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-Amor ¿me acompañas a casa?
-No puedo, tengo cosas que hacer, y no me llames amor – contestó con un tono de voz frío, el que siempre usaba con ella.
-Ay no seas así.
-¡Ya te dije Yuri que no puedo!- le gritó. Estaba harto de su insistencia.
-Minho-oppa – pronunció con intenciones de llorar – no seas así conmigo.
-Está bien, pero solo para que me dejes en paz.
-Sí mi Minho, eres un dulce – dijo ahora con una sonrisa en su cara.
Se encaminaron hacia la casa de ella, la cual se encontraba en dirección opuesta a la suya.
Minho no resistía más esa vida, si tan solo se acabara para poder ser feliz junto a quien realmente amaba, necesitaba, anhelaba…
Cuando llegaron a su destino, la muchacha se giró para abrazarlo y luego besarlo, cosa que él rechazó.
-¿Por qué nunca me quieres besar? Soy tu novia después de todo. Es como si no me quisieras.
-Si mal no recuerdo, eres mi novia porque tú misma te nombraste así, yo nunca te lo pedí.
-Pero tú aceptaste, recuerdo que me dijiste…
-Que hicieras lo que quieras, total no me importaba.
-Bueno, no importa Minho-oppa, ya haré que te mueras por besarme, por estar a mi lado siempre, y necesitarme cuando no esté.- dicho esto le besó la mejilla y entró a su casa.
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Una vez en su propio cuarto, se recostó en la cama.
-Taemin, si tan solo no tuvieras miedo de hacer público lo nuestro – pronunció casi en un susurro mirando al techo.
Cerró los ojos, se sentía feliz de haber estado con el apenas unos minutos, a escondidas de todos. Su Minnie era hermoso, le completaba, con tan solo su existencia, sus problemas se olvidaban.
-¿Por qué no te conocí antes?
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…Flash Back…
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-Bienvenidos a un nuevo año de la secundaria, espero que la hayan pasado bien en sus vacaciones y sobre todo descansado, ya que deberán comenzar sus estudios. ¡Esfuércense! – daba la bienvenida la directora del colegio. – Ahora pueden retirarse a sus salones.
Una vez en su asiento, Minho se dispuso a sacar sus cosas pero el sonido de la silla al lado suyo hizo que se detuviera a observar quien se atrevía a sentarse cerca de él.
Vio a la molesta niña de pelo largo, la que desde prácticamente los doce años lo perseguía constantemente.
-Hola Minho-oppa, me alegro mucho que estemos en el mismo salón otra vez, y sobre todo en el mismo banco – decía con una sonrisa irritable.
No respondió nada, solo se limitó a mirar al frente esperando a que el profesor entrarse para dar comienzo a la clase.
-Ah Minho~, ¿Puedo preguntarte algo?
-No
-No seas malo, solo es una pregunta.
-Ya sé que será la misma de siempre Yuri y tú ya sabes su respuesta.
-Está bien, ya tendré oportunidad de formularla
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El día pasó lamentablemente muy lento, entre clases aburridas y chicas molestándolo. Por suerte ya se había acabado, por lo que trataría de irse a su casa antes de que lo vieran.
-¡Minho! – escuchó a sus espaldas.
-¿Qué quieres ahora? – preguntó sin darse la vuelta y siguiendo caminando.
-Vengo a hacerte la pregunta.
-Que molesta eres – se paró y la miró – de acuerdo, hazla para acabar aquí con todo esto.
-¿Puedo ser tu novia?
-No
-Por favor Minho, yo te quiero y se que tú a mi también
-Debes haberlo soñado, porque no me interesas. – anunció dándose la vuelta
-¡Minho!
-Ay Yuri, ¿sabes qué? Haz lo que quieras, ya me cansaste. Adiós
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Al día siguiente, todos en la escuela lo miraban al llegar, algunas chicas lloraban y los muchachos se veían victoriosos, como si pudieran llevarse el mundo por delante.
-¿Qué sucede acá? – se mencionó a si mismo.
-¡Choi! – gritó su amigo cuando lo vio entrar al salón - ¿Es verdad? Dime que no.
-¿Qué cosa Changmin?
-Lo de Yuri y tú.
-¿Qué es lo que andan diciendo?
-Que son novios, que tú te le propusiste ayer a la salida del colegio.
-¡¿Qué?- gritó ante lo que había escuchado, no podía creerlo.
-Eso significa que no, ¿no?
-Significa que…
-¡Minho-oppa~! – le interrumpió un grito meloso y fastidioso.
-¡Qué!
