Capítulo 1: Una extraña obseción
Lee Sungmin suspiró por enésima vez aquel día al ver de lejos a ese ser que con su tan sola llegada había capturado su atención por completo. Cho Kyuhyun, un chico algo menor que él, bastante alto, de profunda mirada color marrón y cabello castaño. Ingresó a la escuela hace un par de semanas y absolutamente todas las chicas ya estaban vueltas locas por él. Y no era para menos, el muchacho estaba a la mitad de sus diesciocho; era todo un cerebro andando, el mejor en las matemáticas y asignaturas en donde se necesitaran hacer cálculos y operaciones; un az de los videojuegos, y eso no estaba peleado con su físico como los clásicos estereotipos de nerds, ya que Kyuhyun tenía un cuerpo atlético y bastante bien formado, sin contar su impactante atractivo.
Eso sí, a pesar de ser el "chico perfecto" a ojos de todos y a pesar de tener todas las cualidades, según la sociedad, para poder "encajar" y hacer millones de amigos, Kyuhyun siempre permanecía resagado en un rincón, callado, sin el mínimo interés de hacer amistad con nadie, inalcanzable y tentador, justo como debía ser. Avanzaba siempre con aire taciturno a todos lados, cuidando de no tropezar con nadie, de no cruzar la más mínima palabra. Atravezaba los pasillos de la escuela siempre como una sombra cuyo paso absorbía a quien miraba y daba la tentación de seguirlo hasta el final de los tiempos; como un ser extrañamente hermoso de un cuento de fantasía que dejaba un halo de luz a su paso a pesar de esa aura ensombrecida.
Sungmin estaba un grado más arriba que él, pero aún así le fue imposible no haberle visto o escuchado sobre su persona; desde su llegada a la escuela no existía nadie que no hablara de Kyuhyun; si no eran un par de chicos, algo celosos y que se decían entre ellos que no entendían tanto escándalo, que el nuevo no era tan atractivo, hasta las aglomeraciones de chiquillas asegurando haber encontrado en él al hombre perfecto. Sungmin no sabía en sí qué era lo que le pasaba al tener al frente suyo a Kyuhyun, lo único que sabía era que ese chico tenía algo que lo atraía de forma irremediable, probablemente eran sus ojos fríos y castaños, su cabello del mismo color, su piel pálida que lo hacía parecer una estatua de marmol o ese rostro ausente de sonrisas... o tal vez era su presencia entera que despedía un aire gélido y parecía presagiar la llegada del otoño.
—¿Qué pasa Sungmin? ¿Otra vez viendo a tu témpano de hielo favorito? — se burló Eunhyuk al llegar a sentarse a su lado, se encontraban ambos en la cafetería en donde reinaba el bullicio. El aludido se volteó a verlo con una cara de pocos amigos y Eunhyuk cambió su expresión. —Ok, no te molestes ¿deacuerdo? tan solo era un comentario.
—Pues no fue divertido. —objetó Sungmin mientras se inflaban ligeramente sus mejillas en signo de enfurecimiento. —No lo vuelvas a hacer.
—Esta bien, esta bien... no me volveré a burlar. —prometió. —Aunque sinceramente no comprendo; si tanto te llama la atención, ¿por qué no vas y le hablas? ¡Capaz que se vuelven amigos!
—¡No! ¿Cómo crees que pueda llegar y hablarle así como así? No podría... ¿qué tal si no me responde y se va? ¿O si me cree un chico tonto? ¿O si no le agrado? ¿O si...?
—¡Ya, ya! ¡Suficiente! —exclamó su amigo subiendo ligeramente el tono de voz y llamando la atención de algunos chicos sentados en mesas cercanas. —¿Cómo crees que él pueda pensar eso de tí? ¡Eres un gran chico! y muy amigable... ¿a quién no le agradarías?
—De todas formas prefiero dejarlo así...
—Sungmin —lo reprendió Eunhyuk frunciendo el entrecejo y llevandose ambas manos a cada lado de la cadera.
