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Silly Silly Boy por Luzbel Icariot Dmas

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Silly Silly Boy

 

Se hallaba en uno de los asientos del vagón, un vagón solo para él, aunque más que sentado... vale, la verdad es que estaba completamente atado al asiento y forcejeando en vano, y con su más fiel subordinado parado frente a él…

-Romario por favor, solo 10 minutos más…- suplicaba poniendo una intensa cara suplicante, sabiendo de lo inútil que era intentar soltarse….

-lo siento, Boss, pero ya esperamos demasiado, además de que, personalmente, creo que el sr. Hibari no vendrá….

-¡¡No es cierto!!- gritaba el rubio negando con la cabeza con un niño chiquito al que le dicen que Santa Claus no existe. Romario suspiro y presiono los labios, a veces su jefe se comportaba tan….

-lo siento en verdad, pero este viaje es muy importante para usted Boss- se inclinó levemente –con su permiso iré a dar orden de partida.

Acto seguido se retiraba, Dino forcejeaba con más insistencia aún, entonces oía el tren listo para partir, aun no lograba soltarse, se desesperó, así que como último recurso…

-Kyoya!!!!- saco la cabeza por la ventana y comenzó a gritar el nombre de su estudiante a todo pulmón (¿?) –Kyoya…!!!- al oír su nombre una venita roja salto en la frente del chico de pelo negro que se encontraba recostado sobre el vagón, estúpido potro, lo mordería hasta la muerte apenas tuviera la oportunidad….

Aun no entendía porque había decidido venir… aunque pensándolo bien era una gran oportunidad para darle una buena paliza al inútil herbívoro, sonrió ante la idea.

A medida que el tren avanzaba la ciudad comenzaba a ser reemplazada por un rustico bosque, era invierno así que apenas si podía verse más que el empalagoso blanco de nieve que lo cubría todo, con una suave brisa que corría por los alrededores….

Era cuando ya estaban lejos de la ciudad cuando Romario volvía a ingresar al vagón, y con una navaja cortaba las cuerdas que ataban al capo, quien, molesto, se cruzaba de brazos, ponía un puchero molesto y miraba fijamente a la ventana, ignorando a su subordinado.

-Boss, le recomiendo que se abrigue, habrá una tormenta de nieve más tarde- se quedó en silencio un momento esperando respuesta, pero su jefe aun lo ignoraba –con su permiso- se inclinaba y salía, sabía que tardaría en pasársele…

El rubio miraba por la ventana fijamente, realmente molesto, con las ganas que tenia de que Kyoya lo acompañase… suspiro hondamente, llevaba mucho tiempo ya enamorado del guardia y había planeado hacérselo saber en este viaje, pero ahora….

<<Hibari, Hibari>> ese llamado conocido lo saco de sus pensamientos, miro atentamente por la ventana, sacando la cabeza nuevamente… sin duda, era… Hibird!!!....  pero…

Veía a la pequeña ave amarilla, pero no parecía que quisiese subir al tren…. Es más, hasta diría que baja de él… entonces se le ocurrió algo…

-Kyoya???- preguntó en voz alta mirando hacia arriba aun con la cabeza fuera.

Vale, era muy descabellado pensar que el japonés hubiera decidido ir sobre el vagón… sin embargo… abrió la ventana lo más que pudo y comenzó a salir por ella… tenía que comprobarlo.

No veía nada aun, así que decidió subir; piso el borde de la ventanilla y con un impulso termino sujetándose del borde del tren, era una peligrosa situación, pero… Eso no importaba mucho…

-Kyoya!!!- gritaba emocionado.

El pelinegro lo miro de reojo sin cambiar de expresión o posición, entonces pensó que el Hameuna era un idiota sin duda, colgarse así del tren…. Dino tenía ambos brazos flexionados y apoyados en el borde del techo del vagón, y los pies aun en la ventanilla….

-Un momento- decía el rubio para apoyarse completamente en sus brazos e impulsándose a subir una rodilla flexionada sobre el vagón, y luego el otro pie, hubiera sido una subida perfecta de no ser por….

