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What was Missing por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Como les prometí aquí está el capítulo de la semana. Espero que lo disfruten.

El dibujo en el suelo eran los planos del dulce reino. Cake se acercó a echar un vistazo mientras la rubia atendía al príncipe flama.


-Necesita descansar.- Susurró el doctor príncipe a Fiona, la cual tenía los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Ella asintió y no soltó por ningún momento a su amado.


Gumball le explicaba el plan a Cake.- Necesito de tu ayuda, entre las ruinas de mi reino hay una compuerta en esta área.- Con la piedra que talló los trazos señaló una sección del dibujo.- Si no me equivoco, la destrucción debió abrir los ríos radioactivos, así que debemos tener mucho cuidado.


-¿Radioactivo? ¿A quién se le ocurre formar todo un reino sobre desechos químicos?- Cake lo cuestionó, mientras Gumball la fulminaba con la mirada.


-Como decía… debemos tener cuidado, porque una sola gota genera mutaciones impredecibles. Fiona y el doctor deben llevar al príncipe flama al reino desayuno para que reciba atención.


La ojiazul lo interrumpió.- En cuanto me asegure de que ambos lleguen a salvo, iré con ustedes a ayudarlos.


-¿Qué hay debajo de la compuerta?- Preguntó la minina.


-El Enchiridion.


Ambas escucharon con curiosidad.


-¿Qué es eso?- Fiona miró al dulce príncipe.


-Un libro poderoso que puede controlar el tiempo-espacio y también es lo único que puede liberar a Marshall.- Su voz se entrecortó al recordar al vampiro y se formó un nudo en su garganta. Inmediatamente se incorporaron y dieron marcha al plan de Gumball.


Fiona llevó en brazos al príncipe flama, el doctor príncipe los seguía de cerca y se encaminaron al reino desayuno, donde los príncipes desayuno los recibieron.  


Gumball y Cake se encaminaron con gran rapidez a las ruinas del dulce reino. El paisaje se hallaba devastado, los muros rosados se encontraban en completa destrucción, al igual que las pequeñas casas y el castillo. El suelo era inestable, Cake tenía que pisar con cuidado, ya que de entre las grietas surgía una sustancia verde bastante tóxica. La compuerta era una pequeña entrada dentro del laboratorio de Gumball en el sótano, el cual estaba dentro del castillo en la parte más alejada de todo el reino.


La minina tuvo que cargar al dulce príncipe, un par de pies harían menos destrozos que dos. Cake contorsionaba y estiraba su cuerpo flexible entre las ruinas, sus patas eran ligeras, pero de vez en cuando pisaba donde no debía y en varias ocasiones casi caían dentro de los químicos.


-Falta poco.- Gumball animaba a la felina.


Entraron a lo que quedaba del castillo y buscaron donde se suponía estaba la entrada del sótano.


-¡Creo que puedo ver algo!.- Gritó Cake desde un extremo de lo que antes era una habitación o un pasillo.


Había unos escalones que llevaban a una puertecilla, era la entrada del laboratorio.


Dentro, Cake quitaba los residuos más grandes y pesados, mientras Gumball retiraba los cristales rotos y advertía a la minina sobre  las sustancias que chorreaban de sus experimentos.


Gumball logró hallar la compuerta donde había escondido el libro. Su rostro se iluminó y pensó que con él Marshall se podría salvar.


-¿No debemos esperar a Fiona?- Cake extrañaba a su hermana.


-¿Me buscabas?- Fiona apareció de entre unos escombros.


-¡Hermanita!- Cake se lanzó a abrazarla.- ¿Cómo nos encontraste?


-Puedo escuchar tus gritos desde un kilómetro.


-¿No tocaste ningún fluido verde, verdad?- Gumball examinó a la rubia.


-Para nada, aunque fue muy difícil llegar hasta aquí.- Gumball suspiró de alivio y en seguida abrió el libro.- Espera…- Analizó Fiona.- ¿vamos a ir a la Nocheósfera?


