Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

What was Missing por arelii-ierOo

[Reviews - 116]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno al parecer con eso del reinicio de clases muchas no han podido leer el fic, leanlo cuando puedan, ya me di espacio para seguir escribiendo y no olviden sus reviews *-* me animan a escribir más pronto. Y por fin ¡lemon time! ojalá les guste y sino pues nimodo así me salió :P

Era claro lo que pasaba por la mente Marshall en ese instante. Esa suave y aterciopelada piel, ese rostro de completa inocencia, coronada con un par cristalinos ojos de pupilas púrpuras. Debía poseer parte de ese hermoso cuerpo virginal. El hambre, el calor, la sed de sentirlo suyo por completo. No se podía controlar ya, la bestia había sido liberada desde el momento en que esa voz pronunció su nombre. Impaciente se acercó hacia su indefensa y ahora poco consiente presa. Porque al igual que él, la lujuria lo cegaba. Un mar de suculentas sensaciones estaba por sucumbir ante ellos.

 

Los insaciables labios del vampiro se posaron sobre el frágil cuello de su amante, tranquilo, despacio, debía disfrutar cada segundo puesto que el trato había sido sellado, ya no había marcha atrás. Beso tras beso hasta llegar a los labios, esos dulces y deliciosos labios que se derretían hasta fundirse con los suyos. Las caricias se hicieron presentes, arrebatando al menor de sus prendas superiores, dejando expuesto su pecho que no dejaba de subir y bajar por los incesantes jadeos, tan profundos que acompañaban cada roce a su piel.

 

Por encima de su pantalón pasó una mano, tocando delicadamente y robándole al príncipe pequeños gemidos que lo invitaban a seguir aún más allá. Un par de pantalones quedaron completamente huérfanos sobre el frío suelo de la habitación,  a estos le siguieron una camisa cuadriculada de color rojo con negro y cuatro calcetines. Por sobre la cama dos cuerpos ansiosos uno del otro, retozaban agitados dando pie a seguir conociéndose. Una erección se hizo evidente en la entrepierna del dulce príncipe, obligando al vampiro a hacerse cargo de ella de inmediato.

 

Acarició el vientre del otro, bajando hasta llegar a ese íntimo y caliente lugar. De un solo movimiento, pero sin llegar a ser brusco para no asustarlo, liberó de aquella prisión de tela su exquisito manjar, aunque no era momento de probarlo, sería paciente por esta vez y primero conocería el terreno. Sujetó con inmenso deseo aquel miembro, con firmeza pero también con delicadeza, moviendo de arriba abajo con un ritmo que aumentaba con cada jadeo, haciéndolo con gran maestría. Su espalda se encorvó, tensándolo, deseando más y más, sosteniéndose con fuerza de las sábanas, arrancándole un grito que lo transportó hasta al paraíso en un gran y largo orgasmo.

 

Los orbes rubíes del vampiro centellaban como nunca ante aquella obra maestra que había creado. Ver a su príncipe, no aún no era suyo, pero pronto lo sería; verlo ahí, tan indefenso, sucumbido ante sus encantos, sus toques, ya era prácticamente de su propiedad, pero tenía que demostrárselo, reclamarlo como suyo. Bajó poco a poco la única prenda que hasta ahora poseía. Tomó su mano y la colocó sobre su entrepierna, haciendo que el otro nuevamente acelerara su respiración.

 

Se aproximó a su vientre, donde anteriormente su esencia había sido esparcida. Su lengua jugueteó sobre su ardiente piel, lamiendo cada gota de aquel dulce néctar,  subiendo y llegando hasta los rosados y hasta ahora desatendidos pezones. Rodeó uno saboreándolo, succionándolo, dando pequeños y tiernos mordiscos que provocaron un gran rubor en el rostro del príncipe. Jamás creyó que fuese tan sensible en aquellas áreas, al parecer no conocía del todo su cuerpo, pero de eso se encargaría su amante.

