Yukwon se despertó, con la tarde bien entrada, la habitación se había quedado a oscuras y cuando agudizó el oído apenas escuchó ruidos. Recordaba haberse quedado dormido con Kyung, pero en aquel momento tenía todo el sofá para él. Se estiró, haciendo que le chasquearan los huesos y miró la hora en su teléfono. Teniendo en cuenta el día de la semana y la hora aquella noche tendrían la casa para Jiho, Kyung y él; el resto estarían con sus familias. Se puso en pie, rumbo a uno de los dormitorios, del que salía luz por debajo de la puerta. Kyung estaba sentado en una cama, rodeado de notas, y Jiho en la silla enfrente del ordenador, con un lápiz en la mano.
-Mira quién se ha despertado.-sonrió Kyung.
-Dejáis todo en silencio y a oscuras…No sé ni cómo me he despertado.
-¡Nuestro gatito! Ven aquí, bonito.-el líder hizo como si llamara a un animal.
Yukwon fingió echar a correr, haciendo que los tres rieran.
-¿Al final esta noche salimos?-se sentó en el suelo, para mirarlos a ambos, se apoyó en una pierna de Jiho.
-No puede ser que sigas con sueño…
-Me acabo de despertar, déjame un momento.
-Sí, por mí sí.-asintió Kyung, amontonando papeles.- Cenemos aquí y luego salgamos. Voy a ver qué hay en la cocina.
-Vale.-Yukwon lo observó marcharse, para luego mirar al otro.- ¿Qué? ¿Habéis conseguido algo?
-Nada presentable al público.-se echó a reír.- Una canción sobre comida, para volver a cogerle el tranquillo y reírnos un rato.
-¿Y ha funcionado?-el otro asintió.- Bien.-se apoyó en su rodilla, aún mirándolo, a través del flequillo.
-Habrá que cortarse un poco el pelo ¿No?-le acarició el cabello.
-Yo echo de menos el tuyo.-estiró el brazo, para acariciar los mechones que empezaban a crecer. Puso de nuevo aquella expresión, como cuando Kyung se fue a la clínica.
-No, no, no, ni se te ocurra.-lo tomó por debajo de los brazos, haciendo que se pusiera en pie y lo guió hacia la cocina.- No vuelvas a ponerte así.
Yukwon se dejaba manejar con una pequeña sonrisa, como si fuera un títere.
-Hoy me siento inspirado…Haré fideos instantáneos.-exclamó Kyung.- Y además…¡Tada! He encontrado esto, cuando miraba qué comida teníamos.-abrió un armario en el que había soju.- Decidme si no me queréis, me queréis, lo sé, es comprensible.
Jiho podría haber soltado a Yukwon al llegar a la cocina, pero ni a él le apetecía ni el otro le dijo nada; así que dejó sus brazos alrededor de su cintura. Cada vez que se movía el líder podía percibir el olor a su colonia, el champú, algo del suavizante de la ropa…No estaba al tanto de lo que pasaba a su alrededor, sólo que Yukwon se retorcía y reía y Kyung parecía estar haciéndole cosquillas, aprovechando que no se podía mover. No supo qué fue lo que le impulsó a hacerlo, pero se comportó como un niño que reacciona automáticamente cuando quieren quitarle un juguete y apartó a Yukwon para tenerlo él solo y le acarició el pelo. Kyung vio el asombro en el rostro del propio Jiho y se echó a reír.
-Voy a calentar el agua.-intentó controlar su respiración.- Ay, Ji, eres de lo que no hay.
-¿Qué has hecho?-le preguntó Yukwon, girando la cabeza para mirarlo.
-Pues…No estoy seguro.-le soltó lentamente.
-¿Te puedo ayudar?-Yukwon se acercó a Kyung, que asintió enérgico.
Jiho se quedó en silencio, dejándose caer en una silla y tamborileando la mesa ¿Qué acababa de pasar? Al menos nadie estaba enfadado y él era el único en estar aturdido. Navegó por el mar de sus pensamientos, tan hondo que sólo consiguió emerger a la superficie cuando Kyung le pellizcó la pierna.
