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Choices: You must have one por Tamagochita

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Notas del fanfic:

Hola~! muchisimo tiempo sin subir, pues aqui vengo con una nueva historia C: espero que les guste. He decidido volver a las andadas y, como he tenido tiempo libre en la uni, comencé a escribir de nuevo.

Esta es una probadita de lo que sera esta historia, espero que les guste ;D

Notas del capitulo:

Bien pues aqui esta el primer capitulo de esta historia, espero que les guste y comenten para saber si debo subir el siguiente capitulo C:

Comenzando una nueva vida

 

Cuando el avión arribó, se obligó a abrir los ojos, tenía mucho sueño y el cansancio parecía nunca irse y menos en ese vuelo que, aunque había durado muy poco, había sido el tiempo suficiente para derrumbarlo.

Hacia una semana que su madre, Brenda Simon, había muerto y, por un desafortunado desenlace de eventos, en ese momento iba en camino a encontrarse con su padre, Gordon Miller, al que solo había visto un par de veces en 17 años.

No sabia si lo reconocería, la última vez que lo había visto había sido cuando tenía más o menos 8 años y desde entonces, su recuerdo se había ido desvaneciendo, sobre todo porque su madre no guardaba fotografías de él.

Cuando tomó sus maletas y estuvo listo para salir, comenzó a buscar entre los centenares de gente a su padre.

Miraba y miraba en todas direcciones pero ninguna de las personas que veía a su alrededor se le hacia familiar.

-¡Andrew! – escuchó un grito detrás de él y, cuando se volvió para mirarle, se encontró con el cansado rostro de su padre.

Definitivamente, no era el mismo que recordaba, su rostro tenia más arrugas de las que recordaba, había una zona de su cabeza en la que ya faltaba cabello y, también, había subido de peso.

-Gordon… hola – saludó, inseguro

-Pásamelas – dijo, señalando las maletas, Drew, cohibido, le dio dos de sus maletas, decidiendo llevar la otra el solo.

El camino hacia la salida era relativamente corto pero el silencio incomodo lo hacia parecer más largo. Drew no tenia ni idea de que hablarle, no sabia que le gustaba, si estaba interesado en saber sobre él o si simplemente no le gustaba hablar de nada.

-Bien, ahí esta el auto – dijo Gordon señalando el viejo stratus rojo que estaba a unos cuantos pasos de ellos

-¡Recuerdo este auto! – dijo con una sonrisa que borró rápidamente

- Ya esta algo viejo pero sigue siendo el mejor auto que he tenido – dijo al momento que sonreía triunfante y se acercaba a paso veloz al auto, abriendo la cajuela para meter las maletas – venga, te ayudo – dijo quitándole la maleta y metiéndola también

-Gracias – sonrió con timidez y se acerco a la puerta del copiloto cuando Gordon la abrió desde su asiento.

 

Cuando el camino comenzó, ya no se sentía tan inseguro como antes, de hecho, comentó un par de cosas con su padre, haciéndolo reír más de una vez. Ya llevaban poco más de 40 minutos en el auto y Drew se dio cuenta de que poco a poco salían de la ciudad.

-Creí que vivías aquí – dijo algo extrañado

-Solía vivir aquí, cuando tu mamá y tu se fueron, vine a vivir a la ciudad, esperando encontrar un buen trabajo – suspiró – y estuve aquí unos 6 años pero no había calma ni un minuto y comencé a estresarme demasiado, por lo tanto, volví al pueblo, ahí compre una casa mucho más grande y comencé a hacer lo que siempre había soñado – terminó con una sonrisa

Drew nunca había escuchado nada de eso, de hecho hasta extraño se le hacia que no hubiesen vivido en la ciudad.

-Y, ¿Qué es lo que haces ahora? – preguntó, curioso

-Tengo un criadero de perros – dijo, alegre y orgulloso, sin duda, era un hombre sencillo que disfrutaba de la tranquilidad, todo lo contrario a lo que su madre le había hecho pensar todo ese tiempo – me gustan mucho los animales, sobretodo los perros y ¿Qué mejor manera de sacar provecho de ello?

-Bueno, - comenzó sonriendo – no sabia que tenias esos gustos, mamá casi no hablaba de ti y…a mi también me gustan los perros – sonrió

-Si, eso puedo recordarlo – dijo, mirándolo atentamente por primera vez en todo el camino – de hecho, tengo una pequeña sorpresa para ti

 

El camino a “casa” se hizo un poco más animado a medida que se acercaban y Drew no dejaba de sorprenderse por todo lo que iba descubriendo de su padre.

