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El deber de un líder por ShinyOdaya

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Notas del capitulo:

Aqui el nuevo cap :)

Lo primero que vino a mi mente esa mañana fue la noche anterior. Mi cuerpo templado descansaba junto a otro más caliente, enredado entre mis brazos, y mi cabeza acoplada en el hueco de su cuello.

Sentí un ligero movimiento de su parte y abrí los ojos.

-Te desperté… lo siento- Una sonrisa apareció en mi cara como respuesta y me removí para apegarme más a él.

No me avergonzaba nuestra desnudez tocándose, al contrario, era cálido y suave, electrizante. Su pecho subía y bajaba con lentitud, dejando escapar el aire por su boca.

-Habrá que ir levantándose…

-No, déjame abrazarte un poquito más- Me quejé intentando sonar adorable, o algo tierno para que ablandara su corazón y me dejara disfrutar algo más de su compañía.

-Puedes seguir abrazándome mientras desayunamos

Desistí y él se liberó de mi abrazo, no sin antes despedir nuestras bocas con un profundo beso.

Suspiré mientras se levantaba y dejaba la cama caliente, mirando al techo esbocé una sonrisa, en ese momento era todo tan perfecto, tan platónico que no quise moverme hasta que olfateé un delicioso desayuno. Me levante de un salto y me vestí casi bailando, no podía negar que me sentía feliz y relajado, pero no podía esperar más a volver a estar rodeado por sus brazos.

Recorrí el pasillo como atraído por un imán, hasta llegar al centro de ese delicioso aroma. Dos cabezas se giraron en mi dirección al verme entrar. Taemin dibujaba círculos con la cuchara en su café cremoso y Jonghyun seguía haciendo tortitas con caramelo.

Me acerqué a Taemin, con una sonrisa, intentando que se contagiara de mi momentánea alegría y percibiera mi buen humor.  Le acaricié la cabeza, despeinándole un poco, y él tan solo me miro y me dedicó una pequeña mueca.

-Le estaba comentando a Taemin que podríamos ir al parque de atracciones esta tarde- Habló Jonghyun mientras me servía tortitas.

-Ya te he dicho que no me apetece hyung…

-¿Por qué no? Lo pasaremos bien…

-Hace mucho tiempo que no disfrutamos de algo tan normal como un parque de atracciones…

Dejé escapar un pequeño suspiro, no quise que ese comentario del maknae terminara con mi pequeño momento de paz.

-Onew hyung…- Le miré a los ojos, y supe inmediatamente qué me iba a decir- He estado pensando toda la noche…- Pauso un poco- Y he tomado una decisión, y… quiero dejarlo.

Las tortitas se congelaron al instante.

Mi sangre se solidifico y taponó mis venas, los dedos se me agarrotaron y pude sentir como el bienestar se escapaba por los poros de mi piel. A mi corazón se le olvido latir por unos segundos y cuando reanudo su marcha me explotó en el pecho.

-Va-vale…- Las palabras sangraron en mi boca, porque fui yo quien le dio esa opción, fui yo quien decidió que no pasaría nada si Taemin se liberaba de esas cadenas, fui yo quien aceptó su decisión fuese la que fuese, antes incluso de que el mismo la supiera- Esta bien…

Taemin ladeo una sonrisa. Parecía bastante decidido. Se bebió de un sorbo su café y se levanto, listo para ir a prepararse.

Mi vista se había quedado clavada en el espacio que había dejado libre Taemin y mi respiración casi ni se oía.

-¿Qué ha querido decir con eso?- La voz de Jonghyun a mi derecha me sobresaltó

-¿Qué?- Le había escuchado perfectamente, pero mi mente no quería procesar las palabras.

-¿Qué va a dejar?- El me habló con dulzura, para no espantarme, como quien le habla a un cachorro- Onew…

Se apegó más a mi

-SHINee…

-¿Cómo?- Jonghyun pareció no haber entendido mi aclaración, pero al segundo siguiente ya estaba mostrando el típico haz de nerviosismo característico de su persona- No puede, no puede dejarnos

-Jonghyun…

-Entiende que no he trabajado toda mi vida para esto- Me miraba algo enfadado, pero se veía en su mirada que luchaba por calmarse ante mi- No puedes dejar que lo haga…

-No es un niño, no necesita un padre y una madre, puede decidir las cosas el solo- Defendí a Taemin- No seamos egoístas, no es nuestro estilo

Jonghyun pareció no entender del todo la situación, pero aun así relajó los hombros y adoptó una postura más clamada y receptiva.

-¿Y qué vamos a hacer ahora? Habrá prensa y abogados y todo eso- Jonghyun parecía querer asimilarlo.

