Un dolor extremadamente irresistible me recorría la columna vertebral, pero no podía moverme, mi cuerpo estaba paralizado sentado en el suelo rodeado de comida.
Minho se movió rápido para separarse de Taemin, pero yo ya había visto todo, había visto las manos de mayor en la cintura del pequeño y sus labios fundiéndose en uno.
-¿Pero qué...?- Jonghyun entró en escena algo alterado, pero al verme en el suelo paró en seco- ¿Hyung?
Intenté decir algo pero las palabras no salían de mi boca. Me levanté como pude, me sacudí el arroz de los pantalones e intenté intimidar en vano a Minho con la mirada.
-Te dije que nos vería- La voz del pequeño sonó en un susurro que todos pudimos oír.
Les hice un gesto con la mano a los más jóvenes para que me siguieran a la cocina, una vez allí separe dos sillas de la mesada y les obligué a sentarse, se miraron dudosos antes de ocupar los asientos. Yo me senté frente a ellos, entrelacé mis dedos y por primera vez en mi vida analicé a mis compañeros. Taemin jugaba con sus dedos mientras intentaba taparse los ojos con el pelo que le caía sobre el rostro, Minho, un poco sonrojado no perdía de vista la reacciones y gestos del pequeño.
No sabía cómo empezar, temía asustarlos y que no compartieran conmigo, de verdad estaba sorprendido del que tan querido 2min fuese real, no cabía en mi cabeza, pero después de oír lo que Jonghyun compartió conmigo no me parecía nada especial ni extraño.
Suspiré y me percaté de la entrada de Jonghyun, que me miraba como esperando a que la fastidiara.
-No sé lo que pasa y no sé si quiero saberlo- ¿A quien pretendía engañar? Lo había visto todo- Pero ¿De qué vais?- Casi grité- Esos actos pueden costarnos la carrera a los cinco.
-Nadie lo sabe- Repuso el alto
-Yo lo se...
-Pero tú no puedes impedírnoslo- Me reto el pequeño con un hilillo de voz.
-Pero se de alguien que si que puede, Taemin.
-¿Le estás amenazando?- Minho se levantó de golpe echándose sobre la mesada con sus manos apoyadas sobre esta.
-Soy el líder del grupo, tengo derecho a...
-¡¿A amenazarle?!- Me interrumpió.
-¡A advertiros de los problemas que os podéis causar!- Nos retamos con la mirada.
-¿Qué nos podemos causar? ¿O que podemos causarte?
Nos hundimos en un silencio algo incomodo, que Jonghyun interrumpió con un carraspeo.
-Onew, te estás contradiciendo- Me miró con esos ojos de cachorro que empezaban a humedecerse.
Me levante recordando la conversación en la que le prometí ayudarle.
-Jonghyun...- Pero él se dio la vuelta y se marcho por el pasillo.
Minho se levanto, llevándose consigo al pequeño maknae, me interpuse entre ellos, haciendo que sus manos se soltaran.
-Taemin viene conmigo- Cogí la mano de Taemin y tire de él.
Conseguí caminar deprisa sin tropezar, con Taemin casi siendo arrastrado y con Minho gritando que lo soltara.
-Tranquilo, no voy a hacerle nada- Pero Minho no pareció convencido me empujó para que soltara al pequeño.
Taemin reacciono rápido y puso sus manos en el pecho del alto, parando su ira y calmando sus respiraciones.
-Déjame hablar con él- El pequeño pareció hacer entender al moreno que me miraba enrabiado y con pocas ganas de esperar sentado
Terminada la conversación de miradas que tenían los menores, se acercaron, yo me giré inmediatamente para no ver el beso que aun así escuche. Momentos después Taemin chocó con mi hombro izquierdo pasando por la puerta que había dejado abierta para mí. Suspire de nuevo al girarme para ver a Minho una última vez. Este me miraba con cara de pocos amigos, le saqué la lengua y troté hacia la salida, sin esperar a ver su reacción. Cerré la puerta a tiempo
Bajé por las escaleras sacando de mi pantalón las llaves de mi auto, que hacía mucho que no conducía, Taemin me esperaba en el aparcamiento con la duda sembrada en su rostro. Le abrí la puerta que daba paso a un millar de coches posicionados uno al lado del otro de manera ordenada. Reconocí el coche de Jonghyun, pero pasé de largo, apreté un botón que sobresalía de las llaves y las luces del auto plateado parpadearon.
Subí en el asiento del piloto, mientras que Taemin tomo el del copiloto por iniciativa propia.
Salimos del edificio, de camino a la empresa, chequeé las ropas del pequeño y me parecieron indicadas.
-¿A dónde vamos?- Su voz sonó bajita, opacada por el motor del coche.
-A la compañía- Taemin se tensó.
