Se conocieron un día frio, compartieron una bufanda. Recuerda que sus manos estaban entrelazadas. Las nubes se arremolinaban como un sendero espectacular. Ni siquiera, en ese instante, supo su nombre. Le regalo su bufanda, no le gustaba realmente, y el chico parecía muerto de frio.
No fue amor a primera vista.
Los demás días, fríos y con el cielo a punto de caerse, no volvió a verlo. No hubo palabras en su primer encuentro, así que no sabía nada de aquel chico. Un día, lo vio sentado, con los ojos cerrados y expresión relajada. Se alejo, no quería verlo. No después de saber la reputación que se cargaba.
-¡Hey!
Siguió su camino, sin prestar atención al desconocido. Después de desayunar con XiuMin, al terminar la práctica de wushu, XiuMin le enseño la foto del chico. Desesperado le dijo que no le dijera su nombre. XiuMin salió con él, algunos días, luego algo se quebró. Y lo trato como si fuesen desconocidos. Tao no dijo nada de haber compartido un poco de calor con él. Al terminar de escuchar a XiuMin, Tao se encerró en su mundo. Cuando llegaron a casa de Tao, XiuMin susurro débil: “Por ningún motivo caigas en las redes de él, solo ignóralo”. Se despidió con un movimiento de brazos. Tao pensó que tenía otra cita con Chen.
Giró un poco la cabeza, miró por el rabillo del ojo que el chico estaba caminando detrás de él. No quería llorar por ese tipo de persona. No quería llorar por cualquier tipo de persona. Apresuro sus pasos, siendo en vano, en cuestión de segundos el chico caminaba a su lado.
-Sólo quería regresarte tu bufanda. Y agradecerte. Puedo invitarte a tomar un café o cualquier lugar que prefieras.
Tao se detuvo. Caminaba de regreso a casa, él no cree en las casualidades, pero hubiese preferido no encontrárselo jamás.
-Te la regalo. No me gusta el café y ahora mismo no tengo tiempo de sobra. Disculpa. Pero nos veremos luego.
“Ojala jamás vuelva a verte.”
Sigue su camino y espera que el chico se dé por vencido. No es así, piensa que puede darle un par de golpes y que se vaya y no vuelva a acercarse a él. El chico toma su muñeca.
-Entonces, ¿puedo acompañarte a casa?
-No. No soy una chica. Y no tengo tiempo.
-Sé que no eres una chica.
La conversación se alarga y Tao se cansa de mentir. No es bueno mintiendo, ce cualquier modo. Tao suspira cansado. Asiente y continúa caminando. Y es así como empieza todo.
O-O-O-O-O-O-O-O
Tao pierde la paciencia. El reloj marca cada minuto y para Tao es frustrante ser el único en aquella cafetería. El imbécil de Wu Fan debió haber llegado hace más de dos horas. Últimamente Wu Fan llega tarde. Tao ya no escucha las escusas, porque son las mismas, y es cansado escuchar lo mismo. No es desconfiado, pero todo tiene su límite. No espera que Wu Fan le dedique todo su tiempo, pero compartir una taza de chocolate es importante para él. Comprende que Wu Fan está a punto de terminar la Universidad y conseguir un buen empleo. Podrían vivir juntos y compartir los gastos.
Hay ocasiones en que se pregunta en dónde demonios esta Wu Fan. Qué estará haciendo o en que está haciendo perder el tiempo a Tao. Suspira y es el decimo suspiro de la noche. Esta dispuesto a irse cuando Wu Fan lo detiene y suelta una disculpa. La risa irónica de Tao se escucha, fugitiva y cansada.
-No, Wu Fan. Esta vez no quiero escuchar que te quedaste terminando un proyecto o preparando alguna exposición. Me voy a casa y no contestaré tus mensajes, así que ahórratelos.
