“Si miras con detenimiento hacia el horizonte, si, justo allá por donde sale el sol cada mañana, podrás darte cuenta de que él te está cuidando, a él no le habría gustado verte así, ahora sonríe, estas vivo, vuelve a extender tus hermosas alas y vuela, vuela lejos de lo que te hace sufrir, vuela hacia un lugar mejor, vuela hacia mi… yo te amo y te haré volver a querer vivir”
***
Las gotas de sudor caían en abundancia por su frente, su agitada respiración y labios entre abiertos hacían a la multitud de señoritas que lo rodeaban gritar como locas y lanzar infinidad de comentarios subidos de tono y algo vulgares, actitud que a él no le impresionaba… de hecho, le daba asco y repugnancia que chicas de “sociedad”, como se hacían llamar las susodichas, se comportaran peor que animales en celo para llamar su atención, porque si, mini faldas y escotes provocativos, contoneos y otros movimientos para hacer resaltar sus figuras, presentes lindos y otros vulgares, todo para llamar la atención de Choi Siwon, si las pobres supieran que ese hombre de mirada seductora, cuerpo que parecía esculpido por los mismísimos ángeles, de modales exquisitos y una lengua que dejaba a todos anonadados por la facilidad que tenía para expresar sus ideas de forma tan galante y respetuosa, ya tenía dueño.
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“¿En serio crees que es tan fácil? Aun no logro sacarlo de mi corazón, yo lo amaba, aun lo amo, y el que me vengas a decir que tú me amas no me ayuda mucho, debes darme tiempo, eres una buena persona, pero debes comprenderme… él fue mi todo desde que tengo conciencia, fui muy estúpido al no decirle lo que sentía… mi corazón se lo llevo él y no se si me lo quiera regresar para que pueda amarte… no sé, si yo quiero amarte”
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Completamente concentrado en el tiro, era ahora o nunca, todo se decidía en un solo golpe que podía costarle la batalla, sus sentidos se agudizaban pero lograba bloquear por completo el ruido que provenía de la otra parte del terreno, los presentes parecían entender y hasta contenían la respiración con tal de no desconcentrar al golfista que tenían enfrente, sabían de su carácter, si perdía, mataría a más de uno. Kyuhyun se preparó, tomo una última bocanada de aire y comenzó a mover el palo de un lado a otro, un parpadeo por parte de algunos presentes y la pequeña pelota ya se encontraba volando rauda por los aires, todos, excepto Kyuhyun, corrieron hacia donde se supone debía caer aquel objeto.
— ¡Hoyo en uno, joven Cho, hoyo en uno! —
El aludido no pudo evitar sonreí triunfante hacia sus veteranos adversarios, aunque se había ausentado por un año entero a causa de su depresión, llego ganando, arrasando cruelmente con aquellos que le dijeron que no pasaría de la primera ronda, le ordeno a sus empleados que recogieran sus pertenencias y partieron, no sin antes volver a lanzar una mirada de burla y superioridad a los que lo menospreciaron.
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“No te obligare a corresponderme y mucho menos te obligare a que olvides a alguien tan importante como lo fue él, tampoco fuiste un estúpido… es solo que temías su reacción, después de todo nunca supimos si era como nosotros. Mis sentimientos te los confieso ahora porque me duele verte así, quiero que te levantes, que vuelvas a mostrar esa sonrisa tan tuya por allá, quiero ver cómo te burlas de esos ancianos que creen que por tu edad son mejores que tú, quiero que vuelvas a vivir… si no lo haces por ti o por mí, hazlo por él”
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Después de dar semejante espectáculo en aquella carrera de caballos, Siwon dispuso retirarse del lugar, estaba cansado y lo único que quería en esos momentos era darse una ducha para después ir a ver al dueño de su corazón, se dirigió lo más rápido que pudo hacia las duchas, pero en su camino se encontró a dos señoritas que extrañamente, no lo voltearon a ver, iban bastante inmiscuidas en una cámara de video que llevaban en las manos.