-Esa es la escuela – dijo Gordon, señalando el conjunto de enormes edificios que estaban a su derecha – este es un pequeño pueblo así que, no hay muchas escuelas, esta es la única preparatoria

-Vaya – a diferencia de la última ciudad donde había vivido, eso era algo muy extraño – y ¿ya me has inscrito? – preguntó con curiosidad

-Si – dijo, mirándolo – lo he hecho en cuanto me he enterado de que venias

El auto volvió a avanzar más rápido y, más pronto de lo que Drew creía, ya estaban enfrente de la casa.

-Aquí es – señaló su papá

-Wow – la casa era enorme, en la cochera cabían más de 3 autos y había un hermoso jardín que era ocupado por las enormes jaulas de los perros que ladraban en ese momento por la llegada de su dueño.

Cuando Drew bajo del coche, se vio abalanzado por un enorme pastor alemán.

-Rey – dijo su padre tirando del collar del perro hasta que lo separó - ¿estas bien? – le tendió su mano para que se sujetara de él y se levantase

-Si – dijo riendo

-Lo siento, él es Rey – dijo apuntando al perro que volvía al interior de la casa – fue el primer perro que obtuve y, de sus crías, fue de donde comenzó todo – Drew lo miro sorprendido – anda, entra, yo bajare las maletas.

Drew se aventuró al interior de la casa, la sala fue la primera habitación que lo recibió y, maravillado, se puso a inspeccionar la casa. Después de la sala, se encontraba el comedor y, del lado derecho, la cocina que daba entrada al enorme jardín de atrás en el que había varios cachorros jugueteando.

-¿Te gusta? – dio un pequeño salto, la voz de su padre lo había sacado de su ensoñación

-Si, es increíble – dijo sonriente

-Tu habitación esta arriba, es la habitación del fondo y tienes baño propio – Gordon dejo las maletas a un lado de uno de los sillones y comenzó a caminar hacia la cocina – ahora, tu sorpresa – dijo mientras desaparecía y volvía casi al segundo con algo entre brazos – aquí tienes – dijo mostrándole a Drew el pequeño cachorro de Pastor alemán que sostenía

-¿Es en serio? – preguntó sorprendido, tomando entre sus brazos al cachorro

-Si, sabia que te gustaría – dijo sonriente

-Gracias, de verdad – pasó el dedo índice por el puente de la nariz del cachorro, tratando de hacerle mimos

-Ahora, vamos a tu habitación, debes empezar a acomodarte – dijo tomando las maletas de nuevo y subiendo las escaleras con ellas.

 

Una vez que estuvo solo en su nueva habitación, dejó al cachorro sobre la cama y lo examinó, tenía que pensar en un nombre.

-Veamos – dijo levantándolo una vez más – oh, eres una chica – la acaricio fugazmente y la dejo en el piso – entonces serás… - pensó unos momentos y después decidió que aquello que tenía en mente era perfecto – ¡Sabana! – exclamó sonriente antes de comenzar a desempacar.

La habitación era realmente grande, la cama estaba centrada en la habitación, pegada a una de las paredes y, a uno de los lados de esta, había una mesita de noche, mientras que, del otro lado, había un buró.

El armario era enorme, mucho más del espacio que realmente necesitaba, no estaba muy seguro de que la poca ropa que llevaba en sus maletas, que era toda la que tenia, llenara el enorme armario.

Comenzó a desempacar y, entre sus ropas, encontró las fotografías que su madre guardaba, o al menos las que había podido encontrar, en la mayoría de ellas, salían él y su madre, abrazados, felices, sonrientes, mientras que en solo un par de fotografías salían su madre, su padre y él.

Una de ellas, era la fotografía de cuando había nacido, su madre estaba en una de las camas del hospital, con él en brazos, y su padre estaba sentado a un lado de ella, abrazándola. A él le habría encantado haber conocido aquel lado de sus padres, las veces que los había visto juntos se la pasaban peleando, sobretodo por teléfono, suponía que su padre llamaba para que su madre volviera con él o, como mínimo, le dejase verlo, pero su madre siempre se negaba y colgaba, molesta, el teléfono.

Cuando se dio cuenta, se había sumergido en un mar de recuerdos, todos, por supuesto, con su madre y aquello, aparte de producirle una inmensa felicidad, porque lo era, le producía tristeza, enojo, nostalgia y muchos más sentimientos que era tan difíciles de explicar. Extrañaba mucho a su madre pero, por fin había tenido la oportunidad de convivir con su padre, un hombre al que no conocía demasiado pero que del cual, de una forma u otra, añoraba su compañía.

