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MI VIDA SIN TI por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, este es el capitulo final, en donde se ve que pasa con todos y como quedan las cosas al final, espero que les guste

Capítulo 4.- Consecuencias

 

Aioros al notar la infelicidad de su hijo y el hecho de que el castaño no le dijera nada lo tenía muy preocupado y furioso, Aioros quería por sobre todas las cosas a su hijo y siempre estaba pendiente de él por lo que sabía que su matrimonio no estaba nada bien, muchos chismes le habían llegado del personal de la empresa en el que le aseguraban que Shura no lo trataba bien, no había amor en esa pareja por lo menos de parte del pelinegro porque Aioros estaba seguro que el muy gil de su hijo si amaba a su esposo por lo que el mayor decidió tomar cartas en el asunto y mandó a llamar a su yerno a su oficina una tarde

 

Shura había estado muy pendiente de los movimientos de Dita esos últimos días y comprobó con dolor que su antiguo amor vivía en la casa de aquel médico, lo vio varias veces a la hora de la comida en la que Dita regresaba del parque con el cochecito del bebé, lo había visto cenar con el médico ese, los había visto juntos con su bebé en el parque el fin de semana, Shura veía todo esto y se le encogía el corazón, no podía evitar desear ser él el que estuviera allí con su familia y no ese intruso que ocupó su lugar, por eso el pelinegro estaba todo distraído cuando su suegro lo mandó a  llamar

- Aioros en que le puedo servir? – dijo el pelinegro todo diligente cuando entró al despacho del mayor

- Siéntate… necesito hablar contigo – el tino del mayor era bastante seco

- Usted dirá

- Cómo está Seiya?

- Bien… supongo que bien – el pelinegro se encogió de hombros cuando dijo esto pero al ver la expresión de suma molestia en su suegro se arrepintió de haberlo dicho de esa manera

- Supones que bien… vives con él no?, cómo es que viviendo juntos tu solo supones que mi hijo está bien

- A qué viene esto Aioros?

- Bueno… te he mandado a llamar porque quiero decirte algunas cosas, la primera y mas importante es que no se quien te crees que eres tu pero espero que estés consiente de quien soy yo

- Aioros…

- Mi hijo es muy diferente a mi, se parece a su madre que en paz descanse, es bueno y noble como lo era ella, es muy joven por lo tanto bastante ingenuo y lo peor de todo es que te ama, ahora yo personalmente creo que el amor es la madre de todas las estupideces y eso ha cegado a mi hijo al punto de haberse enamorado de una persona como tu, a Seiya le encanta darme la contra y por eso se encaprichó contigo al principio pero luego creo que ha sido obvio para todos y tu debes saber y estar consciente de que mi hijo te ama, te conozco Shura y se cuan hábil eres en convencer a las personas aunque aún me sorprende la facilidad con la que enamoraste a mi Seiya – Aioros se había puesto de pie y caminaba por la oficina, esto le daba un aire sumamente intimidante, y al escucharlo Shura se fue molestando pero mas que nada avergonzando

- Aioros yo…

- Cállate… yo se que tu crees que puedes hacer con mi Seiya lo que te de la gana pero estás muy equivocado, mi hijo no está solo y para tu mala suerte me tiene a mi para cuidarlo ya que tu siendo su esposo no te tomas la molestia en hacerlo – en este punto Aioros ya no pudo esconder la indignación que sentía

- Seiya le dijo algo?

- No… y ese es el problema, tu deberías conocer a Seiya un poquito siquiera, él es muy comunicativo y cada vez que le pregunto por ti no me dice nada, mi hijo está triste y la verdad no soporto verlo así y yo se que el culpable eres tu, mi hijo está sufriendo y es por tu culpa

- Aioros lo siento pero nuestros problemas son nuestros, usted no tiene nada que ver en ellos

- Lo se… pero te mandé a llamar hoy para advertirte de algunas cosas Shura, primero… si crees que con un divorcio te harás acreedor de la mitad de mi fortuna y de mis empresas pues lamento decepcionarte, tu te casaste con Seiya y mi hijo no tiene nada a su nombre, yo se que tu no firmaste ningún acuerdo prenupcial y si te sorprendiste pues esta es la razón, Seiya legalmente no tiene nada… el del dinero soy yo no mi hijo, ni siquiera la casa en la que viven es de él, es mía… entonces si estás apuntando a convertirte en millonario con un simple divorcio pues… dejáme decirte que lo único que te llevarás lo que aportaste es decir nada