Tao sale de la cafetería. Sus ojos le recuerdan que es humano y está permitido llorar. No lo hace, porque prometió no hacerlo. Pero, joder, las ganas están ahí desde hace mucho. Se talla los ojos. Duele que Wu Fan ya ni siquiera se esfuerce por seguirle y rogarle que le perdone. Que le robe un beso a mitad de calle y sean por unos segundos el centro de atención.
“¿Cuándo demonios caí en tu abismo, maldito Wu Fan?”
Cuando llega a casa no hay mensajes en la contestadora. Y se derrumba, escucha los crujidos en su interior. Y quizá es momento de ponerle punto final a algo que tal vez hace mucho termino.
O-O-O-O-O-O-O
Se esfuerza por mantenerse en pie. Por seguir respirando. Tiene cardenales en los pies y las lágrimas resbalan por sus mejillas. Las borra con rencor. No puede ponerle fin a su historia con Wu Fan. Sigue construyendo barreras y se le acaban los puntos para seguir con la mentira. Está cansado y le duele todo. Le duele el alma, le duele respirar y duele hondo pensar en Wu Fan. Ya no existe el “nosotros” ni el “tú y yo”. Se cae y golpea el suelo. Wu Fan ni siquiera llega a sus citas, no llama y Tao se quiebra.
Pero ya no. No sabe en qué momento todo se convirtió en mentiras. Tao quiso continuar con los ojos vendados y caminar por un hilo, que lo dejo de sostener cuando Wu Fan dejo de mirarlo a los ojos. Se ríe de sí mismo, es tan fácil enamorarse, aun si es incorrecto.
Observa que sus nudillos están sangrando y sonríe, porque tiene que intentarlo. Tiene que continuar y terminar todo antes de que él se quiebre un poco más.
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Lay.
Es el nombre del final. Llora una vez más. Promete que será la última vez. Nadie le tuvo que decir, él los vio. No es estúpido, seguro que Wu Fan lo creyó. Le mandó un mensaje, ruega porque este ahí. Lo verá y será para decirle adiós.
Esta sentado en el mismo lugar de la primera vez. Wu Fan sigue siendo tranquilo, Tao por su parte quiere partirle la cara y que sienta todo lo que ha pasado. Se sienta a su lado.
-Tao, ¿sucede algo?
Lo odia, y odia no poder odiarlo exactamente. Es increíble cómo puede mirarlo a los ojos.
-Si.-respira, porque no es fácil decir lo que está a punto de decirle a ese imbécil. -Muchas cosas. Esta es la última vez que me veras, Wu Fan. Todo terminó, creo que hace mucho. Sabía que esto no iba a funcionar, pero tus palabras son tan encantadoras. Me envolviste tan bien, que me perdí. Ahora puedes destruirle el corazón a otra persona, porque el mío es irreparable. No quiero volverte a ver.
Tao se levanta. No puede ver el rostro de Wu Fan. Regresa a casa y borra el teléfono de Wu Fan. Quiere borrar a Wu Fan, pero es como borrar una galaxia. Tao vuelve a quebrarse, le dio dos años a ese imbécil de su vida. Le dio su pureza, sus sensaciones, sus lágrimas. Se entrego como nunca lo hará jamás.
O-O-O-O-O-O-O
Tao se recuesta en su cama. En algunos días se mudará. Consiguió un empleo de medio tiempo en una editorial.
Pudo continuar, pero todo es diferente. Sigue soñando con Wu Fan, y lo llama en sueños. XiuMin le ha ayudado. Ahora sonríe sin que el peso de los recuerdos de su relación con Wu Fan le opaque.
Escucha el mensaje de la contestadora y quiere cambiar de teléfono. Pero le gusta escuchar la voz del imbécil.
-Intentar…No deberías tenerla en tu vocabulario Wu Fan porque no conoces el amor, mucho menos intentar.
Tao desconecta los cables del teléfono y lo lanza por la ventana.
Sabe que puede volver a amar. Algún día.
O-O-O-O-O
Wu Fan llora. Llora y es su culpa. Perdió su sonrisa. Perdió su felicidad. Huele de nuevo la bufanda y Tao no ha regresado.
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