“¿Qué ha sido eso?” Era la octava vez en lo que iba de tarde que se hacia la misma pregunta. Desde el momento en que decidió colgar el móvil de forma estrepitosa nada más escuchar los ruidos extraños al otro lado del aparato. Sentado en el escritorio de su casa, Mihawk no paraba de darle vueltas al asunto del porque su alumno había decidió cogerle el teléfono mientras estaba haciendo “algo” a lo cual tal vez por vergüenza de haber escuchado no quería ponerle nombre. No se esperaba para nada que le sucediera algo así, estaba más que claro que Zoro estaba disfrutando de su juventud sin preocuparse absolutamente de nada. Por más que intentaba concentrarse en la tarea que tenía le resultaba imposible quitarse de la cabeza los gemidos que había podido escuchar al otro lado del teléfono, lo estaba atormentando. Llego un momento en que decidió desistir en su intento por conseguir hacer una mínima parte del trabajo, y levantándose del cómodo sillón negro se retiró del escritorio para dirigirse a la cocina a prepararse un café, a ser posible, bien cargado.
Cogió su móvil mientras disfrutaba del sabor amargo del café solo sin azúcar, debatiéndose en si volver a llamarlo o no. Era cierto que bien podía pasar del caso y simplemente darle al chaval una buena reprimenda por ser tan despreocupado, pero el hecho de saber que tal vez mañana no podría impartirle clase le agobiaba, él siempre era demasiado perfecto y saber que el hueco de Roronoa se quedaría sin poder impartir clase no le gustaba ni un pelo.
Se dirigió al balcón para tomar un poco el aire, desde el ático donde vivía las vistas eran espectaculares, y dado el hecho de que ya había anochecido y las calles eran iluminadas por los focos y la luna llena que acompañaba la noche ese día su cuerpo se relajó al instante. Apoyándose en el barandal observo el horizonte mientras que su mirada se perdía entre los edificios que escasamente llegaban al quinto del edificio donde él estaba.
Una agradable brisa le recorrió mientras volvía a sacar el teléfono móvil del bolsillo y desbloqueaba la pantalla para observar la hora, dándose cuenta de que tenía algún whatsap perdido que no se había molestado en mirar hasta ese momento.
SHANKS (Última conexión 20:31)
“Que pasa Mihi? Hoy te he visto muy raro en la autoescuela después de impartirle clase al peliverde ¿Te ha mordido o algo?”
Sonrió ante lo leído, a su amigo no se le pasaba ni una.
MIHAWK (en línea)
“¿Raro? Estaba como siempre, no inventes cosas”
SHANKS (en línea)
“¡No me las invento! Si has entrado con una cara de seta impresionante”
MIHAWK (en línea)
“Lo que tú digas… en fin me voy a retirar a terminar algunas cosas, mañana estamos”
El pelirrojo le contesto mandándole un icono de una carita guiñándole el ojo antes de salir del programa. Miro el resto de wattsap para ver de quien se trataba contestando solo a los que le interesaba, hasta que uno le llamo la atención. Era un número que no tenía guardado en la lista de contactos pero que la foto que tenía el perfil era de cierto peliverde, confirmando que se trataba del número de Zoro que le había escrito hacia unos 15 minutos atrás.
66xxxxxxx (Última conexión 20:26)
“Perdona pero he recibido una llamada de este terminal ¿Podrías decirme quién eres?”
Mientras se pensaba en si contestarle o no, guardo el contacto del chico en la lista de contactos para que no hubiera ninguna equivocación en el futuro, y después de dicho acto decidió escribirle, era una buena forma de informarle a qué hora tenia clase mañana ¿no?
MIHAWK (en línea)
“Soy Mihawk Dracule, tu profesor de autoescuela”
ZORO (en línea)
ZORO (Última conexión 20:47)
Mihawk sonrió, parecía que su alumno no esperaba que fuera el, dado el hecho de que nada más entrar y leer el mensaje se había desconectado del celular inmediatamente, tal vez por el hecho de saber que el que le había escuchado, había sido justo el.
-¡PERO QUE DEMONIOS, NO PUEDE SER CIERTO!
