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Alternativo por KyuNaFish

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Notas del fanfic:

Mi primer seriado o al menos intento, ademas de que tambien es la primera vez que escribo algo de esta naturaleza.

Denle una oportunidad :D

Notas del capitulo:

Well~~ siendo WonKyu pues pertenece a nada mas y nada menos que a mi malvada, pero de vez en cuando linda(?) Tia Pixie, mujer!! esto es suyo :DD

Ya sabe que todo lo que hago le pertenece, no solo mis WonKyu, tambien mis KyuHae son suyos aunque no le guste :p 

No se que le vaya a parecer o si le vaya a gustar :$ asi que solo basta que me diga que no lo quiere para que lo borre y no lo continue XP 

Amm y nada mas... creo(?) me voy~ lea y no me pegue por esto :D

 

 

 

 

— ¡Auch! Sé más cuidadoso ¿Si? ¿Acaso crees que no me duele o que?

— Pensé que era invencible — sonrió — eso es todo.

— No te burles que si no fuera por mí ya estarías muerto.

— Disculpe usted su majestad, en ningún momento tuve la intención de burlarme.

— Pues no te creo pero ya no importa, debemos irnos antes de que anochezca y nos encuentren.

— Como usted ordene. 



Recogió las cosas que llevaban y apresuro su paso para alcanzar al príncipe, sabía que sin él no era nada y seguramente moriría en ese lugar.

La noche comenzaba a caer en aquel desierto y el frio calaba hasta los huesos, sentía que sus piernas no le respondían de lo mejor y dolían mucho, se preguntaba por qué el príncipe, siendo como era, lo había ayudado. Según los rumores que corrían por todo el reino de Solerme el príncipe era un chico de muy mal genio, arrogante y engreído además de que se creía mejor que todos y le gustaba humillar a sus sirvientes o “lacayos” como a él le gustaba llamarlos, pero ahora lo estaba ayudando, justo cuando se encontraba peleando solo contra esas dos bestias de tamaño colosal, el encantador príncipe llego haciendo gala de sus poderes, demostrando que nadie estaba a su altura.



— Que engreído — dijo en voz alta.

— ¿Con quién hablas lacayo? ¿Te dirigías a mí?

— Por supuesto que no su majestad — se agacho sonrojado — no me haga mucho caso, son mis delirios.

— Pues no hables en voz alta que pareces un loco y según yo salve a una persona cuerda, un enfermo mental no me serviría en estos momentos.

— ¿Me salvo porque cree que puedo ayudarle?

— ¡Claro! ¿Porque más podría ser? Vi cuando peleabas con esas quimeras y creo que tus músculos me serán útiles en esta cacería.



¿Anonado? ¿Desilusionado? ¿Cuál sería la mejor palabra para describir lo que sintió al escuchar eso? Bueno al menos ahora ya sabía que si el príncipe se “apiado” de él, fue porque lo creyó útil, nada más, el príncipe seguía siendo el mismo ser miserable de siempre.

La caminata duro mucho tiempo, tal vez más de lo que debía, de vez en cuando lograba mirar de reojo al soberano, un tipo significativamente apuesto podría decirse, facciones bastante masculinas, mirada dura y algo fría, pero ¿Qué más se podría esperar del hijo único de la Reina Taeyeon? ¡Si esa mujer era el diablo hecho persona! Recordó cómo fue humillado por ella varias veces, oh si, como olvidar el día que, por un descuido, salpico de barro el carísimo vestido que traía puesto, podría jurar que los ojos de la reina se volvieron rojos y de la boca escupió fuego, una escena realmente aterradora y dura de recordar.

De la nada detuvieron su paso y se posicionaron frente a una roca enorme.

 

 

— Aquí es, por fin llegamos.

— Disculpe su majestad, ¿Pero que es este lugar?

— Aquí está la puerta que nos llevara al nivel 2 de este juego, solo hay que encontrarla.

— Disculpe… ¿Dijo juego? ¿De qué puerta habla?

— No seas estúpido y deja de preguntar, limítate a recibir mis órdenes que para eso te traje.

 

 

Bajo la mirada algo confundido, el príncipe podía ser muy cruel cuando quería, ósea, casi siempre, aunque de vez en cuando mostraba una sonrisa digna de alabarse por su hermosura, pocas sonrisas, como la de él, transmitían tantas cosas.

A la par del príncipe comenzó a inspeccionar con mucha cautela aquella roca, tocaban por todos lados pues según el príncipe, debía de haber algún botón por ahí que los teletransportara al “siguiente nivel”, cada que recordaba esas palabras creía que se encontraba metido en algo así como un videojuego de esos que juegan los niños con dinero, gente así como el príncipe que tenía a lado.

 

 

— ¡Bingo!

 

 

Grito eufórico el príncipe al encontrar su tan ansiado botón, que más bien era una palanca que se perdía entre las irregularidades de la roca.

