A M O R
-Te quiero
-También te quiero-susurró el rubio en los labios del pelirrojo.
Se sonrieron tímidamente y entrelazaron sus manos.
-Se está haciendo tarde- murmuró el pelirrojo torciendo la boca.
-¿Te quedas a dormir en mi casa?
Se quedaron en silencio por un largo rato, mirando el enorme árbol de navidad y a las personas que pasaban frente a ellos. Suspiraron inaudiblemente al mismo tiempo y el agarre de sus manos se intensifico.
-¿Gaara?- preguntó el rubio moviendo la mano levemente.
El aludido contestó con un sonido gutural a la vez que agitaba la mano de la misma forma que había hecho el contrario hace unos instantes.
-¿Dormirás en mi casa?
Gaara negó con la cabeza.
-Mi casa está más cerca- susurró desviando la mirada del árbol para ver los ojos azules de su acompañante.
-Pero tu casa da miedo- chilló mirando el suelo.
Gaara frunció el seño y soltó la mano que mantenía entrelazada con el otro.
-Perdona, Naruto, pero tu casa está muy lejos.
-Pero al menos no da miedo- murmuró en voz baja mirando hacia el lado contrario.
Gaara jaló de la mejilla a Naruto y lo obligó a verlo.
-¿Qué?
-Yo no dije nada- respondió sobándose la mejilla.
Gaara volvió a jalarle la mejilla, ladeo levemente la cabeza y le dio un suave beso en los labios.
-Vamos a mi casa.
Naruto lo miró a los ojos y suspiró a la vez que alzaba los hombros dándose por vencido.
-Pero si veo algún fantasma…
-Te abrazare para que no te de miedo- interrumpió Gaara sonriendo burlón.
Naruto frunció el seño, bufó enojado y le propinó un golpe en el brazo al otro.
-Tú mismo has dicho que tu casa es fea por las noches.
Gaara se levantó de banca, tomó la bolsa negra que estaba en el suelo y jaló al rubio para que se levantara también. Comenzaron a andar hacia la salida del parque.
-¿Tus hermanos estarán?
Gaara negó con la cabeza, Naruto torció la boca y volvió a entrelazar su mano con la del pelirrojo.
-Temari está con su novio y Kankuro seguramente fue con algún amigo a beber.
Naruto se colgó del brazo de Gaara y sonrió de oreja a oreja. Caminaron por un largo rato hasta llegar a la carretera, esperaron a que un taxi vacio pasara, en cuanto uno se paró frente a ellos se subieron y le indicaron la dirección al taxista. Naruto se recargó en el hombro de Gaara mientras este lo sujetaba de la cintura. Se volvieron a besar suavemente.
-¿Y sí tu hermano está en la casa?
-Podemos echarlo a la calle.
Naruto sonrió y frunció el seño a la vez.
-Eso es muy cruel- murmuró cerrando los ojos y suspirando.
Gaara sonrió levemente, acaricio el cabello del rubio y cerró también los ojos.
Ambos se despertaron gracias al conductor que les decía que habían llegado a su destino. Naruto se estiro y bostezo fuertemente mientras Gaara se encargaba de pagarle al taxista por sus servicios. Bajaron del auto con pereza, se tomaron de las manos de nuevo y caminaron hacia la casa frente a ellos. Naruto miró las ventanas de la casa frente a él, sonriendo por encontrar todo en la obscuridad.
Entraron al lugar con cuidado, ya que la obscuridad no les permitía ver, se soltaron de la mano a la vez que el pelirrojo cerraba la puerta.
-Te dije que no habría nadie.
-Pero no veo ni mi propia sombra- susurró Naruto tanteando la pared en busca del interruptor.
La luz los cegó a ambos por un instante, un gato negro llegó a los pies de Gaara restregándose en ellos. Naruto se talló los ojos y se recargó en la pared, suspiró y miró a Gaara por un largo momento. Éste tomó al gato negro en sus brazos dejando la bolsa en el suelo, le acaricio el cuello y comenzó a caminar hacia la cocina. Naruto lo siguió con una sonrisa en el rostro que se iba ensanchando a cada segundo.
