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El deber de un líder por ShinyOdaya

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Notas del capitulo:

Hola buen@s diastardesnoches.... jeje

Aqui les dejo el cap 23... (Paso del 22) ^^ y decirles que ya falta poco para que se acabe :)

Tambien agradecer muchisimo a esas personitas tan lindas que dejan sus reviews y likes en la pagina :D se agradece muchisimo ^^

Buenoooo lean xD

Mi teléfono sonó, y yo tenía tan pocas ganas de levantarme como la persona que gruñó a mi lado. Literalmente las sabanas se nos habían pegado al cuerpo y se nos habían enredado en las piernas.

Alargué el brazo un poco hasta que  di con el condenado aparato que no dejaba de sonar. Miré la hora en el propio móvil. No eran ni las siete de la mañana. Intenté incorporarme para responder a la llamada sentado, pero Jonghyun me envolvió con sus brazos atrayéndome a su cuerpo e impidiéndome moverme, me reí de las cosquillas que me produjo su pelo en mi barbilla cuando enterró su rostro en mi cuello. Se removió un poco, acomodándose más y se dispuso a dormir de nuevo.

Yo le hubiese imitado si el teléfono no hubiera seguido sonando una y otra vez, así que conteste de todas maneras. Aclaré mi voz antes de descolgar.

-¿Si?

-Jinki…- ¿Qué hacia él llamando tan temprano?

-¿Hyung? Es muy pronto- Jonghyun había abierto los ojos y me miraba desde la altura de mi pecho.

-¿Y qué? Solo te llamaba para asegurarme de que te acordabas que Minho comienza hoy su rehabilitación- Enarqué una ceja.

-Yo no tenía ni idea

-¿No te lo comento?- Me preguntó como si hubiera pasado por alto la cosa más obvia del mundo.

-Pues no Hyung…

-Pues tiene la sesión a las ocho- Asentí

-¿Y por qué me lo dices a mí?- Esta vez Jonghyun también enarcó sus cejas

-Porque tienes que acompañarle…

-¿A si?- Primera noticia del asunto, se escuchó un gruñido al otro lado de la línea, me pareció que el manager tampoco quería hablar de la historia porque probablemente se habría levantado igual de temprano- De acuerdo, hablare con él y a las ocho estaremos allí.

-Muy bien Jinki, y acuérdate del psicólogo de Taemin- Suspiré

-No creo que sea buena idea de momento, denos tiempo…- El manager asintió sonoramente

-Nos vemos más tarde…- Y colgó.

Deje que el aire escapara de mis pulmones en un sonoro suspiro. La oscuridad de la habitación se acomodó a mis ojos poco a poco y pude distinguir mi cuerpo y el de Jonghyun.

Noté el calor recorriendo mi cuerpo cuando Jonghyun trepó por la cama hasta quedar a mi altura y me miró a los ojos. El poco brillo que había en la habitación no me permitía distinguirlo con claridad, pero, el tacto de sus manos sobre la piel de mi estomago, o su respiración mezclándose con la mía eran sensaciones que si podía palpar en su totalidad.

-Otro día duro…- Susurró sobre mi boca, asentí.

-Si…- Me fui separando poco a poco de él, pero cuando estaba ya casi sentado al borde de la cama noté un peso colgándose de mi espalda que me hizo caer hacia atrás.

Renegué un poco cuando me aprisionó con sus piernas y sus brazos rodearon mi pecho, sin dejar que me moviera lo más mínimo.

-No te escaparás- Sonreí con ternura, sonrisa que él no podía ver.

Mi corazón latía muy rápido, lo sentía en el pecho e incluso en mi cabeza y sabía que él podía oírlo, porque se reía suavemente de mí. Di las gracias a las luces apagadas por impedirle ver mi sonrojo. Su nariz acariciaba mi espalda en pequeños círculos que me ponían la piel de gallina, caricias que estuvieron a punto de dormirme de nuevo.

