Había despertado en una habitación enorme, decorada con árboles frutales que parecían ser naranjos. Su cabeza daba vueltas y la luz que a travesaba las ventanas lastimaban un poco sus ojos. Sintió una cálida mano sobre la suya y dirigió su vista a aquella dirección. Sus cabellos rubios retozaban y se desbordaban sobre la cama elaborada de panqueques y huevos que ya poseían un color como el carbón y un aroma a quemado que provocaba el ardor de su cuerpo sobre ellos.
-Fiona.- Susurró con una sonrisa en los labios.
La nombrada despertó y bostezó tranquilamente sobre su sitio, intentando enfocar su mirada y tallando un poco sus ojos con la mano que tenía libre. Al lograr observar al príncipe que tenía frente a ella se lanzó a sus brazos.- ¡Despertaste!- Exclamaba una y otra vez, mientras que el príncipe la abrazaba con delicadeza.
-¿Están listos para unos panqueques?- Cake entró a la habitación, cruzando la puerta de espaldas para no derramar tres vasos con jugo recién exprimido de naranja y un plato enorme con una torre de panqueques y tocino que se hallaban sobre una bandeja brillante.
-Huele delicioso.- El príncipe cerró sus ojos e inhaló con fuerza para disfrutar el aroma.
Fiona soltó un poco el abrazo y le dedicó una sonrisa.- Debes tener mucha hambre después de nuestra aventura.
Cake acercó la bandeja a la cama y observó que ahora era de color negro.- Le advertí a los príncipes que debían colocar papel aluminio.- La minina lo pensó mejor y llevó la bandeja al buró del lado izquierdo donde estaba la ojiazul.
El príncipe flama intentó recordar todo lo ocurrido, pero su cabeza dolía aún más. Fiona acarició las flamas de su cabeza y le explicó lo ocurrido mientras desayunaban.- Todo salió bien al final, Marshall y Gumball están juntos de nuevo, nadie tuvo que matar a la reina helada y a Hanna. Pronto ayudaremos a reconstruir el dulce reino y todo será como antes.- La rubia tomó nuevamente la mano del príncipe.
La felina había tomado unas tiras de tocino y les dio un toque más crujiente con las llamas del príncipe y la ayuda de un tenedor. Tenía la boca llena de tocino cuando se dirigió a Fiona.- De hecho no creo que podamos reconstruir el reino.
Fiona arqueó una ceja sin entender las palabras de su hermana.- ¿A qué te refieres?
-Anoche regresé con los chicos, me escondí tras una roca y…
-¡Cake! ¿Qué te he dicho de espiarlos?- La ojiazul regañó a la minina.
El príncipe flama no comprendía.- ¿Por qué los espías Cake?
Respondió en su lugar Fiona.- En ocasiones se escabulle para poder verlos teniendo se…
Cake le cubrió la boca con sus garras.- Eso no es importante.- Interrumpió la minina nerviosa.- No vuelvas a mencionarlo.- Susurró a Fiona en tono de amenaza.
La heroína asintió y la felina la soltó.- Entonces, ¿qué fue lo que escuchaste?
Cake contó la historia detalladamente, sin omitir nada en lo absoluto.
<<Gumball caminaba en círculos, Marshall lo seguía, levitando a su lado para intentar calmarlo.- Bubba, no te entiendo nada.- Su rostro mostraba gran preocupación.
-No puede ser…- El dulce príncipe continuaba susurrando cálculos que ni la minina ni el vampiro podían descifrar.
El azabache paró en seco al príncipe y lo tomó de sus hombros para poder hablar con él.- Me estás asustando.
Gumball salió de su trance científico y lo miró directo a sus ojos. Al instante se percató de su gran preocupación y sacudió su cabeza para aclarar un poco su mente.- Lo siento, pero me he olvidado de tantos detalles que temo haber provocado un problema más grave.
-Bubba, sigo sin entenderte.- Marshall lo observaba con tristeza, se esforzaba demasiado.
El pelirosa suspiró, intentando ordenar sus ideas y buscando las palabras adecuadas para poder explicárselo al vampiro.- ¿Ves aquellos delgados ríos de color verde?- El príncipe le señaló el extraño y tóxico líquido que emanaba de las fracturas del suelo a lo lejos, dentro de lo que ahora quedaba de su reino.
Marshall asintió y se percató de algo extraño y familiar en esa sustancia.- Brilla.
El príncipe también asintió.- Irradia luz y radioactividad.
El vampiro ahora comprendía.- Como los zombies.