Sería un gran escándalo que la empresa se enterara de aquella situación, y ellos lo sabían, pero había una cosa que me dolía aun más, que destrozaba mi estomago y hacia que mi cabeza doliese horrores. Una cosa que me destruía la moral y la propia confianza en mí mismo. Fui levantando el pie del acelerador poco a poco, sintiendo que la presión en mi sangre disminuía.
-Por favor no le digas a Lee Soman, por favor Hyung- Me estaba suplicando, aquellas palabras acongojadas e implorantes que salían de la boca del chico más tierno, compasivo y amable del mundo, me hicieron reaccionar.
-No voy a decirle nada a nadie- Taemin suspiró al sentir el alivio y apoyó pesadamente su cabeza contra el respaldo del asiento- Solo quiero que seáis felices, y se te ve muy feliz- Rio, y su risa inundo el interior del auto.
Pasamos un buen rato en silencio, Taemin encendió la radio, cambio de emisora y la volvió a apagar. Pero sonreía.
-Solo quiero saber, porque no confiaste en mi- Taemin me miró atento- Ya sé que a Minho le cuesta expresar lo que siente, pero tu- Suspiré por lo mucho que me dolía- Podrías habérmelo contado.
-Lo siento Hyung...
-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?- Vi como esa pregunta le saco los colores en las mejillas.
-Solo un par de meses- Trague costosamente, dos meses en los que yo había estado en la inopia, en un estado de inconsciencia brutal.
-¿Key lo sabía?- El asintió- ¿Y Jonghyun?
-Jonghyun hyung se dio cuenta el solo...- Lo que me hacia quedar a mí como un imbécil
Me costó un poco reunir toda esa información en mi cerebro y procesarla con éxito.
-¿Y yo donde quedo?- Volvió a mirarme apenado- ¿Soy un amigo tan pobre y pésimo como para no contármelo?- Sus labios empezaron a temblar- Es porque no confías en mí, lo entiendo.
-Hyung, no es que no confiara en ti, es solo que nunca mostraste mucho interés en nosotros.
Frené de golpe al percatarme del semáforo en rojo que casi me salté, puse un brazo en su pecho para que no chocara contra la guantera del auto. Aproveché ese momento para mirarle, su pecho subía y bajaba violentamente a causa del frenazo inesperado y los cabellos peinados de cualquier manera le daban un aspecto más infantil.
-Lo siento Tae- Al llamarle así me miro con los ojos brillantes, no supe a que se debía ese brillo. -Prometo a partir de ahora interesarme más en vosotros.
-Y yo prometo contarte las cosas- Me sonrió.
Momentos después llegamos a la compañía una gran marca abarcaba casi toda la fachada del edificio. SM. Taemin volvió a tensarse a mi lado.
-Dijiste que no se lo ibas a decir a nadie- Hablaba atropelladamente, comiéndose las pausas para respirar.
-No hemos venido a eso- Esta vez no supo como mirarme, así que no me miró, pero podía percibir el desconcierto pasando por su cabecita.
Pasamos por la entrada, había algunas fans que gritaban y a juzgar por los carteles o fotos que llevaban algunas, supe que los integrantes de Super Junior estaban en la compañía.
Por suerte pasamos desapercibidos entre tanta fan y pudimos bajar al parking de la del recinto.
Taemin se desabrochó el cinturón y bajó de un salto, a mi en cambio me costó más levantarme, cerré el coche con un pitido y nos encaminamos a subir los pisos.
-¿Engonces para que hemos venido?
-Necesito repasar la coreografía de Sherlock, y pensé que qué mejor maestro que tú.
-Ahh- Sonrió- ¿Por qué no vinieron los demás entonces?
-¿No es obvio? Soy mucho mas patoso que todos vosotros- Rió, mostrando su sonrisa mas iluminada
Pasamos por los pasillos, sorprendiéndonos de estar evitando a los trabajadores y demás compañeros entre risas y conversaciones de besugos, llegamos a las salas de ensayo, en la mayoría de ellas había luz, suspiré, no quería preguntar qué salas estaban libres, no la necesitábamos muy grande, tan solo éramos dos personas.
Taemin se movió por el pasillo gris y se percato de un segundo pasillo paralelo, que obviamente conocíamos pero no se nos había ocurrido, tendríamos muchas cosas en la cabeza
Allí tuvimos más suerte, pues nos encontramos a algunos integrantes de EXO saliendo de una de ellas. Taemin corrió hacia Kai.
-No cierres, no cierres- Le quitó la llave justo a tiempo- ¿Nos las prestáis?
-Claro, ningún problema hyung- Le miro a él, y luego me miró a mi, y se sorprendió de no encontrar a los demás.
-¿Venís solos?- Pregunto Baekhyung, asentí.