-¡Ha de la casa! Joder macho, llevamos un rato llamándote ¿No tienes hambre?
-Sí, sí, tranquilo. Estaba pensando.
-Kyung, eres un gran cocinero.
-Sí, echar los fideos al agua y mezclar los polvos se me da de miedo. Bon apetit, mes amis.
Tras la cena Yukwon se adecentaba el pelo frente al espejo, colocando un mechón de aquí y de allá. Jiho lo observaba desde su cama, preparado ya, con a chaqueta doblada sobre el regazo; mientras Kyung elegía calzado. Los ojos de Yukwon se juntaron con los del líder a través del espejo y le sonrió.
-¿Qué?
-Nada, te miraba. Quiero decir…Miraba tu pelo, que está bien.-se azoró.
-¿No dijiste antes que estaba demasiado largo?
-Bueno, sí, pero eso no significa que esté mal.
-Qué bien que nos lo vamos a pasar hoy.-dijo Kyung con una sonrisa que les recordó al Joker de Batman.
Finalmente salieron a la calle, entre nubes de vaho.
-Joder, hace un frío que cagas calipos.-Kyung se frotó las manos.
Acabaron en un pequeño local que conocían de antes de debutar, era pequeño y la entrada estaba prohibida a menores, así que las posibilidades de encontrarse con una fan eran pocas. Ordenaron tres cervezas para empezar y se sentaron en un rincón de sofás rojos y luz baja; el local estaba inundado de humo de distintos cigarros. Kyung sacó un paquete de tabaco, ofreciéndoles.
-Por una vez…-dijo Yukwon, cogiendo un cigarro.
No era la primera vez que fumaban, aunque solían ser pocas veces, pero con todo ese tiempo libre de reflexión que tenían la nicotina se hizo algo más frecuente. Jiho sonrió, cogiendo él también, al recordar cómo Kyung y él solían actuar en un local parecido y Yukwon los observaba desde el público junto a Hanhae; una de aquellas veces fue cuando probaron el tabaco por primera vez. Quemaba los pulmones y su sabor era asqueroso, pero era lo más similar a la vida que se le ocurría en aquel momento. Yukwon aspiró el humo, haciendo que sus mejillas se hundieran antes de dejar escapar una pequeña nube.
-Me gusta esta canción.-comentó Kyung, bebiendo de uno de los botellines con el cigarro en la mano.
-¿De quién es?-preguntó Jiho.
-No estoy seguro.
La cerveza iba y venía, cada vez estaban más repanchingados en los sofás, se podría haber utilizado otro vocablo para describir su situación; pero no era tan elegante. Jiho había subido una pierna al asiento y había pasado un brazo por el respaldo, mientras que Yukwon apoyaba la cabeza de mala manera sobre una de sus manos con casi medio cuerpo sobre la mesa y miraba de soslayo a los otro dos, y Kyung tenía ambas piernas en el sofá y se apoyaba en sus propias rodillas.
-Oye, pues está buena esta cerveza.-comentó mirando la botella a trasluz.
-Sí…-contestó Yukwon de forma distraída, resultando casi un siseo.
Jiho se frotó la cara, a ver si se despejaba un poco.
-Yo ya voy fino.
-Más uno.-se unió el mayor de los tres.
-Qué poco aguante.-no obstante Kyung rodó los ojos, a ver si conseguía ajustar su visión.
Yukwon empezó a rascar una de las pegatinas que había en la mesa, ajadas y casi sin color.
-A mí no me importa esto de vez en cuando, así no me como la cabeza.
-Mientras comas otras cosas…-Kyung se echó a reír, esperando a que alguien le chocara la mano.
-Te has pasado.-le dijo Yukwon con los párpados pesados.
-Lo siento, perdón ¿Me perdonas?-abrió los brazos para que lo abrazara.
-Por supuesto que te perdono, Kyunggie.-se abrazó a él un poco torpemente.
-Par de borrachos.-les dijo Jiho, empujándolos con el pie vagamente.
