Hace tiempo que no había sentido algo así cuando esta cerca de una persona, la única que lo había hache sentir ese cosquilleo en el estomago había sido la persona que le rompió el corazón de esa manera tan cruel, que solo lo había utilizado.
Pero ahora que era ese revoltoso rubio quien provocaba esa reacción en él, no sabía cómo actuar, cuando estaba cerca de él se ponía nervioso, le sudaban las manos y podía sentir en calor en sus sonrojadas mejillas, pero antes muerto que admitir que él podía estar de nuevo así, tenía que conservar la dignidad que le quedaba después de, según él, que lo hubieran utilizado, tenía un apellido respetado así que no volvería a caer en ese torbellino de sufrimiento llamado amor que tanto daño le había causado ya.
-Jóvenes Uchiha, Namikaze, se nota que encuentran más entretenido que hay afuera que lo que estamos viendo en clase, así que me harían el favor de salir-. Decía con un enfado evidente el maestro Azuma, ya les había llamado la atención varias veces durante la clase.
Ambos alumnos se pudieron de pie y caminaron fuera del aula.
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Era tan confuso, por más que intentara no podía descifrar lo que había en su mirada, eso era raro, siempre con ver a las personas en los ojos podría saber si la persona había sufrido, estaba enojada, era mala, pero con el parecía algo difícil, había tantas emociones mescladas en su mirada que no sabía con exactitud que había en su pasado.
Solo de unas cuantas cosas estaba seguro, en su mirada no había maldad, pero había mucho sufrimiento, como si todos los malos momentos que había pasado el moreno se hubieran acumulado y que por eso sus ojos eran negros.
También estaba seguro que cuando pensaba en el sentía su corazón acelerarse y sus mejillas adoptaban un tono carmesí, y para colmo, Ayame le había dicho que le gustaba a él, eso había hecho que la acción de concentrarse en clases fuera prácticamente imposible, pero también estaba la otra cosa que le dijo Ayame.
“El no admitirá que le gustas, al menos no pronto”
Eso le hacía sentir un vacio en el corazón, el a diferencia del Uchiha si estaba admitiendo que sentía algo por el “señor perfección”, pero como hacer para que el hiciera lo mismo, como lograr entrar en la coraza que había puesto alrededor de su corazón.
Suspiro por doceava vez en el día, últimamente se le estaba haciendo costumbre desde que conoció el moreno.
-Jóvenes Uchiha, Namikaze, se nota que encuentran más entretenido que hay afuera que lo que estamos viendo en clase, así que me harían el favor de salir-. Decía con un enfado evidente el maestro Azuma, ya les había llamado la atención varias veces durante la clase.
Vaya suerte, salir del salón con el Uchiha a solas, este podría ser el momento para decirle lo que sentía, o tal vez averiguar por qué tanto sufrimiento en su mirada.
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Salieron del aula y como no había nadie afuera, Naruto camino hacia una de las bancas del patio, se recostó y cerro los ojos, intentaría dormir un poco ya que la noche anterior se había quedado en vela con la confesión que le había hecho Ayame, no se dio cuenta que el Uchiha lo había seguido y se había sentado en la banca que está enfrente de el.
-Oye Dobe-. Lo llamo, pero el rubio no contesto.- Dobe-. Alzo un poco la voz, pero el rubio seguía sin responder.- Naruto-.
-Ya ves que no es tan difícil llamarme por mi nombre-. Al fin contesto, Sasuke frunció el ceño, el rubio lo había hecho a propósito.
-Como sea, oye, las marcas en tus mejillas, ¿Cómo te las hiciste?-. Preguntaba el moreno mientras desviaba la mirada, Naruto abrió los ojos y los poso en el moreno.
-No me las hice, me las hicieron-. Dijo el rubio algo decaído.
-¿Te las hicieron?-.Pregunto sorprendido, como es que alguien es capaz de hacerle algo como eso a su rubio…esperen, movió la cabeza para desvanecer los pensamientos que estaban empezando a tomar forma en su cabeza.- ¿Quién te las hizo?-.
