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¿Amor imposible? por BlueMoon

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Notas del fanfic:

Hola, hola, gente bonita. 

En estos momentos, estoy temblando de los nervios. Había publicado antes aquí, pero ahora es como volver a empezar de nuevo.

Este fic es mi "bebé". Fue el primer fic que escribí de Tokio Hotel y pese a tener una trama bastante conocida, quiero publicarlo porque me hace mucha ilusión.

Espero que les guste aunque sea ya bastante conocido, denle una oportunidad.

Advertencias: Otras que no aparecen en el cuadro de opciones: consumo (casual de momento) de drogas.

Notas del capitulo:

Antes de empezar un par o tres de cosas:

1- Disclaimer: Bill le pertenece a Tom y Tom a Bill. Georg se pertenece a sí mismo al igual que Gustav. Yo solo juego con ellos. Nada más. No obtengo ningún otro beneficio con esto que el de entretener a la gente. 

Este fic es de relación homoerótica y además contiene incesto (en concreto entre gemelos) si no te gusta alguna de las dos temáticas, aún estás a tiempo de darle al botón de atrás. Gracias ;)

2- Pese a que en este fic, Bill consuma Marihuana, no de forma habitual, pero al menos en el primer capítulo sí lo hace, estoy en contra total y absolutamente de las drogas. Las he probado, por una estúpida broma de unos amigos y no, no me han gustado.

3- Al ser este un fic bastante viejo, lo empecé a publicar en otros lugares, bajo el seudónimo de kris_sly (Slasheaven) y ninnette/ninnette91 en otras webs, pero esta versión es mejorada, un poco, no mucho por eso :).

Dejé de escribirlo porque mi visión acerca de los gemelos cambió bastante, pero ahora quiero acabarlo, me hace mucha ilusión :D

Ahora sí, sin más dilación...

¡Enjoy! 

Estaba solo en su casa. Sus padres habían salido, y Tom estaba perdido, seguramente con la nueva novia que se había conseguido, novia de la que seguramente se cansaría a la semana siguiente…

Por otra parte, ese día no tenían ensayo con la banda, es decir que ni Georg ni Gustav estaban pululando por ahí, metiendo sus narices donde no les llamaban.

Es por eso que ahora que estaba solo en casa, decidió aprovechar para escribir en su diario. Aquél cuaderno que lo acompañaba a todos sitios últimamente y que era su más fiel amigo, aquél que sabía su más oscuro secreto; ese que no osaba decir ni en voz alta, tan siquiera a Tom, su gemelo diez minutos mayor…

Bajó su vista hasta lo que había escrito y sonrió con tristeza. ¿Qué pensaría de él la gente si supiera que en verdad estaba roto por dentro? ¿Qué solo había una persona que podía pegar sus trozos, pero que era la menos indicada?

Su mano se movió por el cuaderno rápidamente, con fuerza, plasmando en ese pequeño cuaderno su sentir más profundo…

¿Alguna vez te has sentido el peor ser que hay en la tierra? ¿Qué darías todo por acabar, por fin, con la agonía que te consume por dentro? ¿Qué incluso la muerte sería algo mejor que el dolor que sientes en el corazón? ¿O cómo tu más anhelado deseo se aleja de ti cada vez más? Yo sí, y por cobarde no me he suicidado, porque soy cobarde hasta para eso.

Pero, ¿cómo continuar soportando este dolor qué cada día me carcome más el alma? ¿Cómo continuar fingiendo qué no pasa nada, cuando mi corazón grita y llora en silencio y tú no lo escuchas? Porque llora por ti, llora por un amor qué nunca jamás será correspondido… eso lo sé, no hace falta que nadie me lo explique, porque yo solito lo he entendido.

Pero, dime, ¿quién puede luchar contra la fuerza del amor? Te amo, Tom, y me da igual que sea algo sucio, inmoral, aberrante y un delito, para mí no es sino el amor más puro que pueda existir, sé que tú no pensarás lo mismo que yo, pero…

¡Ay! Sí solo te lo pudiera decir a la cara, si tan solo pudiera obtener tu rechazo de frente, creo que el peso de mi alma sería un poco menor…

Con estas palabras, Bill acabó de escribir en su diario, no porque quisiera, si no  que oía los pasos de su hermano, el que seguramente ya se había aburrido de estar con su novia y venía solo a molestarlo, yendo directamente hacia su habitación, y no quería que este leyera nada de lo que estaba escrito en el diario.

Efectivamente, luego de unos segundos se oyeron unos suaves toques.

—Pase — contestó sin ánimo.