El sonido de los ladridos de Sabana lo sacó de sus pensamientos, viéndose completamente metido en sus pensamientos de nuevo.

Se puso de pie después de guardar las fotografías y se acercó a la cachorra.

-¿Qué pasa? – Preguntó divertido, obteniendo un ladrido y un movimiento de cola – salgamos – dijo, abriendo la puerta de su habitación, observando cómo Sabana corría por el pasillo.

Él salió también, bajando las escaleras, ya estaba oscureciendo y su estomago le suplicaba por algo de comer, lo que fuera.

Cuando estuvo abajo, entró en la cocina buscando algo dulce.

-¿Hambre? – Dijo su padre entrando del jardín – puedo prepararte algo

-Si, solo un poco no te preocupes – se recargó en una de las paredes de la cocina - ¿puedes? ¿no estas ocupado? – preguntó señalando hacia el jardín

-Si, no hay problema, y bien, ¿Qué quieres para cenar? – preguntó

-Cualquier cosa esta bien – murmuró, tomando a Sabana en brazos

-Tu dime – dijo mientras abría el refrigerador – podemos hacer sándwiches, si es que quieres algo simple, sino podemos hacer algo de carne, hamburguesas…

-¿Hamburguesas? – preguntó sorprendido, usualmente no cenaba cosas así – Eres nuevo en esto, ¿cierto? – preguntó riendo

-La verdad es que si – respondió Gordon, riendo también y rascando su nuca.

 

                                               ******

 

La alarma del celular lo despertó, Gordon le había dicho que no era necesario comenzar las clases al día siguiente de haber llegado pero él ya no quería perder más tiempo.

Después de la muerte de su madre, había visitado muchas de las casas de sus familiares. Había vivido un par de días en la casa de uno de los hermanos de su madre pero su tío era un hombre demasiado ocupado que gastaba ya mucho dinero en sus cuatro pequeños hijos por lo tanto, había ido a vivir a casa de su abuela materna pero esta ya era una anciana y apenas podía cuidar de ella misma y, por todas las enfermedades que solían atacarle en esos tiempos, le dijo a Drew que era más seguro que viviese con otro familiar y, así sucesivamente, fue cambiado de hogar hasta que, uno de los hermanos de su padre lo había contactado para decirle que si podía tomar la custodia de este.

Salió de bañarse y se puso unos pantalones rectos, una camiseta blanca algo holgada y unos tennis negros. Cuando se terminó de peinar, tomó la mochila que estaba al lado de la puerta y le acarició la cabeza a Sabana que, emocionada, movía la cola.

Bajó las escaleras y se encontró a su padre.

-¿Listo? – Preguntó – ¿quieres desayunar algo?

Drew revisó el reloj que estaba al lado de la puerta y se dio cuenta que no tenia tanto tiempo como pensaba.

-No, estoy bien – dijo sonriente – vamonos.

Gordon asintió y tomo las llaves del auto y de la casa y se encaminó hacia la puerta para llevar a Drew a la escuela.

 

                                               *****

 

Cuando entró a la escuela, su padre le acompañó con la directora y esta le dio un pequeño papel que debía mostrar en cada clase para que le dieran sus libros y lo agregaran a la lista de alumnos.

En ese momento caminaba por el pasillo atiborrado de gente, mientras que con la mirada buscaba el que seria su casillero y observaba a las personas que pasaban apuradas a su lado.

Miró la hoja con los horarios y, con el mapa, supo a donde tenía que ir para asistir a su primera clase.

Entró en el aula y eligió el primer asiento en el que sus ojos se posaron: el penúltimo de la última fila. Colocó su mochila sobre la mesa y se recostó en ella. Cerró los ojos durante un par de segundos hasta que escuchó el timbre y todos los jóvenes comenzaron a entrar al aula.

Cuando vio que el profesor entraba al salón, se dirigió hacia él y le mostró el papel.

-Vaya, así que tu eres el chico nuevo – dijo el profesor mientras sacaba las listas de alumnos de su portafolios – muy bien señor Miller, bienvenido a la clase – una vez que lo apuntó, sacó un libro y se lo entregó - ¿quiere que lo presente con la clase? – preguntó riendo

-No, gracias – dijo, poniéndose completamente rojo de la pena

-Esta bien, la clase esta apunto de comenzar, por favor tome asiento

Drew asintió y comenzó a caminar hacia el asiento en el que había puesto su mochila y se dio cuenta de que, a su lado y muy cerca de él, se había sentado un chico que lo miraba fijamente.