Al estar sobre el vagón, confiado, quiso ponerse de pie, pero no se fijó en el hielo que había en el tren, así que al sentar el segundo pie, piso con fuerza en un montón de hielo lo que ocasiono que trastabillara y se fuera para atrás apenas subió; Kyoya quiso detenerlo, pero el capo pesaba más, por lo que cuando lo tomo de la chamarra en lugar de atraerlo hacia el vagón, ambos cayeron de este….

Por suerte habían salido impulsados con suficiente fuerza como para caer golpeándose en el tren, en lugar de eso cayeron casi a dos metros de las vías directo a un montón de nieve que amortiguo su caída.

Kyoya fue el primer en ponerse de pie, sacudiéndose la nieve y viendo partir el tren, el Hameuna iba a pagársela caro…

-itae- tras él, el rubio se sobaba la cabeza adolorido, entonces sintió un aura extraña…  vio a su estudiante.

-K-K-Kyoya??- pregunto asustado, comenzando a retroceder de espalda, aun sentado en el suelo. El pelinegro tenía las tonfas en mano y un aura oscura alrededor con la mirada asesina.

-te morderé hasta la muerte

-no, espera!!!!- el rubio se agachaba y lograba esquivar la tonfa de Hibari, que por desgracia golpeo un árbol con fuerza, y de este cayo un gran montón de nieve justo sobre el menor, enterrándolo levemente…

El rubio aprovecho la oportunidad y hecho a correr, no por cobardía, si no por seguridad personal, pero varios metros más allá, cuando volteo para ver a su alumno…. No hallo nada, y el montón de nieve aún seguía intacto, se alarmo…

-Kyoya!!!- grito mientras corría de regreso, apenas llego junto al montón comenzó a escavarlo con las manos, apenas si había comenzado cuando un tonfaso asesino lo golpeo en la cabeza y lo mano de espaldas a la nieve, desde ahí pudo observar al furioso guardián con una tonfa en alto destinada a su rostro, pero un ruido extraño lo paro, ambos dirigieron la vista hacia el lugar, el rubio no vio nada pero el menor si lo sintió… era una tormenta de nieve….

-Tch- fue lo único que dijo antes de comenzar a atacar al rubio… o intentarlo, ya que por “Seguridad personal” este se hallaba ya a dos metros de él….

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Llevaban tiempo corriendo, tiempo durante el cual habían avanzado considerablemente internándose en el bosque, aun así ninguno paraba, Kyoya porque aún no había saciado su sed de sangre y Dino porque si paraba seria lo último que llegaría a hacer….

En medio del ajetreo fue cuando Dino se dio cuenta de algo ya olvidado, paro de golpe provocando que se cayera, y si Kyoya no fuera Kyoya tal vez hubiera terminado sobre el rubio, aumentando así los motivos para matar a este, sin embargo no paso, se detuvo justo a tiempo, aun furioso, el rubio lo noto y antes de que la tonfa de Hibari lo golpeara….

-hay un refugio cerca!!!- soltó cubriéndose el rostro con los brazos –si me matas no lo hallaras…

Entonces Hibari pensó que tenía razón, antes que nada necesitaba un lugar donde esconderse de la nieve, ya cuando le mostrara el refugio lo mataría, por ahora lo importante era esconderse de la tormenta….

-levántate inútil Hameuna- le dijo pateándole en un costado.

-ouchh!, no tenías porque….- entonces vio la furia del guardián en los ojos -… es por aquí…- dijo parándose… Kyoya era tan…. Tan… Tan Kyoya…. Sonrío, es por eso que lo amaba….

Comenzaron a  andar, ahora con el potro como guía, conocía el lugar pues de niño solía ir por esos parajes, y había descubierto una cueva no muy lejos, de fuera parecía solo una montaña pequeña, pero si se movía alguna piedra era…..

-este es tu refugio Hameuna??- pregunto el menor algo molesto,  solo era un remedo de una montaña, sin duda mataría al potro….

-si!- decía emocionado, y en lo que Hibari decidía en si matarlo al potro a tonfasos o a puño limpio, este con dificultad movía una piedra del montón, y para sorpresa del guardia, tras esta había un cueva, no se veía bien pero el rubio tomo un encendedor y arreglo el problema… recordaba que solía jugar mucho en ese lugar, entonces debían de haber leños secos…

A duras penas el rubio entro a gatas, el menor dudo un momento, pero suspiro que era mejor ese lugar a la tormenta, así que desconfiadamente comenzó a entrar, se sorprendió al ver el lugar, perecía que el invierno no lo tocaba pues el suelo estaba cubierto de flores y pasto y otro tanto, en los muros improvisado de rocas, tenía la apariencia de un  nose que….