Zoro se levantó como un resorte del asiento del sofá donde estaba sentado como si quemara. Miraba la pantalla del teléfono móvil como si este mostrara la cosa más horrible del mundo. Empezó a dar vueltas en la sala mientras le empezaban a subir los colores a la cara avergonzado. Volvió a mirar las llamadas para así comprobar por undécima vez si la llamada la había respondido por error, dándose de lleno de nuevo al darse cuenta de que había sido así. Su día no podía ir peor. Miro a Luffy de reojo que se encontraba viendo la tele mientras comía una bolsa de patatas.
Hacia solo unas horas había estado a punto de acostarse con su nuevo vecino sin ni siquiera conocerlo de nada, aunque debía admitir que le había resultado imposible resistirse a sus incitantes palabras. Si Luffy no llega a aporrear la puerta exigiéndole la cena, estaba claro que habría llegado hasta el final con ese tal Trafalgar.
-Zoro ¿Ocurre algo?
-No… Solo estoy cansado, me voy a la cama.
Decidió que lo mejor era retirarse a su recamara a pensar que debía hacer para de esta forma evitar la inocente mirada de su monito compañero de piso, no le apetecía dar explicaciones a nadie. Abrió la puerta y se tiro en su cama boca abajo, dejando el móvil en la mesilla. ¿Cómo podía tener tanta mala suerte? De toda la gente que podía haberle llamado justo tenía que haber sido Mihawk, a saber que había escuchado. Suspiro mientras hundía la cabeza en la almohada, tenía que contestar, tal vez era importante. Se dio la vuelta y estiro la mano para coger el aparato y meterse en el wattsap buscando así el contacto no guardado y contestar, guardando el contacto, por si acaso.
ZORO (en línea)
“Valla hola ¿Querías algo?”
Nada más contesta bloqueo el móvil como si este fuera a explotar, pero para su desgracia no tardo en sonar como respuesta a su pregunta.
MIHAWK (en línea)
“Simplemente era para decirte que tienes clase mañana a las 11 de la mañana, es el único momento en el que tengo tiempo”
ZORO (en línea)
“Ok, allí estaré”
Espero haber si el pelinegro contestaba, pero nunca llego a hacerlo. Volvió a dejar el móvil en la mesilla mientras se ponía un brazo en la cara, tapándose los ojos. Por alguna razón que desconocía, tenía la esperanza de que su profesor le siguiera escribiendo, pero esa esperanza se fundió enseguida cuando vio que Mihawk se había desconectado. Con ese pensamiento, simplemente se quedó dormido, soñando que su vecino nuevo, era más bien un hombre de ojos dorados que le había incitado a hacer cosas de las cuales estaba seguro que no se arrepentiría, si hubiera llegado a ser con él.
Por alguna razón desconocida, esa mañana despertarse le estaba costando de mas, ya que una extraña y placentera sensación le estaba produciendo una pereza impresionante que cumpliera con el proceso de abrir los ojos. Aquella mano que le estaba acariciando le estaba complaciendo gratamente, era un bonito sueño… Sueño… Sueño…
Abrió los ojos de golpe sobresaltado, comprobando de esta forma que de sueño la situación, tenía más bien tirando a cero. Ese hombre encima suyo que descaradamente le tocaba donde le daba la gana mientras lamia su cuello sin pudor alguno se lo dejaba bastante claro. Sin saber en qué momento su cuerpo reacciono empujando al hombre encima suyo, haciendo q callera de la cama de forma inmediata.
-¡Pero se puede saber qué haces Trafalgar! ¿¡Es que pretendes violarme o que!?
- Vamos Zoro-ya es solo un buenos días cariñoso, no pensé que te fuera a sentar tan mal – Law se levantó del suelo para volver a subirse a la cama, más alejado del peliverde el cual no lo perdía de vista y se mantenía bastante tenso. – Aunque te cueste créelo no pensaba sobrepasarme, aunque ganas no me falten, ya que ayer, me dejaste con las ganas.
Zoro traga saliva, ese hombre era condenadamente seductor. Ese tono de voz y esa mirada provocaban a sus más bajos instintos. Law se fue acercando a el de nuevo, mientras que el peliverde se mantenía estático en el lugar. Nunca nadie jamás se había atrevido a invadir su espacio personal de forma tan drástica sin apenas conocerlo de un día. Antes de que Law se saldría con la suya Zoro volvió a apartarlo mientras que procedía a levantar de la cama.