Era duro para todos, un compañero, un amigo, un hermano, quería marcharse, tal vez abandonarnos a nuestra suerte, sin el apoyo que recibíamos de su parte en el grupo. La incógnita del que pasará se mostraba negra ante mis narices, no podía imaginar un futuro con SHINee siendo tan solo cuatro. Pero podría ser aun peor, podría existir un SHINee con cuatro miembros porque uno de ellos habría decidido morirse.

Mi decisión estaba clara, dolía, pero debía apoyar al pequeño Taemin a superar aquello que le hacía mal, que en este momento éramos nosotros. Yo mismo le acompañaría hasta el final, hasta que tuviera que soltar su mano para que pudiera seguir caminando solo.

Me sentía como si me hubieran arrancado alguna de mis extremidades.

-Déjalo estar por el momento…

-Minho no le dejará hacerlo- Se auto convenció Jonghyun- Es demasiado tiempo en el grupo, Minho le hará entrar en razón

-Minho es más compresivo de lo que crees- Le discutí- Además, es su novio, su comprensión alcanzará niveles extremos. 

Jonghyun no pareció aceptar mis palabras, negaba con la cabeza, era algo decepcionante verlo así por ese tema.

-A mi me gustaría que me apoyases si decido salir del grupo- Le lancé las palabras.

Me miró con un ápice de ofensa, la negación rondaba su cabezota, lo sentía, estaba más que seguro de que Jonghyun tardaría demasiado en salir de esta.

-Taemin es la pieza más importante en el grupo- Me sorprendió que él mismo se rebajara a “la segunda persona más importante en el grupo”, pero aun así me enfadó

-Y le está haciendo daño Jong, le es insoportable seguir, no sabes el dolor que reflejaba su rostro… no lo sabes- Sentencié

Y calló como una tumba.

Terminó de recoger y se marchó con paso lento hacia las habitaciones, conociendo a Jonghyun, no me hablaría durante un rato para no sobresaltarse conmigo de nuevo.

Momento que yo aproveché para hacer una llamada

 

Estaba solo en casa, Jonghyun y Taemin habían decidido irse a dar una vuelta, a modo de despeje, sin embargo, me quedaba inquieto por la forma en la que Jonghyun se había tomado la decisión de Taemin, todo eran vueltas en mi cabeza y malos pensamientos atados a problemas cada vez más graves.

Estaba a punto de quedarme a oscuras, pues el sol se estaba yendo cuando sonó el timbre de la puerta

Me acerqué apresurado, expectante por la persona que podría haber al otro lado, aunque en mi corazón sabía quién era.

El pomo se hizo pesado y me costó abrir el trozo de madera. Sonreí al verlo tan alto e imponente, justo como lo recordaba.

-¿No tienes llaves?- Pregunté con la esperanza de comenzar la conversación que se alargaría durante horas.

-Temía encontrarme con Taemin

-Se fue con Jonghyun – Le contesté y pude observar como su cuerpo se relajaba

-Entonces menos mal que no nos hemos cruzado…

-Si… Pasa- Me aparte para dejarle camino a la casa.

Entró, se quitó la fina chaqueta y la dejó colgada en la percha común, después fueron los zapatos y se colgó su bolsa al hombro.

Desapareció unos minutos en los que se fue enfilado a la habitación que compartía con el pequeño del grupo. Terminé de preparar los últimos detalles de la cena, cuando salió

-¿Cómo estas hyung?- Su pregunta me tomó por sorpresa

-Ahora feliz, bienvenido a casa Minho- Le sonreí mientras le tendía la comida- Ya sé que no cocino igual que tu madre, pero es lo que hay- Se rió y le acompañé la carcajada.

Comimos un rato, se veía más delgado, con el rostro más anguloso y sus ojos un poco más hundidos. Probablemente de días pensando y noches preguntando, en solitario hasta el último momento, triste por la inconsciencia y dolorido por un corazón enfermo.

-Taemin… él, está bien- Sus ojos profundizaron los míos buscando al más que eso- Me contó sus pensamientos

Su rostro comenzó a viajar por un sinfín de muecas, empezando desde la sorpresa a la alegría, pasando por la tristeza y el dolor. Finalmente, sus ojos se aguaron e intentó disimularlo.