El potro se dedico a encender una fogata, mientras Kyoya… Kyoya tenía frio, pues antes le había caído nieve encima y hasta ahora se había derretido en su ropa humedeciéndola, y ahí dentro aun hacia frio pese a todo,..

Minutos más tarde ya había una considerable fogata, sentados frente a ella Hibari y Dino, sin cruzar palabra, el italiano se encontraba bien, casi no le había afectado el frio… pero Hibari era otra cosa, el guardián tenia frio, quien sabe si era por le nieve que le había caído, o porque había decidido viajar sobre el vagón del tren, con el viento frio golpeándole directamente o por la tormenta, tenía los dedos de los pies y las manos congelados y se sentía temblar… y mientras Kyoya se moría de frio el adulto se encontraba debatiéndose entre cual sería la mejor manera de confesarle su amor a su pupilo.

Fue cuando lo decidió y decidido reparo en Hibari mirándolo atentamente, Kyoya tenía las rodillas flexionadas hasta su pecho, con el mentón apoyados en estas y los brazos fuertemente apretados alrededor de ellas, temblaba levemente y tenía tanto la nariz como las orejas rojas….

Que idiota había sido, como no lo había notado antes…

-Kyoya estas bien??- preguntaba poniéndose de pie y acerándose al pelinegro, al llegar a su lado extendía una mano para tocarle la mejilla pero apenas y sentía el contacto el pelinegro apartaba el rostro, se sentía tan débil que esto le era un gran esfuerzo…

Dino abrió gran de los ojos, estaba realmente frio, sin dudarlo un segundo se quitó la chaqueta e iba a cubrir al menor pero este se lo impidió. Chasqueo la lengua, sabía que tratar de convencerlo sería inútil así que….

-Q-Que  crees q-que… ha... haces…- refunfuñaba el guardián mientras forcejeaba con el rubio,,,

-quédate… quieto….

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A final había terminado abrazando a Kyoya por la espalda, sentados aun, con las piernas a cada lado de las caderas de su estudiante, rodeando el torso, manos y todo con sus brazos, y la chaqueta cubriendo a su alumno por delante….

Tras unos largos minutos en los que Hibari había dejado de forcejar, y lanzar maldiciones el potro sintió como su alumno ya no temblaba, suspiro aliviado; fue cuando Hibari dejó caer todo su peso contra el pecho del potro, nunca supo porque, solo lo hizo, y el italiano tampoco supo si era por el ambiente, la cercanía o el movimiento anterior pero respirando hondamente el perfume del pelo de Kyoya le salió un…

-Te amo Kyoya- lleno de sinceridad y sentimiento…

Y por algún extraño motivo a Hibari esas palabas le arrancaron un hondo suspiro, y cerro los ojos haciendo hacia atrás la cabeza, apoyándose en el hombro del rubio, no entendía porque, solo quería hacerlo, se sentía débil y seguro, era tan extraño….

Dino no podía explicar la felicidad que lo invadía, lo único que atino a hacer fue a abrazarlo más fuerte aun…

-Te amo te amo te amo…- susurro escondiendo el rostro en el cuello del menor.

Este iba a voltear a decirle que no dijera estupideces… pero apenas movió el rostro y unos cálidos labios se posaron sobre los suyo…

Sintió sus mejillas ardes a fuego intenso mientras sus pupilas se dilataban… sin embargo… comenzó a corresponder al beso… intentado seguir su ritmo…

El rubio exploro con devoción la inocente cavidad del menor… comenzaba a faltarle el aire, entonces se separaban, jadeantes, Kyoya sentía que podía salírsele el corazón por la boca, aún tenía los ojos cerrados, regularizando su respiración, aun con las mejillas al rojo vivo. Sentía un extraño calor en el cuerpo y por alguna extraña razón le gustaba, y eso era lo que lo molestaba en realidad…