— Ese chico es realmente lindo, nunca lo había visto por aquí – dijo una chica delgada y rubia que portaba ropa deportiva. —
— ¡Lo sé! – Chillo la otra – pero Sica… ¡Yo lo vi primero! —
— Eso no es justo… — espeto molesta — tu ni siquiera sabes de ese deporte, eres demasiado ignorante como para que alguien tan serio como él, pueda fijarse en tu existencia. —
— ¿Y eso que importa? Soy más alta y bonita que tú… — sonrió — seguro tengo más oportunidades que las que tú tendrías aunque volvieras a nacer. —
— Blah, blah, blah y más… blah… de que eres alta, lo eres… déjame decirte querida Sully que jirafas como tú no se ven todos los días, pero eso no tiene nada que ver, tu ni siquiera sabes su nombre.
— ¿Tu si lo sabes? — pregunto muy curiosa.
— ¡Claro! Se llama Kyu Hyun. — la miro con un deje de victoria y siguió su camino mientras la otra corría detrás suyo.
Won escucho detenidamente aquella conversación, e inevitablemente su corazón latió desenfrenado a causa de escuchar aquel nombre que ahora retumbaba en su cabeza, ¿Sería posible que hubiera vuelto? No lo sabría si no investigaba por su propia cuenta, olvidando la dichosa ducha y su cansancio, corrió como un loco en dirección a los campos de golf.
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“Agradezco en demasía tus palabras, ¿Es por eso que tantas chicas mueren por ti? Tus palabras me reconfortan y me ponen a pensar en si es correcto tirarme aquí, como ahora, a llorar mi dolor, o en verdad él hubiera querido que siguiera adelante, tal vez tengas razón… tal vez deba dejarme ayudar por ti… sonara estúpido… pero te ruego, te pido por favor que me devuelvas las ganas de vivir, desde ahora tienes mi total permiso y el de él para enamorarme, no me falles”
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Kyuhyun se debatía mentalmente entre ir a buscarlo o no… no le había avisado que regresaría ese día y estaba nervioso, su regreso a los torneos de golf fue más que exitoso y moría por ir con su mayor a contarle de su logro, pero pensaba que eso lo haría ver más débil y dependiente de lo que de por sí ya era, ¿Qué hacer?
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“Te juro por mi vida que te hare feliz, juro que tus ojos volverán a brillar, juro que volverás a amar, juro que sanare cada una de las heridas que aparezcan en tu corazón, juro que siempre estaré para ti, juro que lograre que me ames, juro que te ayudare a levantarte cada que caigas, juro que te amare por y para siempre”
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Estaba allí, Won aun no podía creerlo, verlo de pie y sonriendo mientras miraba con detenimiento un trofeo que tenía en las manos, después de un año por fin veía que todos sus esfuerzos daban fruto, primero logro hacer que volviera a comer, después que volviera a hablar con su familia, más tarde vino el levantarlo de la cama y lograr que caminara con confianza por su casa, ahora esto… lograr que volviera a poner los pies en el lugar que más le recordaba a aquel.
— ¿Kyu? – pregunto aun dudoso mientras se acercaba a aquella silueta que resaltaba debajo de los árboles. —
— ¡Hyung! – grito mientras se lanzaba a sus brazos — ¿Cómo supiste que estaba aquí? —
— Lo escuche de un par de hienas que te acechaban desde las sombras — dijo con un tono misterioso y a la vez divertido mientras lo apegaba más a su cuerpo.