-Me las hizo…-. Se le hizo un nudo en la garganta.-Mi madre-.
-¿Tu madre?-. El moreno quedo en shock.
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Como esto era posible, nunca creyó que a él le pasaría algo así, por lo general cosas como esta le pasaban a gente con el corazón blando, el no se consideraba alguien así, entonces porque diablos tenía que pasarle eso.
No podía dejar de ver a esa persona, pero se auto-reprendía mental mente que él no podía, aunque la palabra saliera difícil, enamorarse de esa persona, para él era un traición, aunque quisiera a esa persona locamente debía mantener la distancia, porque no todos los día te enamoras de la hermana de tu mejor amigo.
Ayame, era alguien especial para él, casi no tenía amigos, los únicos que consideraba amigos era a Sasuke, a Naruto y a su hermana, por lo general cuando quería hacer amigos, los demás chicos lo miraban con desprecio, pero cuando entro a preparatoria, conoció Sasuke, eran tan parecidos, la misma personalidad fría, pero a pesar de que eran como eran, fueron haciéndose mejores amigos.
Ahora sentía que el estar enamorado de la hermana de su amigo era una traición a su amistad, cuando ella llego a la prepa, los chicos la acosaron, pero ella los mantenía alejados, y lo mismo con las chicas que querían acercarse a Sasuke, aun recuerda cuando la conoció.
****/Flash back/****
-Bueno chicos ella es Ayame Uchiha, es una estudiante de intercambio-. Decía Azuma.
-Ohayo, espero llevarme bien con todos ustedes-. Decía Ayame levantando la mano saludando a todos.
-Bueno, toma asiento, imagino que Sasuke te mostrara la escuela al terminar las clases-.
-No se preocupe sensei yo le enseñare lo que sea necesario-. Decía Sasuke.
Gaara no podía quitar la mirada de esa chica, a pesar de que todos los chicos la miraba, ella no se digno a mirar a nadie a excepción de él, paso a su lado, lo miro y le sonrió como nadie la había hecho, Gaara se sonrojo e inconscientemente le devolvió la sonrisa, desde ese día, había comenzado su tortura por los sentimientos encontrados.
****/Fin del Flash back/****
Ahora estaba en un dilema, tenía que saber qué opinaba Sasuke.
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-Ayame, ¿Estás bien?, últimamente estas mas distraída que de costumbre-. Decía Hinata, pero Ayame no le contestaba, al parecer estaba muy ocupada viendo al grupo donde estaba su hermano, en específico a un pelirrojo.-Ayame-.
-¿Qué pasa Hinata?-. Decía volviendo en sí.
-Si sigues comiéndotelo con la mirada se va a dar cuenta de que te gusta-.
-No…no se dé que hablas-. Decía Ayame sonrojándose.
-Vamos, desde que llegaste miras como en bobada a Gaara, no es difícil deducir que te gusta-. Decía Hinata con una sonrisa.
-Como crees, es el mejor amigo de mi hermano, no quiero crear un problema entre ellos-.
-Pues no se tu, pero yo creo que tu también le gustas-. Decía Hinata, mirando de reojo a Gaara que había volteado un momento a donde ellas estaban, al oír esto Ayame se sonrojo y volteo, solo para encontrarse con los ojos aguamarina de Gaara viéndola, y al ser descubierto se sonrojo y desvió la mirada.
-Yo creo que deberían salir -. Decía Hinata.
-Pero y si no…-. Dudaba Ayame.
-¿Qué paso con la Ayame segura de sí misma que un día piso esta escuela?-. Decía Hinata.
-Creo que se perdió en los ojos de ese chico-. Decía en bobada Ayame mirando de nuevo a Gaara.
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-Si Sasuke, mi madre me hizo estas marcas-. Decía Naruto tratando hacer sonar su voz lo menos entre cortada posible.
