-¿Qué pasa?- Me había levantado corriendo de la cama y había buscado mi ropa interior y mis pantalones de chándal.
Jonghyun se encontraba sentado en la cama, mirando cómo me metía prisas por vestirme. Una vez acabado salí pitando de mi habitación, buscando al castaño revoltoso que se había atrevido a burlarse de nosotros.
Le sorprendí saliendo del baño y empezó la persecución.
-¡Taemin!- El nombrado grito mientras intentaba esquivarme, era lento pero los pies descalzos ayudaban a resbalar mejor- ¡Estate quieto!
Conseguí agarrarle del borde de la camiseta y tirar de él para rodearle con los brazos.
-¡No me pegues!- Pero hice caso omiso y le abracé lo más fuerte que pude- ¿Hyung?
-Gracias- Taemin se rio un poco intentando apartarme, al final después de un pellizco, lo consiguió.
-Eso ha sido raro- Comento en voz baja- Pero de nada- Y sonrió- Te dije que acabarías agradeciéndome- Parecía feliz, yo sonreía viéndole reírse, hasta que me fije en las extrañas y casi imperceptibles bolsas que habían bajo sus ojos.
-No has dormido- Paro en seco de repente y me miró
-Es que…- Se quedó pensando- Dormir en un hospital es incomodo
-Tu dijiste que estarías bien- Asintió y suspiré- ¿No te tomaste las pastillas?
-¿Si están aquí como quieres que me las tome?- Me deje caer en el sofá.
Todo el bienestar que me había inundado el cuerpo unos segundos al despertarme se había visto cruelmente opacado por un chico castaño alto y de nombre Lee Taemin. El se había quedado parado frente a mí con los brazos cruzados esperando a que yo dijera una estupidez más.
-¿Dónde está Minho?
-Duchándose- Hasta ese momento no me percate del sonido del calentador ni del agua correr.
-¿Habéis dejado a Key solo?- Taemin se llevó uno de sus finos dedos a la barbilla y negó con la cabeza de una forma demasiado tierna.
-Fue Woohyun hyung a visitarle- Abrí la oca dejando escapar un sonoro “Ahhhh” de entre mis labios.
Unos pasos de pies descalzos, nos hizo mirar a ambos a la salida del pasillo que desembocaba en el salón en el que estábamos. Mi corazón saltó de júbilo cuando distinguí a un dormido Jonghyun alumbrado por las luces del sol naciendo. Se dejo caer en el sofá a mi lado y justo cuando la piel de su mejilla rozo mi hombro mi mente divago a entre las sabanas y el sudor de tanta excitación contenida en solo dos personas.
-¿No has dormido bien hyung?- Le preguntó un sonriente sarcástico Taemin a Jonghyun dejándome un poco perplejo.
En ese momento la corriente de agua de la ducha dejo de oírse.
-Seguro que mejor que tu…- Taemin le hizo morritos a esa respuesta en una clara intención de parecer enfadado.
-¡Minho!- Chillo, pisando fuerte el suelo y desapareció en el pasillo.
En el momento en el que nos sentimos solos, sus labios se pasearon por los míos dejando a la luz momentos increíbles de la noche anterior. Sonreí sobre su boca, y acaricié su mejilla. Besé de nuevo lentamente, disfrutando de su sabor por la mañana, como el más enriquecedor desayuno.
-No debimos hacer lo que hicimos anoche- Se separó de inmediato y me miró triste antes de hablar.
-¿Eh? ¿No te gusto?- Asentí
-Ese es el problema, que me gusto demasiado- Pase mi nariz por la extensión de la suya- No voy a poder concentrarme en mis actividades
Se rió, me sentí un estúpido enamorado sonriendo de esa forma, pero ya estaba todo dicho, aun faltaban cosas por demostrar, pero los sentimientos ya estaban a flor de piel. Repasando mi piel para llegar a la suya, salvajes y veloces, meterse bajo sus músculos y llegar a su corazón, y los suyos hacían igual.
-Deberíamos ducharnos…- El calor subió de nuevo a mis mejillas, calentándome las orejas y haciendo que mis hombros temblaran en un escalofrió.
-Deberíamos…- Se levantó primero, y yo hipnotizado le seguí.
Nos cruzamos en el camino a un Minho con una toalla en los hombros, hablando sobre algo con Taemin, en circunstancias normales me hubiera interesando por la conversación, o por lo menos, por el tema de esta, pero en ese momento no me importaba nada más que la espalda de Jonghyun estirándose y encogiéndose al andar.