Gumball asintió.- No necesitaremos del ritual, tenemos esto.- Señaló la portada del libro y en un instante se encontraron en la Nocheosfera.


-¡Wow! ¡Debimos usar esto antes!- Mencionó Fiona con gran alegría.


Los volcanes que adornaban la Nocheósfera tenían un matiz más siniestro, lamentos de demonios resonaban más que nunca.- Debe ser Mentita.- Comentó Cake y en seguida unos guardias se acercaron a ellos.


-¡Suéltenos!- Forcejeaba Fiona, intentando liberarse y darles una paliza.


-Está bien.- Gumball trató de calmarla y después se dirigió a los demonios.- Solicito tener una conversación de negocios con Ment…


Cake lo interrumpió con un tono de alarma en su voz, había olvidado mencionarle que Mentita tenía ahora la apariencia del vampiro.- ¡Marshall Lee! ¡Queremos hablar con él!


Los demonios dudaron, pero los dirigieron al castillo de Hanna Abadeer.


Al llegar, “Marshall” se hallaba sobre un gran trono de color negro, atendido por decenas de sirvientes agonizando.- Cuanto tiempo sin verlos.- Su tono sarcástico era casi un canturreo.- ¿Cuánto ha pasado? ¿tres… cuatro horas?


-Seis.- Mencionó Gumball con un gran tono de furia en su voz.


-Seis…- Mentita fingió realizar algún tipo de cálculo.- ¿Cuánto te queda de vida?- Los guardias tomaron a Gumball con más fuerza por los brazos, hombros y muñecas, creyeron por un momento que se lanzaría contra su rey.- Calma, sólo quiero estar bien informado.- Levantó su pierna y la acomodó sobre la otra.- ¿Veniste a hablar de negocios?


-Quiero hacer un trato.


-¿Qué tienes tú que yo no tenga ahora?


-Lo sabes muy bien.- Uno de los guardias mostró el libro que antes de entrar al castillo le arrebató a Gumball.


Mentita abrió sus ojos con gran asombro.- ¿Estás dispuesto a eso?- Gumball asintió.- ¿Cuál es tu precio?


-Convence a la muerte de que libere a… -Meditó un segundo lo que iba a decir, si mencionaba a Marshall los demonios se lo llevarían a un calabozo y su tiempo se terminaría.-… a mi novio y a la reina helada.


Los colmillos de mentita resplandecían y una risa burlona emergió de sus labios.-Lo sabía, sabía que ustedes dos tenían algo y que tú eras un príncipe patético. Que el dulce reino desapareciera fue lo mejor que pudo haberme ocurrido, claro, además de tener a su monarca tendido y humillado a mis pies.


-Yo no estoy tendido ante ti.- Los demonios empujaron a Gumball para doblegarlo, tenerlo arrodillado frente al rey vampiro.


-Vamos, ruega por la vida de tu estúpido novio.


Gumball se negaba, pero sabía que era la única opción.- Te… te suplico que…


-Más fuerte, casi no te escucho.- La sonrisa de Mentita era cada vez más grande.


-Te suplico que lo salves…


-Más fuerte, puedes hacerlo.- Mentita dio palmaditas en sus piernas como si estuviese intentando animar a un cachorro.


-¡SÁLVALO!- Gumball no pudo evitar soltar unas lágrimas, por rabia, desesperación y por el miedo de perder a su amado.


Mentita se sorprendió y estiró su brazo para recibir el libro.- Acepto tu pago.


Fiona y Cake sólo podían limitarse a mirar furiosas, no podían intervenir hasta que Marshall estuviera a salvo, pero después de eso se encargarían de vengar la humillación del príncipe.


Con un chasquido, los demonios soltaron a los tres y Mentita abrió un portal con el libro. Por fin se encontraban en la tierra de los muertos.


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