-¿Por qué?-. Pregunto.
-Por el simple hecho de que yo arruine su vida-. Decía Naruto dolido, aunque hace mucho que paso ese acontecimiento aun seguía siendo un tema tabú, pero no sabía porque podía hablar de eso con total calma con Sasuke.
-¿Quisieras contarme?-. Pregunto Sasuke inconscientemente al notar que al rubio comenzaban a salirle las lágrimas.
-Todo empezó cuando mis abuelos comprometieron a mis padres…-.
****/Flash back/****
-Kushina, el es Minato Namikaze, es hijo de uno de mis mejores amigos, y él será tu prometido-. Decía un hombre.
-Pero padre, ¿En qué siglo crees que estamos?, yo no me casare solo por el hecho de que tu lo digas-. Renegaba la pelirroja.
-Si Kushina-san no quiere casarse, yo no la voy a obligar-. Decía el rubio.
-Ves papa hasta el niño entiende-.
-No me importa lo que tú creas Kushina, tú te casaras con Minato, ya está decidido-. Decía su padre.
-No me casare porque no le amo, además yo ya estoy comprometida-. Decía Kushina con veneno en su voz.
-¿Qué acabas de decir niña tonta?-. Decía el padre de Kushina mientas levantaba su mano para darle una bofetada, pero en momento el que la iba a golpear fue detenido.
-No se atreva a tocarla-. Decía Minato poniéndose enfrente de Kushina, la menor quedo sorprendida.- Ya dije si ella no quiere casarse, no la voy a obligar-. Recalco Minato.
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Era el día de la boda Kushina había aceptado casarse con Minato, claro está bajo amenaza de su padre.
-Minato, quiero que quede claro algo, yo no te amo y te advierto que de esta relación no esperes nada de mi parte-. Advirtió Kushina.
Minato solo la miro dolido.
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-Señora Kushina, felicidades está embarazada-. Decía el doctor.
-Eso no es posible-. Decía Kushina en estado de shock.
-Es 100% seguro de que si, señora-. Le afirmaba el doctor.
Minato estaba feliz con la llegada de su primogénito, lo cuidaría y le daría muchos lujos, pero se le olvido quien era la madre del niño, Minato encontró en más de una ocasión tratando de lastimarse para abortar al niño, hasta que llego al extremo de tenerla encerada y vigilada las 24 horas del día.
Hasta que finalmente nació el bebe, el día del parto fue difícil, pues Kushina se los ponía difícil el atenderla, cuando nació Naruto, Kushina se negó a verlo y también a alimentarlo, Minato tuvo que pedir asesoría a las enfermeras para poder cuidar de Naruto en el poco tiempo que tenia con vida.
Tres años después de que Naruto naciera, Kushina se negaba a pasar tiempo con él, no lo quería, por el simple hecho de que se había parecido mas a Minato que a ella, lo veía como un estorbo en su vida, Naruto siempre trataba acercase a su madre, tratar de agradarle, a pesar de que Kushina lo trataba peor que un perro, el rubio menor siempre le decía que la quería mucho, pero su madre nunca le correspondía, eso hacía sentir vacio al menor.
-Papi, ¿Por qué mami no me quiere?, ¿Le hice algo malo?-. Preguntaba Naruto con algunas lágrimas en sus bellos ojos.
-Nunca pienses eso Naruto, tu madre es algo difícil de complacer, pero en el fondo te quiere mucho, y si ella no te lo demuestra, yo te lo demuestro por los dos-. Decía Minato mientras revolvía los rubios cabellos de su hijo.
Una mañana Kushina levanto a Naruto temprano, tenía algo planeado, conseguir el divorcio a como diera lugar.
-Mami, ¿Qué pasa?-. Preguntaba un adormilado Naruto.
-Hijo, levántate, vamos a pasear-.
-A pasear, ¿Tu y yo?-. Pregunto ilusionado.