-Dices eso porque estás celoso de que me abrace.-se burló Kyung por encima del hombro de Yukwon.
-Uih, qué mentira.
-Haya paz, también tengo para ti.-Yukwon abrazó al líder.
-Ahora qué ¿Eh?-Jiho le hizo un corte de mangas a Kyung a la vez que abrazaba al otro.
-Bah, eres un segundo plato.-bromeó, bebiendo más cerveza.
La respiración de Yukwon contra su cuello hizo que se le erizara la piel y le recorriera un escalofrío. Cuando se separó se recostó contra el cuerpo del alto, como si fuera una tumbona.
-¿A gusto?
-Psé, bastante.-le cogió un cigarro apagado que tenía en la mano apoyada en el respaldo y después de hurgar en sus bolsillos en busca de un mechero lo encendió.- Para tenerlo apagado me lo fumo yo.
-Yo creo que cuando termines esto tendríamos que volver al piso a seguir con la fiesta allí.-dijo Kyung.- Porque en breves cerrarán esto y a nosotros nos queda energía aún. Además...Siempre puedo quedarme dormido en cualquier esquina de casa.
-Perfecto.-contestaron.
El frío que hacía fuera fue como una bofetada y los espabiló. Kyung se revolvió en su abrigo mientras Yukwon daba unos saltitos para entrar en calor.
-¡Vamos mis pequeños, volad! –les dijo Jiho, empujándolos para que echaran a andar dirección al piso.
-Sssshhh…Silencio, intentemos parecer normales, que como nos pille una fan o un periodista la liamos aún más-dijo Kyung intentando andar recto.
Yukwon iba de pared en pared, hasta que chocó contra Jiho, riendo de forma estúpida, apoyándose contra él para que lo sujetara. No sabía si era cosa de su mente ebria o realmente estaba pasando, pero diría que la forma en la que lo tocaba y se inclinaba contra él era demasiado cariñosa; pero no tenía pensado quejarse, no, en absoluto. Cuando llegaron al portal Jiho lo abrazó con fuerza y Yukwon rodeó su cintura, mientras ambos se balanceaban.
-Bueno cuando encuentre las llaves os dejo solos y hacéis todos los bebés que queráis.
-No funciona con llaves.-Yukwon intentaba no reír.- Va con un código.
-Anda,- Jiho le dio la vuelta, sin soltarlo.- enséñale como funciona.
Yukwon se mordió el labio, reprimiendo una pícara sonrisa, mientras tecleaba la clave para que se abriera la puerta, moviendo las caderas con toda la intención de crear fricción contra el cuerpo del otro.
-Yukwonnie…-le advirtió el alto, haciendo que se riera.
Se abrió la puerta y se dirigieron al ascensor, a pesar de que Kyung insistiera que con ellos no iba a subir. Entraron a la casa a trompicones, quitándose los abrigos y dejándolos donde primero se les ocurrió. Yukwon se tiró al sofá de cualquier manera.
-Ji, ven conmigo, que me das calor.
-Soju para los tres mosqueteros.
Cada uno cogió un botellín.
-¡Todos para uno y uno para todos!-vitorearon mientras brindaban.
-Esto no se lo contamos a nadie ¿eh?-dijo Jiho después de beber un trago.
-Ya sabéis que después de la cerveza esto nos va a pegar un pelotazo ¿No?-comentó Kyung.
-No pasa naaaada…-Yukwon le quitó importancia con un ademán de la mano y las palabras pesadas.
Tiempo después Kyung se arrastró hasta su cuarto, muerto de cansancio e implorando una cama.
-Buenas noches.-le dijeron a lo que les contestó con un pequeño gesto de la mano.
Los otros dos estaban sentados en el sofá, agotados y más sobrios.
-¿Yukwon?
-Dime.-le contestó con un hilo de voz.
-Llevo queriendo hacer algo toda la noche.-le miró a los ojos.- ¿Te puedo besar?