-¿Y qué vais a hacer?- Kai volvió a preguntar, ¿El también sabría lo de Minho y Taemin?
-Ensayar, que vamos a hacer si no...
-Vale- Y sonrió
-Tenemos este fin de semana un evento y necesitamos ensayar
-Oh, nosotros también vamos- Solo entonces me di cuenta de que solo habían seis integrantes.
-¿Y los demás?- Pregunte yo como rompiendo el hilo de la conversación.
-Están en China- Sehun se adelantó al contestarme.
Ellos se habían separado, había llegado el momento de empezar a actuar y habían tenido que caminar por diferentes caminos, entonces pensé, yo, no soportaría que ningún miembro de Shinee se fuera tanto tiempo y que lo alejaran de mi. Desde el pequeño Taemin, hasta Jonghyun, pasando por Minho y Key, ocupaban un lugar en mi corazón que nadie mas había sabido llenar, un lugar enorme. Se habían convertido en unos preciados amigos que no podía perder por nada del mundo, definitivamente sería algo insoportable.
-Las llaves me las tenéis que devolver en dos horas- Suho hablo, asentí mientras sonreía- Pasaré por aquí.
Se despidieron y nos cerraron, la puerta mire la hora, nos daba tiempo a repasar y perfeccionar.
La música empezó a sonar pero Taemin comenzó a calentar, haciendo la primera toma de contacto con el ejercicio, no me quedo más remedio que imitarlo, también me agache y comencé a estirar mis piernas y a mover mis brazos.
Cuando las pulsaciones empezaron a subir, comenzamos a bailar.
Éramos solo dos por lo que la coreografía se volvió extraña y débil, pero me concentré básicamente en no tropezar y en completar las series de pasos uno tras otro, de vez en cuando miraba a Taemin por el espejo, su rostro era la mayor representación de concentración y esfuerzo del mundo, como se movía, parecía que volaba, abría su boca para lanzar sonoros suspiros y, como un profesional, no se quitaba el pelo que le había tapado los ojos. Todo él era diferente cuando bailaba.
Terminamos la tercera de Sherlock y yo ya estaba muy reventado, si hubiera podido habría reído de impotencia. Me senté en el suelo después de unos segundos y para mi sorpresa Taemin se acerco al reproductor y cambio la canción, esta vez sonó Stranger, el pequeño me omitió de sobremanera, esquivando al bulto que representaba yo en el suelo y colocándose para volver a bailar.
La intensidad de las subidas y bajadas de su pecho aumentaba a cada paso, admiraba como resistía su cuerpo, había aguantado mucho más en el pasado, pero no recién levantado y... Con nada en el estomago, puesto que lo que había preparado para desayunar había acabado en el suelo.
-Taemin deberías comer algo- Pero simplemente me ignoró, me encogí de hombros, si él estaba bien nada importaba.
No sé cuantas veces repitió Stranger pero se acercó a cambiar la pista de nuevo, volviendo a escuchar nuestro single, yo estaba medio dormido tumbado sobre mi mochila, miré la hora, quedaban pocos minutos para que Suho llegara.
-Taemin llevas dos horas seguidas bailando- Pero volvió a pasar de mi, como si solo escuchara la música.
Suspire, levantándome dispuesto a recoger mis cosas para marcharnos cuando oí un ligero golpe contra el parquet de la sala, me giré a ver a Taemin, que se encontraba a cuatro patas en el suelo. Se habrá tropezado y habrá caído, reprimí una risa, confié en que se levantara, pero, no lo hizo, en cambio apoyo la frente en el suelo.
Los nervios y la preocupación me corrían las venas y no dudé ni un segundo en salir disparado hacia su dirección.
Sus brazos temblaban y su frente seguía apoyada en el suelo, apoyé una mano en su espalda y me agache hasta quedar a su altura.
-¿Taemin?
-...Creo que he dado esa vuelta demasiado rápido...- Su voz sonaba tapada por sus cabellos.
Supe inmediatamente que se había mareado y recordé lo que me enseñaron de pequeño en la escuela.
-Túmbate con la espalda en el suelo- Me hizo caso y se tumbó cuan largo era en el suelo, dejo descubierto su rostro, sus labios estaban blancos y su piel pálida.
Le cogí las piernas con cuidado de no lastimarlas y apoyé sus zapatillas en mi abdomen y así nos quedamos un buen rato, el tumbado con las piernas elevadas y yo sujetándoselas para que no cayesen.
-No se lo digas a Minho- Por fin hablo, enarqué una ceja
-¿Por qué?
-Tú no se lo digas…
Su cabello terminó de caer fuera de su rostro y contrastadas por el blanco de su piel pude ver las ojeras que no había visto antes.
-¿Tae?- Abrió sus ojos- ¿Has dormido?
-No...