-Si mi amor solos tu y yo-. Decía sin articular expresión, al niño se le ilumino la cara, al fin su mama lo aceptaba, era verdad lo que decía su papa, ella en verdad lo quería.
Salieron de la casa, sin avisar, Kushina desapareció en la ciudad, sabia cuanto Minato quería a su pequeño hijo, así que utilizaría al niño para conseguir lo que quería; Minato estaba preocupado, el guardia de la casa le había dicho que su esposa había salido muy temprano con su hijo, pero no le dijo a donde iba a ir, el rubio mayor trataba de localizar a su esposa, pero nada.
Ya entrada la noche una llamada los alerto y una de las sirvientas contesto, Minato se acerco a ella.
-Minato-sama, es Kushina-sama, dice que quiere hablar con usted-. Dijo la sirvienta pasándole el teléfono al rubio.
-Bueno, Kushina-. Tomo el teléfono.- ¿Dónde estás, donde está Naruto?-.
-No te preocupes Minato, Naruto está bien, por ahora-. Decía Kushina con malicia en su voz.
-¿Qué es lo que quieres?-. Pregunto el mayor asustado.
-Lo que he querido desde que me case, quiero que firmes el divorcio, quiero alejarme de ti y del estorbo de tu hijo-. Decía con repulsión.- Y a cambio te devolveré a Naruto sano y salvo…bueno casi-.
-Kushina, ¿Qué diablos es lo que le has hecho?-.
-Solo algo para que recuerde que nunca lo quise, que nunca lo querré, y que para mi esta muerto-.
-Está bien, voy a llamar a abogado y firmare el divorcio, pero te lo ruego, no le hagas daño a Naruto-. Decía Minato y la llamada fue cortada desde el lado de Kushina.- Akane, llama a mi abogado, necesito verlo urgentemente-.
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Esperaba en la central de autobuses, buscaba son la mirada una cabellera pelirroja que le indicara que ella había llegado, cuando la localizo se acerco deprisa, pero se le hizo extraño no ver a su hijo con ella.
-¿Dónde está Naruto?-. Pregunto el mayor.
-Primero lo primero Minato, Los papeles del divorcio-. Decía Kushina.
-Aquí están, ahora ¿Dónde está Naruto?-.
-Está en alguna de las estaciones de policía, pero no recuerdo cual, si quieres encontrarlo deberías darte prisa-. Dijo la pelirroja con malicia y miro su reloj.- aunque a esta hora lo más seguro es que este en un hospital-. Decía la mujer mientras tomaba una maleta y dejaba a Minato pálido, cuando reacciono Kushina ya no estaba, tomo su teléfono y llamo a la policía.
Encontró a Naruto en uno de los hospitales cerca de su de la central de autobuses, cuando llego le informaron que su hijo había perdido una gran cantidad de sangre por las heridas que le fueron hechas, pero que ya estaba fuera de peligro y que en cuanto despertase se le daría de alta.
Cuando Naruto despertó, lo primero que hizo fue preguntar por su mama, su padre no le supo que decir al momento, así que Naruto dejo de insistir en el tema.
Nunca más supieron de Kushina, Minato trataba que Naruto no notara la ausencia de su madre, tal parece que las marcas que su madre dejo en sus mejillas eran el único recuerdo que quedo de ella en esa casa, Naruto nunca le guardo resentimiento, ya que cuando cumplió los diez años de edad su padre le dijo que él y Kushina se vieron forzados a casarse, que ella no quería y que le había dejado más que claro que odiaba a la familia que tenia, Naruto lo entendió, y simplemente dejo de hablar de su mama, lo último que Naruto recordaba de su madre fue lo que le dijo cuando le hizo las marcas.
-Para mi maldito monstro estas muerto, recuerda esto cada vez que te veas al espejo-. Decía Kushina mientras pasa la afilada hoja de metal por sus mejillas.