Había ocupado mi sitio característico al lado del conductor, todo el santo mundo allí dentro sabía a donde nos dirigíamos, menos yo claro. No sabía si era porque cuando la gente hablaba, yo viajaba lejos de la galaxia o porque realmente me ocultaban las cosas. En cualquiera de los dos casos, me sentía mal, bastante mal.
Miré por el espejo retrovisor como siempre lo hacía, Jonghyun había caído fulminado por el rayo del sueño, Taemin tecleaba en su móvil algo importante, moviendo la pantalla una y otra vez, Minho sonreía a la ventanilla tintada del coche, observando minuciosamente cada trago de ciudad como si de una cámara de vigilancia se tratase.
Y yo simplemente no sabía qué cara poner, también tenía miedo a preguntar qué era lo que pasaba y a donde nos dirigíamos tan temprano.
Me sorprendí cuando entramos a la SM, los cuatro mantuvimos las distancias hasta que traspasamos las puertas que se abrían con la tarjeta magnética que nos habían dado en su día. Saludamos a los guardas y cuando entramos en el calor de nuestro nuevo hogar, los más jóvenes se pegaron como lapas, pasando sus manos por la espalda ajena y robándose uno que otro beso efusivo. Notaba la mirada del moreno más bajo en mi nuca, a veces bajaba pero siempre volvía a subir.
Yo estaba siguiendo a Minho y a Taemin, ellos parecían saber a dónde nos dirigíamos.
-Hola chicos- Saludamos a la noona que siempre daba vueltas por toda la compañía y que de algún modo se encargaba de las reuniones y conferencias- Vuestro manager no tardara en llegar, si podéis esperarle…
-Entendido- Dijo Taemin, la mujer señalo una de las salas que conocíamos.
Entramos sin llamar, se suponía que estaba vacía y era cierto. Las luces que entraban por la ventana sacaban el color a las sillas de color carmín oscuro que rodeaban la larga mesa de un gris metalizado, tan solo esos muebles y una gran televisión que presidia el grupo de sillas, en la pared más alejada de la puerta.
Tomamos asiento rápido, los dos jóvenes se sentaron a un lado, y Jonghyun y yo justo en frente, dejamos el asiento presidente al manager, que no tardaría en llegar.
Me acomode mejor en la silla mullida, y mi mirada fue directamente al que se había denominado mi amante. Me dedico una sonrisa, corta, antes de desviar la mirada hacia algún otro lugar. Acto seguido, sentí su mano rodear la mía y apretar con fuerza.
-¿Qué pasa?- Le pregunté por su expresión
-Que estoy feliz- Jugué con sus dedos en mi palma, mientras estos bailaban intentando no caer presos.
-¿Y eso?- Quería escuchar la respuesta, se veía tierno intentando encontrar palabras.
Pero la puerta se abrió de improvisto dejando ver a un manager algo cansado a primera hora de la mañana.
-Hola- Saludo seco
-Buenos días
-Hola hyung
-Buenos días señor...
Dejó caer papeles encima de la mesa, algunas anillas resonaron fuertes contra el metal, por lo que tuvimos que mordernos la lengua para aguante el dolor de nuestros oídos. El manager nos miró unos segundos a ambos y después empezó.
-Como ya sabéis, vamos a lanzarnos a un nuevo proyecto…
-Primera noticia…- Deje caer, pero él ni siquiera se inmutó.
Sacó un taquito de hojas de una de las carpetas azules que había traído y me las lanzó, resbalaron hasta colocarse perpendiculares a mí, las cogí y les eche una ojeada.
Era una canción
Dream girl.
-¿Dream girl?- Pregunte en alto, la mirada de Jonghyun sobrevolaba la hoja también por encima de mi hombro y me la arrebató con delicadeza de mi mano
-¿Un come back?- Pregunto con su voz cantarina.
-Exacto
-¿Y Kibum?- Pregunte yo.
-Ya nos encargaremos de él…
-No voy a hacer un come back sin Kibum- Gruñí, él me miró por encima de sus gafas.
-Hay tiempo Jinki, déjalo correr- Levantó las cejas un par de veces- Hablemos del proyecto…
Abrió otra carpeta.
-En un principio SHINee lanzara dos álbumes- Levantó dos dedos- Las fechas estimadas son: el doce de febrero del año que viene y veintiséis de abril de ese mismo año.