—Bill, Bill, Bill —dijo Tom entrando en la habitación de su hermano muy contento, sin darse cuenta del ánimo de su gemelo, se sentó en la cama y continuó diciendo —: He estado hablando con David y… pero Bill, ¿qué te pasa?—se interrumpió al escuchar un sollozo de su hermano.

—Nada, nada —respondió este queriendo ocultar el llanto que le había surgido.

—Enano, tú no lloras por nada, dime qué te pasa —casi le rogó Tom, al ver a su gemelo tan destrozado, se levantó de la cama y abrazó con todas sus fuerzas a Bill queriendo que sintiera que él estaría ahí y que nada malo pasaría.

— ¡Ya te he dicho que nada! —exclamó molesto el cantante, deshaciéndose del agarre de su hermano, pues tanta cercanía sin poder besarle le molestaba, le irritaba, era como si necesitara que en ese momento Tom se fuera, así que no se lo pensó más, y le espetó a su hermano —: ¡Vete!

—Pero, hermano… —comenzó a exclamar Tom, siendo interrumpido de seguida por su gemelo.

— ¡He dicho que te vayas! —le rugió. Tom no sabía que le pasaba a su hermano pero estaba claro que fuera lo que fuera no se lo iba a explicar por las buenas, así que con un profundo desasosiego se marchó.

Bill, ya un poco más calmado, se dio cuenta de lo que acababa de hacer y se quiso dar de golpes contra la pared, ¿por qué le había gritado de esa forma a su hermano? Solo había conseguido lastimar a Tom, y eso era lo último que quería.

Más lágrimas se agolparon en sus ojos, y estas a diferencia de las otras no las ocultó, ¿para qué? Ya no le veía sentido a seguir luchando por un estúpido sueño. Por algo que parecía imposible.

Al otro lado de la puerta, estaba Tom con la boca abierta de asombro, y es que ¡nunca! Bill le había tratado de ese modo, pero ¿qué le había pasado a su pequeño hermano para que estuviera así? ¿Alguien le habría hecho daño? No seguro que sí fuera eso se lo hubiera dicho. Escuchó las lágrimas que su hermano derramaba, y su corazón se estrujó. Definitivamente tenía que encontrar al malnacido que hacía sufrir así a su hermano.

Entró en su habitación y se lanzó encima de la cama, con pocas ganas de salir ese día, aún dando vueltas a lo que había sucedido en la habitación de su gemelo. Quería, no, necesitaba saber que era lo que pasaba.

Con eso en mente, y el silencio de su habitación, se quedó dormido.

***

Pasaron las semanas, y Tom cada vez entendía menos a su gemelo. Poco a poco, Bill dejaba de ser esa persona alegre que todos habían conocido, ninguno sabía el por qué de tan repentino cambio. No le hablaba a casi nadie, y cuando salía de su habitación, siempre portaba un negro cuaderno.

A Tom le daba curiosidad por saber más acerca de ese cuaderno, pero sabía que si preguntaba no obtendría respuesta, así que se abstuvo de hacerlo, y evitaba una discusión.

¿Lo peor de todo? La conexión de la que alardeaban en todas las entrevistas, se apagó, dejó de funcionar, pero Tom sabía que el no poder sentir a su hermano era culpa de Bill. Que Bill la había “apagado” de su parte. Ahora él y su hermano eran como completos desconocidos…

Y ya no sabía qué hacer. Lo había intentado todo. Siendo cariñoso, molestándole, pero nada, su gemelo en lugar de decirle qué pasaba, rehuía su contacto con él, como si estuviera molesto por algo que le había dicho o hecho.

Y eso confundía a Tom. Él creía que no había nada que pudiera haber hecho para molestar a su gemelo.

Quizás lo que menos entendía, es que ahora su gemelo estaba muy apegado a Andy, su mejor amigo de toda la vida, quedaban muchas veces para salir, posponiendo incluso ensayos con la banda, para estar junto a su amigo.

Parecía que se habían vuelto uña y carne. Y eso le dolía. Le estrujaba el corazón y se enfadaba porque pensaba que su hermano lo había dejado de lado por su mejor amigo, le había traicionado.

Con Georg y Gustav el carácter de Bill no había cambiado tanto. Aunque los G’s se enfadaban con el  menor cuando este cancelaba un ensayo, al rato ya volvían a ser los de antes.

Un día que estaban descansando, puesto que David luego del éxito de su primer álbum les había dado vacaciones, vio a Bill salir de su habitación, arreglado y maquillado, y sin siquiera decirle adiós o a donde iba salió rápido por la puerta.