- Yo no me casé con Seiya por su dinero – dijo Shura todo ofendido, eso no era cierto y ambos lo sabían, Aioros solo sonrió con rabia

- Bien… eso me lleva al punto número dos, si la situación con mi hijo no se arregla y sigue en ese estado depresivo que no solo lo está matando a él sino a mi también, enviaré a Seiya al extranjero para que haga una maestría o algo, créeme cuando te digo que yo lo convenceré de que te bote y a ti te despediré luego de arruinarte por supuesto, y si crees que con las conexiones que has logrado gracias a tu nuevo cargo podrás salir adelante por ti solo pues déjame decirte una vez mas que lamento decepcionarte, tu no eres nadie fuera de mis empresas y si por azares del destino consiguieras un trabajo fuera de aquí yo mismo me encargaría de hacer que te despidan, espero que lo hayas tomado en cuenta, así como te lo di todo te lo puedo quitar todo destruyendo tu reputación en el proceso, acabaría con tu vida y tu carrera con una canción en mi corazón, no nos confundas… mi Seiya es todo dulce pero yo no – Aioros se sentó de nuevo en su sillón y se reclinó en él con una sonrisa de satisfacción al ver que su yerno había palidecido

- Me está amenazando?

- Tómalo como quieras, ahora… si querías escuchar una amenaza pues aquí te va una y espero que me la tomes muy en serio por tu propio bien, si te atreves a decirle a mi Seiya que tienes un hijo con aquel muchacho que era obrero en una de mis fábricas te juro Shura que no te alcanzará la vida para arrepentirte, ahí si conocerás mis alcances y reales capacidades – Aioros al decir esto dio un manotazo en la mesa, sus ojos destellaban chispas, fue en ese momento que Shura se acabó de dar cuenta en realidad en el serio lío en el que estaba metido

- Cómo lo sabe? – susurró el economista que parecía pegado a su asiento

- Yo lo se todo… sé en lo que andas, sé que has estado rondando a ese muchacho que ha tenido el muy buen tino de mandarte a volar, sé que su nuevo esposo ha reconocido al niño y que pronto se casarán, si aprecias tu vida te recomiendo que no te les vuelvas a acercar

- Aioros…

- Te dije que te callaras, lo único que puedes hacer ahora es ir a buscar a Seiya, llévalo a cenar, se atento con él y hazle pasar la mejor noche de su vida, tu te casaste con mi hijo y así me cueste aceptarlo Seiya te ama, tu eres su felicidad así que mas te vale que lo hagas feliz o si no yo mismo me encargaré de hundirte, créeme Shura no me querrás de enemigo, ahora sal de mi oficina

 

Shura no pudo reaccionar, esto de su suegro no se lo esperó y no le quedó mas remedio que ponerse de pie y salir de aquella oficina sintiéndose morir, qué había hecho?, en qué se había metido?, de acuerdo a lo que le había dicho Aioros su vida ya no era su vida, ya no le pertenecía, ahora le pertenecía a su suegro  aparentemente pero esto es lo que se había buscado al sacrificar el amor que tuvo en sus manos por el dinero y la posición social que su matrimonio con Seiya le brindaba, ahora no le quedaba mas remedio que aceptar las consecuencias…

 

***

De vuelta en la mañana de sol en la que el alto ejecutivo de aquella multinacional miraba con tristeza por la ventana del auto, Shura no pudo evitar el suspirar una vez mas al ver al pequeñito que estaba sentado en la manta junto a su padre mientras tomaba jugo de un vasito y jugaba con un carrito de plástico, el pelinegro vio como al parque llegaba un auto deportivo último modelo, de él bajó aquel médico de cabellos azules y se acercó a su esposo que al verlo sonrió, el pequeñito dio un grito y corrió hacia él diciendo “papá… papá”, el médico lo tomó en sus brazos y lo lanzó al aire para atraparlo luego en medio de sus risas, cuando ambos llegaron hasta Dita el mayor se acostó en el césped y apoyó su cabeza en el regazo de su esposo que se agachó y buscó sus labios, ambos hablaban y reían mirando a su hijo caminar en el sol y jugar con sus muñequitos y su cachorro que igual estaba por ahí, DM acariciaba la pancita de Dita y sonreía cuando su esposo le acariciaba el cabello

 