Había cerrado los ojos, lo que me pareció una eternidad, pero el tiempo no parecía haber pasado porque nada en si había cambiado, todo seguía igual de oscuro y las respiraciones de Jonghyun seguían suaves en mi espalda. Se me había acartonado la boca, las piernas se me habían entumecido, supuse que sería por el agarre de Jonghyun.

Con cuidado intente quitarme sus brazos de encima, lo conseguí por poco, porque gimió en sueños. Procedí después a desenredar nuestras piernas y una vez estuve completamente libre me senté en la cama. Le observé unos momentos, como movía sus manos inconscientes palpando el colchón, su boca entreabierta dejando escapar su respiración en cortos suspiros y sus ojos cerrados adornados por pestañas negras como la misma noche.

Me incliné todo lo que pude y dejé un tímido beso en su hombro desnudo, inhalé su perfume una vez más antes de levantarme. Se removió un poco, estirándose, para después volver a su posición original, relajado, tranquilo. Me acomodé un poco la ropa para salir de mi habitación, abrí la puerta silenciosamente, todo lo que pude, sorprendiéndome la luz del pasillo encendida y un brinco por parte de Minho que también me asustó a mí.  

-¿Qué haces despierto hyung?

-No me dijiste que empezabas la rehabilitación

-No pensé que te importaría- En un momento, me imaginé a mi mismo atizándole y dándole una buena paliza.

Cerré la puerta a mis espaldas, dejando de lado ese pensamiento que quería evitar en todo caso.

-¿Me esperas?- Arqueó una ceja en signo clarísimo de duda- Voy contigo- Dije sonriente, intentando no parecer dormido.

Su boca se abrió, pero no dijo nada, simplemente dejó escapar un suspiro sonoro y largo, algo en el me decía que no se iba a interponer en mi decisión, que en realidad no era completamente mía. Sus ojos reflejaban duda, y lo entendía, tal vez no debería ser yo quien le acompañara.

En ese momento me di cuenta de que ya estaba vestido y preparado para irse, me iba a quedar sin desayunar si quería acompañarle, antes de que se fuera corriendo.

Se encogió de hombros y caminó por el pasillo, le seguí después de cambiarme y arreglarme un poco.  Para mi sorpresa me estaba esperando de brazos cruzados cerca de la puerta. Desvié un poco mi trayectoria para coger una manzana de la cocina, ya que odiaba tener el estomago vacio. Solo cuando volví me di cuenta de que Minho y yo no éramos los únicos que andábamos despiertos. La luz de la pequeña lámpara del salón estaba encendida, y un Taemin que no sabía dónde meterse me miraba con los ojos bien abiertos, se levantó del sofá en el que estaba sentado y se marcho a perderse en su habitación.

No había oído ni una palabra compartida entre los menores aunque se habían encontrado en la misma habitación, por lo que pude suponer que ni siquiera se habían dirigido la palabra. Miré a Minho entre confundido y sorprendido, pero él solo ladeo la cabeza separándose de la pared y saliendo cuidadosamente por la puerta.

Tal vez Taemin y Minho no necesitaran emitir sonido para hablar, o realmente algo pasaba entre ellos.

 

Aun no había salido el sol cuando entramos al hospital, ni siquiera había gente fuera del edificio. Era lo hora perfecta en la que un idol podía moverse por la ciudad sin ser abordado por las fans, podría acostumbrarme a madrugar más de lo que tenia acostumbrado.    

Minho caminaba a mi lado con paso elegante, sus hombros relajados, la espalda recta, la cabeza alta, mirando a todo el mundo por encima del hombro, brazos sueltos, y una media sonrisa algo cansada para no parecer un chico frio. Pero algo había en su rostro que me molestaba, tal vez era ese reflejo en sus ojos, esa sombra que se cernía sobre sus pupilas.

-¿Paso algo con Taemin?- Me atreví a preguntar, él ni siquiera me miro

-No…- Aunque lo dijera serio y convencido de sus palabras, a mi no me parecía una buena respuesta, ni siquiera la correcta.

-Parece como si hubierais discutido- Espere la respuesta, pero no llegó.