-¿Así le hablas a tu novia? – respondió colgándosele del brazo.
-¿Novia? – cada vez entendía menos.
-Si, novia. Ayer me dijiste que aceptabas estar conmigo.
-Te dije que hicieras lo que quieras, ¡no que saldría contigo!
-Pero Minho…
En eso entró el profesor, haciendo que se interrumpiera la conversación de ellos dos. Los hizo sentar a todos diciendo que tenía que decirles algo importante.
-Alumnos, hoy se incorpora un nuevo alumno al establecimiento. Por motivos de papeleo no pudo empezar ayer junto con ustedes.
El moreno escuchaba ausentemente, no le interesaba quien vendría, total sería, seguramente un nuevo fastidio.
-Vamos, entra – la animó el profesor.
Minho escuchó susurros de parte de sus compañeros, al parecer hablaban de sus ojos, fue por eso que la curiosidad dio camino libre a que levantara el rostro para verlo.
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Es hermoso.
Sus cabellos largos hasta los hombros eran de un color marron oscuro, su cuerpo perfecto, con el uniforme escolar; sus ojos, de color miel, su rostro… parecía una muñeca de porcelana. Mas hermoso que cualquier otra persona que he conocido.Era hermoso, perfecto, delicado…
Por primera vez en su vida, todos sus problemas y rabias se esfumaron, haciendo que solo pudiera observarla a el.
-M-mucho gusto, mi n-nombre es Lee Taemin – emitió con una dulce voz
-Jaja – rio Yuri por lo bajo – además de feo, tartamudo.
Eso lo molestó. ¿Quién se creía para decir eso? Si era como un ángel.
-Hmp, primero deberías verte tú en el espejo – susurró para sí.
-¿Qué dijiste Minho?
-Nada que te importe.- contestó fríamente.
-Bueno, puedes sentarte en aquel banco, delante de Minho– señaló el maestro. –Minho, levanta la mano para que sepa quién eres.
-Sí – automáticamente se levantó de su asiento, sin pensarlo.
-Solo era tu mano, pero eso también vale. De acuerdo, ve Taemin.
-S-sí – y con una sonrisa se acercó al muchacho que, nuevamente tomando asiento, trataba de no mirarlo ya que, si lo seguía haciendo, no podría ser capaz de controlarse. Y debía controlarse, después de todo el era Choi Minho.
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…Fin Flash Black…
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Se había quedado dormido tras recordar como lo conoció. Cuando despertó vio la hora, ya eran más de las cinco de la tarde, seguramente ya estaría en su casa.
Se levantó para cambiarse la ropa del colegio y para buscar algo de tomar. Entre todo eso se habían hecho las cinco y media, por lo que subió nuevamente a su habitación para llamarlo.
Se recostó sobre su cama y marcó el número. Esperó, pero no contestaron. Lo intentó de nuevo, ahora recibiendo respuesta.
-¿Hola? – se escuchó del otro lado de la línea
-Hola, ¿Qué andabas haciendo?
-¡Minho! Que bueno que me llamas. E-estaba preparándome algo de comer.
-Taemin, espero que sea algo saludable esta vez.
-Si, n-no te preocupes.
-Si me preocupo, y no me digas que no lo haga porque sabes que no te haré caso.
-Bueno, si eso quieres. ¿Qué e-estuviste haciendo todo este tiempo?
-Y bien llegué me quedé dormido, asi que no hice mucho. Recién despierto.
-¿Tanto d-ormiste? Que suerte, yo también qusiera. Últimamente me siento muy cansado.
-Eso es por quedarte hasta tarde estudiando, ya te dije que no necesitas desvelarte, eres uno de los mejores en la clase.
-L-lo sé, pero quiero seguir esforzándome.
-Sabes una cosa… - decidió cambiar de tema para que no empezara a decirle que no se preocupara por el.
-¿Qué? – su voz sonó intrigado.
-Soñé algo hermoso.
-¿En serio? ¿Qué cosa?
-Con el día que entraste al colegio. Y lo que sentí al verte.
-E-eso fue hace mucho, yo apenas recuerdo lo nervioso que estaba. Ah si, tambien como te levantaste para indicarme mi lugar, me pareció muy tierno.
-A mi no, se sentí un estúpido.
Estuvieron como una hora y media hablando hasta que Taemin dijo que tenía que irse, debía ir a preparar la cena, ya que era el que se encargaba de todo en su casa, luego de la muerte de su madre hace apenas cuatro años.
Se despidieron y Minho decidió ir a bañarse, para luego cenar y acostarse finalmente, esperando que un nuevo día empezase.
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