El pelinegro no lo resistió mas y le dijo a su chofer que arrancara el auto, Shura se puso sus anteojos de sol y se dispuso a ir a casa, a una casa en donde lo esperaba su vida vacía y su joven esposo…, estos dos años Shura había hecho su mejor esfuerzo en hacer feliz a Seiya y lo había conseguido en buena medida, pero el problema era que no lo amaba, no lo podía amar porque su corazón le pertenecía a Dita, él era el amor de su vida pero dejó que la ambición y sus sueños de grandeza nublaran su juicio y perdiera lo mas importante de su vida por algo que no valía la pena, ahora tenía el trabajo que siempre soñó, era una figura importante en el mundo de negocios de todo Japón pero su vida era vacía, carecía de sentido, estaba atrapado en un matrimonio sin amor con una persona que no merecía su desamor, Aioros tenía razón… Seiya era bueno, gentil y alegre pero en el corazón no se manda

 

***

DM llegó a casa con su hijo dormido en brazos y Dita a su lado, la pareja se había casado poco después de que Eick había nacido y vivían tranquilos dedicados al hospital, DM era ahora jefe de cirugía, su estudio clínico fue un completo éxito lo que le dio al hospital todos los fondos para desarrollar nuevos programas y ahora era el hospital que contaba con los mejores equipos y tecnología en el país

 

Dita se había dedicado a cuidar a su hijito por un tiempo pero luego dijo que quería trabajar en algo y sentirse útil por lo que con el apoyo de su esposo abrió un centro de cuidado infantil, al joven de ojos turquesas siempre le gustaron mucho los niños y su sueño era ser maestro de escuela pero lo que tenía ahora llenaba sus expectativas completamente, además estaba estudiando a distancia Educación Parvularia, su vida dio un vuelco y de los buenos cuando aquel extraño salvó su vida en el puente

 

DM puso a su bebé a dormir y cuando entró en su habitación encontró a su esposo que estaba acariciando su pancita, se estaba poniendo una crema para ayudar a la elasticidad de la piel por lo que el médico sonrió y le quitó suavemente el tubo de crema de las manos y él mismo la empezó a aplicar con mucha gentileza, Dita estaba en el quinto mes de embarazo y estaban esperando otro varón

- Oye mi amor… no quieres ir a la playa? – dijo el peliazul como quien no quiere la cosa

- A la playa?, en esta época del año?

- Necesito sol, quiero estar acostado en la arena contigo a mi lado, ver a Erick jugar en la arena, tomarnos unos cocteles de esos veneno que ahí venden, agua de coco, sexo en la playa, que dices?, quieres ir conmigo?

- Ángelo… contigo iría hasta el fin del mundo pero tu no tienes vacaciones pendientes o si?

- No… pero sería un viaje de negocios

- Cómo viaje de negocios?

- Tengo un congreso en Okinawa la semana que viene pero sería genial si ustedes me alcanzaran allá y pasamos unos tres días en la playa

- Sería genial…

- Oye… no quieres que te ponga esta cremita por otras partes?

- No… esa crema es especial para mi pancita, pero hay un aceite en el baño que es para masajes, hace tiempo que no me das uno

- Uy… no has dicho nada, desnúdate que ya vengo… no no no espera, yo mismo te desnudo así que espérame quietecito

- Está bien…

DM fue al baño y lo revolvió toda hasta que encontró lo que buscaba y regresó para encontrar a Dita que había quitado algunas almohadas y se había acomodado mejor sobre ellas

- El doctor dijo que esta era la mejor posición, tu sabes… por el embarazo – Dita había puesto una almohada gruesa bajo su pelvis lo que le levantaba las caderas y a los ojos de DM se lo veía muy sensual e invitante

- Amo a tu médico y sus consejos de poses sexuales – el peliazul dijo esto mientras se sacaba la camisa y se desabrochaba el pantalón

- Uyyy… que sexy, ven acá mi amor que mi médico me dijo también que yo estaba en franca necesidad de muchos abrazos y besos y demás arrumacos

- Eso dijo tu médico?