Al darse cuenta de esto intento separase del rubio, pero este lo abrazo más fuerte aun y volvió a besarlo, esta vez de forma demandante… si, Dino sabía que eso era incorrecto, pero no lo pudo evitar, y Kyoya volvía a perderse en el beso; esta vez mas rudo, más húmedo… más caliente… El rubio comenzó a colar las manos por debajo del uniforme, recorriendo con sus grandes manos el torso del menor, suspirando al hacerlo… el guardián lanzo un suave gemido al sentir las manos del italiano sobre su piel caliente, hizo el rostro a un lado, vaya manera de quitarse el frio… intento apartarse del mayor que ahora le saboreaba el cuello…

Entonces, al sentir a su pupilo moverse lejos de él, lo tomo de la cadera y con un ágil movimiento lo tumbo el suelo poniéndose sobre él, besándolo aún, descendiendo por su cuello….

Era incorrecto, si, estaba mal, si, no tenía derecho, sí, pero no lo podía evitar, y ahora mismo se le pasaba por la mente las veces que había soñado con esto, las veces que se había consolado pensando en él; en su frágil cuerpo, su deliciosa piel, si esquicito aroma….

Kyoya sentía un indescriptible calor en el cuerpo, sabía que tenía que detenerlo… además ¿Quién se creía ese estúpido herbívoro? Que podía venir, decirle unas cuantas palabritas y ya?...

Fue mientras pensaba en eso que Dino comenzó a descender por su cuello a besos; abriendo la camisa a su paso….

-D-Detén…te…-dijo Kyoya jadeante y empujando el pecho del potro con las manos, pero ya era tarde, la fuerza de sus brazos le habían abandonado, además….

-Kyoya- susurro el potro mientras alcanzaba un pezón con sus labios y una de sus manos bajaba a colarse dentro del pantalón escolar del menor, acariciando sobre su bóxer aun…

-mmm… ah….- Kyoya se mordió el labio inferior y las manos que antes empujaban al potro ahora se aferraban a su polera; intento detener esos indecorosos sonidos que le salían…. Sentía calor, mucho calor, y esa atrevida mano sobre su miembro lo estaba perdiendo más aun….

El potro pasaba a saborear el otro pezón a la vez que volvía a colar su mano, esta vez bajo la ropa íntima del menor, acariciando con más fuerza…. El menor, al sentir la palma desnuda del rubio sobre su miembro soltó un fuerte y sensual gemido aferrándose a la espalda del potro, con fuerza ¡¡¿Qué diablos hacia el potro con su mano ahí?!! Le parecía atrevido… indecente, pervertido…. Sin embargo, estaba tan excitado que…..

El potro comenzó a bajar a besos por su cuerpo, con deliberada lentitud… a la vez que la mano que tenía libre comenzaba arrastrar el uniforme inferior de su pupilo por sus largas y bien formadas piernas, deslizando a la vez su lengua por la ingle del menor… mientras este le araba la piel con las uñas a medida que descendía…

-ahhh… Dino!!- grito al sentir como su miembro era engullido, esto le parecía tan vergonzoso, el nunca antes… -ah… mmmm- había siquiera explorado esa parte de su cuerpo y ahora ese herbívoro inútil….

Una deliciosa y enloquecedora succión lo saco de sus pensamientos y lo hizo retorcerse bajo las manos del potro, que acariciaban desvergonzadamente las piernas desnudas, y se dio cuenta de que ya no podía contener sus gemidos y tampoco refrenarlo con sus manos, estaban muy ocupadas jalando la rubia melena del hombre que lo sometía….

Fue cuando decidió que si iba a pasar mejor lo disfrutaba, ya luego lo mordería a golpes… además, esta situación…. No iba a admitirlo pero le gustaba, le excitaba, le hacía correr la sangre en las venas, era tan distinto de su ordenada vida, no es que la odiara sino que… esto también estaba bien ¿no? Además de que aunque se lo negara incluso así mismo, el Hameuna… le atraía, no de forma romántica, eso era de herbívoros, pero… su cuerpo… su piel… le excitaba tanto… el Hameuna…Dino lo excitaba, con el todo era instinto puro, sangre caliente…. Tan excitante, casi como pelear…..

Entonces dejo a su cuerpo fluir, sin contener los gemidos, arqueando la espalda ante la bendita succión, abriendo las piernas más aún si era posible mientras gozaba con frenesí la experta lengua italiana que lo estaba llevando al paraíso….

