Beso castamente la nuca. El otro se estremeció y aun en sueños soltó un suave suspiro cuando ya era lamido.
Sus manos las deslizo sin prisa hacia el pecho, traspasando la pijama, desabotonando y acariciando.
La posición le incomodaba, por supuesto, pero era tan degustable oírlo gemir. Wilson seguía dormido, pero cuan sensible no era. Sí, incluso su cuerpo reflejaba y delataba si a alguien no le había quedado claro.
Wilson era un hombre tan bueno, tan sensible y hasta inocente. Frágil.
Era el hombre que deseaba House, y con eso todo lo demás no importaba. Era ya suyo; claro, autoproclamando eso por el mismo House.
Rodeo con un brazo su cintura, acercándolo más a él y presionando su miembro semierecto con su espalda baja para obligarlo a despertar. Jimmy gruño y se removió.
-Hous...-
El aludido sonrió. Claro que lo nombraría; ya se había asegurado de que cada misma noche como esa lo hiciera.
Era por obviedad, pero también por su insistencia de siempre raspar con su barba su cuello.
Su mano, por debajo, ya había logrado casi desnudarlo, teniendo ahora entre sus dedos los duros pezones de Jimmy. Lo acerco más a sí como respuesta a sus gemidos.
Una mano ahora ajena se situó en su muslo, acariciando. House solo portaba una camiseta blanca y unos bóxers, asi la caricia recibida se le hizo la tentación definitiva.
Se separo y pronto coloco al pelinegro boca arriba. Con esfuerzo se monto sobre él y ataco, causándole tanta estimulación como bien sabía dar con sus movimientos, manos y boca. Todo sobre el cuerpo de Wilson. Todo para él.
Y se sintió dichoso a cambio. Oírlo gemir su nombre era irrevocablemente lo mejor.
¿Cómo carajo ese hombre tan mal iba en el amor?
Ah, sí. Su culpa.
-¿Te divertiste en tu repentina cita?- jadeo la pregunta en los labios que finalmente nunca se atrevía a profanar verdaderamente.
Y un abrupto silencio le detuvo.
Nuevamente se separo, ahora tratando de examinar la expresión de Wilson. Este cubría sus ojos con el brazo, lo cual se lo dificulto más que la oscuridad del cuarto.
House soltó un bufido de obviedad por su estado. Jimmy estaba dolido esa noche.
-Me lo suponía.- se enderezo mas. Apretó los dientes para lograr quitársele de encima pese al dolor que ya daba nuevamente en su pierna.
-Claro que lo sabías. Por eso estas aquí, ¿no?-
Levanto una ceja, como siempre fingiendo no saber nada. Era involuntario, después de todo el otro no lo veía.
-Admite que soy bueno prediciendo.-
Logro zafarse y se retiro de la cama, dando ahora solo la espalda para salir del cuarto.
Percibió un roce en el brazo e imagino que Wilson lo detendría. No lo espero y este no llego. Alcanzo la puerta y la cruzo, volviendo a su cuarto.
Se metió en la cama y solo espero a que el dolor en su pierna le bajara la temperatura carnal.
Y a los minutos la puerta fue abierta. Fingió fatalmente estar dormido, y como parte de su actuación solo permitió que se metieran con él en la cama.
Wilson había cambiado posiciones y ahora el se abrazaba por la espalda de House. Su cálida respiración le daba en la oreja.
El mayor movió su hombro, en molestia de tenerlo ahí tras.
-¿Te molesta?-
Pregunto ya que todos sus cabellos estaban erizados y bien que se notaba.
-Perdona la hostilidad, pero mi pierna de por si me está matando a horrores.- busco separarse.
-Y a mí me está matando la incertidumbre.-
House escucho. Venia algo grande.
-Le dijiste a Sam que era inútil; que yo era tuyo y que no lograría alejarte. Eso le basto para acabar por segunda vez.-
-Sabe que soy fastidioso y un bastardo.- trato de hundir la cabeza en la almohada. Quería acabar esa conversación.
-¡Me reclamaste por propiedad, House!- el menor ahora se monto sobre él. House maldijo mentalmente toda la mordaz similitud a lo de hace minutos antes.
-¿¡Estas molesto porque te hice sentir un maldito objeto?!-
-¡Propiedad, House! ¿¡Cuando me has hecho tuyo?!-
Que el jodido mundo se acabe, House se había quedado callado y con un muy real gesto de sorpresa.
Era verdad. La dicha expresión se le hizo patética, pero bien que supo a lo que se refería.