Cuando llegaron a la cocina el gato salto de los brazos de Gaara al suelo. Naruto se agachó y trató de agarrar al felino pero este solo huyo de él rápidamente. Gaara rio levemente mientras servía comida para gato en un recipiente morado.
-¿Qué es tan gracioso?- preguntó Naruto con los cachetes inflados mirando al gato rencorosamente.
-Sabes que no te quiere y aun así intentas tocarlo.
Naruto bufó e infló más los cachetes.
-Algún día me querrá- dijo señalando al gato que lo miraba desafiante -¿Me escuchaste? Tienes que llegar a quererme.
Gaara rio sonoramente, llamó al felino y este corrió para ir en busca de su dueño, dejó el plato de comida en el suelo y acaricio el cuello del gato antes de dejarlo comer en paz. Los ojos de Naruto se abrieron desmesuradamente, se llevo las manos a la cabeza y abrió la boca asustado.
-¡Mi bolsa!- gritó mientras daba media vuelta -¡La deje en el parque!
Gaara reprimió la risa y se tapo la boca con una mano.
-¡No es divertido, Gaara!- chilló jalándose el cabello -¡Había comprado dulces, películas y un suéter, todo estaba ahí!
El pelirrojo no pudo contener más tiempo la risa, se recargó en la pared y comenzó a reír sin mirar la expresión enojada y triste del rubio.
-¡Deja de burlarte!
Gaara siguió riendo, abrazándose el estomago y manteniendo los ojos entrecerrados. Naruto bufó molesto y salió de la cocina dando zancadas. El pelirrojo siguió riendo por unos cuantos minutos, hasta que el estomago empezó a dolerle, pegó la cabeza a la pared y miró el techo con una sonrisa. Volteo a ver al gato que lo miraba concentradamente.
-¿No es encantador?- preguntó Gaara al felino refiriéndose a Naruto.
El gato maulló y corrió fuera de la cocina, Gaara ensanchó su sonrisa y fue hacia la puerta de entrada, tomó la bolsa negra y se dirigió a las escaleras en dirección a su habitación. En cuanto entró al cuarto vio al rubio acostado en su cama boca abajo con los pies colgando fuera de la cama.
-Lárgate- murmuró Naruto sin alzar la cabeza de la cama.
-Esta es mi casa, cariño.
Naruto bufó molesto. Gaara se acerco a la cama y se sentó sobre esta dejando a su vez la bolsa negra de plástico en la espalda del rubio.
-De verdad eres distraído.
Naruto se levantó rápidamente de la cama, quitó la bolsa de su espalda, la abrió y saco todo el contenido aventándolo en la cama. Sonrió de oreja a oreja, miró a Gaara y su sonrisa se ensancho aun mas, si es que se podía, volvió a meter todo a la bolsa, la dejó en el suelo y se abalanzo sobre el pelirrojo.
-Gracias- susurró en el oído del otro abrazándolo fuertemente.
-Naruto- llamó al otro con voz queda -¿Serias mi novio?
Naruto tembló y siguió abrazado a Gaara, se mordió el labio inferior y escondió la cara en el cuello del otro.
-Naruto, responde.
-Es que yo…
-¿Lo serias? ¿Serias mi novio?
Naruto se quedo callado. Se separaron después de un rato y miraron el suelo sin atreverse a romper el silencio que se había formado. Gaara se levantó de la cama y se encamino a la puerta.
-Ya veo- exclamó antes de salir del cuarto sin cerrar la puerta.
Naruto enterró sus dedos en su cabello y se mordió el labio fuertemente. Cerró los ojos y pateo la bolsa en el suelo, logrando que esta llegara hasta el extremo de la habitación. Miró la puerta y el suelo alternadamente. Se levantó de la cama y salió del cuarto. Vio la puerta del baño entreabierta, se dirigió ahí con paso lento. En cuanto llegó al lugar asomó la cabeza por la puerta y vio a Gaara lavarse los dientes.
-¿Gaara?
El aludido elevó levemente la cabeza sin dejar de cepillarse los dientes.
-¿Estas enojado?- preguntó Naruto tímidamente mirando el rostro del otro por el espejo.
