Un sonido lejano, como de personas hablando, me desveló. Hice una mueca al no encontrarme realmente cómodo en el lugar donde estaba tumbado y me desperecé.
No me había hecho falta mucha lucidez para darme cuenta de que estaba en el sofá. Me removí un poco, buscando volver a dormirme, pero la luz del televisor me molesto. Gruñí y una mano se poso en mi estomago. Abrí los ojos completamente, le miré y él me miró.
Su mirada fue la conexión que necesito mi cerebro para dar con la realidad y acabé por despertarme por completo.
-¿Qué…?- Susurré confundido.
-Empezaste a pesar demasiado- Entrecerré los ojos sintiéndome ligeramente ofendido- Y además no dejabas de moverte.
Hice una mueca, en realidad seguía estando sobre él, pues mi cabeza estaba apoyada en su regazo, casi podía escuchar como la sangre circulaba por las venas de sus piernas.
-Te dije que pesaba…
-He tenido que cargarte hasta el sofá, lo he comprobado…- Me removí una vez más, y le golpee juguetonamente el estomago, él simplemente se rio y contraatacó.
Sus manos se colaron hasta mis costillas y comenzaron a buscar mi punto débil. Yo me reía alocado, intentando deshacerme de su agarre. Pero lo que le detuvo, fue un beso, un casto beso que me salió de lo más profundo del alma. Sincero, honesto, tanto, que al parlanchín de Jonghyun se le olvidó hablar.
-¿Qué?...- Pregunté ante sus nulas palabras y su cara de desconcierto total.
-Me has besado, sin que yo te mendigara- Me reí.
-Bueno… ¿Y?- Su rostro se apegó mas al mío y agitó un poco las piernas.
Después las levantó un poco para que mi cara chocara con la suya en otro beso.
-Que es raro, te mereces una cena- Me susurró en un tono divertido.
Como un tonto, la sonrisa se dibujo en mi cara, disfrutando de su cantarina voz y sus rasgos duros y expresivos. Esos labios gruesos, rosados, apetecibles como un mordisco a una manzana completamente roja. Perfile su labio inferior con mis dedos, me sentía amado por aquella persona y ese sentimiento me hacia feliz, completo, acompañado.
Sabía que no estaba solo en este duro trayecto.
-¿Cada beso, una cena?
-Eh, no te pases…- Y volvió a reírse.
Así como estábamos colocados, él sentado en el sofá y yo sobre su regazo, atacó con sus labios toda la extensión de mi cuello, los cosquilleos no tardaron en aparecer y las ganas de mas se acentuaron. No intenté apartarle, porque me gustaba tenerlo encima de mí, la forma en la que me agarraba por los costados para que no me cayera y me apretaba a su pecho tan protectoramente, que sentía que podía derretirme en cualquier momento.
Su nariz seguía jugando con el vello erizado de mi nuca y dejaba pequeños besos, que se sentían como manchas de fuego, en mi piel. Me mordió con fuerza bajo la oreja y un espasmo me recorrió la columna vertical.
-¡Ahh!
-¡Shhhs!- Me calló- Vas a despertar a Minho…- Y la lucidez me golpeo la cabeza.
-¿Sigue durmiendo?- Pregunté algo temeroso, por las consecuencias probables de mi grito
-Ambos lo están
Enarqué una ceja.
-¿Cuánto he dormido?- Me incorporé y me senté como una persona normal en el sofá, Jonghyun hizo una mueca, probablemente por el frio que se había colado entre ambos.
-Solo media hora…-Apoyo su espalda en el respaldo oscuro.
-Pues vaya- La verdad, me sentía como si hubiera dormido toda una noche, pero un sueño lleno de pesadillas e ilusiones confusas.
Su cuerpo me atraía como un campo de gravedad en el que yo daba vueltas en círculos, pues estuve a punto de volverme a tumbar sobre él, pero una musiquilla que reconocería incluso estando mi móvil al fondo del mar, empezó a sonar.