Tantas noches arraigando la privacidad del cuarto de Wilson, sabiendo que sus citas o relaciones terminaban mal, ya que él lo provocaba. Tocándolo; llevándolo al orgasmo con solo sus manos y marchandose para terminar él en el estúpido baño.
Era esa su manera de mantenerlo; pero rayos, que ni un solo beso le había dado cuan es mandado.
Miro a Jimmy lamerse los labios, para luego recostarse sobre él y encontrar sus bocas.
Demasiado cariñoso para su gusto, pero era así.
Repitieron los empalagosos besos, las cándidas succiones de labios y los efímeros choques de dientes. Pronto ya se estaban devorando y luchando con las lenguas. House tomo el control, pues.
Sujeto las caderas fuerte, bajando los brazos y retirándole a medias así el pantalón de la pijama. Aprovecho que ahora Wilson estaba sentado en la cama, quitándose finalmente la ropa baja, para lanzarse.
Se quedo entre sus piernas, en lo que cabía dicho arrodillado. Paseo su boca por el blanco pecho, por los rosados pezones. Acariciaba la ya máxima extensión del pene de Wilson.
-Ahh, House...- unos besos ya lo tenían al mayúsculo placer.
House miraba arriba y lo veía echar la cabeza atrás, mordiendo sus tentadores hinchados labios y frunciendo sutilmente las cejas.
Oh, no. ¿Por qué compartir eso?
Jimmy era tan erótico.
Tanteo con insistencia el perineo del Oncólogo, causándole estremecer y redoblar su respiración. No fue nada a cuando soltó un provocativo gritito de sorpresa, sintiendo la cálida saliva en ayuda al dedo ajeno, presionando su sensible nudo.
Llevo los brazos que usaba para no desfallecer en la cama ahora a los hombros de House. Rasguño su espalda cuando el dedo entro fluidamente. Gimió y lloriqueo cuando los dígitos aumentaron en su interior, dilatando con paciencia que se le vino haciendo torturosa.
Era contradictorio su dolor y el deseo lujurioso que tenía al ver la erección de House. Inestable y tan placentero.
-Jimmy...- soltó un ronco gemido cuando éste acaricio su pene por sobre el bóxer, el cual parecía tan pequeño ya en comparación a lo que, creía, celaba.
Fue su forma de decir basta al toqueteo. Venia lo que tanto tiempo deseaba y que por tanto tiempo se vio obligado a ocultar y controlar.
Pero bien que abría valido la pena.
Jimmy le pedía ser suyo ya.
Lo recostó en la cama, separándole las piernas y acomodando una almohada a la altura de su espalda baja.
Era perfecto. Tan avergonzado, tan sexy, tan excitado.
House le invadió poco a poco, quemándose tan deliciosamente con su calor interior. Y otra vez ese cuerpo le decía quien era Wilson.
Jadeo cuando el de abajo hizo presión y se adentro completamente.
Un sonoro gemido le hizo saber que estaba tocándole el sitio exacto, y comenzó el embestir.
¿Qué carajo si le dolía la pierna? Ya estaba perdido en el deleite.
Wilson llevo su mano a sus propios cabellos, halando y como desesperado de tanto éxtasis. Desesperación que lo incitaba a más.
Los gemidos se mezclaron, así como los nombres jadeados al aire. House apresuro el ritmo y cuando llego a lo inevitable, no pudo evitar llevar a Wilson consigo.
Para el pelinegro le basto el único y esplendoroso gemido del mayor como para llegar al clímax.
Exhalaban con criminal agitación, uno sobre el otro; restregándose y manchándose aun mas, pero sin separarse esta vez.
Los minutos pasaron.
-Es increíble eso.-
-¿Qué cosa?- pregunto, volviendo a su tono tan conocido.
-¡Yo! Es increíble que te deje influenciar tanto en mi vida.-
-Se llama amor, Wilson idiota. Es lo que vienes sintiendo desde hace tiempo y por lo cual siempre fracasas con las mujeres. Son copias baratas.-
-A ha.- rodo los ojos. -Siempre es por ti.-
Y lo era. Ya bien cuan la frase tonta decía, lo había hecho suyo.
Y, nuevamente, no dejaría que ninguna enfermera, paciente o ex esposa se lo separase ni un poco.
Jimmy era tan bueno, que impedir eso le costaría tanto, pero ya habian llegado ahi asi que lo que vendria lo sentiria nada.
Beso los preciados labios y se estiro para buscar en el cajón de la mesita su Vicodin, después de todo ese día no quería ir al Hospital.