El otro se le quedó mirando, sorprendido, alzando ligeramente las cejas, apoyado en su propia rodilla. Examinó su rostro, buscando restos de un estado de borrachera tal que le hiciera decir esas cosas, pero no lo encontró. Asintió, esperando a que fuera el otro el que se moviera. Jiho se acercó hasta él, tomándolo de la mejilla y Yukwon bajó la rodilla, para dejarle sitio. El alto lo besó con cuidado, esperando cualquier tipo de reacción. Yukwon le contestó al gesto lánguidamente, inclinando la cabeza y cerrando los ojos. Se separaron al de unos segundos y se quedaron mirándose, sin saber qué hacer.
-Sí…-Jiho miró a su alrededor.
-Ha estado bien.-asintió.- ¿Deberíamos irnos a la cama?
-Sí, sí, yo creo que sí…
Se pusieron en pie, encontrándose en la puerta del dormitorio. Yukwon se paró con la mano en el pomo de la puerta, pero se giró y echó sus brazos al cuello de Jiho besándolo. El alto lo tomó de la cintura, pegándolo a él. Se apoyaron contra la puerta, tomándose su tiempo.
-¿Dormimos juntos hoy?-le preguntó Yukwon, sin saber muy bien lo que estaba pasando.
-Vale, sí.-le dijo con la voz jadeante.- Pero sin molestar a Kyung.
-Sin molestar a Kyung.-asintió, besándolo una vez más.
Se cambiaron a ropas más cómodas para dormir, cayendo rendidos en la cama de Yukwon, o eso creían al menos. Jiho dejó que el otro se recostara encima y siguieron besándose durante un rato.
A la mañana siguiente se abrió la puerta del cuarto y Jaehyo entró a dejar sus cosas.
-¿Qué cojones hicisteis ayer?-preguntó sin preocuparse de despertarlos.
Jiho abrió los ojos y huyó de la luz que entraba por la ventana.
-Uhg…-Yukwon se incorporó, apoyándose en su pecho y llevándose una mano al rostro.- Basta.-se refugió en el cuello del otro.
-Jaehyo…Como no eches las cortinas te juro que te mato.-le dijo Kyung con una voz de ultratumba.
-Juraría que estáis con resaca. Aquí huele a tabaco y alcohol; además la sala está llena de botellas de soju.
-Muy bien, Sherlock. Ahora…Déjanos morir tranquilos, por favor.
Yukwon se estiró a coger una botella de agua que había en una mesilla.
-¿Te encuentras bien?-le preguntó Jiho y el otro negó con la cabeza.- ¿Vas a vomitar?
-No.-contestó, después de beber agua.- Pero no me encuentro bien.
-Échate esa agua por aquí.-le pidió Kyung.
Yukwon se sentó en la cama y le pasó la botella al otro.
-Y otra cosa…¿Qué hacéis los dos durmiendo juntos?-preguntó Jaehyo, guardando ropa en los cajones.
-Pues lo primero que han pillado, macho, parece que no te has emborrachado en tu vida.-le contestó Kyung, para salvar a sus amigos.
-Vale, vale, ya veo que en un par de horas no se os puede hablar. Por cierto, voy a hacer la compra, que el resto vendrán ya pronto.
-Vale.-contestó Jiho, acariciando la espalda de Yukwon, que gimoteaba contra la pared. Entonces recordó todo lo de la noche.- Yukwonnie…¿Te acuerdas de cuando volvimos a casa?
-Sí…Me condené de por vida.
-No, lo otro.
Yukwon se quedó inmóvil unos segundos y se giró para mirarlo, con ojos inyectados en sangre por el humo del bar y la resaca.
-Hostias.
-Vamos a tener que hablar…
-Vale, sí, sí ¿Pero podemos comer algo antes? Si voy a acabar vomitando prefiero tener algo en el estómago.
-Opino lo mismo.-dijo Kyung desde su cama.
-Yo me veo incapaz de comer nada…-admitió Jiho.
-Vale.-Yukwon pasó por encima de él, rozándolo más de lo debido y creando un pequeño gruñido en el alto y un sonrojo.- Perdón…
-No pasa nada.-evitó mirarlo.
