-Vamos despierta- mientras le daba de suaves remezones- no te hagas el dormido, conmigo no funciona- susurrándole al oído
-¿... que pasa? ¿No ves la hora?- tapándose la cara con la almohada
-quiero hablar contigo... – algo de preocupación se le escapa en su voz
-¿no puede ser en la mañana?- destapándose la cara
-... no, es importante
-bueno, te escucho- dejando escapar un gran bostezo
-necesito que me mires, no es fácil lo que tengo que decirte- sentándose en la cama
-¿...que... me quieres decir?- sentándose al lado de su compañero muy asustado
-... creo... creo que... - muy nervioso y titubeante
-¡crees que!- angustiado grita el muchacho mientras sus ojos castaños se ponen tristes
-perdón - abrazando a su acompañante-
-¡maldición! Habla claro- hundiendo la cara en el hombro ya conocido
-nunca pensé que este día llegaría tan rápido- separándose del abrazo, le da un beso al joven
-¡suéltame! No quiero tus besos, ni tus abrazos ahora... hicimos una promesa- al compás de un corazón arrítmico y las caídas de las lagrimas en el rostro del muchacho.
En la habitación se notaba la tensión de las palabras de los dos jóvenes, el muchacho de ojos castaños miraba con rabia e impotencia al otro que solo reflejaba paz y tranquilidad en su rostro y que en cada intento de consolar al otro recibía un golpe que demostraba el desprecio de quien debía recibirla
-Vamos kyo-cha ambos sabíamos que lo nuestro no duraría una eternidad
-...cállate, prometiste hacerme feliz... - mirando el piso
-acaso... ¿no lo he hecho?- poniendo su mano en el mentón de su amado y obligándolo a mirar a su cara
-no es eso... porque lo has logrado e intentado pero... - cerrando sus ojos
-vamos, no calles, dime lo que tienes dentro
-pero mi felicidad es estar contigo, dormir, acostarme, reír, llorar... y si te vas, me sentiré vació... no tendré razón de vivir- buscando los brazos del otro, caen a la cama
-el que me valla no quiere decir que deje de pensar en ti y en todo los momentos que pasamos, es todo lo contrario- abrazando al muchacho- espero que estés más tranquilo con eso... bien sabes que eres la única persona a la que amo- le levanta la cara y le da un corto pero cálido beso
-gracias por lo que me dices, iori... pero prefiero que me lleves contigo a estar sin ti... el dolor que me dejara tu ida no podré reemplazarla por nada... ¡no me dejes!- hundiendo su cara en el cuello de su compañero
-tranquilo... - mientras le toma la mano y cruzan sus dedos- lo mas seguro es q no podrás reemplazarla por un tiempo pero luego encontraras algo, te lo aseguro, tu, alguien lleno de vitalidad que se deje morir tan fácil... lo dudo
-...para ti es fácil decirlo como serás el que se ira y se olvide de todo... por lo que más quieras, llévame contigo, yo sé que no te será de gran dificultad hacerlo, pero entre estar acá y vivir en la tristeza del pasado ha vivir la alegría del presente... tu sabes mi respuesta
-tu bien sabes la razón por la que no haré- sacándose la correa del cuello se la pone en las manos del muchacho-
-...¿ y esto?- mirándolo extrañado
-te la regalo
-... pero si nunca te la sacas... no la puedo aceptar
-tonto- cerrándole la mano- recibe esto como signo de mi amor y lo importante que eres y serás para mí
-iori... yo... yo... - se pone a llorar desconsoladamente sin poder juntar algo coherente
-no digas nada, no necesitas hacerlo, ahora tranquilízate- le hace cariño en el pelo
-antes de que te vallas...
-¿si?
-Te odio, siempre me dejas en las mismas, me confundes y luego me tranquilizas y siempre haces lo mismo...
-... – queda sin comentarios el muchacho
-...pero a la vez te amo porque me traes a la realidad con pasión y sutileza, protegiéndome de mis temores y todo a lo que no me atrevo hacerle frente
-... yo te doy las gracias por permitirme eso, nunca olvidare lo que vivimos acá en estas cuatro paredes, todo lo que nos dijimos y prometimos, solamente tu, yo y estas 4 paredes serán mudo testigo de nuestro amor... lo siento kyo, debo irme- dejando a su compañero recostado al lado se levanta pero la voz del joven ojos castaños lo detiene
-... antes que te vallas cántame algo con lo que pueda dormirme y hacer más fácil esta despedida
El muchacho con los cabellos rojos toma su guitarra y tocando acordes de una canción solo para el muchacho comienza a despedida mientras en el rostro del oyente caen y caen lagrimas sin poder contenerlas. Al terminar el muchacho yace dormido pero en el sueño repite una y otra ves “te amo”
-adiós, kyo-chan - besándole la frente deja la habitación
el muchacho luego de dormir por un rato placidamente despierta totalmente asustado y moviendo el cuerpo inmóvil de su compañero se hecha a llorar sobre él
-“Te dije que si me dejabas era preferible que me llevaras contigo”- apretando la correa que tenia en sus manos.
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jjeje espero que halla sido de su agrado y cualquier cosa dejen un review... lo siento pero soy mala escribiendo fic donde el fin no es presisamente un final feliz
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