-¿Cómo has entrado?
-Luffy me ha invitado a desayunar, dice que si hago su desayuno podre venir siempre que quiera, ya que por lo visto, tú lo tienes desatendido.
Suspiro, Luffy como no. Bostezo mientras se estiraba, para proceder a abandonar la habitación, importándole más bien poco dejar al pelinegro solo en ella. Avanzando hasta la cocina pudo ver al monito entretenido jugando videojuegos en el sofá, por un momento pensó en decirle algo, pero decidió dejarlo pasar. Hoy no estaba de humor para intentar hacer entrar a Luffy en razón, esas hazañas solían ser misión imposible. Se preparó un café y cogió su móvil que había dejado cargando la noche anterior en la encimera, procediendo a sentarse tranquilamente. Desbloqueo el terminal y miro el wattsap. Dos mensajes de Ace y algún que otro grupo, nada interesante.
-¿No piensas ni invitarme a un café?
-Háztelo tú, no pensaras que después de haber entrada en mi habitación a acosarme encima sea servicial contigo.
Law sonrió. Le encantaba la actitud de chico rudo de su nuevo objetivo. Paso por al lado suyo, sin pasar por alto que Zoro se tensó en el proceso.
-¿Tienes plan para hoy?
-Sí, tengo clase de coche ¿Y tú acaso no trabajas o algo?
-Sí, soy médico.
-¿Medico?
-¿Por qué te sorprende tanto?
-No sé – Zoro termino su café y lo dejo en la fregadera, ya lo limpiaría cuando volviera – No te imaginaba trabajando en un hospital con una bata blanca.
-Las apariencias engañan.
Sonrió, y que lo digas. Volvió a su habitación a cambiarse de ropa para ir a la autoescuela. Aunque las ganas serian más bien nulas, dado que tendría que hacer frente a su profesor el cual ayer seguramente habría escuchado parte de la situación en la que se encontraba con Law, y que por alguna extraña razón le atraía demasiado. Se cepillo los dientes y cogió la bici para seguidamente despedirse de los huéspedes de la casa con un seco “me voy” y dirigirse a su pesadilla.
El aire matutino dándole de lleno en la cara consiguió relajarlo un poco, sacar la bicicleta era mucho mejor que ir en trasporte público. Gracias a que salió con una hora de antelación de casa pudo llegar antes de tiempo a la autoescuela, sabia de su sentido de la orientación y la verdad no tenía ganas de encima tener que aguantar las malas caras por llegar tarde. Se bajó y encadeno la bici aun poste de luz, desganado se adentró a la autoescuela, cabizbajo, avergonzado.
-Valla, ha venido puntual, incluso 5 minutos antes, me acabas de sorprender.
Mihawk salió de una de las salas cuando escucho la puerta de la entrada, para ver que era Zoro el que había entrado por ella. Acercándose a la mesa de la entrada saco la llave de su bolsillo y abrió el cajón de esta, sacando la llave del coche para comenzar con la clase. Al pasar por el lado del peliverde pudo comprobar como este se tensaba y sonrojaba al instante. No pudo evitar el tampoco recordar lo que ayer había escuchado por teléfono cuando había procedido a llamarle para informarle de la clase.
Cuando montaron en el coche la tensión se podía cortar con el filo de una espada. Ninguno de los dos decía una sola palabra y mucho menos se miraban. Mihawk procedió a acomodarse en el asiento del copiloto mientras que Zoro lo hacía en el del piloto.
-Supongo que te acuerdas de lo que te explique ayer ¿No?
-Sí.
-Pues adelante, yo te iré indicando por dónde ir.
Zoro arranco el coche, no sin antes colocarse bien los espejos y comprobar que todo estaba correctamente. Metió primera y se puso en marcha, muy atento a lo que el pelinegro le indicaba. Sin darse cuenta el camino que llevaban solo hacía caso estricto de lo que Mihawk decía, sin decir ni una sola palabra, hasta que se dio cuenta de algo.
-¿A la autopista?
-¿Algún problema?
-Es solo mi segundo día, allí va a haber mucho tráfico –Zoro por primera vez en la mañana miro a su profesor, dándose de lleno con esos ojos dorados que tanto le hipnotizaban.