-Anda que, están los ambientes caldeados…-dijo Kyung tomando de la mano a Yukwon.- Vámonos.- aprovechó en cuanto cerraron la puerta para abordarlo.- ¿Qué pasó al final? Porque tenía toda la pinta de que iba a pasar algo, que te vi, te vi, cómo te acercabas y también cómo él te miraba.
-Pues no sé.-se encogió de hombros.- Será que nos echábamos de menos y el alcohol.
-Sí, yo también os echaba de menos y no hago eso.
-Bueno.-lo miró con una ceja enarcada.- Similar.
-¿Lo tengo que volver a explicar? Fui a un colegio masculino…¡No estamos hablando de eso!
-No grites.-se tapó los oídos. Kyung lo tomó de los hombros y lo miró directamente.
-¿Qué es Jiho para ti?
Yukwon partió los labios para decir algo, parpadeando repetidas veces, pero se vio a sí mismo incapaz de decir “Un amigo, nada más.” Miró al sofá y a la puerta contra la que se habían besado.
-No lo sé, es complicado. Yo soy un amigo para él.
-Claro, nos hace lo mismo a todos, a mí me come la boca todos los días ¿No lo acabas de ver?-señaló al cuarto.
-Me duele la cabeza, Kyung, por favor.-se llevó las manos a las sienes.
-No pienses que he terminado contigo.-lo encaminó a la cocina.
-Chillaré…
-No lo harás, estás demasiado resacoso.
Yukwon hizo un puchero, pues tenía razón.
Veinte minutos después Jiho reunió la fuerza necesaria para irse a dar una ducha, más muerto que vivo. El agua fría le alivió el malestar sorprendentemente bien. Salió de la ducha, enroscándose una toalla alrededor de la cadera y examinando el estado de su tatuaje en el espejo. La puerta se abrió y miró por encima de su hombro. Era Yukwon, con ropa limpia y una toalla.
-Perdón, pensé que estaba vacío.-se quedaron mirándose.- Hey…
-No, entra, tenemos que hablar.
-¿Ahora? ¿Contigo a medio vestir…No, desnudo?
-¿Te pone nervioso?-sonrió de lado.
-Nno…Qué estupidez.-dijo balbuceando y con una mueca nerviosa, cerrando la puerta a sus espaldas.
-¿Te encuentras ya mejor?-le preguntó, haciéndose a un lado en el lavabo cuando Yukwon cogió su cepillo de dientes.
-Sí, ya no me da vueltas la cabeza ¿Y tú?
-También, sobre todo después de estar limpio, limpio, limpio…-asintió mirándolo por el espejo.
-Sí, sienta bien.-guardó su cepillo.
-Esta conversación es una gilipollez.
-Pues sí, un rato largo. –se apoyó en el lavabo, cruzándose de brazos.- Ha quedado bien el tatuaje.
-¡Yukwon!
-¿Qué? Es una situación un poco rara ¿Vale? No sé qué decirte, ayer estaba bebido cuando te besé, pero no tan bebido como para no saber lo que estaba haciendo; aun así no puedo decir qué me impulsó a hacerlo.
-Me pasa lo mismo.
-Pues estamos apañados.-suspiró, mirando al suelo.
Jiho se le puso enfrente y le tomó el rostro con ambas manos para que lo mirara. Yukwon tragó saliva, para deshacer el nudo que se le había formado en la garganta e intentar frenar el corazón que se había acelerado.
-Te voy a volver a besar, si me dejas.
-Te dejo.-contestó, casi lanzándose sobre Jiho.
Yukwon lo tomó del cuello con fuerza. El alto lo rodeó con un brazo mientras se apoyaba en el lavabo para guardar el equilibrio.
-No sé de dónde viene todo esto, pero ahora me da igual.
-¿Falta de cariño? Será nuestro pequeño secreto.-Jiho empezó a besarle el cuello.
