“Un Nuevo Comienzo”
Allí estas…otra vez en el mismo lugar de siempre, pero esta vez es diferente, estas sonriendo, me alegra saber que al menos uno de los dos es feliz. Todavía parece que fue apenas ayer cuando seguías a mi lado, pero eso ya es historia y nunca más podré volver a aquel tiempo en el que rozaba tus labios, ese tiempo era genial.
Ahora en mi soledad, ahora que te perdí, me pregunto… ¿Cuánto de lo que dijiste era verdad?...Aún no puedo creer que todo fue un juego cruel en el que yo era el juguete, aunque nunca fui importante para ti…Tú lo fuiste todo para mi, eras mi mundo, hoy sin ti me siento vacío y solo, probablemente nunca me volveré a enamorar.
-¿Qué?, ¿Quién es él?-pienso en voz alta
Que patético soy, aun estando separados sigo teniendo celos de todo cuanto se le acerca, pero en verdad quiero saber quién es ¿Acaso es su nuevo juguete? Ojala él sí te de todo lo que yo no te pude dar y te haga feliz por siempre. Aunque no creo que eso sea posible, ya que ambos sabemos que cuando te aburras de él también lo botaras, y lo harás sufrir, tal y como lo hiciste conmigo.
-Hola Ray-me sorprendo, no note cuando te acercabas, levanto la mirada encontrándome con tu sonrisa, me molesta que vengas tan campante a saludarme como si nada hubiera pasado.
-Hola Ryoga-te saludo intentando sonreír pero aun así sigo triste y siento un fuerte dolor en mi pecho que no me deja respirar, tengo muchas ganas de llorar pero soy fuerte y lo soportare…se que podré.
-Te presento a Kifumi. -dices cínicamente, como si no me doliera verte con alguien más.
-Mucho gusto Kifumi, yo soy Ray-digo lo más sonriente que puedo intentando ocultar la rabia y las ganas de llorar.
-Bueno Ray nos vemos, llevare a Kifumi a mi casa… ¿Quieres venir?-dices burlonamente, es muy claro lo que pretendes.
-No gracias, tengo cosas que hacer-me levanto de mi asiento y me alejo; se suponía que iría a trabajar las 2 horas que me faltaban pero ahora estoy totalmente destrozado así que mejor me voy a mi casa.
He caminado un largo rato pero al fin estoy en mi hogar, busco mi llave. No la encuentro. Debí haberla perdido cuando me levante bruscamente del asiento, por suerte tengo la llave de repuesto que siempre guardo bajo el tapete de la entrada.
-Necesito una ducha-me digo mientras dejo caer mis cosas sobre el sofá.
Sin pensarlo mucho me meto al baño, tomo una larga y refrescante ducha con agua muy fría; me aburro de estar tanto tiempo así que me seco para comenzar a vestirme y salgo.
-Ahora estoy fresco pero este dolor y las ganas de llorar aún no se van-hablo conmigo mismo, desde que se fue lo hago para no sentirme tan solo-necesito una copa.
Me dirijo a mi mini bar, hay Coñac, Vodka, Whisky, Tequila, Sake, etc., miro todas las botellas.
-¿Cuál será la mejor?-me decido por el vodka, voy por un jugo a la cocina, luego tomo un vaso, cojo mis cigarrillos y un encendedor; camino a la sala y dejo todo en el centro de mesa. Preparo mi bebida y enciendo un cigarrillo, doy un trago sintiendo el alcohol pasar por mi garganta. Esa agradable sensación del alcohol recorriendo mi garganta, como si quemara todo a su paso. Ojala pudiera hacer lo mismo con mi corazón, y quemar tu recuerdo, quemar ese sentimiento que se niega en desaparecer.
Ojala pudiera…
Bebo sin preocupación alguna, realmente no me importa si mañana no voy a trabajo, después de todo el jefe puede darse el lujo de faltar. ¿No? Da igual, se que todo estará bien. Bebo como si de agua se tratase, consumo los cigarrillos uno tras otro. Se supone que hacer esto es “malo” para la salud. Pero si con esto puedo olvidar no importa.
Han pasado como dos horas desde que empecé a beber, he acabado con 2 botellas y media cajetilla de cigarros.
