-¡¡¡¡OH, POR DIOS!!!!
Xiumin, estupefacto en su escritorio, no podía creer lo que estaba leyendo en el computador: una página de Internet había realizado una entrevista a más de 5000 muchachos coreanos preguntando “¿Quién es tu ídolo masculino favorito?”
Y él había salido primero. Con más del 48% de los votos.
¡Dios! ¡Dios santo!
-Hyung, ¿Está todo bien? Te oí gritar y…
Kim Jongdae vio a Xiumin pellizcándose desesperadamente las mejillas y lloriqueando como un niño pequeño. Corría en círculos en la habitación, caía de rodillas, se despeinaba, miraba al techo con los brazos extendidos y exclamaba: ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué yo!?
-¿Hyung? ¿Qué te sucede?
-¡Que casi 2500 coreanos me aman! ¡Eso! ¡Tengo casi 2500 fans coreanOOOS HOMBREEES en todo el país! ¡Y quién sabe, debe haber muchos más que no se animaron responder, o extranjeros que se declaran mis fans en otras entrevistas! ¡Kyaaaah!—gritaba avergonzado, despeinándose.
Chen se mantuvo en el marco de la puerta, preguntándose si debía agarrar sus pantuflas y hacer entrar en razón a su Hyung a la fuerza. Cuando el mayor se hizo una bola en el piso gimoteando caprichosamente, Jongdae se acercó para agacharse y quedar a su lado.
-¿Tan malo es?
-Jongdae~--lloriqueó, protestando—Se supone que no debería molestarme… ¿Pero por qué, por qué tanta gente?
Chen torció la boca, luego sonrió.
-¿Y por qué no? Eres bajito, cachetón, tierno, haces un aegyo formidable, bailas bien…y tu voz al cantar da cosquillas, Hyung. Así, ni los chicos se resisten.
Minseok se levantó con los ojos al estilo “baozi sorprendido”: ¿De dónde salía tanta amabilidad?
Oh, no, no me digas que…
-Jongdae—susurró, alejándose del morocho—Acaso tú… ¿Tú también eres como ellos…eres mi fanboy?
El morocho mostró todos los dientes esta vez, luego levantó las cejas.
-¿Y si así fuera?—inquirió maliciosamente.
-¡No bromees, que estoy nervioso!
-Entonces seré sincero—dijo sentándose con las piernas cruzadas—Por supuesto que soy tu fanboy. Me gustas mucho, Hyung.
El baozi tragó saliva: La declaración de Chen, de alguna forma…le gustaba, le hacía sentir mariposas en el estómago.
-¿En…en serio?
-¡Claro que sí! Y por lo visto, no soy el único…hay muchos otros chicos que te quieren, Hyung. Deberías postear algo en la página de EXO, agradeciéndoles y enviándoles un saludo.
Minseok guardó silencio, sus mejillas ardieron en rojo. Era sólo una pícara pregunta que había surgido en su mente y ya estaba en la punta de su lengua, ¿Para qué acobardarse ahora, después de semejantes halagos por parte de Chen?
-¿Y contigo…qué hago?
-¿A qué te refieres?—sonrió Chen ladeando la cabeza.
-Para agradecerte…Quiero decir…fue tan lindo, lo que dijiste.
Chen entrecerró los ojos, pensando. La respuesta era mucho más fácil de lo que Xiumin creería, así que la dejó salir de su boca para ver la expresión de sorpresa del mayor.
-Lo que tú quieras, Hyung. Después de todo, soy tu fanboy, nada de lo que hagas me disgustará.
Oh…
Uh oh…
Ok, eso era…raro. Sorprendente. Tentador.
Esperen… ¿¡Tentador!?
¡Pero claro que sí! ¡Tienes al chico que te gusta más que dispuesto, como rendido a tus pies! ¡Aprovecha, hombre!
¿¡C-Cómo sabes que me gusta!?
Por favor, soy la narradora, conozco todo sobre ti. Y también todo sobre él. Es más, yo decido lo que haces.
¡¡P-P-Para ya y vuelve a narrar!!
Uff, de acuerdo, de acuerdo. Sigamos…ejemmm…
Xiumin se sentó sobre sus rodillas, extendiendo una mano para tocar la frente de Chen. Pero esta vez no sería para acomodarle el flequillo o quitarle alguna basurita, sino que sería simplemente para tocarlo. Sentirlo.
El tímido roce de los dedos de Minseok contra la piel de Jongdae le generó un cosquilleo a ambos, Chen simplemente sonrió y guió la mano de su Hyung hacia su mejilla, su mandíbula, su cuello, su hombro. Corriendo la tela de la remera en el camino.
-J…Jongdae… ¿Estás seguro?
-Por supuesto, hyung. Ya te dije, soy tu fanboy.
El baozi rió forzosamente, luego sus mejillas volvieron a sonrojarse.
-Entonces… ¿No te molestaría…?
-¿Mhh?
Xiumin bajó sus manos para agarrar el borde de la camiseta del morocho y levantarla, de forma que sus tenuemente marcados abdominales quedaran a la vista. Chen se mordió el labio e intercambió miradas con el baozi.
-Si quieres…levanto los brazos y me la quitas—suspiró.
-No, no. Así está bien—contestó el mayor—Recuéstate, por favor.
Chen obedeció, estirándose en el suelo y Xiumin sintió un arrebato de placer: ¡Todo lo que le pedía, cualquier cosa que quiera, Chen lo haría! ¡¡Lo haría contento y más que dispuesto!! Los minutos siguientes se la pasaron en silencio: Minseok besó cada centímetro del torso del menor, que cerró los ojos complacido y apretó los labios para no dejar escapar su emoción.
Aunque todo intento de control se fue al trasto cuando Xiumin empezó a deshacerle el agarre del cinturón.
-¡¡¡¡OH, POR DIOS!!!!—gritó el panda de EXO-M.
-¿Qué pasó?—preguntó Yifan, acercándose al morocho para rodearle el cuello con los brazos y pegar sus mejillas.
Tao, estupefacto en el escritorio del cuarto del líder (no hay que explicar por qué estaba ahí, pues todos saben), no podía creer lo que estaba leyendo en el computador: una página de Internet había realizado una entrevista a más de 5000 muchachos coreanos preguntando “¿Quién es tu ídolo masculino favorito?”
Y Do Kyungsoo de EXO-K había salido primero. Con más del 48% de los votos.
-Hay que avisarle—carcajeó Tao—¡Llamemos a Kyungso GeGe!
-Mejor avisémosle a él—indicó Kris, tentado, señalando el segundo lugar.
Era Xiumin, que en realidad estaba en segundo lugar con sólo un 20% de los votos.
-Mejor no vayamos—contestó Tao, girándose para ver a su líder a los ojos con preocupación—Quise entrar a mi cuarto y escuché ruidos.
-¿Ruidos?
-Sí, ruidos—aseguró Tao, sonrojado.
-Oh—rió Kris mordiéndole la oreja—Ruidos como… ¿Los que haces tú?
-Mh—asintió el panda, mordiéndose el labio.
-Dejémoslo solos entonces.
-Pero… ¿Y si están en mi cama?
-Entonces vayamos a la cama de Jongdae—sonrió Yifan malévolamente, arrastrando al maknae hasta la cama del fanboy de Xiumin.
¿…FIN…?