- Así aprenderás antes.
-Pero…
-No hay peros que valgan.
Roronoa volvió a dirigir la vista al frente de inmediato. No se atrevió a decir nada más, pero, era una locura, a la autopista el segundo día, de locos.
-Coge la segunda salida en la rotonda, y luego ten cuidado al incorporarte.
Suspiro, allá iba. Entro en l rotonda perfecto, por suerte no había mucho tráfico, hasta que llego arriba después de una cuesta, hasta la incorporación. Los camiones y los coches adelantaban a toda leche mientras el indicaba la incorporación. Los nervios se hicieron presentes, y no encontraba el momento de meterse al nuevo carril.
-Te quieres incorporar ya.
-Es que vienen muchos coches, no me dejan entrar.
-Preocúpate en la cola que estas haciendo y incorpórate de una vez.
Y sucedió. En menos de 5 segundos Mihawk miro por los retrovisores y cruzando una mano cogió el volante para girarlo y meter el coche en la autopista. Zoro que no se esperaba esta acción miro horrorizado a su profesor que sin inmutarse volvió a soltar el volante para dejar a Zoro que continuase, sin darse cuenta que este estaba muy distraído mirándolo, y haciendo que el coche continuara girando hacia el otro carril. Una pitada de un camión que se acercaba alerto al peliverde que cogió fuertemente el volante para redirigirlo a su lugar.
-¿¡Pero estas loco?! Tienes que estar más atento.
-¡Lo siento, no esperaba que me metieras mano!
Silencio. Mihawk miro a Zoro, y este se golpeó mentalmente por lo que había dicho. Estaba claro que las palabras no habían sido las indicadas, y sentir los penetrantes ojos dorados sobre él lo corroboraba.
-Coge la siguiente salida a la derecha, ahí hay una gasolinera, voy a echarle gasolina al coche y a ver si así relajas un poco las hormonas.
Estaba claro que era una indirecta, seguramente por lo de ayer. Su profesor estaría pensando lo peor de él. Hizo lo que le indicio y estaciono el coche al lado del distribuidor de carburante, viendo como Mihawk abandonaba el vehículo para preceder a llenar el tanque. Suspiro agobiado mientras apoyaba la cabeza en el volante desesperado. La situación era por demás incomoda, y el hecho de que su cuerpo reaccionara al contacto con Mihawk complicaba aun mas las cosas. Por el rabillo del ojo vio como Mihawk cerraba el depósito y se dirigía a pagar dentro del establecimiento, y sin darse cuenta Zoro inconscientemente le metió un repaso al cuerpo de su profesor. Debía admitir que era un hombre muy atractivo, y eso le crispaba los nervios. ¿Por qué su profesor de autoescuela tenía que estar tan bueno y a la vez ser tan hijo de puta? Mientras esperaba a que el pelinegro saliera cogió el móvil del bolsillo de su pantalón para mirar si había algo nuevo, un watssap le llamo la atención.
LAW <3 (Ultima conexión 11:20)
“Zoro-ya me he dado el lujo de guardar mi numero en tu móvil cuando estabas dormido por si quieres hablarme o necesitas algo. Ya sabes a que me refiero.”
No pudo evitar que sus ojos se abrieran de forma considerable, seria descarado. Encima de acosarle andaba en sus cosas privadas como si tal cosas.
ZORO <3 (En línea)
“No pienso escribirte”
LAW <3 (En línea)
“Lo estas haciendo “
ZORO <3 (En línea)
“No volverá a pasar”
El sonido de la puerta al cerrarse llamo la atención del peliverde que guardo el móvil de forma inmediata, dándose cuenta que Mihawk ya estaba sentado en su lado del coche.
-Parece ser que aprovechas cualquier momento para hablar con tu novio.
-No tengo novio – Zoro lo miro a los ojos mientras notaba como vibraba su móvil en el bolsillo.
-Pues para no serlo insiste bastante por cómo te vibra el bolsillo.
-Es solo un amigo que me estaba diciendo una cosa.
-Ya, como el de ayer a la noche ¿No?
Zoro se sonrojo en el momento, si tenía alguna esperanza de que Mihawk no hubiera escuchado nada esa esperanza se había ido al traste. Retiro la mirada del pelinegro para mirar al frente y arrancar el vehículo, dispuesto a irse de allí.