Eso ha sido realmente rápido, no puedo creer que haberlo visto con ese tal Kifumi me haya dolido tanto, ¡Va! ¿A quién quiero engañar? Desde el fondo de mi ser siempre he rezado porque no encuentre a nadie más, que se dé cuenta de que dejarme fue un maldito error y vuelva arrastrándose para pedirme perdón. Y cundo ese día llegue… Seré yo quien le diga adiós. No puedo, ni quiero estar contigo. ¡Sí! Que sienta lo que yo sentí ese día en el que dijo esas palabras a mí.
El alcohol ha hecho su trabajo ahora estoy mareado, tengo un poco de sueño, estuve llorando pero se me han acabado las lagrimas.
-Ding-Dong, Ding-Dong…-
Escucho sonar el timbre, alguien toca insistentemente
-¿Quién será?-pienso en voz alta mientras intento incorporarme…fallo…no puedo…he bebido mucho
-¡Ray!, ábreme-escucho gritar desde afuera, pero estoy tan ebrio que no distingo la voz y no puedo levantarme a abrir
-No puedo-grito esperando que se vaya quien sea que este allí.
-¿Estás bien?-veo un rostro familiar entrar por la puerta.
-¿Ryo- Ryoga?, ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste?-
-Tiraste tus llaves así que te las traje...que malo ¿Por qué no me invitaste a la fiesta?- Dice mientras recorre con la mirada mi casa- ¿Tan feliz te hizo verme con alguien más?-
-¡CALLATE!-esto es malo, estoy borracho y no podré contenerme, se lo diré todo-¡Vete!
-Acabo de llegar ¿Ya me corres tan rápido?- Enuncia con una sonrisa en su rostro
-¡Vete!- Necesito estar solo
-¿Estas enojado? o ¿Estas Triste?- Me mira fijamente
-Estoy triste, déjame en paz -Le grito, me sorprendo ya que aun hablo con “claridad”.
-¿Por qué?-
-¿Cómo te atreves a preguntar?, es tu culpa que este así…todo es tu culpa, me presentas a tu nuevo amante así como así ¿Crees que no me duele?-comienzo a llorar no lo puedo evitar, me duele verlo…es como echarle limón a la herida…DUELE MUCHO.
-¿Dolor? A mi me dolió más cuando me entere de que no me querías-
-¿Qué?... ¿Qué demonios dices?- Volteo a verlo
-¡No finjas!... Uruha me lo dijo todo, que solo estabas conmigo para darle celos, que en realidad lo amas a él, creí que si te dejaba ir serias feliz y ahora me dices que te duele verme con alguien; Eres un…-No lo dejo terminar, lo interrumpo
-¡Te equivocas! Al único que he amado es a ti, y él te dijo todo eso porque le gusto, tal vez pensó que si tú ya no estabas, todo le sería más fácil pero aun así yo no lo quiero y por eso nunca le pude ni le podré corresponder. Quería separarnos y lo logro porque tú no pudiste confiar en mí…- Lloro amargamente. Soy un estúpido, le he dicho todo. Era justo lo que quería evitar, sin embargo aquí estoy llorándole, desahogándome. Soy patético.
-Entonces… ¿Aún me amas?- Se acerca a mí con una cara llena de incredulidad.
-¡Claro! Idiota…Te amo-Grito en su cara, paso mi mano por mi rostro en un intento por borrar esas lágrimas que no dejan de salir.
-Si todo fue un malentendido… ¿Podrías perdonarme?... ¿Me…Me darías otra oportunidad?
-No- Intento reprimirme para no decir que si y lanzarme a sus brazos.
-¿Por qué no?...Nos amamos- Pasa las yemas de sus dedos por mis mejillas retirando algunas lágrimas.
-Tú ya estas con él-
-¿Él?- Ladea su cabeza
-Si él…Kifumi ¿O piensas dejarlo y hacerlo sufrir?-
-Pero…es que…-
-Es mejor que te vayas- No debo dejarme llevar…NO DEBO
-El no es mi amante-
-¿Qué?-estoy tan feliz de oír eso que mi corazón se acelera, de repente tengo ganas de abrazarlo…pero no lo haré aún conservo un poco de razonamiento y sé que miente-¡MIENTES!-Le grito en la cara furioso.
-No miento, es verdad lo que te digo, él solo es un amigo. Además no recuerdo haberte dicho que era mi amante ¿O sí?
-No lo mencionaste, pero no hacía falta, te vi. Te vi tan feliz con él.