-¿Y qué te ha dicho?- Me insistió- Necesito saberlo…

Respiré hondo, preparándome para dar lo que me parecía una mala noticia

-Él, se ha cansado, está agotado, física y mentalmente- Minho me escuchaba, con los ojos y el corazón bien abiertos- No puede con el estrés, se está apagando…

-Lleva así mucho tiempo- Continuó él, con un ojo puesto en el pasado- Él no está bien hyung, se resguardaba en el trabajo, en sus tareas, pero no llegaba bien a casa

Asentí ante la historia de Minho, intentando aprender más de Taemin

-A veces se quedaba dormido en la ducha, después de llegar muy tarde, tenía que llevarlo a rastras a la cama. Después empezó a trasnochar, escribiendo canciones y leyendo revistas y estupideces en internet, entendí lo que le pasaba cuando empezó a afectarle a la cabeza, al comportamiento… Dejo de ser mi Taemin

-Probablemente su salida acabara con esto, volverá a sonreír- Le aseguré a Minho, él, aceptó mis palabras

-Eso espero- Pausó- Si no te importa, me voy a mi habitación, tengo una mochila que deshacer y he echado de menos mi cama

-Esta bien, yo recogeré esto…

Minho me sonrió, y se retiró lentamente.

 

El ambiente seguía tranquilo, se oía música que provenía de la habitación de Minho, pero era tranquila y seguía un ritmo lento, como una pluma que cae suavemente mientras me acariciaba la piel. El sonido de las llaves, el suave cambio de temperatura y la mezcla de olores me advirtió de la llegada de los dos hombres.

-Ei- Me asomé al recibidor para recibir a Jonghyun y a Taemin al calor del hogar

Jonghyun me sonrió acercándose lentamente a mí, me acarició los labios con los suyos propios y sonreí en su boca.

-¿Estas feliz?- Asentí,  torcí la cabeza, para mirar a su espalda y vi a Taemin

Sostenía en sus manos una prenda de ropa, la miraba como si fuera un tesoro, un tesoro que había estado enterrado por muchos años. Jonghyun se giró a ver qué era lo que yo miraba con tanto entusiasmo, y me miró sin entender.

Taemin olisqueaba el aire que envolvía aquella prenda y levantó la mirada, mirando al fondo de aquel pasillo. Murmuró un nombre

-Minho…- Y salió corriendo, sin quitarse las zapatillas y con aquella chaqueta en las manos.

Yo no aparte a vista de su trayectoria hasta que se metió en su cuarto. No podía dejar de sonreír por la tierna reacción del pequeño y sin querer, contagié a Jonghyun.

-¿Ha vuelto Minho?- Me zarandeó tiernamente de un lado a otro mientras me empujaba hacia el salón

-¿No es evidente?- Le acaricié la mejilla, el apoyó su cara, llenando el hueco de mi mano con su moflete.

Paseó su mano desde mi codo hasta encontrarse con la mano que reguardaba su mejilla y estuvo jugueteando con mis dedos hasta que los arropó en un dulce beso. Se detuvo una milésima de segundo, mirando fijamente cada detalle de mi mano, y entonces, vi reflejado en sus ojos el inconfundible brillo del anillo que decoraba mi dedo corazón. Anillo que me había regalado Chohee.

-¿Y esto?- Tragué saliva espesa, lentamente, esperando que pasara desapercibido- ¿Este anillo?- No sonaba molesto, pero la duda tintaba sus palabras

-Las fans- Arrastré la ultima ese seguido de una carcajada inocente

-Parece valer mucho dinero

-Las fans con dinero… como son ¿Eh?- Sonrió un poco y me sentí fatal por mentirle.

Me sentí fatal porque su amor era tan sincero e inocente que se tragaba absolutamente todo lo que salía de mi boca y lo asumía como cierto y eso me mataba.

-¿Y si compramos anillos a juego? ¿Eh? ¿En plan pareja?- Sonrió coquetamente, tardé demasiado en contestar y el se dio cuenta- ¿No quieres?

-Si si claro-Suspiré mientras sonreía.

Dudó unos segundos antes de abrazarme, y zarandearme.

-¡Genial!

Me agarró de las piernas y me colgó de su hombro.

-¿Qué tal si celebramos el bondadoso amor de las fans?

No me quejé, no patalee, simplemente me dejé llevar, me deje tomar, dejé que nuestros cuerpos se fusionaran otra noche más entre besos, mordiscos y abrazos.

 

Por la ventana que daba a la terraza entraba un sol fuerte y caliente, estaba sentado en el suelo, en pijama, mirando el paisaje entre la tela semitransparente de las cortinas blancas. El móvil no había dejado de sonarme desde el amanecer, y había optado por salirme de la habitación por no despertar a Jonghyun. Sabía quién era la que estaba al otro lado de la línea, marcando mi número sin descanso, pero yo, a esas horas de la mañana no estaba preparado para afrontarlo.