El enojo y la curiosidad de Tom iban en aumento. El enojo porque el de cabellos oscuros no le había dicho siquiera donde iba o le había mirado al salir, y  curiosidad por saber dónde iba, pero también por lo que decía el diario que su hermano llevaba a todas partes pero que ese día se había dejado en casa.

Quería o necesitaba saber lo que su hermano expresaba en aquél pequeño cuaderno, solo esperaba que realmente  su gemelo no se lo hubiera llevado consigo. Sigilosamente, aunque no sabía por qué, se adentró en la habitación de Bill, y paseó su mirada por ella. Todo estaba perfectamente ordenado, nada salía de su sitio, ¿nada? Se equivocó puesto que de un cajón mal cerrado, sobresalía el borde de un libro negro. Corrió a cogerlo, se sentó en la cama de su hermano, lo abrió, había muchas hojas escritas, sonrió al ver la delgada y un poco curvilínea letra de Bill, se debatió entre sí lo leía o no, después de cinco minutos dijo que sí, que necesitaba saber que le ocurría a su pequeño hermano.

Al acabar de leerlo deseo no haber abierto nunca ese libro. Haberle hecho caso a su razón que le decía que no lo hiciera. Y es que se sentía muy mal. Peor que antes, mucho peor.

Y es que la razón por la que Bill estaba así era porque le amaba, algo más allá de lo fraternal, pero, ¿cómo se le había podido ocurrir a su hermano? No quería ni verlo, ahora mismo no quería saber nada de él, puesto que sentía asco y rechazo hacia él.

Pero a veces, cuando menos lo deseamos, las cosas que queremos no se hacen realidad, y cuando abrió los ojos, que no sabía que había cerrado, se encontró con la imagen de un Bill pálido, y con lágrimas en los ojos. El problema era que esa imagen no le causó otra sensación que no fuera asco.

— ¿Y bien? —Le preguntó Bill lívido —: ¿Lo has leído?

Tom no encontraba el habla, le gustaría mentir y decirle que no, pero el diario en cuestión descansaba en su regazo. Así que no podía mentirle, tampoco hacer como si nada hubiera pasado. Su gemelo no era tonto, y sabía que lo había hecho.

—Debo suponer que sí, ¿no? —le preguntó Bill al ver que no decía nada.

—Yo… yo Bill… en serio no quería —dijo Tom, nervioso—Te lo juro, no quería. Pero es que solo quería saber que te pasaba —tragó grueso, nervioso y continuó —: Y sí lo he leído,  porque quería saber el motivo por el que te habías alejado de mí.

—Muy bonito Tom —dijo su gemelo con lágrimas en los ojos. —En lugar de preguntar, mejor husmear en la intimidad de los demás, pues ya que lo has hecho, te puedo decir el motivo por el que he estado así: ¡Te amo! ¿De acuerdo? Aunque claro, tú eso ya lo habías descubierto.

— ¡No es verdad! —Saltó Tom—: Tú no me amas, estás confundido, es imposible que puedas amarme más allá de los hermanos que somos, solo estás confundido, es solo eso.

—Créeme Tom —dijo con un suspiro. Claramente se veía como los dos estaban incómodos por esa discusión. Pero ya que estaban puestos…—, he tenido el suficiente tiempo como para analizar ese sentimiento y descubrir que es amor.

—La verdad Bill, no me imaginaba eso de ti, eres un enfermo y un anormal —dijo acercándose a él —,  ¿qué creías que sucedería cuando me enterara? ¿Qué te diría que yo también te amo? No puedes pensar eso. Me das asco.

Y se fue, dejando a Bill con miles de lágrimas en los ojos, y sin mirar atrás, necesitaba llamar a alguien para dejar de pensar en eso que le sucedía a su hermano, ¡Dios! ¿Cómo su gemelo había llegado a ese extremo?

Necesitaba emborracharse y follar su novia hasta el agotamiento. Y la invitaría a  casa, así su hermano se sentiría tan mal, y con tanto asco como el que él sentía en ese momento.

Mientras en su habitación Bill continuaba en el mismo sitio en que su hermano lo había dejado, sin moverse, tan siquiera sin parpadear, solo con las palabras pronunciadas por su gemelo  que se  repetían incesantes en su cabeza, “enfermo, anormal”. El estruendo que dio la puerta le trajo a la realidad.

Dios, ¿por qué si ya sabía la reacción de Tom, le hacía tanto daño? ¿Por qué las lágrimas no dejaban de bajar? ¿Por qué su gemelo no entendía que con él, y solo con él podría llegar a ser feliz? No sabía qué hacer o como continuar su vida, ahora que su amor lo había rechazado, necesitaba algo para olvidar.