— ¿En serio? Vaya… siempre supe que era irresistible pero no pensé que desde mi primer día ya tendría admiradoras. —
— Kyu… — hizo un puchero – ¿Pero tú eres mío o no?? —
— Estúpido caballo… como si no conocieras la respuesta a eso. —
Won solo se limitó a sonreír, conocía bastante bien a Kyuhyun y se había acostumbrado a no esperar palabras de amor de su parte, aun así, había veces en las que el menor se portaba meloso, y era en esos instantes en que se daba cuenta de que los sentimientos de Kyu eran reales, en que cuando le dijo que por fin lo había conquistado no mentía, en que cuando le dijo que por fin le correspondía plenamente, lo dijo de corazón. Aun así, seguía con la duda en su cabeza, no sabía si preguntar o no pero al final lo hizo.
— ¿Kyuhyun, porque decidiste volver justo el día de hoy? —
La sonrisa que él menor tenía en su rostro desapareció de inmediato, la pregunta lo tomo por sorpresa y logro descolocarlo en demasía, Siwon lo noto y se regañó mentalmente por haberlo preguntado, tal vez hubiera sido mejor quedarse callado.
— No lo sé — se encogió de hombros — tal vez sea porque creo que ya estoy listo, que por fin lo he superado. —
— Kyuhyun… perdona por la pregunta tan estúpida que acabo de hacer… —
— No te preocupes — rió — ya estoy acostumbrado a tus estupideces. —
— Eres demasiado cruel — lo miro indignado e hizo un puchero. —
— Admite que amas mi crueldad — busco su rostro y lo beso. —
— ¿Vamos a casa? —
— Si, ya te estabas tardando en preguntar… no traje auto. —
— Tan despistado como siempre, no te preocupes yo a diferencia de ti, si traje.
Se tomaron de la mano y emprendieron su marcha hacia el estacionamiento.
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— ¡Dongsaeng, gane! — corría entusiasmado. —
— Eso veo, felicidades, sin duda alguna eres el mejor. —
— Gracias, pero los ancianos no piensan lo mismo. —
— ¿Y que importa lo que esos viejos piensen? — Lo abrazo — aquí lo importante es que, él que tiene el trofeo en sus manos eres tú y que te lo ganaste con tu esfuerzo. —
— ¿Me acompañas a celebrar? —
— ¿Habrá vino y videojuegos? —
— ¡Sin esas cosas no habría celebración! —
— ¡Entonces ni lo preguntes! Estoy más puesto que un calcetín. —
Los amigos llegaron a la casa del mayor, como de costumbre no se encontraba nadie más que la servidumbre, pero eran personas que nunca interferirían con su amo.
***
Kyuhyun miraba como perdido hacia el horizonte, era el primer día que se atrevía salir después de todo un año, algunos de los lugares que tanto frecuentaba habían cambiado demasiado; como la cafetería por la que acababan de pasar, cuando acudía a ella, la fachada era de un color arena, acompañado de espirales de canela que se dibujaban en las paredes junto a una taza de café que humeaba, ahora tenía un color café obscuro, como si fuera un chocolate, la taza y espirales no estaban más, en su lugar granos de café y una linda cuchara con simpático rostro sonreía. Irónico, sonrió también ante sus recuerdos, ¿Cuántas cosas se había perdido por culpa de su necedad? ¿Tanto había cambiado el mundo en su ausencia?
***
— Me hubiese encantado ver la cara de esos viejos cuando les ganaste. — decía mientras servía el vino. —
— Fue genial, me encanto poder burlarme de ellos. —
— Me lo imagino, pero eso les pasa por subestimarte así que no siento ni un poquito de pena por ellos. — acerco las copas hacia la mesita de centro. —
— A mí lo que me da pena es que no hayas ido, ¿Ahora si me dirás que fue tan importante como para dejarme plantado? —
— Te lo diré — le regalo una sonrisa y un beso en la mejilla — te lo diré pero no ahora, prometo hacerlo después. —
— ¿No confías en mí? — lo miro con tristeza. —
— Eres mi mejor amigo, ¿Cómo no confiaría en ti? No te subestimes, dije que te lo diría pero este no es el mejor momento… dame tiempo, ¿Si? —
— Está bien, pero no descansare hasta que me lo digas. —
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Decidió dejar de observar por un momento la ventana y volteo la vista hacia su conductor; Siwon, su mayor soporte desde que la tragedia lo invadió, un hyung realmente maravilloso y amable que siempre lo apoyo y estuvo a su lado, que lo ama y se lo ha demostrado, que aun a pesar de todo… no lo ha enamorado, y tal vez nunca lo haga, porque en su estúpido y masoquista corazón solo reside el recuerdo de él.