Caminamos solos, mi cabeza se había agachado inconscientemente, me sentía mal, por todo lo que ocurría y porque parecía que Minho irradiaba mala leche. Pensé en que sí podían estar enfadados, y en lo que aquello suponía, el buen rollo en los escenarios, en los ensayos, en casa, desaparecería.

Me llegó un mensaje, se escucho la música y me vibró el pantalón, pero no le hice mucho caso hasta que me llego el segundo. Entramos en el ascensor mientras miraba quien era el emisor, y sonreí.

“De Jonghyun:

 Te escapaste…:(

Mi mente divago y viajo hasta él, tal vez esperando, sentado en mi cama a que le contestara o desayunando junto a Taemin, también esperando a que le contestara. Abrí el segundo mensaje, también con su nombre.

“De Jonghyun:

Me prometiste que me recordarías todas las mañanas que me querías… Ya te echo de menos ¿Cuándo volverás?”

Sonreí como un estúpido bajo la atenta mirada de Minho, abrí la correspondiente ventana para contestarle.

“Para Jonghyun:

No sé cuando volveré

Te quiero”

Le di a enviar, después la vergüenza entró a jugar en mis venas, pero ya no había vuelta atrás, levanté la cabeza hacia Minho, él me miraba y después al móvil que sostenía en mis manos.

Mi corazón se paró, Minho había leído el mensaje.

-No te molestes en ocultarlo- Desvió la mirada cuando se abrieron las puertas, dejando ver otro pasillo distinto del hospital- Taemin me dijo que os acostasteis la otra noche, y no eres la clase de persona que se acuesta con alguien sin sentir nada…

No me molesto que lo supiera, sino más bien todo lo contrario. De alguna manera me sentía agradecido por quitarme un peso de encima de esa manera, parecía que Minho no quería hablar de ese tema ahora y yo, tampoco.

-Gracias… - Le dije- ¿Sabes a donde vamos?- Cambie de tema ante la tensión del ambiente.

-Claro hyung…- Leía los carteles de dirección, pero no sabía exactamente a donde teníamos que dirigirnos

-Yo te sigo- Anuncié y el simplemente asintió

 

Al llegar al sitio que le habían indicado a Minho, este tocó la puerta blanca con los nudillos, una enfermera se acercó a nosotros y nos comunico que la doctora llegaría de inmediato, que nos esperáramos unos minutos. Pasado ese tiempo una chica algo más joven de lo que me esperaba llego vistiendo el atuendo característico de doctora. Nos saludo de forma encantadora y nos hizo pasar a la sala.

La habitación era diferente a la consulta donde nos habían hecho las pruebas, era algo más grande y una gran camilla presidia la habitación.

-Buenos días, soy la doctora Jang, fisioterapeuta, encantada de tenerle aquí señor Choi, la gente está orgullosa de su trabajo- En sus labios rosados se dibujó una sonrisa.

-Igualmente doctora, él es Lee Jinki- Me señalo, hice una pequeña reverencia mostrando mi respeto.

-Sí, lo sé, también lo conozco- Ensanchó su sonrisa

Minho le ofreció la cartilla médica que sacó de su mochila, no supe en qué momento se había hecho con ella. La doctora la observó, emitiendo pequeños asentimientos con la boca cerrada y apuntando cosas en una libreta aparte.

-Tengo preparados los ejercicios, si quiere que empecemos ya…- Sugirió siempre con una sonrisa.

-Claro- Contesto Minho.

-Túmbese ahí- Ordeno la mujer.

Minho hizo caso a aquella mujer de aspecto simpático y se acercó a la camilla, la doctora le acomodó el respaldo y él acabó por tumbarse.

Yo simplemente no sabía qué hacer ¿Me quedaba de pie? ¿Tomaba asiento? Solamente pude observar la escena ante mis ojos, sintiéndome un poco incomodo porque no sabía que debía decir.

La doctora le arremango los camales del pantalón que llevaba puesto, pero él se quito las zapatillas.

-Veamos donde está el problema- Minho le miraba serio, sin perder de vista las manos de la doctora. Pero, en cuanto la mujer puso una mano envolviendo el tobillo derecho de Minho, este se quejó, escondiendo sus ojos de mi vista.