****/Fin de Flash back/****
-Y eso fue lo que pasó-. Termino de contar el rubio, Sasuke estaba de lo mas sorprendido, como es posible que la madre del rubio hiciera tal atrocidad con su propio hijo, definitivamente, con un pasado así no sabía cómo le hacia el rubio para sonreír de una manera tan sincera todos los días.
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Regresaron a clases, tenían sus últimas horas de clases.
-Bueno chicos, la tarea que realizaran esta semana será en equipos de dos personas, será una investigación des las diferentes culturas que hay en el mundo, es para la próxima semana así que flojeen y pónganse a trabajar desde hoy, bien ahora hare los equipos, el equipo uno será, Hinata Hyuga y Temari Sabaku No, el equipo dos será Sasuke Uchiha y Naruto Namikaze…-. Al escuchar sus nombres se miraron y se sonrojaron.- El equipo tres será Ayame Uchiha y Gaara Sabaku No-. Como si fuera obra del destino, la Uchiha sonrió internamente, Gaara se había puesto nervioso pero no dijo nada, sería una estupenda oportunidad para conocer mejor a la Uchiha.
Al terminar las clases, Ayame se acerco a Gaara.
-Gaara-san, ¿Podríamos juntarnos hoy para avanzar con nuestro proyecto?-. Decía una nerviosa Ayame.
-Esta…está bien Ayame-san, te recojo en tu casa y vamos a una biblioteca-.
-Está bien, nos vemos Gaara-. Se despidió la Uchiha con una sonrisa, y se fue para alcanzar a su hermano, a la mierda si era el mejor amigo de su hermano, a ella le gustaba de verdad.
Gaara se quedo viéndola alejarse, con un sonrojo en sus mejillas y sonrió en verdad le gustaba esa chica, un que fuera la hermana de su mejor amigo.
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-Teme, ya que yo te conté algo de mi vida podrías decirme porque hay tristeza en tu mirada-. Pregunto el rubio que estaba para junto a Sasuke, mientras esperaban a Ayame, a Sasuke solo se le frunció en seño y miro con enojo a Naruto.
-Eso es algo que no te importa, Dobe-. Dijo y se encamino a su casa sin importar su hermana, Naruto solo se quedo parado viendo como se alejaba el Uchiha, solo la voz de Ayame lo saco de sus pensamientos.
-Naruto, ¿Qué fue lo que le preguntaste para que se pusiera así?-.Preguntaba Ayame.
-Yo solo le pregunte por que había tanta tristeza en su mirada-.
-Mmm…yo también le había preguntado lo mismo cuando llegue, y también hizo lo mismo-. Decía Ayame viendo en la dirección en la que se había ido su hermano.- Bueno no quería hacer esto pero es hora de preguntar-. Decía Ayame cruzándose de brazos, Naruto solo la vio nervioso, si por algo se destacaba esa chica era por las extrañar y atrevidas preguntas que hacia.- Tranquilo Naruto, es hora de preguntarle a mi Aniki que es lo que le paso-. Tranquilizaba la morena, Naruto solo suspiro con alivio y se encaminaron a la casa de los Uchiha.
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Sasuke llego azotando la puerta de su casa y espanto a Itachi en el proceso.
-Ototo, ¿Por qué llegas así?-. Pregunto en mayor de los Uchihas.
-Déjame en paz Itachi-. Contesto enojado y sin mirarlo.
Después de un rato llegaron Ayame y Naruto.
-Imooto, ¿Sabes que le paso a Sasuke?-. Pregunto Itachi.
-De eso es de lo que queremos hablar Aniki, Naruto le ha preguntado por qué había tristeza en su mirada, y cuando yo llegue aquí a la casa le pregunte por que ha estado triste, y lo que recibimos fue su cara de enojado y un azoton de puerta-. Dijo Ayame, Itachi solo suspiro, miro la puerta de la habitación de su hermano y se encamino a la sala seguido de los otro dos y se sentó en uno de los sillones.
-Todo empezó hace poco más de dos meses cuando Sasuke salía con un chico…-. Comenzaba a contar Itachi.