Gumball continuó al ver que el azabache ya había comprendido.- Hace siglos cubrí esos ríos con capaz de dulce. Creé a la dulce gente con el zafiro para que me ayudara. Muchos murieron en la labor, otros más mutaron ante la exposición, pero no sobrevivían por mucho tiempo, los que sí fueron lanzados a una gran fosa en el desierto y enterrados.- Miró hacia el suelo, decaído por sus propias palabras.- Demoré bastantes años en construir ese reino. Antes no me importaba por cuánto tiempo lo lograría porque en el fondo sabía que contaba con que no moriría por la edad. Pero ahora…
Marshall levantó su barbilla, obligándolo a mirarlo y lo rodeó con sus brazos.- Pero ahora me tienes a mí y juntos vamos a reconstruirlo.- Sonrió.
-No quiero ver sufrir aún más a mis súbditos, ahora están sin hogar y arrastré conmigo a todo el reino desayuno.- El pelirosa se dejó caer en los brazos del vampiro, exhausto y temblando ahora con frío por la briza nocturna.
-Te prometí que todo estaría bien.- Marshall se quitó su camisa a cuadros rojos y negros, cubriendo así al dulce príncipe y mostrando su torso desnudo.- Vamos a mi cueva, necesitas descansar y está mucho más cerca que el reino desayuno.
Gumball se sonrojó un poco, realmente estaba exhausto. En los últimos tres días casi no había podido conciliar el sueño.- Vamos.
Marshall lo levantó entre sus brazos y se alejaron. >>
-Los volviste a seguir, ¿no es así?- Miró Fiona a su hermana con desaprobación.
-Por supuesto, debía investigar.- Cake continuó el relato y el príncipe flama sólo se limitó a escuchar y terminar su desayuno.
<< Entraron a la pequeña casa dentro de la oscura y fría cueva. Cake se escabulló por debajo de la puerta principal y esperó a que los chicos subieran a la habitación del vampiro, siguiendo sus pasos de cerca, pero sin ser percibida.
Marshall colocó al príncipe sobre su cama, no habían conversado durante el trayecto. Se acomodaron juntos y el silencio predominaba hasta que el vampiro interrumpió la calma.-Sé que continúas preocupado.
El dulce príncipe contestó después de una larga pausa.- Pienso en el Enchiridion.
El vampiro ya había olvidado por completo ese libro.- ¿Por qué era tan importante para Mentita y la muerte?
-No es sólo un libro, es un portal multidimensional de espacio-tiempo.
-Pero sólo parecía ser un libro viejo.- Añadió Marshall.
-Es más que viejo. Contiene notas antiguas sobre magia oscura, ciencia y tecnología que expertos incluyeron a lo largo del tiempo. No se sabe desde cuándo existe o quién es su creador, pero es muy poderoso. Hallé ese libro en una de mis primeras expediciones por encontrar el sitio adecuado para establecer mi reino. Dentro de él cada dueño anterior deja una huella característica de sí mismo: un código decodificado de su nombre, un dibujo o incluso una fotografía para que su próximo dueño conozca su pasado. Antes de mí tuvo tres dueños.- Miró a Marshall con sus ojos cansados, no quería esperar hasta el amanecer para contarle.- Hanna, Betty y un hombre que ahora es conocido como el Lych.
El vampiro se sorprendió.- ¿Quieres decir que mi madre y la reina helada ya se conocían?
-Eso es lo que decía el libro, es lo único que se.- Gumball prosiguió.- El Enchiridion es la clave para cambiar todo el universo, no sé qué podrían hacer Mentita y la muerte con él. Por obvias razones se ve inofensivo, en sus páginas se encuentran apartados útiles y desconocidos, pero también otros elaborados para despistar y que no cualquiera lo considere importante y pierda interés en él. Sus primeras páginas contienen instrucciones sobre cómo besar princesas.- Gumball rio un poco al recordar ese contenido.
Marshall lo observó con un ligero ceño fruncido.- Debiste conservar esas páginas.
El pelirosa rio más y miró al vampiro.- ¿Celoso? Antes ti tuve muchas pretendientes y novias.
El azabache le arrojó una almohada.- Seguramente te dejaron al darse cuenta de que no besabas bien.
-Tú nunca te has quejado.- Contestó Gumball con una sonrisa burlona.- Y no eres una princesa, ¿o si?
-Eres un idiota.- Marshall se lanzó contra él para hacerle cosquillas y morderle el cuello.- Voy a mostrarte como se besa.
Pelearon entre risas y besos hasta el amanecer, exhaustos, durmiendo entre los brazos del otro, in pensar en lo que serían sus vidas de ahora en adelante. >>
-Oh así que ahora el dulce reino es un parque tóxico.- Finalizó Fiona.
-Por eso cuando fuimos en busca del Enchiridion, Gumball nos prohibió tocar ese líquido verde.- Añadió Cake.
-Y ese libro muestra cómo besar chicas.- Fiona dio un golpe al brazo del príncipe flama.
-Debemos hallar la forma de solucionar todo esto.- Sentenció la rubia.