- Si… también dijo que hacer ejercicio es muy bueno en el embarazo y hacer el amor es muy aeróbico

- Consejos del médico mi amor, no los podemos ignorar

DM se acabó de desnudar completamente y gateó por la cama hasta posicionarse totalmente sobre su esposo que lo recibió ansioso, el doctor tuvo mucho cuidado de no poner su peso en la pancita de Dita que lo besaba con pasión y facilitaba la muy divertida tarea de su esposo de desnudarlo, esa noche fue muy fogosa y divertida, DM dio buen uso del aceite y masajeó la suave piel de Dita, esto no solo relajó y acabó con las tensiones del menor sino que lo puso todo ardiente porque luego de dos años de matrimonio DM sabía perfectamente cómo tocarlo para encenderlo

- Suficientemente relajado? – preguntó el peliazul a su esposo que tenía los ojos cerrados pero no dejaba de sonreír, especialmente cuando le masajeaban sus piernas

- Mmmmmm… tienes las manos mas diestras del planeta – Dita abrió los ojos y tomó la mano de DM y la puso en su pecho

- No es lo único que tengo – dijo el mayor con una pícara sonrisa

- Lo se… hice bien en casarme contigo

- Y que no se te olvide

Dita sonrió nuevamente y recibió en sus brazos a su esposo que se dedicó a besarlo y a acariciarlo, esto era lo que ellos mas disfrutaban de su vida sexual, el preámbulo, esta pareja en particular hablaba y se mimaba mucho antes, durante y después de hacer el amor, mientras Dita disfrutaba de los besos y atenciones de su esposo recordaba la primera vez que hicieron el amor y al hacerlo abrazaba con mas ganas a su pareja, en verdad el médico se había ganado su corazón

 

***

Cuando Dita salió del hospital luego de haber dado a luz igual salió a la casa de DM que lo recibió todo emocionado, en una de las habitaciones del amplio departamento, con la ayuda de Camus y Milo, había pintado la habitación de celeste y dibujado unas nubes que adornaban la pared, como ya habían comprado los muebles necesarios todo estaba listo para recibir al bebé, pero DM había traído también una mecedora además del anaquel que ya estaba lleno de ropa, pañales y todo lo que Dita hubiera podido necesitar

 

Los primeros días de convivencia de la pareja fueron bastante divertidos pero arduos, ellos tenían que conocerse nuevamente porque su relación había cambiado además de todo eran padres primerizos y todo era nuevo para ellos, DM le había dicho a Dita que no le iba a mentir, que se moría de ganas de hacerle el amor pero que él entiende que deben dejar pasar un tiempo hasta que se sienta mejor de su cirugía y además tenían toda la vida para hacerlo, no iban a apresurar las cosas, Dita estaba nervioso por el asunto de la intimidad pero DM hacía lo posible para hacerlo sentir cómodo, ellos dormían juntos en la misma cama y poco a poco fueron explorándose hasta que una noche mas o menos un mes luego de que el bebé naciera, la nueva pareja dio el último paso en su unión e hicieron el amor por primera vez

 

La noche en cuestión era como cualquier otra, DM estaba jugando con el bebé que estaba en su cama mientras Dita se daba un baño, cuando el joven salió sonrió porque su ahora esposo estaba besando la patita del bebé que se estaba moviendo inquieto en la cama, el pequeño Erick ya tenía sueño y estaba algo molestoso

- Se parece a ti – dijo el médico volteándose un poco para sonreírle a su esposo que se veía extremadamente sexy solo con una toalla envuelta en su cintura

- Creo que tienes razón – Dita caminaba por el cuarto buscando su pijama pero no la hallaba

- Bueno… esperemos que sus demás hermanos igual se parezcan a ti, pero sería bueno que hereden esos hermosos ojos que tienes – DM se puso de pie con el niño en brazos y besó a Dita en los labios, suavemente acarició la desnuda espalda de su esposo hasta llegar a su cintura

- Demás hermanos?

- Claro… no has pensado en cuántos hijos te gustaría tener?

- No… este angelito fue accidente entonces no, no he pensado en cuantos accidentes quiero, tu cuantos hijos quieres? – Dita sonrió, de esto no habían hablado antes, pero él quería una familia grande, solo esperaba que Ángelo estuviera de acuerdo, lo bueno era que en contra de todo pronóstico a su esposo también le gustaban mucho los niños

- Cuatro… dos niños y dos niñas, de preferencia no con mucha diferencia de edad, para que crezcan juntos, yo siempre quise una familia grande, crecí solo y eso no es lo que quiero para mis hijos – dijo el peliazul con una sonrisa y una expresión soñadora

- Yo también crecí solo pero la verdad no había pensado en esto

- Pero qué te parece?

- Cuatro suena bien

- Ok., pero tenemos un problema

- Cual?

- Necesitamos ponernos a hacer niños, o por lo menos ensayar el concebirlos no te parece?

