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What was Missing por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Lamento el graaaaaaaaan retraso, pero he estado muy ocupada ultimamente :c


Sin más demoras, el décimo noveno capítulo, espero les agrade:

Alrededor únicamente podía observar extrañas criaturas, volcanes inmensos y pirámides. Era una combinación de rojo y negro, como si tan sólo pisar aquellas tierras, tus sueños y esperanzas fuesen absorbidas por la misma.

 

Marshall lo observaba con extrañeza y una ceja levantada.-¿Qué te parece?- Esperó la respuesta del príncipe flama, el cual continuaba boquiabierto.

 

-Es… ¡es hermoso!

 

Marshall rió al escucharlo y lo llevo por un pequeño tour hasta el centro de la Nocheósfera, donde vivía su madre: la señora del Mal, Hana Abadeer .

 

Lo que más le encantaba al príncipe de aquel tétrico lugar eran los ríos de lava corriendo, y por ende,  también el fuego. Dentro de su reino sólo existían personas flama, las cuales tienen casi la misma forma, lo que lo aburría mucho, pero en aquella dimensión todo era distinto, tan variado y malvado.

 

Al llegar al castillo, la mamá de Marshall se encontraba comiendo un sándwich y vistiendo su pijama. En cuanto divisó a su único hijo, lo recibió con un abrazo que casi lo asfixia y observó al príncipe flama junto a él.

 

-¡Mamá! ¿Por qué siempre te paseas así por la casa?- Marshall estaba completamente avergonzado por las prendas de la mujer.

 

-Cómo si tú no hicieras lo mismo en ropa interior.- El vampiro tomó un color aún más rojo en el rostro de lo que ya estaba.- Marcy, ¿no vas a presentarme a tu guapo amigo?

 

-¡Mamá! ¡No me llames así! Marcy es diminutivo de Marceline, y por si no lo has notado, ¡no soy una mujer!

 

-Ojalá hubieras sido una linda niña.- Apretó y jaló las mejillas de su hijo. Marshall apartó las manos de su madre y el príncipe flama reía por lo bajo.- ¿Y qué están haciendo en la Nocheósfera?

 

Marshall acomodaba su aspecto, por los abrazos, su ropa estaba mal puesta y su cabello más despeinado y alborotado de lo normal.- No tienes por qué preguntar, es mi casa también.

 

-¿Entonces porque nunca me visitas?

 

-Porque me corriste de aquí.

 

-Yo nunca hice eso, sólo te pedí que te encargaras del negocio familiar y te marchaste.

 

-¡Eso lo hiciste para que me fuera! Pero ese no es el punto, quiero que me prestes tu Amuleto de Energía Apocalíptica.

 

-No.

 

-No lo voy a romper.

 

-Te lo ofrecí hace unas décadas y rechazaste mi oferta.

 

-Porque no quiero hacerme cargo de la Nocheósfera.

 

-Terminarás aceptándolo, mientras tanto no voy a dártelo, puede que lo arruines igual que al hacha de la familia.- Miró el bajo que su hijo portaba detrás de su espalda.

 

-No lo arruiné, lo mejoré y le di algo de estilo.

 

-La respuesta sigue siendo no.- Giró para tomar del refrigerador un cartón de leche de insecto y lo vertió en un vaso de cristal.

 

Marshall al sentirse ignorado, se enfadó e intentó provocar a su madre para que le diera el amuleto que se hallaba sobre su cuello.- Bien… entonces note presentaré a quién me acompañará el resto de mi eternidad.

 

Hana paró de beber su leche de insecto y se volvió para observar a Marshall, el cual se encontraba afilando sus uñas con un cráneo que había sobre el suelo. El príncipe Flama sólo se limitó a observar la escena, lo peor de ser invitado a casa de un amigo era presenciar una pelea familiar y no poder hacer o decir algo, a lo cual, desde esa misma noche ya se había acostumbrado a ser prácticamente invisible a los demás.

 

-Quieres decir… que… ¿ya tengo una nuera?- La señora del mal se acercó a Marshall y en sus ojos se podían observar una enorme emoción.- ¡Dime cómo es! ¿Cómo se llama? ¿Es Fiona?

 

-¿Qué? ¡Estás loca mamá!

 

-De echo… Fiona es mi novia…- El príncipe flama interrumpió y la poderosa demonia dirigió su vista a él.

 

-¿Tuya?- Regresó a Marshall.- Desde que ella se atrevió a enfrentarme en dos ocasiones, tomé la decisión de que únicamente ella podría ser tu esposa.

 

-Ella es mi mejor amiga y no la quiero como esposa.

 

-Claro, te asustan las mujeres con poder. Cómo ella sí se arriesgó a levantarme la voz, no como tú.

 

-¡Argh! ¡Por eso nunca vengo a visitarte! ¡Te odio!