Gaara se encorvo levemente y escupió la pasta dental, tomó el vaso de agua que estaba al lado de la llave y trago un poco del líquido, se enjuago la boca y volvió a escupir el contenido. Arrancó un pedazo de papel y se limpio los restos de agua y pasta dental de la boca. Miró a Naruto a través del espejo, agachó la mirada y enjuago el cepillo de dientes.
-No.
Siguió enjuagando el cepillo de dientes por un rato, dejó este en el vaso donde antes había agua y se volteo hacia la puerta.
-¿Vas a pasar?
Naruto negó moviendo la cabeza de lado a lado. Gaara se encogió de hombros y apago la luz del baño, salió del cuarto y se dirigió de nuevo a la habitación.
-¡Gaara!- llamó Naruto logrando que este detuviera su camino. -¿Por qué te enojas?
-No estoy enojado, Naruto.
Se miraron a los ojos. Naruto agachó la vista y se mordió los labios. Gaara se dirigió de nuevo al cuarto.
-Idiota- susurró Naruto para sí mismo.
A paso rápido fue hacia el cuarto. Entró al cuarto, vio a Gaara comenzar a quitarse la playera, se acerco rápidamente y lo empujó a la pared.
-¡¿Por qué te enojas conmigo?! ¡Tú fuiste el que me beso!
-Y tú me besaste de vuelva- contestó rápidamente Gaara con tono frio.
Naruto tembló levemente, miró a los ojos a Gaara, se mordió la lengua y comenzó a derramar lágrimas. Gaara abrió los ojos desmesuradamente, miró las lágrimas del rubio y se sintió mal. Él había causado esas lágrimas.
-Naruto…- susurró Gaara tomando al aludido por los brazos.
Naruto se alejó y se limpio las lágrimas con las manos, jalándose la piel de la cara de lo brusco que lo hacía.
-¡Te quiero!- gritó Naruto con la voz entrecortada –Pero me da miedo ser tu pareja, no quiero que dejes de quererme si hago algo mal.
Gaara miró a Naruto con una leve sonrisa, lo tomó de la ropa y lo abrazó fuertemente.
-¿Estás loco? ¿Cómo podría dejar de quererte?
Naruto se abrazó fuertemente al otro.
-Soy muy torpe y te saco de quicio, aparte…
Gaara jaló a Naruto de nuevo y lo beso fuertemente, Naruto se quedó con los ojos abiertos y correspondió el beso, Gaara cerró los ojos y mordió el labio inferior del otro. Se separaron y se miraron a los ojos por unos momentos, Gaara soltó una risa burlona.
-Besas peor que un muerto.
Las mejillas de Naruto se volvieron rojas.
-¡Perdóname por no ser un mujeriego!- se quejó con las mejillas infladas.
Gaara rio de nuevo, tomó la nuca de Naruto y lo beso otra vez.
-¿Serás mi novio?
Naruto agachó la cabeza y se abrazó al pelirrojo fuertemente.
-Solo si tú eres el mío- susurró sobre la oreja del otro.
Gaara abrazó mucho más fuerte a Naruto y mordió su oreja levemente.
-Cursi.
Naruto infló los cachetes y empujó a Gaara lejos.
-¡Idiota!- gritó dirigiéndose a la cama.
El gato interrumpió el momento entrando por la puerta, se acerco a la cama y se restregó a los pies de Naruto. El rubio miró al gato y sonrió de oreja a oreja, tomó al mínimo entre sus manos y lo subió a la cama, le acaricio el cuello y este ronroneo en forma de agradecimiento.
-Mira eso- murmuró Gaara viendo la escena –Empezaste a agradarle.
Gaara se acerco a la cama, ahuyento al gato y se sentó en el lugar en el que había estado el felino. Tomó la cara de Naruto entre sus manos y sonrió.
-¿Por qué hiciste eso? Él estaba tan feliz de que lo acariciara.
Gaara empujo a Naruto en la cama. Se posiciono sobre él y se lamio los labios.
-Cállate y bésame.
Se sonrieron, se miraron a los labios y volvieron a besarse por sexta vez en el día.