 

Cada roce provocaba que el príncipe generara un nuevo y sensual sonido. Para el vampiro era como hacer música, una excelsa melodía en la que únicamente ellos dos podían participar. Levantó la mirada y se acercó a sus labios, gozando de aquel sabor a miel que en ninguna otra boca pudiese hallar. El sabor a maple era delirante, una droga que hacía que alucinara y quisiese devorarlo, pero tenía toda la noche para ello, para poder alargarlo lo más que pudiese. Sus labios no se conformaron, inspeccionó desde los hombros hasta volver al vientre, para pasar a esa área, la que estaba guardando para aturdirlo de abrazadora pasión.

 

Volvió a tomar aquel largo caramelo entre sus dedos y lamió la punta. En seguida escuchó al príncipe, deseaba verlo rendido ante el rey, que suplicara y pidiera clemencia para poder saciar sus más bajos instintos. Lo logró al observar aquella mirada que le pedía continuar y así lo hizo. Mordió la punta e introdujo por completo aquel miembro rosáceo, palpitante y ardiente. Subió y bajó, lamiendo cada parte de este, desde la base hasta la cabeza, succionándolo y masajeando a su vez los costados de sus muslos. Poco tiempo pasó para que terminase en su boca, esta vez fue aún más deliciosa para sus papilas. Azúcar puro, crema batida tan caliente y adictiva como la miel de sus labios, el príncipe era completamente una exquisitez de la nunca se hartaría.

 

Separó sus piernas y lamió de nuevo la base, pero bajando aún más y más, parando en aquel botón que lamió con más fervor. En aquel punto ya no quiso detenerse, sin previo aviso introdujo su lengua, casi podía saborear su pureza. Su lengua entraba y salía penetrándolo. Mientras tanto él mismo se causaba placer, masturbando su gran miembro que amenazaba con explotar, así que paró de su acción y se hincó frente al príncipe, el cual ya sabía lo que le esperaba. Sin mayor resistencia abrazó el cuello del vampiro aproximándolo aún más y besándolo con desenfrenada lujuria. El príncipe sintió como su entrada fue acariciada por el miembro del vampiro, abriendo aún más su boca y dejando que sus lenguas danzaran ante el soneto que ambos con su amor creaban. Fue entrando y con cada centímetro dentro de él, surgían nuevos gemidos, pero que ahora eran de dolor. Un dolor que pronto pasaría a ser un completo placer.

 

Fueron tortuosos los instantes, pero con cada estocada el dolor se esfumaba, dejando un inmenso gozo que los cubría a ambos. Sus piernas abrazaban al otro haciendo que cada vaivén fuera aún más profundo. La habitación se inundó de gemidos por parte de los dos. La pasión siguió por un tiempo indefinido a ojos de ambos, sólo su lujuria fue interrumpida al sentir como el príncipe se contraía más aun, sabía que llegaría al orgasmo y el otro también, apresuro el paso sujetando las caderas del menor, moviéndose brutalmente en busca de liberarse, fue un arrasador calor que consumía la lógica, gimiendo una y otra vez hasta que sintió una cálida humedad entre sus vientres. El príncipe se había arqueado intensamente hacia atrás, sus ojos se cerraron fuerte, temblando como un niño muerto de frio. El espectáculo hizo que el vampiro llegara también,  al final acabaron tendidos en la cama, desaliñados, sudorosos y con el aliento perdido.

 

Sus cuerpos habían logrado ser uno sólo y aún no querían separarse. Uno al lado del otro descansaron de tan excitante acción hasta quedar profundamente dormidos. No era la primera vez que compartían aquella cama, pero sí la primera en la que dejaban de ser un “tú y yo” para pasar a ser un “nosotros”. Era una noche que ninguno podría olvidar, una sensación de entera satisfacción que jamás será borrada, no por las marcas que cada uno dejó en el otro, sino por aquella unión que experimentaron y que no podrán deshacer. 

Notas finales:

Les dejo unas imágenes:

 

http://weheartit.com/entry/26129930?group=A&imgres=marshall+lee+prince+gumball+yaoi

 

http://media.tumblr.com/tumblr_mbatrfWdRW1r5k520.jpg

 

http://images5.fanpop.com/image/photos/31700000/Marshall-Lee-and-Gumball-marshall-lee-and-prince-gumball-31776854-600-400.png

 

http://images5.fanpop.com/image/photos/31700000/Marshall-Lee-and-Gumball-marshall-lee-and-prince-gumball-31776759-992-911.png


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).