-¿Dos?- Minho habló por fin- No saldría rentable…
-No producís mucho dinero ¿Sabéis? El señor Lee Soman ya me ha estado echando palos, estáis estancados desde Sherlock y los dos singles en Japón no han sacado mucho dinero.
El desconcierto mental que se produjo allí era insoportable.
-Pero, las fans…
-Que tengáis fans no significa que seáis ricos- Vale, vale, lo entendía.
Era la hora de volver a resurgir, tal vez con algo nuevo, algo diferente, pero muy SHINee, algo en lo que cada uno de nosotros pusiera su parte. Un pedazo de nosotros en cada canción, en cada paso de baile, en cada nota.
-Siga hablando hyung…- Pude percibir la mirada de sorpresa clarísima que me dedicó Taemin
El manager asintió.
-En cuanto al tema del come back, algunos diseñadores y el equipo de publicidad ha decidido que se puede intentar el mundo de los sueños…- Ladeé la cabeza
-¿Cómo Alicia en el país de las Maravillas?- La voz del más pequeño sonó ilusionada y divertida, Minho y Jonghyun se rieron.
-Sí, más o menos…- El pequeño abrió su boca y formo una perfecta “o”
-¿Cuándo empezamos?- Me giré a ver al moreno detrás de mí.
-Mañana podemos ir preparando y viendo algunas cosas- No podían estar hablando en serio- Dicho esto, podemos irnos si queréis, bueno, yo me voy…
Minho y Taemin se levantaron haciendo un ruido ensordecedor con las sillas, cogí la partitura de la canción y me la puse bajo el brazo. Solo en ese momento me di cuenta de que mi mano seguía sujeta a algo y el brazo moreno al que pertenecía la mano que apresaba la mía me envolvió en un abrazo protector. Nos habíamos quedado solos, en silencio.
-Jonghyun, seremos cinco ¿Verdad?
-Seremos cinco…
Por una parte sentía que no iba a poder con ello, más presión, había tiempo, pero una canción, o seis, no se grababan de un día para otro, además habían coreografías que ensayar, no estaba muy seguro de que Minho lo pasara bien. Mas presión mental para el pequeño Taemin y encima Key en el hospital.
Seremos cinco, me repetí mentalmente, porque si no, no existía SHINee. Haría todo lo que estuviera en mi mano para que estuviéramos juntos, sonriendo, con nuestros corazones latiendo al unísono.
Noté una de sus manos acariciándome el pelo, de manera dulce y delicada, yo apreté as su abrazo, era todo lo que necesitaba para no derrumbarme.
-Vamos, salgamos de aquí- Asentí y dejé que tirara un poco de mi por los pasillos.
-Quiero ir a ver a Key- Me miro con las cejas enarcadas- Por favor…
El rodó los ojos y suspiro lastimosamente.
Los pasillos de día estaban poblados de gente, enfermeras con uniformes, doctores y doctoras y algún niño que vendría a ver a su padre o a su madre enfermo. Al principio se me olvido donde quedaba la habitación de Key, pero Jonghyun parecía acordarse, así que llegamos a la puerta en menos de lo que esperaba.
Puse una mano en el pomo y con la otra toqué, espere unos segundos y se escuchó un lindo “pase” de la voz del rubio. Abrí la puerta y me adentre en la iluminada habitación.
Key ilumino su rostro con una sonrisa cuando me vio pasar, me sentí un poco mal de repente, pero el pareció no darse cuenta.
-Hola Onew- Sonreí
-Buenos días- Le devolví el saludo- Hola Woohyun- Salude también al chico castaño que se encontraba sentado a su lado, él movió su mano.
Me concentre en Key y en el color de su piel, parecía tener mejor aspecto. Su sonrisa se esfumo como el humo que consume un cigarro, miraba a mi espalda y sabía exactamente a quien había visto. Hui cuando sentí la mano del moreno acariciando mi hombro.
-Vaya, últimamente no se separa de ti…- Hablo Key con un tono sarcástico.
-Ni lo hare en mucho tiempo- Los colores se subieron a mis mejillas al galope tendido.
-Yo mejor me voy- Anuncio Woohyun- Nos vemos Key, recupérate pronto- Y salió por la puerta.
Las chispas volvieron a salir una vez estuvo el invitado fuera y la puerta se cerró con un chasquido. Yo no había llamado a nadie para que me cayera ese problema encima yo no pretendía que se pelearan.