La casa estaba tranquila, a excepción de la vibración momentánea de mi móvil, no se oía ni un alma. Me preguntaba si había sido así siempre, esa tranquilidad, sin ruido sin palabras, ni risas, ni choques de vasos en un brindis, ni olor a desayuno.

Era extraño sentirse tan solo en una casa donde había tanta gente

La música del móvil cambió, me había entrado un mensaje

“¿Por qué no me coges el teléfono? Vamos a salir a tomar algo ¿No?”

“No puedo, tengo ensayos”

“No los tienes, me he encargado de tenerte para mi solita”

Bufé ante la pesadez de aquella mujer, pero no podía rendirme, no ahora. No le contesté, no me dio tiempo, porque Jonghyun me sorprendió por la espalda

-Buenos días- Me dio un beso en la mejilla y se sentó a mi lado en el suelo, no tardó dos segundos en acabar recostado en mis piernas y en empezar de nuevo a soltar pequeños ronquidos.

Le aparté los mechones color café de los ojos, tenía una pequeña legaña entre las pestañas mojadas del rocío mañanero. Se la quité con mucho cuidado y después comencé a peinar su pelo suavemente, sin darle tirones. La luz del sol entraba lentamente, pasando poco a poco los minutos, las 6, las 7, las 8. Pronto estábamos cubiertos completamente por el manto del astro rey. Incluso Taemin y Minho pasaron por  ahí, desayunaron e hicieron su vida, sin reparar en nosotros. Sin molestar en nuestro pequeño retiro de paz.

-Adiós hyung- Se despidieron al salir por la puerta y  la casa se volvió a quedar en silencio

El timbre sonó, yo me sobresalté, sobresaltando a la vez a Jonghyun, que voló literalmente a abrir la puerta. Obligué a mis entumecidas piernas a moverse y a recibir a quien quiera que hubiese removido mi paz interior.

-¡Jonghyun! ¡Vaya que sorpresa! ¡Qué guapo estas recién levantado!- Me estremecí al escuchar la voz que había intentado dejar de lado toda la mañana

Me asomé a la puerta y ahí estaba ella

-Chohee noona…-Susurró Jonghyun- ¿Qué haces aquí?

-Pues habia quedado con Jinki- Se hizo un hueco y paso al recibidor sin permiso- Pero ni me coge el teléfono ni me contesta a los mensajes…

Reparó en mi presencia y sonrió de oreja a oreja

-Me he cruzado con Taemin y Minho por las escaleras, se ve que son muy buenos amigos- Se relamió el pintalabios carmesí- ¿Cómo estas Jinki?

-Normal, gracias

-No seas maleducado- Jonghyun apareció en defensa de la chica- ¿Quieres desayunar?

O dios mío, como me había molestado ese gesto tan simple, pero no sabia si era porque Jonghyun estaba siendo amable con una persona tan detestable o porque esa persona detestable se estaba regocijando con la situación

-Tomaré un café

Jonghyun acompañó a Chohee a sentarse en una de las sillas de la cocina, yo les seguía despacio, no quería perderme ningún suspiro ni ninguna palabra que saliera de la boca de aquella mujer.

-Siéntate a mi lado Jinki- Palmeó la silla a su lado y no me quedo más remedio que asentir

Jonghyun sirvió los cafés, uno para él mismo y se sentó a acompañarnos.

-Dime Jinki, necesito explicaciones ¿Por qué no me contestas a las llamadas? Cualquiera diría que no quieres hablar conmigo- Y soltó una risa inocente, tapándose la boca con el dorso de la mano.

-Me habré quedado sin batería

La situación era realmente incomoda, insostenible, no estaba preparado para cazar las palabras de Chohee al vuelo, aun era demasiado temprano

-¿Qué tal el trabajo?- Se interesó Jonghyun

-Bien, he estado trabajando en algunas series, pero nada especial, ya sabes... no me está yendo muy bien, mi época de actriz reconocida se ha acabado

-No te desanimes seguro que pronto volverás a ser reconocida por la calle

Chohee sonrió, parecía una sonrisa normal, pero yo sabía que escondía más

-Seguro que si ¿Verdad Jinki?

-Si…-Chohee se rio ante mi escueta respuesta, se inclinó hasta que apoyó su hombro sobre el mío, su mano se movió furtiva sobre la mía

En ese instante vi como los ojos de Jonghyun se posaban en nuestras manos unidas, en los dedos femeninos acariciando los míos. Entonces el miedo se apoderó de mí, porque volví a ver reflejado en los ojos de Jonghyun el brillo inconfundible del anillo que llevaba en el dedo, pero esta vez, había dos.

 

Notas finales:

https://www.facebook.com/DosVidasUnAdios/


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