-Roronoa, lo que hagas con tu vida privada no es de mi incumbencia – Noto como Mihawk cruzaba los brazos para continuar hablando – Pero la próxima vez por lo menos cuélgame en vez de tener el descaro de coger la llamada.
-Fue un accidente…
-¿El qué? ¿El coger el teléfono o acostarte con cualquiera? – Mihawk le miro – Porque si no tienes novio bien que te revolcabas ayer con alguno.
Suficiente. Freno el coche de golpe. Gracias a dios no venía ningún coche y no provocó ningún altercado, movió el coche hasta dejarlo en doble fila en una esquina de la carrete para después proceder a encarar a su profesor.
-Mira, no sé qué te pasa por la mente pero no so ningún prostituto que se acuesta con el primero que se le cruza.
-Tú me dirás entonces que hacías ayer.
-Tu bien has dicho que no te importa mi vida privada, asique deja de joderme con preguntas ¿Es que acaso estas celoso?
La mirada que le dirigió Mihawk era penetrante, estaba claro que no le habían gustado sus palabras. Se soltó el cinturón y engancho como pudo a su alumno de las tiras de la camiseta de tirantes que llevaba puesta.
-No tergiverses mis palabras - Podía sentir el aliento de Mihawk muy cerca suyo, y sin poder evitarlo empezó a ponerse nervioso - Simplemente te digo que no intentes ocultar lo que es evidente.
-¿Y que es evidente según tú? – Zoro por alguna razón no quería quedarse atrás en la discusión. Por mucho que su profesor le impondría respeto él no era ningún cobarde.
-Que te acostaste con el mientras que sabias que yo estaba al teléfono ¿Es que acaso te daba morbo pensar que yo estaba escuchando todo?
- ¿Y que si así fuera? –Zoro se acercó más a él, retándolo – Tú fuiste el que decidió quedarse un minuto y medio escuchando lo que ocurría, podías tranquilamente haber cortado la llamada.
Fue demasiado. Mihawk engancho a Zoro por la nuca y le estampo la boca en los labios de forma agresiva. Zoro que se había quedado en shock tardo poco en responder de la misma forma. Las lenguas se encontraron casi de inmediato y ninguno parecía estar dispuesto a ceder el puesto de dominante en el beso. El sonido lascivo de un beso húmedo era lo único que se escuchaba en ese momento. Las manos de Zoro se pasaron por detrás de la cabeza de Mihawk mientras que este soltaba con una mano el cinturón del peliverde y con la otra le sujetaba de la barbilla para que no tuviera escapatoria. El peliverde al sentirse liberado del cinturón se acomodó mejor para poder continuar el ritmo del mayor que indirectamente mando las manos a su cintura para indicarle que se sentara encima suyo en el otro asiento.
Fue en ese momento que el tono de un teléfono móvil les devolvió a la realidad, separándolos al instante. Mihawk metió la mano en su bolsillo y pudo ver que se trataba se Shanks.
-Dime.
-Mihawk ¿Se puede saber dónde andas? Hace media hora que tendrías que estar aquí, el otro alumno lleva esperando ya un rato.
Fue entonces que se fijó en el reloj del coche, las 12:30, mierda.
-Dile que llego enseguida, estamos metidos en un atasco – Y procedió a apagar el aparato.
Zoro se había mantenido callado desde que se había separado, mirando el volante como si esta fuera la cosa más impresionante del mundo. Su cabeza le daba vueltas. Se había liado con su profesor, joder. Si de por si le tenía manía ahora ya lo iba a odiar.
-Pon rumbo a la autoescuela.
Fue lo último que pronuncio Mihawk en todo el camino, y el resto de tiempo que estuvieron juntos. Cuando llegaron al destino el mayor fue el primero en bajarse sin siquiera despedirse de su alumno.
Zoro de camino a casa intentaba de todas las formas posibles pensar en que esto simplemente había sido un error pasajero producto de la excitación de la discusión. Pero por alguna extraña razón, no podía quitarse de la cabeza el hecho de aun poder sentir en tacto de las manos de Mihawk, y esos labios que le habían devorado como si llevara sin comer un año…
CONTINUARA…