Dino sintió el cuerpo más joven tensarse, anunciando su inminente orgasmo, entonces comenzó a succionar aun con más fuerza, mientras masajeaba excitantemente sus testículos con las manos….

-ahh… ah… mmm… DINO, DINO!!- y llego a fin jalando con fuerza la melena italiana hacia el en un acto de euforia…

Dino bebió toda la esencia con gusto, para luego enderezarse y deleitarse con la imagen del nipón, mirándolo de arriba y acomodándose entre sus piernas… le excitaba demasiado la vista de un Kyoya sonrojado, excitado y jadeante, tan vulnerable… todo lo que podía querer…. Entonces se relamía los labios a la vez que se quitaba la camiseta dejando al descubierto su perfecto cuerpo bien formado….

Bajo de nuevo a besar a su alumno que apenas y se recuperaba de su reciente orgasmo… en medio de la pasión y la necesidad el moreno recorrió el torso desnudo del potro con sus manos, deleitándose mientras le comían la boca, Dino suspiro al sentir las pequeñas manos alrededor de su cuerpo, Kyoya se estaba perdiendo más… entonces el rubio tomando fuertemente las caderas del menor se enderezo, obligando al moreno a sentarse sobre sus piernas, aprovecho ese momento para terminar de sacarle el resto del uniforme superior, dejándolo completamente desnudo, y usando el beso como distrayente comenzó a deslizar un dedo en la caliente y húmeda entrada….

Al sentir ese intruso en su cuerpo Kyoya le mordió el labio inferior hasta sacarle sangre, Dino correspondió a la mordida con un beso poniéndose más aun mientras con su mano libre comenzaba masturbar al menor que ahora le rodeaba el cuello con sus brazos intentando imponerse en el beso; metía el segundo, comenzado a moverlos en el interior del chico, dilatando y buscando ese punto que lo enloquecería… y lo encontró.

El menor arqueo la espalda arañando la piel del rubio y lanzo un fuerte gemido al sentir como un punto en su interior era aplastado, a este gemido le siguieron otros más mientras masajeaba ese punto con ganas, aumentando el ritmo de la masturbación… consiguiendo gritos fuertes de su alumno… deslizo el tercer dedo en la húmeda entrada, sintiendo como no podía resistirse más…. Quería poseer a su alumno ya… y sus gemidos… lo enloquecía.

Cuando sintió el lugar lo suficientemente dilatado saco los dedos de ahí besando la boca de la nube, consiguiendo una queja frente al vacío que ahora sentía  en su interior, aun jadeante y aferrado a su espalda; apoyando en el suelo la mano que antes masturbaba al más pequeño comenzó a recostarlo en este, aun besándolo locamente, queriendo acabar con él a besos.

La mano que antes dilataba al joven se dirigió a su pantalón liberando de este al fin su excitada y necesitada erección.

-dolerá un poco…- susurro al oído del nipón mientras lo tomaba de la cadera, elevándola un poco y comenzando con la ansiada penetración… tan estrecho…..

-Nngh… Duele….- decía con dificultad el menor, clavándole las uñas en la espalda y presionando los dientes… era más grade que los dedos lo que lo penetraba ahora….

Hizo la cabeza hacia atrás cuando lo sintió completamente dentro, dejando caer unas cuantas lágrimas y arqueando la espalda, Dino lanzo un ronco jadeo al sentir esas calientes carnes apresando su erección, su alumno hizo la cabeza hacia atrás, entonces bajo a devorar su cuello a besos, llevando la mano que sujetaba la cadera del menor a masturbarlo nuevamente, intentando distraerlo de su dolor mientras se arqueaba un poco para lograr alcanzar los pezones del adolecente…

Kyoya intento concentrarse en la mano que atendía su miembro y en la caliente lengua que aplastaba sus pezones  para distraerse de la punzada de dolor que lo invadía…

Entonces lo sintió, un extraño placer indescriptible, latente dentro suyo…. Quería más… movió ligeramente las caderas jadeando sensualmente y jalando la rubio del pelo, buscando su boca y volviendo a la carnal batalla de lenguas, Cavallone tomo una de sus piernas y la elevo, obligando a rodearle la cintura y comenzando a moverse….

