Pov. Sebastián.
¡Sebastián!-escuche gritar a mi amo, deje todo lo que estaba haciendo y me dirigí hacia el estudio, a los pocos segundos ya estaba ahí. Toque y entre al escuchar un “adelante”
¿Me llamo, bocchan?-dije tranquilo entrando al estudio con un carrito de comida. Me dispuse a servir el te mientras que el empezaba a hablar.
Aremos un viaje, prepara todo-dijo secamente, me sorprendí un poco.
¿Un viaje, bocchan?-el me miro fijamente.
Sí, tengo que arreglar algo con la araña de la reina-susurro, me quede estático, un momento, al escuchar la palabra araña pues no traía buenos recuerdos; un mal presentimiento me llego de repente.
¿Está seguro, bocchan?-dije esperando que lo pensara y se negara, pero como siempre "dios" no me escucho.
Si, ve a arreglar todo partimos al anochecer-dijo y giro su silla hacia la ventana con el té en manos. Hice una reverencia y salí.
Me dirigí a arreglar todo, hice las maletas, les informe a los demas y les di ordenes estrictas; cuando termine me dirigí al estudio de mi amo.
Todo está listo-dije y el asintió levantándose.
Vamos-dijo fríamente como ya era costumbre. Le abrí la puerta del carruaje que había llegado desde aquella mansión a la que iríamos. Me subí junto a él y suspire viendo el camino.
Solo espero que no estés ahí-susurre contra el vidrio.
Pov. Claude
La mansión ya estaba completamente arreglada para recibir a las visitas. Escuche a lo lejos el carruaje y baje tranquilamente hasta que algo, o más bien alguien se colgó de mi cuello.
Waaa! Claude, ¿no es genial que por fin podre ver a Ciel de nuevo?-decía Alois muy entusiasmado pues desde los 10 años no veía a su "amigo" y ahora después de 7 años de búsqueda lo había encontrado.
Si eso es lo que piensas-dije mientras seguía bajando. Para ser un joven de 17 años aun tenía una actitud de niño.
Que aburrido eres Claude-dijo soltándose de mi cuello, lo cual agradecí, no me gustaba que pusieran sus manos en el, en si rechazaba cualquier contacto...a menos que fuera "el"-deberías hacer amigos, tal vez logres llevarte bien con el mayordomo de Ciel. Tal vez hasta te enamores.
Puse los ojos en blanco, enamorarme, que estupidez, desde "el" ya no ha habido nadie y nunca lo habrá; solo él y nadie más que él.
Escuche el carruaje parar y vi como Alois corría, abría la puerta y se lanzaba contra alguien, supongo que era Ciel.
Le mire atentamente, era de la misma estatura, tal vez unos centímetros mas, que Alois, traía un abrigo largo negro, un sombrero y un bastón, sus facciones eran finas, su pelo era de un azul oscuro al igual que sus...ojos.
Me quede en shock al ver que en uno de sus ojos estaba la marca de un contrato, la marca de... "el".
Una sombra se unió al niño cuando este logro soltarse de Alois. Gire mi vista lentamente hacia aquella persona y abrí los ojos como platos.
Ahí estaba él...la única persona importante para mí...mi demonio...
-Sebastian -