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What was Missing por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Dos capítulos en un día porque ya no me pude detener *-* hace mucho que no escribía y ya lo extrañaba<3

Gumball cayó al suelo sollozando, Marshall se había ido y tal vez para siempre. No había logrado de él un último beso, una despedida, algo que hubiese mitigado el dolor que ahora carcomía su corazón. Fiona y Cake aparecieron cargando al príncipe flama que necesitaba urgentemente ayuda médica.

 

Fiona lo colocó en el suelo y lo apoyó en sus piernas, mientras su hermana fue rápidamente a liberar al doctor príncipe. Corrieron al lugar donde se encontraba el cuerpo ahora tibio del príncipe flama.

 

El doctor príncipe tomó sus signos vitales.-Debemos sacarlo de aquí.-Su respiración disminuía más y más.

 

Parecía como si Gumball ya no estuviese en la habitación, únicamente sollozaba en la misma posición. La reina helada no podía creer lo ocurrido, lo que más lamentaba era la pérdida de su tiara y su ojo demoniaco. Gritó con furia y haló a Gumball, levantándolo en el aire. La reina gruñía desesperada. El dulce príncipe se veía como un muñeco de trapo, sin fuerzas, sin vida, ya que Marshall era su único motivo de existir. Ya no le importaban sus súbditos en el dulce reino, sus amigas, sus aliados en los otros reinos, nada importaba ahora.

 

A pesar de la pelea que había tenido con el vampiro, él lo amaba y ese sentimiento era mucho más fuerte que una simple discusión.

 

La reina gritaba y sacudía a Gumball. Cake no toleró la acción y con sus garras se lanzó directo a su pálido rostro. El pelirosa continuaba en su transe, sin ánimo respiró profundamente, puesto que creía haber olvidado hacerlo desde que Marshall partió.

 

¿Lo hizo por la reina helada o por él?

 

Quería pensar que lo hacía por él, por no verlo morir, pero defendía tanto a la reina que dudaba si quiera que alguna vez el vampiro lo hubiese amado.

 

Tantas confusiones en su mente que nunca tendrán respuesta ahora que él se había ido.

 

¿Cómo iba a continuar?

 

Fiona lloraba y acariciaba el rostro del príncipe flama, eso hizo que Gumball volviera a moverse, a reaccionar. Tal vez él ya había perdido a su amado, pero no por eso Fiona debía sufrir lo mismo. Antes de partir, Cake encerró a la reina helada en la celda donde antes estuvieron Gumball y el doctor príncipe. Salieron y algunos guerreros de nieve continuaban rodeando el castillo.

 

El pelirosa tomó la espada de Fiona y despejó el camino hasta el fresco y verde césped que delimitaba la frontera con el bosque. Con cada mortífero golpe se desquitaba, liberaba toda la furia y frustración que ahora sentía.

 

Sin perder más tiempo, Cake lo transportó hacia los volcanes, donde el doctor príncipe comenzaría el tratamiento.

 

El calor aumentaba con forme se acercaban a los volcanes, Gumball corría el peligro de derretirse si avanzaba, pero no le importaba, caminaba de manera automática, como los zombies de azúcar que habían derrotado hace poco más de un día.

 

Recordó lo feliz que era hace poco, recordó el día que pasó en casa de Marshall, recostados en su sofá pasándola bien, sin más preocupaciones que lo que otros pudiesen pensar de su relación. Ahora todo eso ya no tenía sentido. Lo que daría por estar con él un segundo más, para perdonarlo y volver a sentir su piel rozando la suya.

 

A la orilla del volcán Fiona recargó al príncipe flama, debían cubrirlo con lava y esperar a que despertara. La rubia era la única capaz de hacerlo, ya que el hechizo de Flambo la protejía del inmenso calor. Con algo de temor Cake la envolvió con sus patas y bajó a la ojiazul dentro del volcán activo. Fiona debía meter sus manos en la lava y subir para aplicársela al príncipe, mientras el doctor príncipe buscaba alguna señal de mejora.

 

Gumball se sentó sobre una roca, meditando sobre los hechos. Sabía que la muerte no era fácil de engañar, sabría que Marshall le mintió y podría terminar con su existencia. Volvería por él y la reina helada verdadera. Comenzó a preocuparse y sentir ansiedad. Si ocurrían las 48 horas y él no moría, significaba que Marshall ya estaría atrapado por siempre en el reino de los muertos. Pero si ocurrían las 48 horas y la muerte aparecía, no sólo sería su fin, tal vez de toda Aaa.

 

El futuro era incierto. No tenía ningún plan de acción. Por primera vez se sentía perdido, si tal sólo mentita no se hubiese revelado contra su autoridad…

 

-¡Mentita!

 

Se incorporó con rapidez y fue directo con Fiona, quien untaba la lava sobre el cuerpo semidesnudo del príncipe flama.

 

-¿De qué hablas viejo?- Fiona no quitaba la vista del abdomen de su príncipe, pero sí prestaba atención a Gumball.

 

-¿Dónde está Mentita?

 

Cake regresó sus largos brazos hasta su cuerpo y miro al dulce príncipe.-Está en la Nocheósfera con el cuerpo de Marshall, lo usamos para distraer a la señora del mal.

 

-Perfecto.- Gumball tomó una piedra afilada y comenzó a tallar algunos dibujos en el suelo volcánico.

 

El cuerpo del príncipe flama comenzó a tener color y en pocos minutos despertó algo débil.- Fiona…- Susurraba y la ojiazul e lanzó para abrazarlo.

 

-Pensé que te perdería.- La rubia lloraba de felicidad mientras la minina miraba a Gumball.

 

Gumball terminó de dibujar.  -Creo que ya sé que hacer.


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