Por mi…
Mi mente se bloqueó de sobre manera al darme cuenta de eso. Digamos que ya lo sabía, pero no me lo podía creer, yo era un tipo normal. Y ellos eran… ellos.
-¿Jonghyun puedes esperar fuera?- Key se rio y el moreno me miro exaltado y no muy convencido.- Por favor…- Le mire y el asintió, salió cerrando la puerta de golpe.
Volví mi mirada a Key, ya me sonreía de nuevo.
Saqué la carpeta de debajo de mi brazo, había estado allí todo el tiempo, y la abrí dejando ver la partitura con el nombre de la melodía en lo alto de la hoja, la cogí con cuidado y se la pasé. Su brazo invadido por parches y agujas se alargó para cogerla.
-Oh… ¿Nuevo disco?
-Dos…- Me miró sin entender.
-Que guay…- Le miré triste, un extraño sentimiento en mi corazón me impedía compartir las mismas ganas.
Pero no podía decirle que a lo mejor él no estaba con nosotros en el escenario, que a lo mejor no llegaba a tiempo para dar comienzo a los preparativos, que toda la culpa era mía y que sentía mucho haberle fastidiado la vida.
-Si… Quédatela, es para que vayas practicando…
Casi pude ver como la arropaba entre sus brazos, me senté en la cama y él se apartó un poco, incomodo, yo solo quería hablar con él.
-¿Cómo te encuentras?- Acaricie sus rubios cabellos.
-Bien, mejor…- Aunque era verdad que tenía mejor aspecto, la falta de algo hacia surcos bajo sus ojos, amoratándolos, hundiéndolos, apagando su mirada.
-Me alegro – Se hizo un silencio algo incomodo- ¿Quieres que me quede?
-Me encantaría, pero parece que hay alguien que te reclama- Mire a donde estaba mirando él, Jonghyun estaba asomado a la puerta.
-Si…
-¿Os habéis acostado?- Mi cerebro sufrió un corto circuito y se quedó echando humo, por lo que no reaccione ante la cara de póquer de Key- Oh dios….
-¿Eh? No ¿Por qué?
-Porque apestas a su colonia- Pero… pero si me había duchado… con Jonghyun.
No sabía si debía ocultárselo, admitirlo, salir corriendo o dormirme. Sabia de sus sentimientos hacia mí, y tal vez si se lo decía solo le haría daño.
-Key…
-Da igual, no tienes por qué decírmelo…- Me dio la espalda y se tumbó cubriéndose con la sabana- Vete si quieres…
Me levanté sin saber que decir, si emitir ningún sonido para mi sorpresa. Le mire por última vez, pero el seguía dándome la espalda, a hora tenía un problema más en la cabeza que me dolía también en el corazón.
-¿Le has dicho algo?- El moreno se giro
-¿Sobre qué?- Enarqué las cejas lo mejor que pude y le propiné un puñetazo en el hombro- Au…
-Jonghyun- Dije serio
-No le he dicho nada, me he pasado todo el día contigo y no me levanté en mitad de la noche adrede para dejarle un mensaje- Me hablaba con ese tono burlón que por una parte me encantaba demasiado.
Suspire apoyándome en la pared, se situó frente a mí con los brazos cruzados, había demasiada gente en ese momento en ese lugar, por lo que enterré las ganas de abrazarle un poco para calmarme.
-¿Qué pasa?- Cambió su tono a música para mis oídos
-Que no quiero que se rompa… SHINee es lo más importante para mí
-No lo hará, si sigues sonriendo…- Él sabía cómo arrancarme una sonrisa del rostro.
Tal vez tenía razón, que lo que nos unía era simplemente algo tan débil, pero a la vez tan fuerte como lo era una sonrisa.
-Vámonos a casa, le diré al manager hyung que se quede con él, tenemos cosas pendientes…- Me sonrió travieso y camino por el pasillo
Me podían las ganas, éramos como dos imanes de distinto polo, y estaba siendo cruelmente atraído por él, por sus fuertes brazos marcados por la camiseta que dejaba volar a la imaginación, por esos andares de machito que le hacían parecer más joven de lo que era, por esas miradas que penetraban en lo más profundo de mi alma, hasta llegar a mi corazón.
Si, le quería, cada segundo más. Me pregunté si llegaría un día en el que lo amaría tanto, que ni siquiera podría respirar si él no estuviera cerca.