- Bueno… para luego es tarde – Dita se acercó a DM y lo besó suavemente, el médico sonrió cuando el beso se rompió, aparentemente esta noche era “la noche” así que rodeó la cama para poner al bebé en su cuna, el pequeñito no hizo mayores escándalos porque su papá le dio su chupón y al poco rato ya se había quedado dormido

 

DM se acercó a Dita nuevamente el que al recibirlo en sus brazos le empezó a zafar los botones de su camisa mientras se besaban con pasión, íntimamente hablando no habían llegado a mucho, se besaban y acariciaban pero siempre se detenían antes de llegar a nada mas pero esta noche era diferente, esta noche ambos estaban a punto y dieron rienda suelta a sus deseos

 

DM acariciaba a Dita con delicadeza mientras caminaban muy juntitos a la cama, antes de dejarse caer en ella el médico le quitó la toalla a su esposo dejándolo desnudo, el menor se sonrojó  especialmente porque DM lo miraba con hambre, Dita estaba consciente de su desnudez mas que de cualquier otra cosa porque estaba avergonzado, según él aún estaba gordito del embarazo pero a DM no podía importarle menos, lo tomó en sus brazos y le susurró en el oído lo hermoso y sexy que era, el médico se desnudó también con la ayuda de su pareja y entre fogosos besos se acomodaron en la cama

 

DM se deleitó acariciando los muslos de su pareja, sus costados, su espalda y su trasero, Dita estaba algo nervioso pero se fue relajando ante el muy placentero toque del mayor que lo trataba como su fuera su regalo esperado de navidad y se estaba tomando su tiempo para familiarizarse con él, Dita enredaba sus dedos en la azulada cabellera, besaba, mordía y lamía el cuello y pecho de su pareja que estaba recostado sobre su espalda y sonreía, al fin haría suyo al amor de su vida

 

Estos juegos duraron por varios minutos en los que cambiaron varias veces de posición en la cama, al final DM estaba totalmente sobre Dita acomodado entre sus piernas cuando sus manos llegaron al miembro del menor que se arqueó en la cama y gimió

- Listo? – preguntó el peliazul en un susurro luego de lamer su oreja

- Si… en el cajón… lubricante…

- Vaya… pensaste en todo eh?

- Yo siempre… ohhh Ángelo… mmmmm… sigue…

Sin descuidar las atenciones en el miembro de su pareja, el médico fue llenando de besos, mordidas, lamidas y demás el cuello y pecho de su pareja que se retorcía en la cama hasta que sus labios llegaron a su vientre, allí besó con devoción el ombligo de Dita haciéndolo reír solo un poco, pero cuando tomó con su boca la erguida hombría del menor, éste ya no supo nada mas, estaba envuelto en una ola inmensa de placer que le nublaba los sentidos, a DM le gustaba mucho ver a su esposo tan rendido a los placeres que se estaban brindando por lo que no perdió mas tiempo y con un muy bien lubricado dedo empezó a dilatar la estrecha entrada del menor que no se quejó hasta que fueron dos los dedos que entraban y salían de su cuerpo

- Espera… duele…

- Es la falta de uso mi vida… respira y afloja…

- Ángelo… mmmm…

Dita se volvió a arquear en la cama porque DM retomó lo que estaba haciendo con la boca y que le hacía ver luces a su esposo, continuó con esta tarea hasta que Dita llegó a la cumbre del placer en un explosivo orgasmo, a la vez tres dedos entraban y salían libremente de su interior por lo que Death sin darle mayor tiempo a su pareja se posicionó sobre él y mientras lo besaba con pasión lo fue penetrando, Dita gimió nuevamente y un par de lágrimas escaparon de sus bellos ojos

- Te hice daño?

- No… pero hazlo despacio… la tienes… muy grande…

- Dime que no te gusta

- No… no me gusta… me encanta… vamos… muévete…

 

DM besó a Dita y se empezó a mover lentamente en su interior, el mas joven se aferraba a la espalda de su amante y le arañaba mientras se arqueaba en la cama, hacía mucho tiempo que no sentía lo que estaba sintiendo ahora, un calor indescriptible lo invadía, corrientes eléctricas recorrían todo su cuerpo, ambos se movían en la cama fundidos como uno solo, pronto la habitación se llenó de jadeos, gemidos y palabras de amor

 