Simplemente temblé.

-Mmm- La doctora se puso a pensar- ¿Se aplica la crema medicinal que le recetamos?- Esa que olvide darle

-Sí, todas las noches.

-Pero se la aplica solo- Volvió a repetir, Minho asintió.

La doctora estiro la pierna del moreno, colocándosela enfrente de su pecho y empezó a masajear y apretar en zonas especificas, a veces, Minho gruñía, otras solo aguantaba un quejido. Me afecto ver a Minho de aquella manera, indefenso, adolorido, sin poder hacer nada para evitar el dolor, de alguna manera me recordó a su parte más humana, aquella que dejaba aflorar al final de algún concierto, donde las lagrimas salían sin poder evitarlo.

-Es mejor si le ayuda alguien- Habló por fin ella, le miramos ambos- Es cierto, nosotros, inconscientemente no lo hacemos bien porque no queremos hacernos daño y a veces no apretamos lo que hay que apretar- Y apretó, Minho ahogó un grito- Por eso es mejor dejar que alguien lo haga por ti- La mirada de aquella mujer se paseó por mi rostro.

-Eh, yo no…- Comprendí que se refería a mí.

-Acércate unos segundos- Tragué costosamente y avancé hasta su posición.

Me hizo sentarme en una silla cerca de la camilla, Minho parecía cada vez mas incomodo a medida que me acercaba. Me senté dispuesto a atender y de alguna forma, intentar ayudar.

-Es muy fácil, simplemente hay que masajear en círculos- Empezó la demostración, sus finos dedos trazaban cuidadosos círculos sobre la piel de Minho, hundiendo los músculos, arrancándole muecas.

Despacio, me dijo, apretando suavemente sobre la rodilla y siguiendo el músculo estirado con el dedo, dibujando las fibras de las piernas, en cuanto al tobillo, un ligero movimiento de pie, hacia los lados, sin abusar y dejando el pie en la posición forzada durante unos diez segundos.

Tal vez se lo tendría que explicar mas tarde a Taemin.

Le relevé un par de veces para comprobar que sabía lo que me estaba diciendo y comprendía lo que hacía. Y una vez terminada la clase privada, siguió con los ejercicios preparados para Minho. Doblado la pierna sobre su cuerpo o estirándole hacia un lado la pierna.

Salimos de la rehabilitación, yo, con las manos aceitosas y él, cojeando un poco una vez la doctora se despidió.

-Ha sido muy raro- Comenté, y Minho emitió una pequeña risa.

-Y tanto hyung, te prohíbo tocarme- Me reí y negué con la cabeza.

-Tengo que hacerlo a partir de ahora- Me miro un poco divertido, me encantaba esa faceta de Minho.

-¿Vas a hacerme masajitos hyung?- Dijo en un tono burlón cuando entrabamos al ascensor.

-Si- Dije sonriente.

Presiono uno de los botones, que se encendió al contacto, observé que Minho se había pasado cuatro plantas de la principal.

-¿A dónde vamos?- Pregunté, Jonghyun me esperaba en casa.

-A ver a Key, hyung- Me miro como si fuera lo más obvio del mundo, en parte lo era.

-¿Ahora? Es muy pronto- Aun lo era.

Minho pasó su mochila a su pecho y empezó a hurgar en las profundidades de aquel objeto. Sabía que era demasiado obvio el motivo por el que íbamos a ver a Key, éramos amigos, compañeros, hermanos y sabía que él nos necesitaba. Por eso no me esperaba que Minho sacara aquella revista que la noche anterior rondaba por las manos de Taemin.

Me quedé observándole mientras colocaba de nuevo su mochila a la espalda, estaba un poco ido.

-Minho no creo que sea una buena idea…- Minho giró su cabeza hasta que me miro.

-Hyung, tal vez el sea el único que puede ayudarle…

Notas finales:

¿Que les parecio?

Sinceramente temo que se me escapa algo... pero no se que es... ais que cabeza... espero no tardar mucho en el siguiente :D

Dejen sus lindos reviews 

Os quierooo

Chuu~ 

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