lo hemos visto...

-Bien. -Suspiró el rubio- Quería verlo...

-Aigo hyung... -Dijo el mono, rascándose la cabeza por el nerviosismo. El mayor suspiró de nuevo.

-Bueno, me voy chicos, quiero ir a comer algo y luego tengo que hacer otras cosas.

-Nae, hyung. ¡Sea feliz! -Ambos rieron y el rubio caminó a la salida del hotel. Tomó un autobús y se dirigió a su casa, pensando en la silueta que vio hace rato. Llegó a su casa y se tiró en la cama, tirando los papeles al suelo.

-Aaah~ Qué cansancio y tengo hambreee. -Lloriqueó y recordó las tartaletas que habían en el refrigerador. Corrió hacia este y sacó unas cuantas, comenzando a comerlas. Sonrió, estaban deliciosas y lo mejor, hechas por su maknae. Se las comió rápido y sonrió ampliamente, con el estómago lleno y el corazón contento.

Caminó de nuevo a su habitación y se dejo caer en la cama, sonriendo.

-Aaah~ KyuHyunnie, siempre has sabido cocinar muy bien. –Sonrió, abrazando la almohada favorita de su Kyu. Lo que restó del día la pasó en el departamento, arreglando cosas de su próxima conferencia y hasta pensando en qué sorpresa le tendría, según dijo su hyung. No podía evitar pensar en eso, su Kyu siempre ha sido muy romántico y detallista, pero esta vez estaba preparando algo y eso lo hacía emocionarse.

Llegó la noche y al conejo le entró el sueño por lo que no dudó en ponerse el pijama y tirarse de nuevo a la cama tirando todo los papeles al suelo. Suspiró y sonrió pensando en que quizá mañana llamaría a su novio para contarle cómo estuvo su primera conferencia en el hotel y para preguntarle cuándo volvería a verlo. De verdad lo extrañaba y quería verlo pronto y abrazarlo, ya tenía muchísimo de no verlo por su estúpido trabajo y sólo llegaba por las noches a dormir. Detestaba esa vida tan ajetreada que tenía, pero no podía hacer nada, así lo amaba y así lo aceptaba.

Cada vez más el sueño le entraba más y más al rubio por lo que se fue quedando dormido poco a poco, envolviéndose por completo en las mantas.

 

 

A las horas de que el rubio se durmió, una figura extraña entró en el departamento en silencio para no despertar al otro. Se aproximo al cuarto de este y confirmo que este estaba dormido, pero ya descubierto por las mantas. Sonrió y lo tapó, arreglando su flequillo, cuidando que este no despertara. Arregló los papeles que estaban en el suelo y terminó el trabajo que el menor no había terminado. Terminó y sonrío, acomodándolo todo, puso la alarma del otro y arregló un poco la habitación del dueño. Salió de la habitación y se dirigió a la cocina a cocinar el desayuno para el otro, cocinando un poco de pastel y malteada, dejándolo en el refrigerador. Suspiró y se preparó para limpiar la cocina, pensando en todo lo que estaba haciendo desde hace ya más de un año. Realmente El hacer cosas como esas ya era de todas las noches, pues estaba acostumbrado. Todo lo hacía por su conejito, a quién amaba más que nadie en este mundo, quién le había hecho olvidar su antigua amor. Aunque realmente se sentía muy mal por el pequeño, lo estaba engañando de una manera muy cruel pero a la vez lo hacía porque lo amaba y no lo quería ver sufriendo. Sin embargo también sabía que le estaba haciendo un daño muy grande, y cuando SungMin se diera cuenta de todo lo que en realidad estaba pasando, posiblemente lo odiaría de por vida, pero… ¿Habrá valido la pena, no? SI supiera la verdad desde el primer momento, estaría deprimido desde ese día y de por vida. Si, está haciendo lo correcto, lo sabe muy bien y no cambiará de idea. Caminó al baño y remojó la cara en el agua, mirándose al espejo. Suspiró.

-¿A quién engañas, Kim Heechul? Por más que sigas haciendo estas cosas jamás ocuparás el lugar de KyuHyun en ningún lado, ni en el corazón de SungMinnie… -Susurró para sí mismo y suspiró de nuevo. Salió del baño y decidió ir a visitar a su amado conejito antes de salir del departamento. Fue a su habitación y sonrió al ver que estaba profundamente dormido. Salió del departamento y caminó al tejado del edificio, dónde siempre iba a encontrarse con su presente. Solitario y amando a una persona imposible. Kim HeeChul estaba completamente enamorado de Lee SungMin y hacia esas cosas todas las noches debido a ese amor. ¿Por qué se hacía pasar por Cho KyuHyun? La respuesta era simple, Cho KyuHyun estaba muerto hace ya un poco más de un año. Murió en un accidente de auto dónde iba con SungMin, sin embargo el rubio jamás se dio cuenta de que su novio había muerto. O si, lo sabía pero su amor por él no quería aceptarlo que su novio, con quien estaba próximo a casarse, estaba muerto, que ya no respiraba y que ya no estaba junto a él. Por lo que su corazón y su mente seguían pensando que éste seguía vivo, aunque no fuera así. Heechul fue el primero en descubrir lo que le pasaba al pequeño Minnie, por lo que no dudó en seguirle “la mentira” y hacerse pasar por KyuHyun. Sabía que esto no duraría mucho, pero por lo menos el tiempo que dure, su conejito estaría feliz.

Sin embargo, Cho KyuHyun no estaba del todo muerto, seguía cuidando de su pequeño amor. La silueta de ese día sí era él, porque una vez le prometió que estaría con él para siempre. Y lo cumplirá, porque aunque no esté con el cuerpo, siempre estará con él en alma, amándolo y cuidándolo. Estando siempre agradecido con su hyung, Heechul, por cuidar de que su conejito rosado esté siempre feliz.

Esto puede parecer una locura, sin embargo es la realidad. Lee SungMin amaba a Cho KyuHyun, tanto de no querer aceptar su muerte y pensar que sigue vivo, junto a él. Un amor que como bien se sabe, lo llevó a la locura. 

Notas finales:

No me maten. *^* Solo se me ocurrió ;_;


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