El corazón de Yukwon iba a mil por hora y le costaba hasta respirar. El alto recordó haber pasado minutos enteros observando el cuello del otro, repasando cada detalle, memorizando cada lunar, cada centímetro de piel. Jiho tomó los mechones azabaches de la nuca y estiró un poco, haciendo que echara la cabeza atrás y lo besó con encima de la tráquea. Yukwon gimió con suavidad, llevando su mano al estómago del otro, recordando que tan sólo llevaba una toalla y nada más. Fue bajando la mano poco a poco, sintiendo cómo Jiho titubeó unos segundos sobre su cuello, hasta la pieza de algodón y acarició por encima. El alto gruñó y le mordió el cuello. Yukwon estaba nervioso, no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero siguió moviendo la mano según sentía al otro reaccionar bajo la toalla. Jiho se mordió el labio, apoyando la frente en el hombro del otro, sonrojado y avergonzado de sus propias reacciones. Entonces, con un ligero movimiento de muñeca, Yukwon soltó la toalla. Jiho siseó, quedándose estático. El líder comprobó de primera mano la capacidad del otro de mover las caderas cuando se pegó a él, y rezó porque ninguno del resto abriera la puerta de repente. Yukwon tragó saliva, más nervioso que nunca, pero besó a Jiho de nuevo antes de arrodillarse.
-Oh Dios…-murmuró el alto, apoyándose en ambos lados del lavabo.
Estaba a punto de cruzar la línea de la amistad, lo sabía y la dejó bien lejos cuando se introdujo el miembro del otro en la boca. Jiho podría haberse estado mentalizando horas para aquel momento, pero hubieran sido en vano, no había forma de que estuviera preparado para aquella sensación; y era mejor que no se parara a pensar cómo habían llegado a aquello. Apretaba el mármol con fuerza, como si fuera su culpa que le temblaran las rodillas y perdiera el control de su cuerpo. Yukwon le sujetó las caderas instintivamente, sin saber lo que estaba haciendo, pero los gemidos de Jiho hacían que le fuera imposible parar. El lavabo le pillaba justo encima de la cabeza y un par de veces temió golpearse contra él. Jiho se atrevió a mirar abajo y tuvo la suerte de mantener contacto visual con el otro, lo que le impidió apartar la mirada. No sabría describir cómo era la sensación de que su miembro estuviera dentro de la boca de Yukwon, pero no le disgustaba en absoluto, y parecía que al mayor tampoco. Los músculos empezaron a agarrotarse y de aquello sí que estaba seguro, no iba a aguantar mucho.
-Yukwon…-lo llamó en un jadeo.- Me voy a…
El mayor succionó un par de veces más y Jiho no pudo evitar llegar a su clímax. Yukwon reprimió una arcada y se incorporó, escupiendo en el lavabo.
-Aún no hemos llegado a ese punto.-le dijo, con las mejillas sonrojadas. Aun así Jiho lo tomó de la mejilla besándolo.
-Perdón. Tengo que volver a ducharme
-Y yo a la lavarme lo dientes, como tú comprenderás.
Kyung los esperaba fuera, sentado en el sofá, mordisqueando un regaliz y con una perversa sonrisa.
-¿Qué?-preguntó Jiho, ya vestido, mientras Yukwon huía al cuarto, con la cabeza gacha.
-Yo no he dicho nada.
-Pero lo has pensado.
-¿Ahora lees la mente, Ji? Tú puede que tengas telequinesia, pero yo tengo súper oídos. –se llevó de nuevo el regaliz a la boca cuando apareció Yukwon de nuevo.
-¿¡Se lo has contado!?-exclamó, malinterpretando el gesto del otro con el regaliz.
Jiho se llevó las manos al rostro, Kyung miró al dulce y luego a los otros y de nuevo al dulce; hasta que cayó en la cuenta.
-¡Ostias!-bajó el tono hasta un susurro.- ¿Se la has chupado, Yukwon? Ya me parecía raro que a ti no se te oyera.
-Dios, Dios, Dios, Dios…-Yukwon se escondió detrás de Jiho, hundiendo el rostro entre sus omoplatos.- Tierra trágame, te lo pido.
-¡No me lo puedo creer!-Kyung se echó a reír.
-Ay, mi asma.-Jiho se llevó una mano al pecho, más sonrojado imposible.