 

-Nunca serás el hijo que siempre desee.

 

-¡Y no quiero serlo maldita!

 

-¿Ahora sí osas hablarme de esa manera? ¿Por qué no lo hiciste antes? Eres un inútil como tu padre.

 

-¡No te atrevas a hablar de él!

 

-Son idénticos, unos completos buenos para nada.

 

-¡Cállate! ¡Ahora no me arrepiento de ser novio del príncipe del dulce reino!- La madre de Marshall se enfadó en sobremanera al escuchar lo último. De su boca se lograba ver el monstruo en el que siempre se convertía cuando roba almas, Marshall no lo sabía, pero ella podía convertirse en aquel monstruo sin necesidad de alimentarse de la esencia de algún ser vivo.- Mierda.- En poco tiempo, tanto el vampiro como el príncipe se encontraban huyendo de la feroz bestia que ahora era Hana.

 

-Tu madre es adorable.- Mencionó el príncipe flama mientras huían. Con tanto tumulto de demonios a la entrada del castillo esperando ver a la señora del Mal, ambos lograron escabullirse por un momento sin ser vistos. Agitados, se escondieron por una grieta de una de las ruinas cercanas.- ¿En verdad estás con Gumball?- El príncipe comenzaba a reír, procesando la información que acababa de oír. Mientras, Marshall lo observaba con el ceño fruncido.- ¿Con Gumball? ¿Con el afeminado de Gumball?- Continuaba riendo.

 

-Cállate fosforito.

 

-¿Con “mejillas rosadas Gumball”? ¿Con el más nerd de todos los reinos?- El príncipe se dejó caer y no paraba de jactarse.

 

-¡Suficiente!- Marshall se lanzó contra el príncipe flama, ignorando las quemaduras e intentando golpearlo mientras el otro se defendía.

 

-¡Aléjate!

 

-Hissssssssssssssssssssssss.- Marshall traba de morderlo.- ¡Retráctate!

 

-¡Deja de golpearme estúpido!

 

Escucharon un fuerte estruendo y pararon de pelear. El vampiro cubrió la boca del príncipe para poner atención al ruido. Sobre ellos la señora del Mal los miraba con completa rabia.- Doble mierda.- Con su puño intentó aplastar a ambos, pero el príncipe dirigió sus llamas a la mano de la demonia, evitando ser convertidos en puré.

 

Corrieron de nuevo hasta llegar a un callejón de lava sin salida, o al menos sin salida para Marshall. El príncipe se unió a la lava y comenzó a atacar a la madre del vampiro con bolas de fuego. El vampiro pensó en alguna solución, su mamá nunca había sido mujer de palabras, y a decir verdad él tampoco, pero debía negociar con ella o no podrían derrotar a tiempo al monstruo zombie de azúcar o salvar a Fiona, Cake y Gumball.

 

Sólo logró pensar en una idea, no la mejor, pero en tan poco tiempo como ese, no tenía de más.- ¡Mamá ya basta! ¡Si quieres que me case con Fiona lo haré y dejaré a Bubba!- El príncipe y la demonia pararon los ataques y sólo pudieron pronunciar un unísono y atónito “¿Qué?”.- Pero tienes que darme tu amuleto y decirme como derrotar a un zombie gigante hecho de azúcar y huesos.

 

Hana Abadeer lo meditó y el príncipe volvió a su tamaño habitual, dándole un puñetazo en el rostro. Marshall lo miró con enojo, pero sólo susurró lo más bajo que pudo “sígueme la corriente”.

 

-De acuerdo, trato hecho.- La demonia volvió también a su tamaño y forma habitual. Se quitó el amuleto y lo extendió frente a su hijo.- Si lo rompes, no dudaré en romperte el cuello igual.- Marshall lo guardó en uno de sus bolsillos.- Quiero a mi heredera junto a ti o voy a castigarte severamente y no tendré tanta misericordia contigo como hasta ahora. Tienes 48 horas.

 

-Dime primero como derrotar al zombie.

 

-Colócatelo al cuello y te convertirás en el mismo monstruo que yo. Después de eso, dale una fuerte patada en la ingle.

 

-¿Eso es todo? ¿Sin trampas?

 

-No si cumples con tu parte.

 

Marshall asintió aunque en el fondo sabía que todo lo del trato era una completa mentira, pero después se las arreglaría con su madre. Volvieron los tres al castillo y tomando algo de leche de insecto, el vampiro volvió a realizar el ritual, ahora para lograr salir de la Nocheósfera y regresar a su dimensión.

 

Ya estando del otro lado, el dulce reino estaba en su casi completa destrucción.

Notas finales:

La biografía (en inglés) de la madre de Marshall (no me inventé el nombre):


http://genderswappedadventuretime.wikia.com/wiki/Hana_Abadeer


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