Mi cerebro tardo en reaccionar un poquito, pero me alarme al escuchar como el sonido aumentaba de volumen, y como inundaba las paredes de la casa. Minho y Taemin podrían estar escuchándolo también.
Me resbalé al levantarme del sofá, llevándome una exclamación de sorpresa por parte de Jonghyun cuando conseguí levantarme, apoyando las manos en el suelo. Troté deprisa por los pasillos todo lo rápido que pude. El volumen no dejaba de aumentar y derrapé justo enfrente de la puerta de mi habitación, me estampe contra ella, buscando inútilmente el pomo y cuando por fin encontré esa cosa redonda abrí de un golpe la puerta.
La habitación estaba iluminada tan solo por la luz azulada que salía de mi teléfono móvil, por lo que a causa de la ceguera, tropecé con algo, probablemente una zapatilla y me caí de bruces en la cama. Solo necesitaba una nariz roja y una tanda de aplausos y risas.
Alargue la mano hasta la mesita y conseguí descolgar la llamada.
-¿Si?- Aun estaba un poco aturdido
Una risa cantarina y femenina se escucho en la otra línea.
-¿Jinki?- Oh, sabia quien era.
-¿Chohee?- Pregunte incrédulo, mire la pantalla de mi móvil, llegando a pensar que me había dado un golpe en la cabeza- Oh, perdona noona
-No, está bien Jinki… Siento la hora tardía, espero no haber molestado con la llamada.
-No, nunca molestas noona- Me senté sobre la cama, realmente cohibido por la sorpresa de su llamada.
Se volvió a reír
-¿Qué se te ofrece noona?- Pregunté curioso, no todos los días una famosa actriz llama, por la noche, a su compañero de reparto.
-Solo quería concertar una cita contigo- Deje de respirar unos instantes- Para poder comentar el guion.
Me quede un poco patidifuso, Royal Villa no era una serie con un guion complicado, incluso dudaba que aquello fuera un guión, tal vez Chohee quisiera poner a punto su personaje y necesitaba algo de ayuda.
Deseche la idea al instante, ella era una profesional y el personaje de fantasma encandiladora le quedaba como anillo al dedo. Tal vez quería decirme a la cara lo penoso que era, o lo fantástico.
-De acuerdo
-¿Qué te parece mañana por la noche? A cenar- Su voz sonó convencida de que iba a aceptar.
-¿A cenar?
-Sí, conozco un restaurante muy bueno en el centro de Gangnam- Eso sonaba bastante caro -¿Te digo la dirección?- Me levante buscando a oscuras un trozo de papel y un bolígrafo, pero al no encontrar nada, pataleé trastos hasta la salida, volví a patinar por el pasillo y aparecí algo desordenado en el salón
-Sí, un momento- Jonghyun me alcanzó una pequeña libretita, pues el bolígrafo ya lo tenía en las manos.
Garabateé la dirección de prisa, con letra que solo yo podía entender y deje de cualquier manera el bolígrafo sobre la mesa.
-A las nueve nos vemos…- Sentencio
-¡Espera Minho!- Esas palabras no salieron de mi boca, pero reconocí la voz.
Miré a Jonghyun, cuya mirada se encontraba perdida en el pasillo, una puerta abriéndose con un golpe y unas manos intentando cerrarla.
-¡Minho!- Taemin se había despertado y no muy bien.
-¿Jinki?
-Sí, si, lo siento, a las nueve me parece bien…
-Hasta mañana entonces- Fue ella quien colgó, pero yo ya no le prestaba atención a eso.
Minho entro en mi campo de vista, enrabiado, pisando fuerte, claramente enfadado. Su rostro estaba tenso y desprendía un aura de mala leche desmesurada, los músculos de sus brazos estaban en tensión, y juraría que ardía en ganas de darle un puñetazo a alguien. Pero lo que más me llamo la atención de su persona, fue la mochila que llevaba colgada a su espalda.
Se paró en el trayecto de su huida y me miró, a pesar de sus respiraciones agitadas y su mandíbula apretada, Minho tenía los ojos más expresivos que nunca, y supe lo que estaba a punto de hacer con un solo pestañeo.