Se fue a la pequeña despensa que tenían en esa casa, sabía que a esas horas del día, más bien tarde, no era bueno tomar, pero ya no le importaba nada. Sacó una botella de ron, cogió un vaso, volvió a su habitación, se encerró y empezó a disfrutar de su querida bebida.

Estaba ya medio ebrio, cuando las palabras de Tom volvieron a hacerse presentes. Mierda. ¿Es que no podía divertirse en paz?

Necesitaba olvidarlo, olvidar por un momento todo lo que su hermano le había dicho, olvidar incluso que tenía un hermano… hermano que no quería saber nada de él en esos momentos.

Fue a su mesita de noche, y con las manos sudando, sacó un paquete bien envuelto. Nadie sabía de su existencia y no tenía porqué saberlo. Era su secreto hasta que alguien lo descubriera.

Con mucho cuidado de que nada de lo que hubiera dentro cayera, cogió el paquetito y lo abrió. Sus ojos se ensancharon y una sonrisa curvó sus labios. Marihuana. No es que la tomara todo el tiempo, solo la guardaba para cuando tuviera la necesidad de abstraerse del mundo cruel que le rodeaba. Y ahora lo necesitaba. Eso era todo lo que necesitaba para olvidar al imbécil de su hermano y no lo desaprovecharía.

Se lió el porro, y se lo fumó, mientras iba alejándose de ese mundo adentrándose en uno psicodélico y sin duda mucho más feliz que el que estaba, en donde todo era y se veía mucho mejor…

Puso música. En esos momentos, se sentía eufórico, con mucha adrenalina corriendo por su cuerpo y necesitaba descargarla a como diera lugar, y por eso prendió el aparato, dejando que la música se escuchara por todo lo alto en aquella casa que en esos momentos estaba vacía… y se dejó ir.

A partir de ahí, se olvidó de todo, del enfado de su hermano, de sus crueles palabras, de todo, hasta que por allí a las tres de la mañana cayó rendido, su cuerpo pidiendo un descanso de tantas emociones fuertes vividas ese día.

***

Tom finalizó la llamada con su novia y golpeó con fuerza el celular contra el piso. Nancy, su novia,  no podía ir a su casa porque sus padres no la dejaban, además, justo ese día era el cumpleaños de su madre y debía pasarlo en familia…

 Estaba confundido, confundido y frustrado. Y necesitaba descargar esa frustración con alguien, pero no podía ser su gemelo, pues ya le había hecho suficiente daño como para hacerle más.

Recordó que hacía poco habían abierto un club cerca de su casa, seguramente no pasaría nada si iba y se lo pasaba bien con una nena linda de curvas generosas y exuberantes pechos que le hicieran olvidar todas las palabras dichas por su gemelo.

Decidido salió de su casa y caminó un par de cuadras hasta llegar al club que le habían dicho. Entro y vio a mucha gente. El lugar era oscuro y pequeño y olía a humo de tabaco. La música que sonaba era atronadora y no del todo de su gusto. Pero no le importó, había ido ahí con un propósito y no se iría hasta cumplirlo.

Se adentró más y fue hacia la barra. En ella una camarera de cabello tan rojo como el fuego y de grandes pechos, servía rápidamente las copas a los clientes. Cuando se acercó, le guiñó un ojo y le preguntó que quería de beber.

Pidió lo más fuerte que tuvieran y sin tan siquiera preguntar qué era, se lo bebió de un trago. Cuando acabó y medio tambaleándose se fue al centro de la pista a bailar. Rápidamente, se le acercó una morena de grandes curvas y se pusieron a bailar juntos.

De ahí en adelante, poco más recuerda. Sabe que luego de bailar un par o tres de canciones más, la cosa subió de tono y decidieron que lo mejor era irse, continuar su fiesta privada en otro lugar, como el piso de la chica.

A partir de ahí, todo fueron caricias, besos, mordidas,  ropa siendo sacada de prisa y con fuerza, y un nombre al llegar al orgasmo por parte del de rastas…

—Bill…

Notas finales:

¿Gustó? Espero que sí, y que me hagan muy feliz dejándome un comentario. Estos me animan mucho a seguir.

Si gusta subiré espero dos veces por semana, está bastante avanzado, así que los primeros capis pueden ser rápidos de subir, todo depende de ustedes.

Así qué, ¿me dejan un coment? ¿Una maldición? ¿Algo...?

No les entretengo más. Solo por si me quieren contactar:

@_fuckyourdreams (cuenta de twitter)

http://www.facebook.com/moon.potter.96 --->Facebook. Está sin estrenar xD. Lo cree hace poquito >.<


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