-Vamos, solo pasa que es demasiado cómico el sujeto.
-¿Y esperas que te crea? Por favor, no naci ayer. Conozco esa sonrisa… esa mirada.
-Deja de imaginar cosas donde no las hay. Solo es un amigo.
-No te creo…yo…-no me dejas terminar de hablar, me abrazas; extrañaba el calor de tus brazos…tus caricias…el sabor de tus besos…soy incapaz de alejarme y dejarte ir; mi cuerpo reacciona, se mueve sin que se lo ordene y te beso…>>ESTOY PERDIDO<<, he caído…quise apartarte pero me fallan las fuerzas…ya no me puedo resistir…>>NO PUEDO<<.
-Ray te amo-me susurras al oído haciendo que pierda las fuerzas por completo.
Me besas, siento tu lengua en mi boca-que hermosa sensación-pienso mientras mi lengua se enreda y juguetea con la tuya, me aprietas haciendo que mi cuerpo quede muy cerca del tuyo.
-Ya no quiero que te alejes de mi…te necesito a mi lado- Me dices cargándome y me llevas a la habitación.
-No puedo creer que aun recuerdes donde queda el cuarto-
-¿Cómo podría olvidar que allí fue donde te hice mío por primera vez?
“Después de todo no pude olvidar tu existencia…”
“¿Está bien si nuevamente me dejo envolver por ti?”
“¿Está bien que volvamos a empezar?”
“No importa si está bien, porque en este momento es lo único que realmente deseo…”
“Estar contigo, fundirme con tu calor, perder el control de mi ser.”
“Perderme contigo…”
Al llegar a la habitación me dejas caer en esta y te recuestas mi lado. Tu aroma… nunca lo olvide. Me abrazas y yo hago lo mismo.
-Te amo- Susurras a mi oído- Nunca te olvide… ni siquiera lo intente.
-Yo tampoco lo hice… y para ser sincero… todo este tiempo estuve esperándote… Valió la pena esperar.
Acercas tus labios a mi rostro y besas mi frente como solías hacerlo, no sabes cuánto añoraba esto. Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, no son lágrimas de tristeza, más bien son de felicidad, porque al fin estamos juntos de nuevo… Aquello que creía imposible hoy se hizo realidad.
Besas mi mejilla, cuando sientes mis saladas lágrimas escurrir, bajas la mirada y mis ojos se encuentran con los tuyos. – No llores más por favor- Dices mientras secas mis lágrimas con esa delicadeza que tanto te distingue.
-Quiero volver a tenerte… -Dices tímidamente, después de todo siempre te ponías así cuando se trataba de sexo.
-Me pasa igual.- Digo desviando ligeramente la mirada.
Torpemente comenzamos a denudarnos, para después besarnos y recorrer nuestros cuerpos con desesperación, con un amor desesperado.
Te siento entrar en mí, me besas nuevamente y ahogo un gemido en tu boca. Te mueves con lentitud, seguramente piensas en que si lo haces más rápido me lastimaras.-Más rápido- Digo casi como un susurro, que sin embargo, debido a que estamos solo tú y yo, muy juntos, logras oír a la perfección. –No quiero lastimarte- Dices mientras hundes tu cabeza en mi cuello.- No lo harás.- Respondo y acaricio tu cabello.
Haces caso y aumentas la velocidad y el alcance, me destrozas, me duele, pero es un dulce dolor. Un dolor del que estaba necesitado. Un dolor que me mata y me revive. Unas embestidas más y terminamos por corrernos al mismo tiempo. Dejaste caer tu cuerpo sudado sobre el mío y nos fundimos en un beso.
Me aferro a ti, te aferras a mí. Te beso, y me besas.
-No te vayas… No vuelvas a dejarme solo.- Digo en tu oído para después bajar a tu cuello.
-No lo haré.- Dices entre suspiros al sentir mi lengua recorrer tu cuello.
-Eso espero.- Muerdo con rudeza tu cuello dejando una marca rojiza en tu blanca piel.
-No lo haré porque te pertenezco. Has dejado tu marca en mi infinidad de veces, tantas que me es imposible borrarlas… Y claro: ¡No tengo la más mínima intención de deshacerme de ellas!
SOY TUYO… AHORA HAS CONMIGO LO QUE QUIERAS…
No iré a ninguna parte………… NUNCA MÁS.