—¡Deacuerdo! Le hablaré un día de estos, ¿está bien? pero será cuando esté preparado. —declaró. Eunhyuk rodo los ojos.
—Tan solo espero que para cuando le hables los polos no se hayan derretido aún. —dijo y tomó su mochila, yendose a su clase de inglés.
Sungmin se quedó unos minutos más admirando de lejos la perfección de Kyuhyun. Suspiró pensando que en verdad tenía que hacer algo pronto o si no terminaría por volverse loco. Hizo ademán de levantarse, con la firme convicción de querer hablarle pero se detuvo al ver que a esa mesa solitaria llegaba un chico a sentarse y hacerle plática a Kyuhyun.
—¡Hola! —saludó a Kyuhyun el chico que se sentaba de improviso a su mesa. —Eres Kyuhyun, ¿cierto? —preguntó mirándole muy atento.
—¿Quién eres? —preguntó el castaño de manera cortante y viéndole con desconfianza.
—Soy Donghae, —se presentó el desconocido extendiendole la mano para que se la estrechara; al ver que el castaño se le quedaba viendo como a un ser extremadamente raro, bajo la mano y sonrió nerviosamente. —He oído que eres bastante inteligente, dime... ¿cuál materia es tu preferida? — le preguntó con el único fin de hacerle plática y conocerlo mejor.
—Las matemáticas. —contestó cortante.
Donghae se le quedo mirando con una ligera sonrisa, esperando a que dijera más, pero esta sonrisa se desvaneció al sentir el frío silencio de Kyuhyun que parecía cortar el aire como cuchillo. Trago saliva ruidosamente y siguió con su improvisada entrevista.
—Y... ¿por qué te gustan las matemáticas?
—Por que sí.
—Oh... — vio como Kyuhyun ladeaba la vista a otro lado. Donghae se pasó una mano por los cabellos y esbozó una mueca de incomodidad; lo único que quería era hacerse amigo del chico nuevo, integrarlo en la escuela, que se hiciera de más amigos, pero al parecer este no estaba muy interesando en socializar con otros. Levantó la vista para verle una vez más, encontrandose con la sorpresa de que el castaño le miraba fijamente. Se puso algo nervioso, bajo la vista y carraspeó.
—¿Te puedo ayudar en algo? —cuestionó Kyuhyun harto de la situación.
—Yo... ah... —después de sus nulos intentos por entablar una plática con él ahora se encontraba balbuceando, sin saber qué decir ni qué hacer para sacar esa plática inexistente a flote. Volteó a ver una de las ventanas de la cafetería y vio el sol resplandeciente y a sus rayos acariciar con tosquedad la fragil superficie de las plantas; una resplandeciente luz se encendió dentro de su mente, como si hubiera encontrado la respuesta a todos sus martirios y volteando a ver al castaño a los ojos balbuceó rápidamente. —Dime... ¿te gustan los días soleados? —preguntó y cinco segundos después se arrepintió de haber hecho una pregunta tan carente de ingenio.
Kyuhyun procesó la pregunta en su mente por unos segundos y volteó a ver al chico con leve curiosidad.
—Vaya... me hablas sobre el clima. —le dijo al prestarle un poco de atención. —En verdad tienes interés en hablar conmigo.
Donghae sonrió tímidamente y él y Kyuhyun comenzaron a platicar.
Al final del día Donghae tuvo la suerte de poder acompañar a Kyuhyun hasta su casa con el pretexto de hacer tarea juntos; Sungmin vio con envidia a lo lejos como el castaño se alejaba con ese chico y sintió dentro de él una creciente y extraña sensación que jamás en su vida había sentido; no sabía por qué pero le incomodaba que ese sujeto de cabellera castaña oscura y sonrisa deslumbrante se hubiera hecho amigo tan fácilmente de su Kyuhyun.
"Un momento... ¿mi Kyuhyun?", pensó desconcertado. Sacudió la cabeza para tratar asi de sacar esos pensamientos dentro de su mente pero la vista de esos dos alejándose tan solo hizo que se enfureciera aún más.
Acaso se encontraba... ¿celoso?
by Adassya Accastello