-Voy a hacerle caso a Key hyung- No me sorprendió, pero no sabía cómo reaccionar- Por favor no dejes que me siga…
Y emprendió su marcha.
-¡Minho!- Un grito roto, doloroso, un sollozo oscuro inundo la casa.
Taemin salió corriendo por el pasillo, sus movimientos eran torpes, sus extremidades aun estarían dormidas, pero su voz se oía clara
-Espérate, hablemos, se puede hablar, no te vayas por favor- Tropezaba al hablar y tartamudeaba
-¡No se puede hablar contigo!- Le grito el alto, Taemin se encogió.
Una sacudida me recorrió de arriba abajo, deseaba poder protegerle, abrazarle y opacar los gritos de Minho, pero algo me lo impidió, alguien me cogió de la mano y paso su brazo por mi espalda.
Entendí que si tenía que derrumbarme allí estaría Jonghyun para sujetarme. Con él a mis espaldas sentía que podía hablar e interrumpir, resolver mis dudas, solucionar eso, hacer de líder.
-Eh- Llamé a atención- Tranquilizaos ¿Qué ha pasado?
-¿¡Que mosca te ha picado así de repente?!- Gritó Taemin, dejando ver las primeras lágrimas en sus mejillas.
-Créeme, es lo mejor para ti…- Le contesto Minho desde la puerta
Ambos habían pasado de mi cara. Sentía que probablemente esta situación, como muchas otras, se me iba a salir de las manos.
-Háblame por lo menos ¡Dime qué demonios te pasa!- Minho agachó la mirada, escondiendo sus ojos color café bajo su flequillo- Si es porque tienes dudas, yo… yo te quiero Minho…
Y subió la mirada, tan furioso y fuera de sí. No había visto a Minho de esa manera en los años que llevábamos como amigos, como compañeros. Él miraba a Taemin como si lo fuese a matar. Incluso Jonghyun se tenso a mi espalda.
- ¡No me mientas, maldición!- Gritó, su chillido rebotó en las paredes del pasillo e hicieron eco en las escaleras, pronto se asomarían los vecinos para ver qué pasaba con tanto escándalo- ¡Tu no me quieres!
-Si… sí que te quiero- El lamento de Taemin era lastimero y había comenzado a sollozar, llorando y temblando, con la boca medio abierta, dejando escapar suspiros y jadeos cargados de dolor punzante y frio.
Se me encogió el corazón, mis ojos se iban a poner a llorar sin mi consentimiento, pero me lo tragué, me tragué la angustia y las ganas de gritar que se detuvieran, me trague mi propio derrumbamiento, porque Jonghyun me sujetaba, impidiendo que me interpusiera entre Taemin y Minho. Sabía que esos dos tenían que poner punto y final ellos solos.
-Para querer a alguien primero tienes que saber quererte a ti mismo…- Las palabras de Minho sonaron suaves pero retumbaron varias veces en mi cabeza.
Los tres nos quedamos tensos en la habitación, mientras le observábamos irse, Taemin había relajado sus hombros, estos temblaban a causa de los sollozos, pero el resto del cuerpo estaba realmente estático, con la mirada perdida, como ido, envuelto en sus propios pensamientos.
Jonghyun me soltó al fin, pero tenía miedo de acercarme a Taemin, este seguía mirando a la puerta.
-Tae…- Le temblaron los labios, y en un segundo se llevo las manos a la cara, ahogando un grito, tembló más fuerte.
Busque, busque ayuda con la mirada, yo no podía. En seguida Jonghyun acudió a mi lado y sujeto a Taemin de los hombros.
-Eh, Taemin, déjale que se relaje… mañana hablamos todos juntos- Pero él no pareció reaccionar- Ves a darte una ducha- Taemin negó con la cabeza.
