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What was Missing por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Lamento haberme tardado tanto T-T pero he estado enferma y me siento muy mal. Aún así les traigo nuevo capítulo y como ya se acerca Halloween, me voy a dedicar a escribir un fic de esa temática.

 

Disfruten el capítulo :3

El vampiro y la minina miraban atentamente el cuerpo inamovible de la señora del mal, mientras que la fiel copia física del azabache, que era habitada por la mucama del dulce príncipe, se regodeaba en su victoria.

 

Cake haló al vampiro y susurró. -Mentita la mató.- Se podía oír su entrecortada respiración provocada por su impresión al mirar a Hanna nuevamente en su forma "normal" demoniaca.

 

-Ella está bien.- Dijo Marshall bastante tranquilo.

 

-¿Cómo puedes decir eso? No se mueve.- Sus garras se aferraban fuertemente de la túnica que el vampiro llevaba encima.

 

-Ha soportado más que eso, sólo está inconsciente.

 

Escucharon firmes y rítmicos pasos que resonaban al unísono. Algunos guardias se habían aproximado al cuerpo de Hanna Abadeer para auxuliarla, no sin antes ofrecer una reverencia al falso vampiro que ahora también se hallaba en su forma normal.

 

Mientras tanto, cerca del reino desayuno; Gumball, Fionna y el príncipe flama se encaminaban en busca del doctor príncipe.

 

-Esto sería más fácil si Cake no se hubiese ido con Marshall.- Se quejaba la rubia sin parar.

 

-No fue idea mía que tu hermana quisiera irse.-Replicó Gumball.

 

-Pero sí fue tu idea que vayamos a buscar a un doctor del que no tenemos certeza si se encuentra o no en ese reino.- Señaló el príncipe flama un reino de color verde, cubierto por hojas y diversos tipos de frutos.

 

-El príncipe mora tiene una severa alergia y Simon siempre se encuentra aquí para atenderlo.- Respondió Gumball con autoridad.

 

-Pienso que sabes demasiado de los otros príncipes, Gumball.- Observó Fiona.

 

-Es mi deber conocer lo que ocurre dentro y fuera de mi reino.

 

-Me pregunto qué tanto sabes del reino de fuego.- Sentencio el príncipe flama, haciendo dudar aún más a la ojiazul.

 

-¿Me están culpando de algo?- Paró en seco su andar el pelirosa al llegar casi al reino del príncipe mora.

 

-Sólo digo que tienes demasiado estudiados los otros reinos.

 

Gumball frunció el ceño.- Porque yo sí tomo en serio mi papel como monarca.

 

Se aproximaron mutuamente y Fiona intentó separarlos antes de que comenzaran una pelea.

 

-¿Quién fue el que alejó al reino del fuego de la superficie?- Escupió cada palabra con rabia el príncipe flama.

 

Fiona intentó defender a Gumball y se dirigió al otro príncipe.-Lo hizo por una buena razón.

 

-No hables por él, ya sé que antes lo amabas.

 

La rubia se sonrojó aunque en el fondo se sentía dolida.

 

-No tienes por qué hablarle así.

 

-Ya dejemos de pelear, tenemos otros asuntos.- Contestó más seria Fiona, realmente ya estaba cansada de tantas disputas entre todos.

 

Llegaron a la entrada del castillo y algunos guardias moras los guiaron hacia la habitación principal donde descansaba su gobernante.

 

Sobre una gran cama acolchada, descasaba con los ojos entrecerrados un pequeño príncipe y un doctor con bata blanca revisaba algunos de sus signos vitales.

 

-Su majestad, han venido a buscarlo el dulce príncipe, el príncipe flama y su heroína de siempre.- Ante lo último el príncipe flama volvió a enfadarse.

 

-Mmmm…- Susurró casi en un suspiro el príncipe mora.

 

-Se encontrará adormecido durante un par de horas, le apliqué un anestésico para…- Antes de que terminara su frase, Gumball lo interrumpió.

 

-Disculpe tenemos una emergencia y veo que ya terminó con él.- Miró al pequeño príncipe que ya se estaba quedando dormido.

 

-¿Hay alguien herido?- Simon tomó su maletín; y guardó un termómetro, un estetoscopio y unas jeringas que recién había utilizado.

 

-No, pero pronto sino nos apresuramos.- Contestó Fiona y el dulce príncipe sintió un nudo en la garganta al saber que la rubia le estaba recordando su trato con la muerte.

 

Salieron en seguida del castillo y se encaminaron nuevamente, ahora hacia el reino helado.

 

Simon y los demás no entiendían exactamente lo que ocurría.

 

La nieve blanca que marcaba donde comenzaba el territorio de la malvada reina brillaba sin cesar bajo el sol. Gumball no sabía si su plan funcionaría, pero era lo único que se le ocurría, no había escapatoria.

 

En el instante en que pisaron aquella nieve pura, Gunther dentro del castillo se alteró moviendo un poco sus alas. La reina helada, quien se encontraba arreglando su peinado frente a un enorme cristal de hielo que reflejaba su rostro, se enfureció al darse cuenta de los intrusos que se avecinaban.

 

La pálida mujer decidió esperar a que sus visitantes se aproximaran, después de todo, el castillo estaba repleto de trampas y guerreros de hielo.

 

Al poco tiempo, varios de los guerreros y unos cuantos Gunthers llevaban consigo al pequeño grupo, esposados por cadenas de hielo. Cuando comenzaron a entrar, Fiona suspiró pesadamente, Gumball le había pedido que no luchara para que el plan funcionase como él planeaba.

 

El príncipe flama fue el único que no fue encadenado, en su lugar, lo habían encerrado en una gruesa caja de hielo, que no podía derretir, pero que tampoco lo estaba dañando.

 

La aguda mirada de la reina se llenó de gozo al observar al objeto de sus más retorcidos deseos nuevamente frente a ella, y para hacerlo mucho mejor, sin la compañía del vampiro.

 

-Vaya, vaya.- Se acercó al dulce príncipe y lo miró fijamente con una pícara sonrisa.

Notas finales:

Mi firma como siempre y ahora también les dejo mi twitter:

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https://twitter.com/areliierOo


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