***
Se sentaron frente a la gran pantalla, cada uno tomo un control y se dispusieron a jugar. Sus batallas siempre eran reñidas, ambos era buenos jugadores y no se dejaban ganar. Podían estar horas así, nunca se aburrían. Kyuhyun podía vivir toda la eternidad con la persona que tenía a lado y jamás se arrepentiría, jamás le reclamaría al mundo dejarlo ser feliz junto al amor de su vida, aunque este nunca se enterara de lo que en verdad sentía por él.
— Kyuhyun, estoy cansado. —
— ¿Tan rápido dongsaeng? ¿Tan rápido de has cansado de perder? —
— Que gracioso, es en serio, últimamente me canso muy rápido, culpa de mi estúpido cuerpo que envejece. —
— ¿Envejecer? Hablas como si ya tuvieras más de 40 años cuando tan solo tenemos la mitad. —
— Ya lo sé, pero es la verdad, me arden los ojos. —
— Entonces hablemos un rato mientras tomamos algo más de la botella, quiero que la terminemos. —
— Hyung… ¿Sabías que eres un alcohólico? —
— No me jodas de nuevo con eso, se beber así que déjame, además no digas nada que tú eres igual que yo. —
— Entonces guardo silencio y tú pásame otra copa. —
— Así me gusta, tan obediente con tus mayores. —
Alzaron sus copas y brindaron, ¿Los porqués?, Demasiados, pero el más importante, estar compartiendo gratos y memorables momentos juntos.
***
A veces agradecía el haber sido siempre tan caprichoso, su casa se encontraba en las afueras de la ciudad, alejada de tanto ruido, contaminación y gente, gente que lo molestaba y mal miraba solo por tener más que ellos como si el tuviera la culpa de eso.
Siempre dicen que la gente con dinero y buena posición es engreída, que goza de humillar a los pobres y maltratarlos, ¿Pero porque no dicen nada de los pobres? ¿Porque no dicen que son tan orgullosos que creen que todo lo que se les ofrece es a cambio de algo? Los estereotipos que la sociedad te impone son algo enfermo, palabras o miradas con las que se te puede matar, si esa forma tan vacía de pensar no existiera, él bien podría haber sido feliz, él bien podría andar como si nada por la vida, podría no esconder su homosexualidad.
***
El alcohol nunca es un buen consejero… la botella hacia ya mucho que se había acabado, varias se habían terminado, arrasaron con el mini bar, vino, coñac, whisky, vodka, tequila… era difícil diferenciar que es lo que estaban bebiendo en este justo instante.