Cuando se sentó, el profesor comenzó a hablar sobre el tema que verían aquel día y Drew no le puso mucha atención. Le ponía nervioso que el chico a su lado lo mirase de esa manera y, desgraciadamente, sentía como su cara ardía de la vergüenza.

-Hola – saludó por fin el chico, su cabello negro, que brillaba deslumbrantemente, y sus ojos, que un momento parecían grises y al siguiente verdes le seguían mirando atentamente

-Hola –susurró para que el maestro no lo escuchase

-¿Eres el chico nuevo, no es así? – preguntó mientras recorría su asiento cada vez más cerca de él

-Si – dijo, lo miró solo un par de segundos y continuo – me llamo Andrew. Andrew Miller, dime Drew.

-Vaya – dijo ensanchando su sonrisa – yo soy Steve - Steve miró en dirección al profesor y luego dirigió nuevamente su mirada a Drew

-De acuerdo, Steve – dijo Drew probando con su voz aquel nombre

-…Y recuerden que el examen es en un par de días así que espero que estén preparados – escuchó Drew decir al profesor

-Vaya presión – dijo Steve de repente

-¿Lo es? – preguntó dudoso Drew

-La verdad es que no, este profesor hace preguntas muy fáciles, lo que presiona es el poco tiempo que da para contestar el examen

-Vaya, entonces – Drew miró de reojo al profesor – debería prepararme – dijo sonriendo

Steve se le quedo viendo durante unos minutos y después sonrió también, negando con la cabeza mientras lo hacia.

-Ciertamente, no esperaba que el “chico nuevo” fuese tan simple

-¿Simple? – preguntó un poco ofendido

-No simple, sino que, es mucho más fácil hablar contigo de lo que esperaba

-¿Por qué? – preguntó riendo

-Porque probablemente tu vienes de alguna ciudad enorme y tu padre, Gordon Miller, es un hombre que tiene mucho dinero – dijo mirándolo – y nosotros pues, como decirlo, vivimos en este pequeño pueblo

-No tiene nada de malo vivir aquí – dijo sonriendo – de hecho, pienso que es mucho mejor, todo es más tranquilo

-¿Lo crees? – Preguntó sorprendido, Drew asintió – bien, creo que tienes razón después de todo – dijo mirándolo una ultima vez, dirigiendo después toda su atención al profesor.

 

                                                           *****

 

Cuando salio de esa clase, se despidió animadamente de Steve y se prometieron volver a verse. Los chicos del pasillo lo aventaban de un lado a otro por la prisa que tenían de llegar a la siguiente clase y, cuando por fin llegó a su casillero, metió el único libro que llevaba rápidamente y, cuando comenzó a caminar en dirección a su siguiente clase, choco con un chico realmente grande que lo empujó al sentir como se le recargaba Drew para no caer.

Cuando se fue para atrás, estuvo apunto de caer, pero un par de fuertes brazos lo detuvieron, sosteniéndolo por la cintura.

-¡Fíjate por donde vas! – exclamó el chico, acercándose intimidantemente a Drew

-Tranquilo Chris – dijo el chico al tal Chris

-No te vuelvas a meter en mis asuntos – bufó antes de dar la vuelta y seguir caminando

-¿Estas bien? – preguntó el chico, que aun lo sostenía de la cintura

-Si, gracias – estaba completamente rojo, no solo por la vergüenza sino por aquel chico que lo sostenía, su cabello castaño claro brillaba y sus ojos color miel le sonreían amablemente -¿Quién eres? – preguntó confuso

-Algo así como tu ángel guardián – dijo guiñándole un ojo y acariciándole un poco la cadera – me llamo Erick

-Yo soy Drew – dijo nervioso, si bien, aquella caricia se había sentido estupendamente bien no dejaba de ponerlo nervioso

-Si, lo se – dijo riendo, cosa que aumentó el rubor de Drew – eres el chico nuevo

-Si… - dijo decepcionado, ya que solo por eso lo identificaba

-Bien Drew, tengo una clase en muy poco tiempo así que, nos vemos después – le guiñó un ojo y lo dejó de pie para irse, dejando a un sorprendido Drew mirándolo.

           

Notas finales:

He ahi el primer capitulo, espero lo hayan disfrutado y prometo volver con más ;D


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