Ambos corrieron alejándose de la habitación de los príncipes desayuno.- ¿Y bien?- Cake se hallaba muy impaciente y miraba al vampiro.
-Necesitamos a Mentita.
-¿Mentita?
-Dije que tenía un plan, confía en mí.
-Creo que sé dónde la encerraron.
Después de la pelea con el zombie, Mentita había sido liberada de su interior y cayó sobre el río ardiente de café. Uno de los guardias de castillo logró capturarla antes de que recuperara la conciencia y encerrarla en una celda que no había sido destruida.
Cake guió al azabache a donde creyó haber escuchado algo de ruido. Atravesaron corredizos y áreas despedazadas, hasta una cámara con una decena de celdas aseguradas. Mentita miraba la pared, cansada de intentar escapar.
-Sí que quieres huir.- Marshall observó los muros con marcas de arañazos y el forcejeo en los barrotes de la celda. Mentita no se movía y la minina se acercó a la cerradura de la puerta. Con una de sus garras la abrió rápidamente y entró para amenazar a la ex mucama del dulce príncipe. Cake tomó por el cuello a Mentita y la levantó.- Bien caramelito, si quieres ser libre puedo ofrecerte un gran trato.
-¿Y si me opongo?
-Entonces me será grato averiguar lo que tienes dentro.- Cake raspó parte del rostro de Mentita.
-¡Basta! ¡No hagas eso!
Marshall entró junto con la felina y se acercó para succionar el color rojo de una de las franjas de la pequeña mucama.- Mmm podríamos hacer esto todo el día.
-¡Deténganse! ¡Haré lo que quieran!
-Perfecto.
Mientras tanto, Fiona y los cuatro príncipes pensaban qué hacer con el enredo que tenían entre manos.
-Gumball se te tiene que ocurrir algo.- Fiona rogaba que el dulce príncipe pensara en alguna idea.
-Siento mucho estrés y estoy demasiado enfadado como para planear algo.
La rubia suspiró y se entristecía cada vez más.- Sé que eres bueno trabajando bajo presión.
-Esto me supera en muchos sentidos Fio.
El príncipe flama estaba sentado en un rincón para no incendiar algún objeto de la habitación de los príncipes.- Simone… Simone…- Susurraba.
La ojiazul lo miraba confundida.- ¿Qué dices?
-Sólo no puedo creer que la reina helada haya sido una humana.
-Fue hechizada por la tiara que lleva en la cabeza, la vuelve loca y le da esos poderes de hielo.- Explicó Fiona y Gumball continuó.
-Marshall…- El pelirosa hizo una pequeña pausa al mencionar al vampiro, aún le dolía recordarlo.- me contó que eso le ocurrió antes de la guerra, ella se llamaba Betty.
-¿Y por qué la llamó Simone?
Fiona habló antes que el príncipe.- Simon era el nombre de su prometido antes de volverse loca, siempre decía que él era su príncipe y quedó con el trauma de no poder estar juntos, por eso ahora secuestra príncipes, para llenar el vacío que siente. Betty no lo recuerda y ella cambió inconscientemente su propio nombre en honor a su amado, por eso Marshall la llama Simone.
-¿Simon está muerto?
-No, ahora él es el doctor príncipe, pero ninguno de los dos se recuerdan.
-¿Él es Simon?- Ahora el sorprendido era Gumball.
-Pensé que lo sabías.
-Marshall sólo me habló de la reina helada.
-Oh… pero eso no tiene mucha importancia.
-Claro que sí.- Todos miraban al dulce príncipe con intriga.
-Creo que sólo entendimos una parte.- El príncipe desayuno se encontraba en otro extremo con su pequeño hermano.
-Tengo una idea, pero necesito la ayuda de todos.