-ahhh!!- Hibari gritó al sentir como ese botón dentro suyo volvía a ser atacado, llevo las manos a cada lado de su cabeza en un instinto puro, subiendo la otra pierna también sobre la cadera del rubio, arqueando la espalda, y arañando lo que podía….

-ahhh… aaahhhh… mmmm…..mggh…ahhh…Cavallone…Dino…- gemía mientras la saliva se le escurría de la boca, con los ojos cerrados y la boca a medio abrir, la perfecta figura de la lujuria, Dino no podía estar más duro, entonces aumentaba el ritmo y la fuerza, aun masturbándolo…. Tan rico…. Kyoya era tan estrechó….

-….si…. así….- jadeaba el pelinegro mientras llevaba las manos hacia el cuello del capo, apretando fuertemente, Dino lo estaba perdiendo….- Ahhh!!!- grito aferrándose más aun a cuerpo del capo, le gustaba el ritmo que el potro dictaba…. Pero…. -… Mas…. Mas Fuerte…. Fuerte!!!- exigía, no era suficiente, el rubio jadeaba y complacía el pedido del menor… le parecía  tan excitante… único, lo gritos, su cara lasciva, su caliente boca que le recorría lo que podía, su estrecho interior… lo sintió tensarse de nuevo, gritando mas alto, abriendo mas las piernas….

El menor intento detener su orgasmo, pero era muy joven y esta era su primera vez…. Aun así se esforzó, comenzó a mover las caderas enérgicamente contra las del potro, buscando que llegara más hondo, mordiendo cualquier parte de Dino que se le presentara en el momento, respirando agitadamente entre grito y grito…

-D-Dino…. Dino…. M-Mas… Rápido- y Dino accedía, imponiendo más fuerza y bombeando con desesperación contra la caliente entrada…. Y fue todo lo que Kyoya resistió… con un alto grito se vino entre ambos vientres, convulsionándose y sufriendo brutales espasmos…. Siendo víctima de su delicioso orgasmo.

Dino lo siguió unos movimientos después, gritando el nombre de su alumno y besándolo locamente… salió de él dejando que su semilla se escurriera abundantemente de su entrada, Kyoya aun respiraba agitadamente, se sentía tan exhausto…

Dino lo acurruco contra su pecho besándolo en la frente y acariciándole la espalda…

-te amo Kyoya…- un susurro sincero que llegaba a Kyoya en la lejanía, pues este ya estaba perdido en el mundo de los sueños, sintiendo la calidez del pecho del potro, Dino pensó entonces que ese niño era su locura y abrazándolo fuertemente se dispuso a dormir, estaba tan feliz….

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Al día siguiente el primero en despertar fue el moreno abriendo pesadamente los ojos y removiéndose un poco… entonces se descubrió desnudo y con grandes brazos rodeándolo….

Se separó tan bruscamente del mayor que fue un milagro que este no despertara…. Se quedó sentado un momento observándolo y tratando de ignorar su dolor de cadera, mientras que los recuerdos del día anterior le hacían ponerse al rojo vivo, avergonzado… al fina llego a un conclusión: El Hameuna se había aprovechado de el….

El solo había cedido a sus impulsos, además estaba débil… pero el potro se las pagaría, eso era de seguro,…..

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Dino despertó con una extraña sensación de complacencia recordando todo lo sucedido, pero cuando tanteo a su lado buscando el otro cuerpo…

-Kyoya??- pregunto Dino abriendo los ojos y buscando alrededor; no había nadie… -Kyoya??- dijo más alto e iba a ponerse de pie para buscarlo pero noto algo… sus pantalones no estaban, no recordaba habérselos quitado pero y entonces…  ¿Por qué estaba completamente desnudo?.... y ahora que caía en la cuenta….

Busco por toda la cueva pero no hayo prenda alguna, ni suya ni de su alumno… y ¿si este se había llevado su ropa? Comenzó a alarmarse… no, él no podría… entonces recordó que se trataba de Kyoya….

Gruño fuertemente rascándose la cabeza, intentando encontrar alguna solución, pero era claro, no la había, se trataba de Hibari Kyoya, presidente del comité disciplinario… ¿Cómo se le había ocurrido follar con el…?

Notas finales:

bien,es algo que se me ocurrio de repente   espero que les haya gustado XD!!!!!!!!!!!!!!! 

gracias por leer, :D!!!


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