No supo cómo fue, solo cayo en cuenta de que si antes se encontraban en un desierto y su ropa estaba hecha añicos a causa de las peleas que había tenido con tal de sobrevivir, ahora estaba sumergido en el mar, con un traje de buzo y… ¿Un dolor insoportable en el cuello? Dirigió ambas manos a esa parte de su fisonomía y sintió como de a poco unas perforaciones con forma alargada comenzaban a aparecer, pensó que estaban usando magia sobre él, ¿Estaban siendo atacados? Por instinto busco con la mirada al príncipe y lo vio, sentado en una roca, con una sonrisa burlona bien marcada en el rostro…

 

 

— Estúpido lacayo tranquilízate — dijo sereno — por si no te has dado cuenta estamos en el mar y para respirar necesitas branquias, todo es parte del juego, cuando salgamos de este nivel volverás a la normalidad.

 

 

Dolía mucho, pero dirigió su mirada al cuello de su acompañante y vio que él ya estaba así, con las supuestas branquias y respirando como si nada, ¿Qué acaso a él no le dolió? Después de unos minutos logro acostumbrarse al cambio, eso de ya no respirar por la nariz lo sacaba mucho de onda y aunado a eso que el príncipe no dejara de decir las palabras “juego” y “siguiente nivel” lo confundía mucho.

Comenzaron a caminar de nuevo, con mucha cautela y de la nada una enorme ballena apareció frente a ellos, pero no estaba sola, sobre su enorme espalda un hombre de figura un poco robusta y no muy alto, al parecer, los miraba sonriente.

 

 

— ¡Hola! — saludo agitando el tridente que llevaba en una de sus manos — Que gusto verlo por aquí su majestad.

— ¿No me digas que te mandaron a ti para cuidar este nivel?

— Algo así… en realidad yo solo estoy aquí para cuidar que nadie haga trampa, se supone.

— Estoy seguro de que lo ayudaras a él, eso ya contaría como trampa.

— ¿Por qué aseguras eso?

— Porque no soy estúpido y sé que lo amas, lo ayudaras a ganarme estúpido pez tramposo.

— Ja… más respeto que príncipe y todo sigo siendo tu mayor y soy el rey de este lugar.

— Como sea — hizo una mueca — lo ayudaras y eso no es justo.

— Mmm… — hizo un puchero — cómprame, sobórname, ofréceme algo bueno y tal vez te ayude a ti.

— ¿Qué es lo que quieres?

— Dame una noche con él y te dejo ir, simple ¿No?

— Sabes que no puedo hacer eso.

— Entonces — se encogió de hombros — atente a las consecuencias — sonrió — y trata de no morir.

 

 

Así como de súbita fue su aparición también lo fue su desaparición y con ello vio como el príncipe tensaba el cuerpo y gritaba.

 

 

— ¡Estúpido Lee Dong Hae! ¡Estúpido pez tramposo! Juro que te aniquilare si me entero que lo ayudas… ¡Lo juro!

 

 

Una sonora carcajada sonó por todo el lugar, seguro es de ese tal Lee Dong Hae, se debe estar burlando del príncipe… que genial, pensó…

 

 

— Un momento — se dirigió al príncipe.

— ¿Ahora qué quieres estúpido lacayo? ¿Que no vez que no estoy de muy buen humor que digamos?

— El… — comenzó a tartamudear — aquel chico… Lee Dong Hae… ¿Qué no se llama así el hijo de la reina Tiffany?

— Él es el hijo de la reina Tiffany, el infantil y escandaloso príncipe pez del reino vecino ¿Acaso no fuiste capaz de reconocer su escandalosa risa? Hasta tenía pensado que te gustaba.

— Yo… no… como… pero él… porque…

— ¡Ya! Guarda silencio y déjame pensar cómo salir de aquí, seguro que ese pez me la puso difícil… parece tonto e inocente pero no lo es.

 

 

 

Noto que el príncipe comenzó con su marcha y a él no le quedó más que seguirlo, conforme avanzaban se confundía mas, ¿Qué hacia el bello príncipe Hae por estos rumbos? Y lo peor de todo, ¡Montado en una ballena! Vaya que si parecía el rey del mar o algo así.

 

Nunca imagino que podría conocer el mar de esa manera, siempre le pareció un lugar tranquilo y para relajarse, pero no… ya habían esquivado a tres tiburones y ahora… ahora estaban en medio de una batalla con una enorme orca que amenazaba con matarlos, el animal, a pesar de su gran tamaño, se movía con demasiada agilidad, en un descuido sintió como fue golpeado con una aleta yendo a caer directo sobre unas rocas que le lastimaron el brazo izquierdo, como pudo se reincorporo al ver que el príncipe también había sido herido y la orca se dirigía rápidamente hacia él para devorarlo, con un poder que quien sabe de dónde saco, realizo un conjuro para atar al animal con algunas algas marinas que había por allí, el amarre no duro mucho pues estaba débil y de por si sus poderes no eran los mejores ya que aún era joven y tenía mucho que aprender, pero basto para que el príncipe se pudiera poner de pie y al ver que la orca estaba algo aturdida entre los dos la atacaron para así intentar matarla, cuando creyeron que por fin lo lograrían la orca desapareció como por arte de magia…

 

 

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Notas finales:

Si nadie me dice que lo continue no lo hare!!!

He diho º3º 

Faltas de ortografia, mi culpa~~ 


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