Yukwon se agachó, hasta quedar hecho un ovillo en el suelo. En aquel momento entró Jaehyo con bolsas de la compra.
-¿Y ahora qué os pasa? ¿¡Está bien Yukwon!?-se preocupó al verlo en el piso, pero luego vio a Jiho con aspecto miserable.- ¿¡Y tú!?
-Sí, sí, espera…-le contestó intentando respirar con normalidad.
-Es tu culpa ¿Verdad?-le preguntó a Kyung, que lloraba en el sofá y asentía como un loco.
-Me voy.-dijo Yukwon, poniéndose de golpe en pie y cogiendo un abrigo.- Ni siquiera sé si este es mío.
Salió por la puerta, como si lo persiguiera el diablo.
-¿Pero está bien?
-Sí, sí.-consiguió decir Kyung.- En un rato se le pasa.
-Necesito sentarme.-Jiho se dejó caer sobre su cama, casi tambaleándose hacia el cuarto.
Se desplomó, tapándose los ojos con el antebrazo, hasta que vio manchas de colores y formas indefinidas. Al de un rato escuchó la puerta cerrarse y alguien sentarse a su lado.
-Venga, ahora fuera coñas. Esto me lo veía venir desde hace ya tiempo, cuando preguntabas tanto por él, ayer lo vi claramente, pero no pensé que pasaría algo tan pronto; es porque es algo fuerte ¿Me equivoco?
-No es como lo pintas.
-¿Y cómo lo pinto, Jiho?
-Haces que parezca que me estoy enamorando de él.
-Ah ¿Y no es así?
-No, en absoluto.-apartó el brazo para mirar a Kyung.- No es más que…No sé.
-¿Estás jugando con él?-sintió como si el otro se pusiera a la defensiva, casi sacando un escudo, nadie podía meterse con Yukwon frente a Kyung, ni siquiera Jiho.
-¿Qué dices?-se sentó, con la espalda apoyada en la pared.- Yo no haría eso.
-Sólo me aseguraba.-sus hombros se relajaron.- ¿Entonces?
Jiho suspiró.
-Digamos que es una relación de follamigos.- el otro lo miró con cara póker.- Sex buddies.
-Ya, sí sé lo que es, sólo que no me lo creo, y no sé cómo te lo crees tú.
-Porque es verdad, Kyung.-rio con suavidad.
-¿De verdad no sientes nada más por él?-se cruzó de brazos.
-De verdad.-contestó.
-Entonces no pasaría nada si alguno de los dos encontrara otra persona.
-Por supuesto.-dijo tras titubear unos segundos.
-Pues perfecto.-sonrió de una forma que hizo que a Jiho le recorriera un escalofrío.
Yukwon no estuvo durante la comida y no volvió hasta media tarde, mucho más tranquilo y con un abrigo que le quedaba grande.
-Cogí tu abrigo, sin querer.-le dijo al líder.
-Tranquilo, hoy no iba a salir.
-¿Dónde has estado?-le preguntó Minhyuk.
-Visitando a Jihoon.
-¿Tú solo?
-Sí ¿Algún problema?-alzó las cejas, como si lo retara a una pelea.
Sí, eso también lo habían notado, Yukwon ya no era tan buenazo como antes. Sus respuestas se habían vuelto más afiladas y sus ojos más fríos. Kyung sonrió de lado, aunque el resto se quedara helado.
-¿Qué tal está?-Taeil tenía un libro entre las manos.
-Bien, dentro de lo que cabe. Más sonriente desde que Jiho fue a visitarlo ¿Sabéis qué? No entiendo cómo aún tenemos un único sofá, siendo siete.
El líder lo miró, haciéndole un hueco entre sus piernas. Yukwon se aclaró la garganta sutilmente, para relajarse, pero se sentó.
-¿Qué hicisteis ayer?-preguntó Jaehyo, curioso.
-No mucho, salir por ahí a tomar algo.-le dijo Jiho.
-¡Oh! Podríamos volver a salir todos un día de estos.
-Deja que se me recupere el cuerpo, por favor.-le pidió Kyung.