Cuando todo acabó ambos estaban recostados en la cama, sus respiraciones aún agitadas se unían a suaves risas y besos, su bebé no se despertó hasta un par de horas después, esa noche fue muy especial, esa noche por primera vez se demostraron cuanto se amaban, su hogar se establecía a partir de ese día y ambos poniendo su mejor esfuerzo lo sacaban adelante, ahora después de dos años la pareja que hacía el amor en su cama matrimonial no había perdido la pasión en su relación, se amaban como el primer día, con el pasar del tiempo si habían tenido sus desavenencias y problemas de ajuste como cualquier pareja pero no tenían problemas de fondo, estaban emocionados con la llegada de su segundo hijo, se habían mudado a una casa mas grande que tenía tres habitaciones, DM había dicho que ahora les faltaban las dos niñas de las que habían hablado hace mucho tiempo, Dita a esto sonreía… una familia grande era su sueño también

 

Acurrucado en los brazos de su esposo el joven de cabellos turquesas miraba y acariciaba ausentemente su anillo de matrimonio, un suspiro escapó de sus labios por lo que su esposo lo abrazó estrechándolo contra su cuerpo y preguntarle:

- Y ese suspiro?

- No es nada… solo pensaba

- En qué?

- En como las cosas no salen como uno espera, en como un momento de desesperación puede convertirse en el momento clave de cambio en la vida de una persona

- Hablas de esa noche en el puente?

- Si… si tu no hubieras saltado tras de mi yo… hubiera muerto y Erick también

- No pienses en eso mi vida, fue una muy mala decisión tomada por el sufrimiento, lo bueno es que no hubo consecuencias que lamentar

- Gracias Ángelo, gracias… no se que sería de mi vida sin ti, tu me has ayudado y me has dado todo lo que siempre he querido, una familia, amor, un hogar

- No no no… el que me ha dado un hogar has sido tu, pero mejor abrásame que tengo frío

Dita se volteó poniendo una almohadita bajo su barriga y abrazó al padre de su hijo pero no pudo evitar pensar en Shura, qué sería de la vida de aquel al que nunca mas volvió a ver?, bueno… lo había visto en la televisión hace no mucho, se veía regio e impecable en un traje de diseñador en una cena de gala para recaudar fondos para la sociedad de lucha contra el cáncer, según Dita se veía bien pero parecía mucho mayor a lo que era en realidad, su mirada era dura… Dita cerró sus ojos y sonrió, por lo menos ya no había venido reclamando derechos sobre su pequeño, eso les hubiera traído muchos problemas sobre todo porque la familia a la que Shura pertenecía era una de las mas importantes de Japón, pero… tal vez precisamente por ello no había reclamado a Erick, era una pena, Shura se había perdido la dicha de ser padre porque Seiya no le había dado hijos aún, de cualquier manera Dita acarició el dormido rostro de su esposo y sonrió, todo estaba bien, todo estaría bien…

 

Esa misma noche en una de las mansiones mas grandes del barrio mas exclusivo de Tokio estaba un hombre de cabellos negros de pie frente a la ventana de la sala de su casa, tenía un vaso de whisky en la mano y la mirada ausente, estaba recordando la escena del parque que presenció en la mañana y su corazón se encogía, antes no lo había pensado pero daría su vida por estar con el hombre que amaba y su hijo, pero Dita no lo recibiría… no… él hacía mejor al mantenerse alejado de ellos y no interponerse en su felicidad, el economista sonrió con tristeza al recordar a su hijo, su dulce sonrisa y sus ojos, el pequeñito tenía los ojos negros como los suyos, tan perdido en sus pensamientos estaba que no sintió cuando alguien mas había bajado las escaleras

- Insomnio eh? – dijo el castaño abrazando al pelinegro por la espalda

- Un poco… vuelve a la cama, hace frío – dijo el mayor en un susurro sin voltearse, Seiya tenía el sueño ligero y no podía dormir si él no estaba a su lado

- Claro que tengo frío porque no estás conmigo en la cama, vamos… - Seiya tomó la mano de Shura que acabó apresuradamente su trago y caminó de vuelta a la habitación acompañado de su esposo, al acostarse nuevamente el mayor pensaba que había obtenido todo lo que quería en la vida, el problema estaba en que lo que uno quiere y lo que uno necesita son dos cosas totalmente distintas, Dita se lo había dicho y él de necio no lo había escuchado, sacrificó el amor por el dinero y la comodidad, ahora era cierto que tenía todo lo que el dinero podría comprar, la falla es que… lo que necesitaba para ser feliz no estaba a la venta…

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, nos vemos pronto en nuevos fics, saludos, bye


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