-¿Qué hacemos ahora?- Preguntaba la minina al azabache al observar cómo se llevaban a Hanna.
-Creo que hemos terminado.
-¿Dejaras a mentita aquí?
-No tengo opción Cake.- El vampiro se colocó de nuevo la túnica para cubrir su rostro.
-¿Por qué no quieres reinar la Nocheósfera?- Cuestionó Cake para así descubrir toda la verdad acerca de los pensamientos del azabache.
Marshall suspiró, realmente no quería tocar el tema, pero la minina se había ganado su confianza.- Esta dimensión es bastante aburrida.
-¿Y?- Cake deseaba que continuara.
-No quiero complacer a mi madre, me gusta más llevarle la contraria.
-¿Y?- La felina se desesperaba.
-Torturar demonios es cansado, además no podría tocar mi bajo aquí.
-¿Y?
-¿A qué te refieres con “¿Y?”?- Frunció el ceño.
-Admite que extrañas a Gumball.
Marshall bufó.- Para nada.
Cake lo miró con desaprobación y Mentita se acercó a ellos con una mueca desagradable mostrando sus colmillos y su lengua tipo serpiente.- ¿Qué hacen?- Le dio un gran susto a la minina y Marshall únicamente cruzó sus brazos esperando a que terminara.
-¡No vuelvas a hacer eso!- Cake se alteró y amenazó con atacarlo con sus garras.
-¿Qué quieres?- Marshall se enfadaba cada vez más.
-A parte de que se larguen de mi reino…- Mentita hablaba con naturalidad en la voz de Marshall.
-Deberías dar las gracias caramelo inservible.- Insultó Cake a Mentita.
-Está en su derecho Cake.- El vampiro no quería continuar con la discusión.
-También quiero que se lleven a su amiga rubia.
-¿Rubia?- Preguntó Marshall.
-¿Fiona?- Cake inmediatamente pensó en su querida hermana. Un par de guardias demonios llevaron consigo a la ojiazul, atada con unas esposas metálicas. La minina inmediatamente fue en su ayuda y los guardias la soltaron.- ¿Qué haces aquí?
-¡Debemos irnos ahora!- Fiona estaba muy alterada y agitó a su hermana.
-¡Cálmate!- Cake le dio una bofetada y en seguida se disculpó por lo fuerte que había sido.
Ante tal alboroto Marshall habló con autoridad.- ¡Tranquilícense ambas!- Las dos giraron su rostro para observar al vampiro.- ¿Fiona, qué haces aquí?
-Yo… -La heroína intentaba recordarlo todo y a la vez escoger las palabras adecuadas para sintetizar lo ocurrido.- fui con el dulce príncipe y el príncipe flama a buscar a Simon.- Marshall ahora prestó más atención.- Lo hallamos y fuimos al reino helado, pero la reina nos atrapó y nos encerró por separado. Colocó a Gumball y a Simon en una prisión y al príncipe flama y a mí en otra.- Fiona respiraba más agitada con el recuerdo del príncipe flama dentro de aquel bloque de hielo.- Logré escapar pero…
-¿Pero qué?
-¡Déjame terminar Cake!- La rubia se dirigió al vampiro.- Le hizo algo a Gumball.- Marshall intentó permanecer tranquilo.- Los vi besarse y… sé que la reina helada le realizó algún tipo de hechizo, porque Gumball lo hizo voluntariamente.
Marshall suspiró para relajarse.- Vámonos.
Cake sabía que el vampiro no se encontraba bien, aunque quisiera ocultar sus sentimientos.
Fiona miró por un instante al segundo vampiro.- ¿Alguien puede explicarme por qué hay dos Marshall Lee?
La minina le cubrió la boca para que los guardias no la escucharan y le susurró.- Es mentita y va a quedarse en la Nocheósfera para arreglar lo que Marshall hizo.
La rubia quería gritar de emoción.- ¿Eso significa que ya no voy a tener que casarme con él?
La minina asintió y meditó por un segundo.- No lo habías pensado como una opción ¿o sí?
La ojiazul se ruborizó levemente.- Claro que no Cake, no digas tonterías.
Marshall sonó muy molesto y les gritó a ambas chicas.- ¿Quieren moverse? Debemos salvarle el trasero a Simon y al fósforo.
-También a Gumball.- Corrigió Cake.
-Sí… también al imbécil de Bubba.- Habló muy bajo el vampiro y se acercó a mentita.- No volveré a esta dimensión a menos que no cumplas tu trabajo o lastimes a mi madre.- Tomó por el cuello a su doble y los guardias se acercaron a ambos, dispuestos a atacar al “agresor”.
-Lo sé, tú tranquilo, no quiero volver a verte por aquí y estoy muy cómodo con el trato real como para echarlo a perder.- Mentita sonrió y Marshall lo soltó, haciendo que los guardias también lo dejaran en paz.
-Te vigilaré de cerca.- Amenazó nuevamente el azabache y otros guardias estaban preparando el portal para que regresaran a su dimensión.