— Hyung… estoy borracho. —
— Si no me dices no lo noto. —
— Hyung… ¿Tú me quieres? —
— No seas cursi. —
— Hyung… Si me quieres dímelo. —
— Te quiero dongsaeng, te quiero más de lo que tú te imaginas. —
— Hyung… — como pudo, se arrastró hasta llegar a su lado — te amo. — le susurro y beso su mejilla. —
— Claro que me amas, somos amigos, los mejores, ¿Qué no? —
— Hyung… yo te amo como hombre, no como amigo. —
— Dongsaeng no digas eso… no juegues. —
— Kyuhyun es lo que siento, sé que estamos borrachos, sé que lo que haga o diga el día de hoy mañana lo olvidaras. —
— Eso es jugar sucio, ¿Por qué lo haces? —
— Lo siento desde hace mucho y es difícil seguir callando. —
— Entonces, como estamos borrachos, ¿Si hoy te beso y digo que también te amo lo olvidaras? —
— Es lo más seguro. —
— Entonces, te amo dongsaeng. —
— Lo se… siempre lo he sabido. —
— ¿Tan obvio soy? —
— Algo… —
— ¿Y porque no nos damos una oportunidad? ¿Por qué no nos querernos con libertad? —
— No puedo, tengo un problema. —
— ¿Es el secreto que me has estado ocultando? —
— Preguntas mucho hyung. —
— Estoy borracho, dímelo, mañana lo olvidare… —
— Moriré… — sonrió con nostalgia — estoy enfermo hyung, un mes más y desapareceré. —
— ¿Estas bromeando? Si es así esto no es lindo, es un broma demasiado cruel. —
— Es cruel pero es verdad, perdóname hyung. —
***
Llegaron por fin a casa, aquel lugar en el que eran libres de hacer lo que quisieran sin recibir reproches a cambio, donde nadie juzgaba su actuar.
— Hyung, hueles a caballo — menciono mientras se tapaba la nariz. —
— Kyuhyun… tú tampoco hueles a flores del campo así que no digas nada. —
— Hyung, creo que te estas pudriendo. — puso cara de asco. —
— ¡Kyuhyun ya! Deja de decirme esas cosas, no es para tanto. — espeto. —
— Hyung, báñate. —
— Tú también necesitas un baño. —
— No quiero, estoy cansado — comenzó a caminar hacia su habitación — voy a dormir. —
— Nada de cansado — hizo que Kyuhyun detuviera su andar — debes bañarte y como buen hyung que soy me ofrezco a ayudarte con eso. —
Lo tomo con firmeza por la cintura y comenzó a llenarlo de besos, intensos y apasionados roces que hacían vibrar todo su ser. Dulces y armoniosas caricias que lo hacían sentir amado le fueron devueltas, que hermoso se sentía ser querido y querer.
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Las lágrimas corrían por sus mejillas, ambos lloraban mientras se regalaban caricias y besos que se llevaban el alma del otro ser con que compartían.
— No quiero que mueras. —
— Yo no quiero morir, quiero estar contigo hyung. —
— ¿Dios nos odia? —
— No, no juzgues así de esa manera, Dios hace las cosas porque lo sabe todo… seguro te mandara a alguien mejor que yo, alguien que si te pueda complacer. —
— Pero yo te quiero a ti, solo a ti. —
— Suenas como una chica. —
— Es tu culpa por enamorarme, ahora asume las consecuencias de tus actos. —
— Nunca lo planee… —
— No seas estúpido… te amo dongsaeng, déjame amarte el día de hoy que mañana lo olvidare. —
— ¡Brindo porque hoy nos amemos y mañana lo olvidemos! — Levantaron las botellas al mismo tiempo. —
— ¡Salud! — gritaron al unísono. —
Decididos se entregarían a su amor por primera y última vez.
***
Estaba aturdido, dolido y decepcionado, ¿Pero de que se quejaba? Siempre supo que solo sería la sombra de él, que aunque Kyuhyun lo lograra querer y hasta jurara que lo amaba, siempre lo haría en menos cantidad que a su mayor rival.
— ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué Kyuhyun no te puede olvidar? —
¿Cuántas veces lo había preguntado? ¿Cuántas veces eran ya? ¿Cuánto más necesitaba para autoconvencerse de que Kyuhyun nunca lo olvidara?
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Estaba triste, no era la primera vez que su mayor salía corriendo por su culpa, ¿Pero que podía hacer? Era inevitable, no podía controlar el impulso de sus labios por pronunciar el nombre de la persona que más amo y que ahora ya no estaba. Era inevitable que cada que Siwon lo besaba y acariciaba con dedicación el pronunciará, sin querer, “Shim Chang Min”.
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