E hizo lo que yo pensaba que nunca haría, golpeo a Jonghyun en un costado, provocando que este le soltara, por mi garganta se escapó una exclamación de sorpresa al ver a Taemin correr hacia la puerta, abrirla de un estirón y salir al pasillo sin preocuparse si quiera de ponerse la zapatillas.
Jonghyun se irguió aun con las manos en la zona lastimada.
-¿Estás bien?- Pregunte preocupado, el simplemente asintió
Nosotros sí que paramos a ponernos el calzado adecuado para la carrera que nos tocaba pegar, y corrí como nunca había corrido en mi vida. Algunas fans esperaban en la puerta, como todas las noches y gracias a ellas supimos hacia donde se había ido Taemin. Preguntaban cosas, pero yo no podía escucharlas a ellas, no en este momento. Me cercioré de que Jonghyun me seguía y empecé a correr calle abajo, algunas chicas nos seguían pero pronto nos quedamos solos en esa carrera.
No tardamos en avistar a Taemin, no corría muy rápido, su cuerpo no le dejaba. Y a Minho caminando tranquilamente. Apretamos un poco la marcha.
-¡Taemin para!- Grito Jonghyun, a mi no me salían las palabras porque Minho acababa de cruzar un paso de cebra y el pequeño no parecía querer parar.
-¡Minho!- Grito él en respuesta, pero el moreno no le escucho, o eso parecía, lo que desespero aun mas al pequeño
Estábamos tan cerca de él, que podíamos sentir el calor de su cuerpo agitado, pero no podía llegar a alcanzarlo.
-¡Jonghyun el semáforo!- Le grite a mi novio.
El semáforo acababa de ponerse en rojo y los coches ya pasaban a la mayor velocidad que podían por el centro y una vez más, Taemin no parecía querer parar, y si no paraba, sería hombre muerto. Alargué la mano, pero solo conseguí rozar su camiseta, que volaba por el acelerón.
-¡Mierda Taemin para!- Fue lo último que grité.
Lo que ocurrió a mí alrededor paso en una tortuosa cámara lenta. Las pocas personas nocturnas que esperaban para cruzar la calle, se apartaron al ver al chico correr hacia la carretera y nadie intentó pararlo.
Vi con horror como Taemin ponía un pie sobre la carretera y después el otro. Intenté gritarle, pero tenía el estomago en la garganta y no podía articular palabra alguna.
-¡TAEMIN!- Algo pareció moverse fuera de la cámara lenta, mucho más rápido que mis propios pensamientos
Jonghyun alcanzó a Taemin en un abrir y cerrar los ojos, y mi corazón se cerró en un puño, porque en ese momento Jonghyun también estaba en la carretera.
El moreno consiguió coger la camiseta de Taemin y con toda su fuerza tiró hacia atrás, el pequeño fue desplazado hacia atrás hasta que chocó con el pecho de Jonghyun, ambos dieron un traspié y Jonghyun cayó de espaldas al suelo llevándose a Taemin consigo.
Un coche los esquivo mientras pitaba como loco y tenía toda la razón del mundo. Jonghyun se arrastró un poco hacia atrás y yo caí de rodillas a su espalda, y controlando mi impulso, coloqué ambas manos en sus hombros.
-Menudo susto…- Le susurré y él se apoyó sobre mí, intentando recuperar la normalidad de su respiración.
Taemin seguía llorando retorciéndose mientras intentaba soltarse, pero el moreno le tenía bien cogido.
Alcé mi mirada, ya estábamos rodeaos de fans, algunas lloraban, pero no sacaban fotos, les agradecería mas tarde. Entre tanta multitud, diferencié a Minho, al otro lado de la calle, con los ojos bien abiertos, buscando una respuesta a la pregunta más obvia del mundo
“¿Taemin está bien?”
Le asentí, y él me devolvió el mismo tipo de movimiento, nos dirigimos una última mirada, una mirada cargada de palabras que solo un líder podía decir, supuse que ese era mi poder.
“Yo cuidare de él, no tienes de que preocuparte, márchate… tu líder deja que te marches”
Se dio la vuelta y camino en sentido contrario.